Ermita de Nuestra Señora del Campo de Aliseda.
La ermita de Nuestra Señora del Campo,
patrona de Aliseda, se encuentra en la dehesa del Hito, a 5 kilómetros de la
población cacereña.
Es una construcción de mampostería
enjalbegada, de una nave y cuatro tramos; la capilla mayor se cubre con bóveda
de media naranja sobre pechinas, y los tres tramos se cubren con bóveda de
aristas y están separados por arcos de medio punto que se apoyan en pilares
cuadrangulares adosados. La sacristía es cuadrangular y se cubre con una bóveda
de cañón con lunetos; sobresale en el muro de la epístola, destacando en la
zona meridional tres robustos contrafuertes en la fachada. A los pies hay una
portada de medio punto precedida por un pequeño pórtico semicerrado, cubierta
por bóveda de arista.
La ermita es una obra popular del siglo
XVII, realizándose importantes obras hacia el año 1732, fecha en la cual se
alzó la actual capilla mayor, la sacristía y el cerramiento con bóvedas,
considerando que la vieja ermita estaba techada como armadura de madera y, en
1737, se hizo la espadaña.
Aunque existió un templo anterior del
siglo XIV, en dicho lugar se veneraría a la imagen de Nuestra Señora del Campo,
obra de los inicios del siglo XIV. Esta afirmación la apoyamos con el documento
más antiguo que se conoce acerca de la ermita, que data de 1485, según el cual
el obispo Pedro de Villalobos visitó la ermita de Santa María del Campo, siendo
su mayordomo García Alfonso.
En el interior de la ermita se conservan
una pila granítica de agua bendita de finales del siglo XVI; un cuadro con
bordado de tipo popular que representa la Virgen del Campo, fechado en 1854; y
la imagen de la Virgen del Campo, obra de los inicios del siglo XIV de madera
policromada, una figura sedente con el Niño sustentada sobre una peana del
siglo XVIII, a la que se acusaba un madero donde se leía el siguiente epígrafe:
“Joan Domínguez Zambrano, pintor y dorador, vezino de Ole.., doré y pinté esta
ymajen”. Fue restaurada en 1984 en el taller de restauraciones artísticas que
tenía en Trujillo don José Gómez.
La festividad de Nuestra Señora del Campo se celebra el Martes de Pascua, una vez bajada la Virgen de la ermita el Domingo de Resurrección. El domingo llega al pantano de la localidad, donde el alcalde le impone el bastón de mando del pueblo; una vez realizado este acto continúa la bajada hasta llegar al pueblo con cánticos y vítores, donde le espera la banda para subir a la Plaza Mayor, dándole la bienvenida con la danza de la Virgen del Campo; y concluye con la emotiva entrada a la iglesia por el cante de la Salve Rociera y la entrega de la ofrenda floral.
El Martes de Pascua, dos días después de
su bajada, se oficia por la mañana una misa en honor a Nuestra Señora la Virgen
del Campo; al finalizar se realiza una procesión por varias calles de la
localidad. A la entrada de la iglesia es tradición subastar los brazos de las
andas de la Virgen para su entrada en el templo. Al día siguiente se celebra
una subasta con productos de la localidad y diversos objetos aportados por los
vecinos.
Durante los 15 días siguientes a su
bajada permanece en el pueblo bajo custodia de sus feligreses. Se celebran dos
romerías en sendos domingos; la primera, a los 15 días de su bajada, cuando es
trasladada a su ermita en la finca El Hito; la segunda, el primer domingo de
octubre, denominada ‘Romería del sindicato’. En ambas romerías se oficia una
misa, a la que siguen juegos tradicionales para los vecinos.
Entre 1979 y 1980 se realizaron
importantes obras en la ermita, colocándose la verja que separa el presbiterio
y la hornacina granítica para cobijar la imagen de la Virgen con el Niño.
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