LAS PEÑAS RESBALADERAS de
extremadura
“Peñas sacras” relacionadas con la fecundidad
Introducción
Extremadura ofrece abundantes paisajes de berrocales
graníticos, algunos de extraordinario interés, que siempre han atraído al
hombre, como debió suceder en tiempos prehistóricos, cuando las formas extrañas
de esos berrocales y de otras peñas formarían parte de una visión animista del
paisaje, que en algunos casos ha perdurado en el folklore hasta nuestros días,
tema que suscita creciente atracción.
En consecuencia, en estos últimos años se han
multiplicado los estudios y publicaciones sobre estas “peñas sacras” en
Extremadura[1],
dentro del interés general surgido actualmente en España hacia los sacra saxa, término aplicado a las peñas
asociadas a ritos, hoy prácticamente perdidos, que revelan su carácter sacro y
sobrenatural[2].
Estas peñas sacras contribuyen a conocer creencias y ritos de origen
prehistórico, pero también el carácter “mágico” o sobrenatural del paisaje en
el imaginario y en la cosmovisión de los pueblos prerromanos de la antigua
Hispania, hecho hasta ahora escasamente valorado a pesar de su evidente interés,
ya que no se considerada probada su antigüedad[3].
El análisis de estos monumentos adolece todavía de
falta de corpora especializados, lo que dificulta su conocimiento, su
inventario y clasificación y su valoración y debida protección, aunque en estos
años han aparecido crecientes estudios dedicados a estos monumentos en
publicaciones científicas[4].Esta labor de análisis y estudio de las “peñas sacras” en la Península
Ibérica puede considerarse todavía en una fase inicial, que requiere, en primer
lugar, definir, analizar y catalogar cada uno de los distintos tipos
identificados de “peñas sacras”. Para este fin es imprescindible contar con
buenos corpora especializados, pues es un elemento esencial y previo
para su estudio.
En esta línea de trabajo, se ofrece este análisis,
necesariamente preliminar, de las “peñas resbaladeras” de Extremadura. Las
“peñas resbaladeras” se caracterizan por ofrecer la huella producida por repetidos deslizamientos realizados
sobre su superficie inclinada a lo largo de los siglos[5].
Sin duda, es el tipo de peña sacra más abundante en toda
Extremadura, pues se conocen más de medio centenar de ejemplares y están presentes
en muchos términos municipales, si bien hastaahora nunca han sido estudiadas
en su conjunto, pues apenas habían llamado la atención. El motivo,
probablemente, es que es un tipo de peña sacra que presenta mayor dificultad de
estudio, yaqué la inmensa mayoría ha perdido su carácter ritual a lo largo del
tiempo, que sólo se conserva en contados casos, pero que confirman sus
paralelos fuera de la Península Ibérica. De este modo, en los pueblos y áreas
rurales de Extremadura era muy popular el juego del resbaladero, que recibía distintos
nombres según las localidades: rebaliza,
resbaladera, revalaera, refalaera,
etc.[6],
ya que estas peñas pasaron a ser toboganes
en los que jugaban niños y jóvenes, que en ocasiones usaban para
resbalarse escobones y posteriormente, plásticos o chapas para evitar el
deterioro de la ropa.
Para superar esta dificultad, un grupo de
estudiosos, especializado en este campo de nuestro patrimonio
etno-arqueológico, ha dedicado bastantes meses para recoger toda la información
posible[7],
a lo que se ha añadido el posterior estudio correspondiente, con los resultados
que se ofrecen a continuación y que complementan la visión sobre las “peñas
sacras” de la antigua Hispania, al margen del propio interés que ofrecen
en sí mismas, tal como confirman sus paralelos en otras áreas de Europa
Occidental.
La importancia de las peñas resbaladeras nos ha
animado a emprender este trabajo sobre las de Extremadura dentro de una amplia
colaboración con otros equipos que trabajan en otras áreas de la Península
Ibérica, en especial en la zona de Salamanca y Zamora[8]y
en la de Ávila[9],
dentro de un esfuerzo colectivo para llevar a cabo el Corpus de “Peñas
Sacras” de la Península Ibérica (CPSPI), que cada día resulta más
necesario.
Historiografía
Las
“peñas resbaladeras” se relacionaron desde el siglo XIX con ritos de
fecundidad, por lo que fueron estudiadas junto a otras “peñas sacras “por los folkloristas y arqueólogos de la
época dentro del interés de los anticuarios hacia los monumentos “celtas”, entre
los que se incluían las construcciones megalíticas y las peñas sacras asociadas
a ritos ancestrales. Estos estudios fueron sintetizados por el etnólogo y
folklorista francés Paul Sébillot[10]y
por el arqueólogo Salomon Reinach[11],posteriormente
seguidos por Pierre Santyvez[12]y
recogidos desde entonces en obras generales[13].
En
España estos estudios tuvieron seguidores, como Manuel de Assas en 1857[14]
y años después Joaquín Costa[15],quien
los recogió entre los cultos celtas de la Naturaleza, idea seguida por Marcelino
Menéndez Pelayo[16]. De manera paralela
fueron valorados en Portugalpor José Leite de Vasconcelos[17],especialmente
en su notable estudio sobre el Culto a las piedras, seguido de otros estudiosos, como Francisco
Martins Sarmento y Teófilo Braga[18].
En el siglo XX estos estudios prácticamente se abandonaron al caer en
creciente descrédito al no hacerse estos
estudios con metodología adecuada, pues los arqueólogos no sabían cómo datarlos
ni tenían seguridad para interpretar estos monumentos, ya que carecen de contexto
arqueológico y cultural, mientras que etnólogos y antropólogos los recogían de
pasada como elementos de la religiosidad popular, pero sin abordar nunca el un tema
tan esencial el de su origen. En consecuencia, apenas se prosiguió su
estudio, salvo algún caso aislado, como Julio Taboada[19].
Este panorama ha cambiado en los últimos 30 años.
Los trabajos de Benito del Rey y Grande del Brío desde el decenio de 1990
valoraron los santuarios de la zona de Salamanca y Zamora en la línea
tradicional[20], pero fue el altar rupestre
de Lácara, situado junto al famoso dolmen de corredor, la primera “peña sacra” estudiada como monumento
arqueológico[21].A partir de entonces se han
suscitado en el último decenio nuevos estudios y la publicación cada vez más
abundante de las peñas que se descubren[22],
lo que permite disponer de una documentación cada vez más sistemática de estos
monumentos que se extienden por toda la Península Ibérica, aunque predominan en
la Hispania silícea, por tierras de Portugal, Galicia, Zamora-Salamanca, Cáceres,
Ávila y Toledo, y llegan
a Ciudad Real y Andalucía Occidental, donde son menos frecuentes, pero también
se documentan por Burgos, Soria, los Pirineos,
Cataluña y el Levante.
En estos últimos años se ha
realizado un gran esfuerzo por valorar estos monumentos y, en especial, por recoger
y estudiar las tradiciones rituales a ellos vinculadas antes de que
desaparezcan o de que su memoria se pierda para siempre[23].
En este contexto se inserta el presente análisis de las “peñas resbaladeras” de
Extremadura, hasta ahora prácticamente inéditas en su mayoría, que constituyen
una parte significativa de las “peñas sacras”, por lo que deben considerarse, en
consecuencia, como monumentos de verdadero interés de nuestro rico Patrimonio
Cultural.
Definición y características
Las “peñas
resbaladeras” son peñas que ofrecen una superficie lisa e inclinada,
generalmente entre los 25º y los 30º, aunque alguna alcanza los 50º. En esa
superficie se observa una acanaladura, que generalmente mide entre 30 y 50 cm
de ancho, que es la huella del desgaste por roce producida al haberse resbalado
miles de veces por esa superficie de la peña. Esta acanaladura es el elemento que
caracteriza las “peñas resbaladeras”, pues permite identificar el rito
practicado en ellas, para el que se aprovecha la altura y la inclinación de la
pared, cuyo uso prolongado ha producido esa acanaladura. La longitud de la “resbaladera”
o zona desgastada al resbalarse varía notablemente de unos casos a otros, pero
siempre ofrece varios metros de recorrido, desde apenas 2 m, como las de Garrovillas
y Piornal en Cáceres, las de Almendralejo y Zafra en Badajoz o la de Arrabalde
en Zamora, además del caso excepcional de la Ermita de La Coronada en Villafranca
de los Barros, hasta casos que superan los
Estas peñas
resbaladeras son características de las áreas graníticas, puesto que las rocas
de granito parecen ser las más adecuadas para practicar este rito, aunque
también se documenta en rocas cuarcíticas en Badajoz, así como en la zona de
León y Zamora, y sobre rocas calizas en la España calcárea. El tamaño de la
roca utilizada para la “resbaladera” puede variar mucho, desde peñas aisladas
que apenas alcanzan los 2 m de altura, como la de Zafra en Badajoz o la de
Arrabalde en Zamora, hasta casos en que se utiliza un gran canchal de granito
que puede llegar a medir decenas de metros, si bien en esos casos la
“resbaladera” suele situarse, lógicamente, en la parte inferior y, como norma
general, hacia la parte central de la roca.
Catálogo-inventario
El Catálogo realizado debe considerarse una
primera aproximación al inventario razonado de todos los monumentos de este
tipo conocidos en Extremadura, cuyo número supera el medio centenar. Este
catálogo se ha organizado en dos partes, una dedicada a la Provincia de Cáceres
y otra a la Provincia de Badajoz. Para su realización se ha procurado seguir una
ficha tipo de cada monumento basada en las recomendaciones de la Reunión sobre Saxa
sacra celebrada en Huesca en 2016[24].Las
fichas se han organizado, dentro de
cada provincia, por municipios
dispuestos en orden alfabético. En ellas se hace constar el Nombre o denominación
popular de la piedra, o si este no se conoce, el del topónimo del lugar donde
se halla, junto al Municipio y la Provincia, seguida de su Localización (coordenadas geográficas)
y, a ser posible, su Altura en msnm y
la forma de Acceso. A continuación, la
Descripción incluye su Forma (tipo de peña, tamaño e
inclinación) y Estado de conservación,
y va acompañada del Contexto
medioambiental (paisaje, medio ambiente, proximidad a fuentes, etc.) y, si
se conoce, del Contexto arqueológico
(yacimientos próximos, vías y caminos antiguos, santuarios, etc.). Finalmente,
es muy importante la descripción de los Ritos
y de las Leyendas asociados, en los
casos en que se han podido documentar, así como las Observaciones que se consideren de interés. Por último, se indican los
Informantes y, en caso de existir, la
Bibliografía.
Para
facilitar el conocimiento y la localización de estos monumentos se ofrece a
continuación un listado de las peñas resbaladeras conocidas en la actualidad. Este
listado no pretende ser exhaustivo, sino que debe considerarse una primera
aportación al inventario de los monumentos conocidos, que debe completarse
progresivamente a medida que se identifiquen y den a conocer nuevas peñas
resbaladeras. Tampoco se ofrece la descripción y documentación de cada
monumento, pero se proporciona la información esencial y la bibliografía o
documentación de cada peña “resbaladera”, en muchos casos desconocidas o sólo citadas
en internet sin mayores precisiones.
El
listado se ha organizado por orden alfabético de los municipios de cada
provincia para facilitar la localización de las peñas(fig. 1):
Cáceres
1. Acebo,
El (https://www.verpueblos.com/extremadura/caceres/acebo/foto/786587/).
2. Aceituna:Resbalera
(Rodríguez Plasencia, 2017, 114)
3. Alcuéscar
(O. de San Macario y F. Saavedra, 2019.2.11).
4. Cáceres-Aldea
Moret (Rodríguez Plasencia, 2013, 95 s.)(fig. 2A).
5. Ceclavín
(https://docgo.net/view-doc.html?utm_source=ceclavin-su-vida-y-su-folklore-por-severiano-rosado-vidal;
2019.11.17) (fig. 2B)
6. Cilleros:
Peña Ronchadera, Santuario de la
Virgen de Navelonga (Rodríguez Plasencia, 2013: 90 s.)(fig. 3A)
7.
Cumbre,
La (Francesc Gómez y Oscar de San Macario, 2019.3)
8. Garrovillas:
Peña de la Resbalaera.
(Almagro-Gorbea et al. 2017: 114,
fig. 6).
9.
Hinojal
(J. Mª Díaz, del grupo “Anhinojo folk”, 10.1.2019)
10. Hoyos: La
Resbaladera (https://callejero.openalfa.es/hoyos; 2019.11.17)
11.
Huertas
de Ánimas, Trujillo: Peña Resbaladera
(J. A. Ramos, 12.8.2018).
12.
Malpartida
(O. San Macario, 12.2018)
13. Membrio: Lancha Resbaladera (https://www.verpueblos.com/extremadura/caceres/membrio/foto/1317339/consultado
28.7.2018)(fig. 3B)
14.
Montánchez:
La Resbaladera (desaparecida)
15.
Montehermoso
(D. Quijada González y F. Barroso, 2019-2-7).
16. Peraleda de la Mata: Refaraero(file:///C:/Users/usuario/Documents/Downloads/refaraero.pdf; 2019.11.17)
17.
Piedras
Albas: Peña resbaladera (http://www.verpueblos.com/extremadura/caceres/piedras+albas/foto/344970/; consultado 28.7.2018)
18.
Piornal:
Lancha Resbaladera. (Rodríguez
Plasencia, 2013: 95 s.; http://caceresnatural.blogspot.com.es/2010/07/el-tobogan-mas-antiguo-del-mundo.html; consultado 28.7.2018).
19.
Plasencia:
Peña Resbaladera. (http://lavozdemayorga.blogspot.com.es/2009_01_01_archive.html; https://www.facebook.com/plasencapital/posts/864977423643243:0; consultado 28.7.2018).
20.
Plasenzuela: Paraje
de “Las Resbaladeras”, (http://www.chdetrujillo.com/tag/2015/page/3/,
consultado 28.7.2018).(fig. 4A)
21.
Puerto
de Santa Cruz: Cancho Resbalizo
(Rodríguez Plasencia, 2013: 55-56).
22.
Puerto
de Santa Cruz: Peña resbaladera o Refalandero,
en la finca de La Chincheta pero ha sido destruida (Informante J. A. Ramos
Rubio, 21.8.2018).
23. Ruanes (J. A: Ramos
Rubio, 2019.4.27)
24. Santa Ana (J. A. Ramos
Rubio, 2019.4.27)
25.
Santibáñez
el Alto (F. Barroso, J. L. Rodríguez. Plasencia y O. de San Macario, 2019.2)
26.
Tejeda
de Tiétar: El Lanchar (V. Riolobos Peris, 2019.2).
27. Torremocha (http://extremambiente.juntaex.es/files/05AV_DAmbiental_TCH_2018.pdf; 2019.11.17)
28.
Torrequemada
(Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.)
29.
Trujillo:
Cerca de los Alcabuces, Peña Resbaladera
(O. San Macario, 2019.8.15)(fig. 4B)
30.
Trujillo:
Huertas de la Magdalena (J. A. Ramos, 12.8.2018).
31.
Trujillo:
Museo de Pizarro (C. Esteras, 2019.3).
32.
Trujillo:
Palacio de Lorenzana (C. Esteras, 2019.3).
33.
Valdeobispo:
Peña Resbaladera, al pie de la ermita
de la Virgen de Valverde (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.).
34.
Valencia de Alcántara (Rodríguez Plasencia,
2013: 95 s.)
35. Zarza la Mayor (J. M. Sánchez Benito, 2017)
Badajoz
36.
Almendralejo:
Piedra Resbaliza de la ermita de San
Marcos(http://www.celtiberia.net/es/conocimientos/?idp=6897;
consultado 28.7.2018) (fig.
5A)
37.
Arroyo
de San Serván: Peña Refalaera o Refaliza(http://www.celtiberia.net/es/conocimientos/?idp=6897&cadena=Pregunta#3; consultado 28.7.2018)(fig.
3C)
38.
Bienvenida:
La Resbaladiza (https://www.dices.net/espana/mapa-Badajoz-La-Resbaladiza-509247; consultado 2019.3.24)
39.
Burguillos
del Cerro 1: Resbaladera hacia el Castillo (M. Lima Díaz, 2019.4.6)
40.
Burguillos
del Cerro 2: Resbaladera del río (M. Lima Díaz, 2019.4.6)
41.
Campanario:
Resbaladera (M. Almagro-Gorbea, 2019.4)(fig. 5B)
42.
Campillo
de Llerena: Refalizo o Resbalizo, en el Castillejo
(http://lascuatrosquinas.blogspot.com/2007/07/r.html; consultado 2018-12-1)
43.
Fuente
del Arco (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.).
44.
Gargáligas
(Rodríguez Plasencia, 2013, 95 s.).
45. Guareña: Resbaladera (Rodríguez
Plasencia, 2017, 105).
46.
Higuera
de la Serena: Lancha refaera o lizaera(S. Guerra Millán, 6.4.2019)
47.
Hornachos
(Almagro-Gorbea, 4.2019)
48.
Jerez
de los Caballeros, 1 a 3: Resbalaera(D. García Sirgado, 7.4.2019)
49.
Llerena:
Refalaero de las Piedras Baratas (L.
Garraín Villa, 1.12.2018)
50.
Malpartida
de la Serena: Resbalaera(J. F. Benítez Bresca, 7.4.2019)(fig.
6A)
51.
Medellín:
Resbalaera(Mª R. Gil Casillas, Mª V.
Morcillo Guerrero y T. García, 4.4.2019).)
52.
Monesterio:
Resbaladera (https://www.dices.net/spain/mobile/map-Badajoz-Casilla-de-la-Resbaladera-2319680; consultado 2019.3.24)
53.
Montemolín:
“Peña Refalarera” (Rodríguez
Plasencia, 2013: 95 s.).
54.
Pallares, Montemolín: “Lancha Refaliza(Acosta, 2000, 10-11)
55.
Puebla del Maestre: “Lancha Refaliza(Acosta, 2000, 10-11)
56.
Santa
María de Navas, Montemolín: Lancha Refaliza (Acosta, 2000: p.
10-11)
57.
Usagre:
Piedra
Refaliza (Espino,
2015, 149 s. Y G. Arévalo Díaz, 5.4.2019)(fig. 6B)
58.
Valverde
de Leganés: Peña Resbalosa (Almagro-Gorbea,
4.2019)
59.
Villafranca
de los Barros: Resbaladera (M. García Cabeza, 2019-4-4)
60.
Zafra: Piedra Resbaliza (V. Sayago Redondo,
2018-11-27 y J. A. Ramírez, 3.4.2019).
Dispersión
Las peñas “resbaladeras” aparecen por gran parte de la Península Ibérica desde Galicia a Cataluña y
por el Sur hasta Andalucía Occidental, pero la mayoría se concentra en
las áreas graníticas occidentales, donde se conservan más del 80% de las
conocidas en España, dispersión que en gran medida coincide con las áreas atlánticas
habitadas por lusitanos en época prerromana[25].
A pesar de que todavía es limitada la
información que se dispone sobre estos monumentos, en la actualidad se conocen en
la Península Ibérica más de 275peñas resbaladeras, cantidad que debe
considerarse sólo una parte de las existentes, ya que las identificadas probablemente
no alcanzan el 50% de las que existen en realidad e incluso es muy posible que en
muchas áreas las conocida ni siquiera lleguen al 25% de las todavía conservadas.
A este hecho se añade que la información obtenida resulta bastante irregular,
pues varía mucho de unas zonas a otras según la calidad de los informantes, lo
que debe ser un estímulo para completar esta información en el futuro, en
especial para recoger los ritos y los mitos asociados.
Estas
peñas no son frecuentes en Galicia[26],
donde sólo se conocen unos 11ejemplares
y en Portugal solo se han documentado otros 15, que se extienden hasta el
Algarve, por lo que deben ser más frecuentes, pues es una tradición propia de las
áreas atlánticas, donde las peñas resbaladeras deben ser mucho más numerosas
que las conocidas hasta ahora.
En las tierras
graníticas que se extienden desde Zamora a Badajoz hasta Ávila son
especialmente abundantes y llegan hasta Toledo y el extremo de Ciudad Real, territorio
de un antiguo substrato de la Edad del Bronce relacionado con los lusitanos.
Frente a sólo 1 peña resbaladera en la provincia de León, el núcleo principal lo constituyen las
provincias de Zamora, con más de 36casos documentados, Salamanca, que alcanza los 48, Cáceres con 35, Badajoz con 25y Ávila con 81, aunque estos datos en gran medida reflejan el esfuerzo puesto
en la búsqueda y localización de estos monumentos por distintos equipos en las zonas
indicadas. Estas “peñas resbaladeras” están, por tanto, bien atestiguadas en Extremadura, pues las 59 conocidas en Cáceres y Badajoz deben ser más numerosas,
pues, aunque apenas han sido buscadas, aparecen por todas partes, salvo en algunas
áreas, como en las grandes vegas y en la comarca de Las Hurdes, “ya que tales
peñas suelen ser de textura granítica y Las Hurdes son todo un islote de
azulencas pizarras”[27].
Esta dispersión
prosigue por las áreas graníticas de la provincia de Toledo, en la que se
conocen 10 casos en los Montes de Toledo y la Sierra de San Vicente, a los que
hay que añadir 2en Ciudad Real. Su densidad disminuye hacia el Sur hasta Andalucía, donde apenas se conocen
3 testimonios en las provincias de Sevilla y
Huelva, que se relacionan con el topónimo Pedra de Escorregar, situado en Guia, Albufeira,
en el Algarve portugués.
Extraña
la aparente ausencia de estos monumentos en la Meseta Oriental y en el Sistema
Ibérico. En Aragón se conocen 3 casos en Huesca y, ya más al este, quedan
aisladas 1 en Teruel y 1 en Jérica, en el interior de la provincia de
Castellón, 1 en el Pirineo de Lérida y 1 en Gerona, en el interior del
Ampurdán. Esta dispersión evidencia que estos monumentos eran menos frecuentes en
la España calcárea, aunque los ejemplares atestiguados documentan la difusión
del rito hasta esas zonas y permiten relacionar las peñas resbaladeras de la
Península Ibérica con los paralelos existentes al norte de los Pirineos, ya en
las áreas meridionales de Francia (vid.
infra).
Denominación
Las
“peñas resbaladeras” ofrecen denominaciones diversas que tienen evidente
interés, pues sus variaciones geográficas reflejan tradiciones dialectales
consuetudinarias, que en algunos casos indican que la antigüedad de estas
prácticas ancestrales ha quedado reflejada en la dialectología local, un tema a
penas tratado en Extremadura[28],
donde, como suele ser habitual en manifestaciones de la cultura popular
tradicional, las peñas ofrecen denominaciones que tienen el interés de reflejar
una estrecha relación con variantes comarcales del habla popular.
Las
denominaciones hasta ahora documentadas, ordenadas de forma alfabética, son: Lanchar,
El -: Tejada de Tiétar, CC; Lizaera, Lancha -: Higuera de la Serena, BA;
Refaera, Lancha -: Higuera de la Serena, BA; Refalaera: Arroyo de
San Serván, BA y Llerena, BA; Refalandero, Peña del: Puerto de Santa
Cruz, CC; Refalarera: Montemolín, BA; Refaliza: Pallares,
Puebla del Maestre, Santa María de Navas, Usagre, Campillo de Llerena, BA; Refaraero:
Peraleda de la Mata, CC; Resbaladera: Burguillos del Cerro, BA;
Cáceres-Aldea Moret, CC; Campanario, BA; Fuente del Arco, BA; Garrovillas, CC;
Guareña, BA; Hoyos, CC; Huerta de Ánimas, CC; Membrio, CC; Montánchez, CC;
Piedras Albas, CC; Piornal, CC; Plasencia, CC; Jerez de los Caballeros, BA;
Monesterio, BA; Puerto de Santa Cruz, CC; Torrequemada, CC, Trujillo, Cerca de
los Alcabuces, CC; Valverde (Valdeobispo), CC; Villafranca de los Barros, BA;
Plasenzuela, CC; Resbaladiza, Bienvenida, BA;Resbalaera:
Malpartida de la Serena, BA; Medellín, BA; Resbalera: Aceituna, CC; Resbaliza:
Almendralejo, BA; Zafra, BA; Puerto de Santa Cruz, CC; Resbalizo: Gargáligas;
Resbalosa: Valverde de Leganés, BA; Resfalera, Canchal de la: Santibáñez el Alto; Ronchadera:
Cilleros.
Estas
denominaciones de las peñas resbaladeras de Extremadura son perfectamente comparables
a las documentadas en las aproximadamente 275identificadas
en la Península Ibérica, entre la que se utilizan las siguientes denominaciones
en orden alfabético: Arrastraculos: San Pablo de los Montes, TO; Corregosos o Corregosas: A Capela, C (de escorregar
o “resbalar deslizándose”); Desliçera (siglo
XVI): Gallegos de Solmirón, SA; Esbaradera:
Hoyorredondo, AV y Villar de Corneja, AV; Esbaraira
(considerada palabra mozárabe): San Pablo de los Montes, TO; Esbaruzadera en el Valle del río Corneja, en Ávila; Escorregar: Espondrinhas, Sabugal, POR;
Linhares da Beira, POR; Escurridía:
Ponte da Veiga, C; Escurriñadera:
Mazarambroz, TO; Escurriscidera: San
Pablo de los Montes, TO; Esvarona:
(de “esvararse” o “resbalarse”): Navalmoral de la Sierra, AV; Faraera (derefalaera):Agudo, CR; Lizaera: Higuera de la Serena, BA; Pandero de las Mozas: Muñotello, AV; Refalaera, Refalarera, Refaera o
Refaliza: diversos lugares
de la provincia de Badajoz; Refalandero: Puerto de Santa Cruz, CC; Refaraero:
Peraleda de la Mata, CC;Resbaladera/o:
numerosos lugares de las provincias de Ávila y Cáceres hasta la altura de Trujillo y Torrequemada y también
en Guareña, Badajoz, así como en la mayoría de las de la provincia de Salamanca
y parte meridional de Zamora y también en Cuerva, TO; Resbalera: Aceituna,
CC; Resbalaera:
Garrovillas y otros lugares de la provincia de Cáceres y Badajoz y Mironcillo,
AV; Resbalín, El: Sanabria, ZA; Resbalina: Abelón, ZA; Argañin, ZA;
Gáname, ZA; Bogajoy otros pueblos del Sayago, del campo de Ledesma y de la
provincia de Salamanca; Resbaliza/o: Gargáligas, BA, Almendralejo, BA y parte
meridional de la provincia de Badajoz; Resbalosa:
Valverde de Leganés, BA, Villanueva del Río y
Minas, S; Alosno, HU; Resfalera: Santibáñez el Alto, CC; Rodador: La Adrada, AV; Ronchadera: Cilleros, CC; Cillán, AV;
Hurtum pascual, AV; Narrillos de San Leandro, AV; Valdecasa, AV y, en catalán, Lliscador(“resbaladero”): Sarroca de
Bellera, L, y Rossoladora, derivado
de rossolar, “deslizar, resbalar”:
Cabanelles, GE.
La denominación más general es la de canto,
lastra, losa, piedra o peña seguida de un adjetivo, generalmente “resbaladera”, utilizada en la mayor
parte de la provincia de Salamanca y de Cáceres, pero que también se usa en diversos
lugares de las provincias de Zamora y Ávila. Como variantes locales
relacionadas, cabe señalar Resbalaera en
Garrovillas, CC y Mironcillo, AV, El Resbalín,
en Sanabria, Zamora, y Resbaliza en Almendralejo, BA y Resbalosa en Villanueva del Río y Minas, Sevilla y Alosno, Huelva. Más interés
dialectal ofrece la denominación de peña Resbalina conservada en numerosos pueblos del Sayago,
tanto de la provincia de Zamora, como Abelón, Argañín y Gáname, como los de Santiz,
Bogajo, Villamayor y Zarza de Pumareda, en la de Salamanca, en especial en la
comarca de Ledesma. De esta misma raíz, pero ya más evolucionada o deformada,
proceden las denominaciones de Refalaera, Refalarera o Refaliza de Arroyo de San Serván y de otros muchos lugares de
la provincia de Badajoz, como Refalareraen Montemolín, que también se
usa en Cilleros, Cáceres, denominación de la que sin duda procede la de Faraera,
de Agudo, ya al noroeste de
la provincia de Ciudad Real en contacto con Extremadura. Otra denominación
menos común, atestiguada en Higuera de
la Serena, es Lizaera <(des)liza(d)e(r)a.
En San Pablo de los Montes, Toledo, se documenta la
denominación mozárabe Esbaraira, probablemente relacionada con
el término “esbarar”<“resbalar”, que ofrece el interés de indicar que el
rito ya se practicaba hace al menos 1000 años[29],
pero también se denominan Peñas Esbaruzadera
en el Valle del río Corneja, en Ávila, lo que evidencia el arcaísmo de esa zona
abulense, lo mismo que la denominación de Esbaradera de Hoyorredondo, AV y Villar de Corneja, AV y, también,
la Lancha Esvarona (“resbalona”) de
Navalmoral de la Sierra, igualmente en Ávila y La Esbarosa de Tramacastilla, en la Sierra de Albarracín, Teruel[30].
En Toledo se usa asimismo la denominación de Escurriñadera, en Mazarambroz, y Escurriscidera, en San Pablo de los Montes, relacionadas con
“escurrirse”, raíz de la que procedería igualmente la denominación Escurridía, de Ponte da Veiga, en La
Coruña, y la de Escorregar,
documentada a lo largo de todo Portugal, por ejemplo en Espondrinhas, Linhares
da Beira y Guia, de las que, a su vez, debe proceder la denominación de Corregosos/as de A Capela, en La Coruña,
donde “escorregar” conserva el significado preciso de “resbalar deslizándose”.
Más aislada queda la denominación de Rodador,
de La Adrada, AV, que parece sugerir la idea de “rodar”, caso único entre todos
los conocidos.
Algunas
denominaciones tienen el interés de que hacen referencia más o menos explícita
al rito practicado originariamente, como Ronchadera,
utilizada en Cilleros, en Cáceres, y en Chamartín, Cillán, Hurtumpascual,
Martiherrero, Muñochas-Padiernos, Narrillos de San Leandro, Oco, Riofrío,
Robledillo y Valdecasa, en Ávila, ya que alude a las “ronchas” o erosiones que causa
la roca al resbalarse por ella con la piel desnuda. Esa misma idea refleja la
denominación Arrastraculos de San
Pablo de los Montes, Toledo, y de Rompeculos
de Garrovillas, Cáceres, y a la misma alude igualmente la de ElPandero de las Mozas, conservada en Muñotello,
Ávila, que, además, indica la práctica del rito por “mozas” o mujeres jóvenes.
En resumen, estas peñas en Extremadura se suelen denominar de formas muy
variadas,ronchadera, resbaladera,
refalarera, resbalera, resbalizo, refalandero, resfalera, etc., aunque en Cáceres,
como en Ávila ySalamanca, predomina resbaladera,
mientras que en las áreas extremeñas más meridionales, como la provincia de Badajoz,
seusarefalaera o incluso de refaraera[31].
El rito
A pesar de que el número de “peñas
resbaladeras” localizadas en Extremadura supera el medio centenar y, en un marco
más amplio, en la Península Ibérica se conocen más de 275, aunque deben existir
varios cientos, apenas quedan testimonios del ritual originariamente asociado a
estos monumentos. Todos los casos conocidos en la actualidad se han utilizado
hasta fechas más o menos recientes como lugar de diversión de chicos y chicas, que
se deslizaban por estas peñas a modo de tobogán, un juego popular no exento de
interés[32],
pero que no parece haber sido la función originaria de estas peñas. Sin
embargo, en la Península Ibérica apenas se ha podido documentar el rito originario
ni mitos ancestrales relacionados con estas peñas resbaladeras, que sí se
documentaron en Bretaña y en otras zonas de Francia en el siglo XIX (vid. infra), quizás por la vergüenza que
produce su relación con partes pudendas del cuerpo femenino y con ritos de
fecundidad extraños al culto católico, lo que dificulta obtener esta valiosa información.
Sin embargo, recientes investigaciones, en
especial las intensas prospecciones de Jesús Caballero en la Provincia de Ávila,
han permitido recoger algunos interesantes indicios de la relación originaria
de las peñas resbaladeras con un rito de fecundidad que antiguamente practicaban
las mujeres para casarse o para tener hijos[33],
como se atestigua en Francia (vid. infra).
En localidades
abulenses del Valle del río Corneja, como Hoyorredondo, Santa María del
Berrocal, Villar de Corneja, etc., se considera que por las peñas esbaruzaderas o esbaraderas únicamente deben deslizarse las niñas, pues parece
estar vetado a los varones, so pena de ser considerados “maricas” (sic), lo que evidencia que estos toboganes pétreo seran de uso
femenino. Todavía resulta más evidente que estas peñas resbaladeras estaban
relacionadas con ritos de fertilidad por la tradición conservada en Riofrío, en
el Valle Amblés, igualmente en Ávila, en la que se han conservado expresiones como
“¡Vete a la Ronchadera para que te
embaraces!” o “Fulanita, ¡ves!, ¡por ir a la Ronchadera!”.
Extremadura
también ha conservado algunos indicios de estos ritos. En Valdeobispo, Cáceres, al pie de la ermita de la Virgen de Valverde,
existe una resbaladera usada por los zagales y también por las mujeres
estériles “en la creencia de que la fricción del vientre con la roca, acabaría
con la esterilidad”, por lo que “se utiliza para resbalar el día de la romería,
que es el segundo domingo de Pascua”, y por ella se tiran tanto hombres como
mujeres. Otro caso es la Piedra Refaliza de Usagre, Badajoz, que tendría
una función parecida, ya que “decían los
antiguos que quien se resbalaba en esa piedra encontraba novio”[34].
Igualmente resulta bastante explícita la tradición conservada en la
localidad pacense de Burguillos del Cerro de asociar las peñas resbaladeras con
el embarazo, como indicaría el dicho popular “esta chica ha pasado por la piedra”,
con el sentido de que se ha quedado embarazada. Una idea parecida se
sobreentiende en Hinojal, Cáceres, donde se asocia el dicho popular de “tener
un resbalón” con la idea de quedarse embarazada, por lo que, ambos dichos, tan
populares hasta hace poco en muchas zonas de España, se relacionarían con la
tradición ritual de estas “peñas resbaladeras”.
En el
mismo sentido, el nombre de alguna de estas peñas alude a su
función femenina originaria, como el Pandero
de las Mozas, en Muñotello, Ávila, que indica que era utilizada por chicas
jóvenes para deslizarse sobre sus glúteos. Esta idea también aparece implícita
en el nombre de Ronchadera conservado en Cilleros, en Cáceres, y
en las peñas de Chamartín, Cillán, Hurtumpascual, Martiherrero,
Muñochas-Padiernos, Narrillos de San Leandro, Oco, Riofrío, Robledillo y
Valdecasa, en Ávila, lo mismo que en el de Rompeculos
de Garrovillas, en Cáceres. Y ese mismo sentido ofrece la denominación más
explícita de Arrastraculos,
conservada en San Pablo de los Montes, en Toledo. Aunque estos casos pudieran
ser referencias descriptivas en general, las denominaciones citadas deben considerarse
como indicios del rito originario, actualmente perdido, que consistiría en
deslizarse las mujeres jóvenes por la roca poniendo en contacto directo sus
glúteos con la piedra para lograr tener hijos, tal como documentan los
testimonios recogidos en Francia en el siglo XIX (vid. infra).
Otro indicio
indirecto de su carácter ritual es la reiterada ubicación de peñas resbaladeras
en la proximidad de santuarios o ermitas cuyas fiestas y romerías eran centros de atracción donde se conocían y ennoviaban chicos y chicas del territorio, como la Piedra Ronchadera de Cilleros ola Resbaladera situada al pie de la ermita de la Virgen de Valverde,
ambas en Cáceres. También en Badajoz algunas
de estas peñas se relacionan con ermitas y santuarios. UnaPiedra Resbaliza
existe cerca de la ermita de
San Marcos en Almendralejo, Badajoz, cuya fiesta se celebra el 25 de abril. La Resbalaera de Malpartida de
la Serena se asocia a la ermita y romería de San Isidro el 15 de Mayo. Otra Resbaladera del siglo XVIII forma parte de
la Ermita de La Coronada en Villafranca de los Barros, cuya festividad de celebra
el 8 de septiembre. Lo mismo ocurre en la Faraera de la ermita de San
Blas, de Agudo, Ciudad Real, cuya romería se celebra el 3 de
febrero.
También refleja un carácter ritual el hecho de
que, aunque algunas peñas han quedado actualmente dentro de la población, la
mayoría suelen estar situadas en pleno campo en lugares algo apartados, ya que la
práctica del rito requeriría discreción. En ocasiones, la peña resbaladera se
sitúa bajo una pileta u otro accidente natural o cerca de fuentes que se
visitan sólo en determinadas ocasiones, generalmente en una romería o en el
Lunes de Pascua o el Jueves Merendero, hecho que refuerza la idea de que estas
peñas estaban vinculadas originariamente a ritos de fecundidad.
Con esta
tradición ritual se relacionan algunas peñas
resbalinas de la zona de Salamanca, situadas en el campo fuera de la
población, tradición también conservada en Extremadura. Estas peñas eran el lugar
al que se acudía en fechas determinadas, como el “Jueves Merendero” y el “Lunes
de Aguas”. El Jueves Merendero es el jueves
anterior al Miércoles de Ceniza, en el que finaliza el Carnaval. Esta fiesta
tan popular en España se celebra tradicionalmente en Salamanca con una merienda
en un lugar determinado, que muchas veces se halla junto a la “resbaladera”,
para comer los primeros embutidos de la matanza cuando aún están tiernos. Era
una fiesta típica de los quintos o mozos
jóvenes, en la que, además de comer, los chicos
mayores bebían vino por primera vez[35].
Esta tradición parece indicar un antiguo rito de paso, al admitir ya como
“jóvenes” a los chicos antes considerados como niños, por lo que pudiera
considerase un rito paralelo al de resbalarse las chicas por la piedra para encontrar
novio y adquirir fertilidad, ya que en esa ocasión en algunos lugares también
se efectuaba el sorteo por insaculación para emparejarse mozos y mozas,
emparejamiento temporal que podía llegar a ser definitivo[36].
El Lunes de Aguas, celebrado el primer
lunes después del plenilunio de Pascua de Resurrección, era otra fiesta popular de la zona de Salamanca asociada a estas peñas.
Antiguamente fue muy popular por amplias áreas de la Meseta, pues suponía un
rito de ruptura con los días de duelo de Semana Santa y cerraba el ciclo del
calendario iniciado el Jueves Merendero. El Lunes de Aguas los pueblos
salmantinos se quedan vacíos, pues se organizan meriendas en las que se come
“el hornazo” en un lugar del campo predeterminado por la tradición[37],
muchas veces junto a una “piedra resbaladera”, fiesta en la que chicos y chicas
se conocían e iniciaban relaciones según ancestrales tradiciones que favorecían
la fecundidad[38].
Costumbres semejantes asociadas a estas peñas
resbaladeras también se han conservado en Extremadura, donde existen unos diez
casos que parecen confirmar la interpretación señalada(fig. 1). La peña
resbaladera de Cilleros, situada junto a la Virgen de Navelonga, se usaba en la
Romería celebrada el Lunes de Aguas, tras el primer domingo después de la
Pascua de Resurrección, a comienzos de la primavera, la fecha del año en que se
acudía al santuario a pasar el día y comer el típico hornazo. Lo mismo se puede
señalar en Alcuéscar, donde el Día de la Jira, que es el Domingo de
Pascua de Resurrección que coincide con el domingo siguiente a la primera luna
llena después del equinoccio de primavera, se iba a la peña resbaladera situada
cerca de la iglesia visigoda de Santa Lucía, tradición mantenida hasta inicios
del siglo XX. En la peña resbaladera de Aldea Moret, a la salida desde Cáceres
hacia Los Barruecos, se solía celebrar el Magosto,
tradición de asar las castañas el Día de Todos
los Santos, día en que las gentes iban a este lugar a encender un fuego
para calentar a las ánimas que rondaban alrededor y se asaban castañas en unas
estructuras denominadas calbotes, castañas
que se guardaban para la “noche de las ánimas”, la noche del 1 de Noviembre al
día de los Difuntos, que coincide con la fiesta
de Samain del calendario celta.
En Montehermoso se celebra la fiesta llamada Vaca-Mozas el 24 de agosto,
en la que muchachas elegidas del pueblo forman una comitiva con una capitana,
una abanderada, varias de alabarderas y otras denominadas
"espantaperros". Las alabarderas bailando al son de flauta y tamboril
llegan a la Peña Resbaladera, en la que la capitana persigue a la
abanderada, que se defiende bailando, y se disputan la bandera en el suelo.
Después se dirigen a la casa del alcalde y le piden repetidas veces "toro",
a lo que el alcalde accede a la tercera ocasión, y manda echar un novillo a la
plaza, que torean las mozas primero y al que después también los novios y
pretendientes[39].Otro ejemplo muy significativo
se ha señalado en la ermita de la Virgen de Valverde, patrona de Valdeobispo,
Cáceres, muy usada en tiempos pasados por los zagales, pero también “por las
mujeres estériles, en la creencia de que la fricción del vientre con la roca,
acabaría con la esterilidad”, por lo que “se utiliza para resbalar el día de la
romería, que es el segundo domingo de Pascua”. Las mismas tradiciones se extienden
por la provincia de Badajoz. La Piedra
Resbaliza de Zafra está situada cerca de la
explanada de la Fuente Santa, en la que se celebran fiestas populares como El
Aleluya del Domingo de Quasimodo, el primero después de Pascua, fiesta infantil
en la que los niños llevaban un corderito engalanado con adornos que después
era sacrificado para preparar la “caldereta “para la comida y también allí se
celebraba la Fiesta de la Chaquetía el día 31 de octubre, en la que las
familias iban a comerse las castañas, como en la resbaladera de Aldea Moret,
Cáceres. Igualmente, en Burguillos del Cerro se acudía junto a la Resbaladera
a celebrar el primer lunes después de la Pascua. En Usagre, la Piedra Refaliza se sitúa la 50 m de la
Fuente de La Cantamora, o de la LaLuná, cuyas aguas se tragan a una
bella mora, que emerge la noche de San Blas,el 3 de febrero, cuando el agua del
manantial refleja la luna. La Cantamora
canta mientras se peina sus cabellos con un precioso peine, pero la acompañan dos
toros negros, por lo que, quien la ve, muere indefectiblemente. También en
Malpartida de la Serena la Resbaladera se halla cerca de la ermita de San Isidro, cuya romería, a la que acude
gente de todo el territorio, se celebra el 15 de mayo.
Estos datos confirman
la relación de las peñas resbaladeras con ritos de fecundidad, celebrados casi
en las mismas fechas, relacionadas con el Lunes de Aguas y el Jueves Merendero en la zona de
Salamanca y también en Extremadura, lo que confirma que las peñas resbaladeras se
relacionan con ritos de fecundidad asociados a las fiestas de Primavera[40],
aunque también en dos casos, Aldea Moret y Zafra, parecen tener cierta relación
con el Día de Difuntos.
Por otra parte, apuntan igualmente al uso
ritual las acanaladuras o surcos pulidos que ofrecen la mayoría de estas peñas,
en algunos casos
profundos, pues testimonian una utilización muy prolongada,
sin duda durante siglos, que
se explica mejor por la función ritual de resbalar por la superficie inclinada de la peña a lo largo de los siglos que por
meros juegos infantiles. Este uso centenario lo confirma indirectamente la
denominación con una palabra mozárabe, Esbaraira,
de la peña de San
Pablo de los Montes, en Toledo, término muy similar al conservado en el
arcaizante valle del río Corneja, en Ávila y en las apartadas tierras de la
Sierra de Albarracín.
En consecuencia, a pesar de la dificultad que
presenta testimoniar el rito originario de las “peñas resbaladeras” en la
Península Ibérica y, en concreto, en Extremadura, pues resulta muy difícil datarlo
con precisión, resulta evidente su gran antigüedad, que confirma el hecho de
que el origen de estos ritos debe considerarse anterior a las creencias
cristianas, musulmanas y romanas, respecto a las que resultan del todo extraños,
lo que de nuevo obliga a considerarlo originario de tiempos prehistóricos
ancestrales. En este sentido, P. Sébillot[41] advirtió con
clarividencia que la práctica del rito en el gigantesco menhir de Loemariaker, en Morbinhan, debía ser necesariamente posterior al siglo XVIII, cuando tras
la caída del menhir se pudo practicar el rito sobre su superficie, a donde se
debió trasladar desde otro lugar anterior, lo que evidencia que el rito era anterior
al lugar donde se celebraba, hecho comparable en la Resbaladera de la Ermita de La Coronada en Villafranca de los Barros, posterior al
siglo XVIII. A estos casos se pueden añadir otras evidencias del traslado del rito
practicado en una “piedra sacra”, como ha ocurrido en la “Piedra de Responsos”
de La Hija de Dios, en Ávila[42],
y también en una “Pedra do matrimonio” del santuario de Nossa Senhora da Lapa,
en Portugal[43].
En consecuencia, como ya advirtió Sébillot (ibidem),se trata de ritos de
carácter ancestral, cuyo origen debe considerarse anterior a la elección de la
piedra en la que éste se practica.
Paralelos, interpretación y significado
El rito de deslizarse por una peña de superficie
inclinada es característico de muchas regiones de Europa, especialmente de las
zonas graníticas de la Europa Atlántica. Como se ha señalado, tenía la
finalidad de favorecer la fecundidad, ya que antiguamente se deslizaban por estas
peñas las muchachas jóvenes para casarse en el plazo de un año y las mujeres
para tener descendencia. Sin embargo, en la Península Ibérica apenas se han
conservado testimonios este interesante rito, pues las peñas resbaladeras han pasado
a ser usadas como toboganes para jugar los niños, práctica hoy día también ya casi
abandonada que representa el final de su uso milenario.
Los
testimonios del ritual conservados en Francia, recogidos en el siglo XIX cuando
todavía estaba vigente, indican que el rito consistía en resbalar sobre las
posaderas desnudas para que las partes genitales teóricamente estuvieran
directamente en contacto con la superficie de la piedra. El origen de este rito
puede proceder de la creencia de que el numen de la piedra contribuía a
que mujer engendrara, pues antiguamente se creía que en el interior de ciertas
rocas habitaban numina o seres sobrenaturales[44].
Para ser más precisos, se puede decir que el sacrum saxum o “peña
sagrada” era el sema o manifestación material visible del numen loci,
generalmente relacionado de algún modo con el antepasado ancestral[45],
por lo que su contacto confería poderes beneficiosos, generalmente relacionados
con la fecundidad. Esta creencia explica los ritos practicados, que se han mantenido
en algunas áreas atlánticas, como Cantabria, hasta el siglo XX[46].
Sobre este tipo de culto Mircea Eliade[47]
observó que “no va dirigido a la piedra en tanto que sustancia
material, sino al espíritu que la habita, al símbolo que la sacraliza” y, al comentar las observaciones hechas
por Paul Sébillot al analizar este rito de deslizarse sobre una piedra sacra
practicado por mujeres para tener hijos, señaló que “la piedra, la roca, el
monolito, el dolmen, el menhir, etc., ‘adquieren’ carácter sagrado gracias a la
impronta de esa fuerza espiritual, puesto que estamos en el área del
‘antepasado’, del muerto ‘fijado’ en una piedra con el fin de ser utilizado
como instrumento de defensa o para incrementar la vida”.
Las
peñas sacras documentadas en Extremadura se relacionan con las peñas similares de
la Península Ibérica y de otras partes de Europa, donde los testimonios
recogidos confirman y completan su carácter ritual originario, aunque en España
casi sólo hayan perdurado como juego de niños. Sébillot observó que en el siglo
XIX estas peñas deslizantes se extendían por gran parte de Francia[48].
Su distribución geográfica se concentra en Bretaña, pero también se documentan
por el norte, el oeste, el sudoeste, el centro y el sudeste, así como por las regiones
más orientales, en especial por las zonas alpinas y llegan hasta Alsacia y la Valonia
belga, así como a las áreas alpinas de Suiza, Norte de Italia, Alemania, especialmente
en los Alpes Bávaros, y de Austria, extensión que alcanza hasta
Grecia. Sin embargo, no se han señalado testimonios precisos en las áreas
celtas de las Islas Británicas[49].
En Francia
era donde hasta ahora se había señalado mayor número de peñas resbaladeras,
rito para el que a veces también se utilizaba un megalito[50].
Generalmente se practicaba en secreto y, en ocasiones, se dejaba como ofrenda
un trozo de tela o una cinta en un árbol cercano[51].
Los testimonios más numerosos se sitúan en la Bretaña, como la Pierre à glissade de Lesmont,en Plouër-sur-Rance[52] y el Menhir de Tremblaiso de la Thiemblaye, en Saint-Samson-sur-Rance[53], ambas en el departamento de Côtes-d'Armor. Otros
ejemplos se conservan en el departamento de Ille-et-Vilaine,
donde se conoce la Faix du Diable,en Mellé[54], la Roche Écriante de
Monthault, en el bosque de Mignon, con una inclinación de 45º, en la que el
rito se realizaba en secreto, yla Roche Écriante de
Saint-Georges-de-Reintembault[55],
otra en Plonéour-Lanvern y otra en Saint-Aubin-du-Cormier[56]
y en el departamento de Morbinhan el rito
se efectuaba en el gigantesco menhir caído de Loemariaker la noche del 1 de Mayo[57].
En Picardía
está la famosa Pierre Clouise, en Largny-sur-Automne, a la que se acudía el primer domingo de Cuaresma[58],
en el departamento de Aisne existen otras similares[59],
como la Pierre Glissoire,de Péroy-les-Gombries, en el de Oise. En la región de Île-de-Francese sitúan
la Roche à
glissade,de Ballancourt-sur-Essonne y la Roche à glissadedu Gros Mahaux, Moigny-sur-École, ambas
en el departamento de Essonne, y la
llamada Pied de femme,en Chevry-en-Sereine y la Pierre à
glissage de Fontainebleau, en el
de Seine-et-Marne. En la región Centro y en el Valle del
Loira cabe citar la Grosse Pierre d'Ymorville, en Prunay-le-Gillon,
en el departamento de Eure-et-Loir,en el Limousinel dolmen d'Urbe,
en Crocq,
departamento de la Creuse, y en Loches, departamento de Indre et Loire. Más al
sur, en la región de Midi-Pyrénéesestá el menhir
de Peyrelade, en Sauclières, en el departamento de Aveyron, y también se
conocen en la Provenza[60],
en Colombiers, Hérault[61]y
existía una Pierre glissante en
Hyères, departamento de Var[62],
y una variante del rito se documenta en Collobrières, Var, pues se practicaba
sobre las raíces de un gran castaño milenario[63].
En las
regiones alpinas de Francia cabe señalar un caso en Saint-Ours, en el valle de
Ubayette, en los Bajos Alpes[64],
la Pierre à glissade, en Chambéry,
Saboya,y la Pirra Liozet, en Thoiry, Jura[65]. Más al norte se conocía este rito en Saint-Alban,
en el departamento del Ain[66],
en Alsacia, la Puppelestein, en Rimbachzell[67], en el departamento de Haut-Rhin, y en
la Valonia de Bélgica, el rito se practicaba en la peña de Ride-Cul[68].
También son habituales en el norte de Italia las llamadas pietredellos civolo, por las que se deslizaban las mujeres
estériles con la esperanza de lograr tener hijos, como la Pietra delloscivolo del Santuario
de Machaby, Arnad, en el Valle de Aosta[69],
la Priascugente o Pietra dellos civolo en Scarpino, Génova
Sestri Ponente, la Pietra dellestreghe en
Gavenola, en el Valle Arroscia, provincia de Imperia, otras cuatro conocidas en
Moredina, Valle Albano, en la provincia de Como, otra en Brancolino, cerca de
Garda, provincia de Brescia. En la zona italiana del Tirol se conocen en la región
de Bolzano, en Taufers, en el Muenstertal, otra en Tarces, cerca de Malles,
ambas en el Vallede Venosta, otra en Appiano, otra en Castel Feder, entre Val
Lagarina y Val di Fiemme, otra en Elvas[70],
sobre Bressanone, peña que ofrece nueve cupulitas en grupos de tres que se han
relacionado con los meses de gestación, y en
Merano[71],pero
ya no se citan fuera de las áreas alpinas y de la Liguria. Igualmente, este
rito se documenta en Suiza, como la Pirra Louzenta (“glissade”), de Vissoye,
en el Valais, y la Kildlsteino “Pierre des Nouveau-nées”, de Argovie[72]. En Estiria, Austria, se puede señalar la Heiratsstein de Brandhof, donde
chicas y mujeres se resbalaban de espaldas para casarse antes de un año[73].
El rito se extendía hasta Grecia, pues en Atenas hasta el siglo XIX que las mujeres en cinta
se sentaban en un asiento tallado en una peña sobre un pequeño arroyo en la
vertiente septentrional de la colina de las Ninfas y después se dejaban
resbalar de espaldas implorando a Apolo para tener un buen parto[74]
y también cerca de la fuente de Callirrhoe había una con la peña a la
que se frotaban las mujeres que deseaban quedarse embarazadas implorando a las Moirai[75].
Las Ninfas eran divinidades protectoras del parto y de la fecundidad, por lo
que este rito, que se practicaba de noche a la luz de la de luna[76],
procedería de la Antigüedad. Mircea Eliade lo interpretó como “un cambio de
significación de un rito, en el que la piedra de fecundación se convierte en
piedra de parto”[77], aunque es evidente que
ambas ideas se asocian a la fecundidad. Aún puede resultar más sorprendente la
práctica del rito en Túnez, donde las mujeres deseosas de tener un hijo se resbalaban
25 veces en distintas posturas por una peña de 5 o 6 m situada junto al marabut
de Sidi Fathallah[78],
lo que confirma la extensión y por ende la gran antigüedad del rito, sin duda
de origen prehistórico muy anterior a la Europa céltica.
Los autores
del siglo XIX pudieron observar estas prácticas cuando todavía eran habituales,
por lo que Sébillot y otros estudiosos[79]pudieron
recoger una interesante documentación sobre estos ritos de fecundidad de origen
prerromano asociados a las peñas resbaladeras o roches écriantes, junto
al que existían otros tipos de peñas sacras todavía estaba extendidos, como la costumbre
citada de friccionar la mujer su cuerpo desnudo contra un menhir o una peña
sacra para tener hijos las mujeres estériles o para conseguir casarse en un año
o, incluso, para sanar de alguna enfermedad, pues ambos ritos deben
considerarse relacionados.
Estos
ritos ofrecen diversas variantes. En la zona de Ille-et-Vilaine, en la Bretaña,
las chicas se deslizaban en secreto con la piel desnuda en contacto con la
piedra para cumplir el rito, tras lo que dejaban una cinta u otra prenda de
vestir, mientras que en el gigantesco menhir caído de Locmariaker, en Morbihan, se resbalaban
la noche del 1 de mayo, lo que recuerda el rito practicado en Atenas a la luz
de la luna (vid. supra). En la Rocher
Lesmond, en Plouër-sur-Rance, el rito
lo practicaban muchachas jóvenes que se deslizan 7 veces sobre sus glúteos desnudos
para casarse antes de que pasase un año[80]. En Bonduen, una población de la Provenza,
el rito se practicaba en el día de la fiesta patronal[81], mientras que en Collobrières, en el
departamento del Var, se realizaba sobre las raíces de un gran castaño
milenario[82], etc.
Sébillot
señaló la presencia de ritos comparables en las Islas Británicas, en especial
en Cornualles, como la Tolven Stone, situada cerca de Helford, aunque en
este caso la mujer debía pasar desnuda porun agujero para lograr la fertilidad[83]y
ritos semejantes se documentan en Escocia. En Galicia, Fernando Alonso Romero
ha documentado ritos de este tipo[84],
relacionados con los de Bretaña y de otras regiones de Europa, como el
practicado en el castro de Cabañas, al NE de Pontedeume, en La Coruña, hasta
mediados del siglo XX, donde las mujeres estériles rozaban su vientre con una
peña para tener hijos[85],
tradición que se cristianizó al adoptarse la costumbre de frotarse con imágenes
de santos con las mismas finalidades mágicas[86].
Conclusiones
Las “peñas resbaladeras” que vemos en muchos pueblos
de Extremadura, usadas hasta hace poco como toboganes de niños, son monumentos
de gran interés, aunque apenas habían sido estudiadas alno considerar entre las
“peñas sacras”. Estas peñas, integradas en el paisaje físico y humano de los berrocales
extremeños, por su origen y por sus ritos originarios, permiten introducirse en
una visión mágica y sobrenatural del mundo y del paisaje que ha perdurado en el
folklore hasta nuestros días, ya que esta tradición popular, originaria de remotos
tiempos prehistóricos, testimonia creencias animistas ancestrales, como hace
más de 100 años señalara Marcelino Menéndez Pelayo, quien consideraba que “la litolatría es una de las formas más
antiguas del culto naturalista”[87].
Las “peñas
resbaladeras” se caracterizan por ofrecer en su superficie inclinada la huella de
haberse resbalado por ella miles de veces. Son características de las áreas
graníticas y cuarcíticas occidentales de la Península Ibérica que forman parte
del paisaje de Extremadura, pero el rito también se documenta en la España
calcárea y en otras partes de Europa. En Extremadura se ha
identificado en este trabajo más de medio centenar de “peñas “resbaladeras”, la
mayoría hoy asociadas a juegos de niños. Sin embargo, su dispersión y el estudio
de los restos conservados de su rito originario, prácticamente desaparecido en
la actualidad, confirman que forman parte de las “peñas sacras”. Dentro de
éstas, su función se relacionaba con la fertilidad, probablemente en ritos de
paso celebrados en primavera, lo que confirma su interés, pues pueden
compararse a las de otras regiones atlánticas y de Europa Occidental, que
ofrecen testimonios similares, no siempre bien documentados. En consecuencia, las
“peñas resbaladeras” es el tipo de peña sacra más numeroso existente y uno de
los más característicos y de mayor interés. Su función de fertilidad, que se
confirma en Extremadura, es similar a las de algunas peñas oscilantes, la
mayoría actualmente destruidas, como El
Cancho que se menea de Montánchez[88],
El Bodegón de Garrovillas[89]
y la Lancha de Valdejuán, en Casar de Cáceres, que movían las
mujeres estériles tras yacer junto a la peña con su marido[90].
Las 60 “peñas resbaladeras” de Extremadura
analizadas en este trabajo son un número considerable, que da idea de su
popularidad, pues equivalen aproximadamente a una peña cada 800 km2,
aunque su número real debe ser más elevado, pues muy probablemente supera el doble
de la cifra señalada. Esta proporción, sin embargo, todavía resulta más elevada
en otras provincias próximas de las áreas graníticas occidentales, pues en Zamora
se conocen 36 peñas resbaladeras, que suponen 1 peña cada 300 km2;
en Salamanca se conocen 48, que suponen 1 cada 250km2 y en Ávila hay
más de 80, por lo que la proporción casi alcanza 1 peña cada 100 km2.
La conclusión que se deduce es que las más de 275 peñas resbaladeras actualmente
localizadas en la Península Ibérica, número que sin duda debe ser muy inferior
a la realidad pues muchas de ellas son todavía desconocidas, la zona granítica occidental,
de la que forma parte Extremadura, es la región de Europa donde estos
monumentos están mejor atestiguados, más incluso que en la Bretaña, lo que evidencia
el interés de su estudio e interpretación, hasta ahora desconocido.
Basta este hecho para comprender la importancia que
tiene valorar las “peñas resbaladeras”
de Extremadura para contribuir a su conocimiento e inventario y para que
se documenten los casos aún no identificados, que deben ser numerosos. En especial,
hay que llamar la atención para que se recojan cuanto antes todas las
tradiciones y mitos asociados, que están al borde de desaparecer para siempre,
lo que va a dejar en la oscuridad el interesante significado de estas “peñas
sacras”. El reciente análisis del “paisaje sacro” de Garrovillas ha puesto en
evidencia la importancia de estos monumentos de la Hispania prerromana para comprender cómo
concebía el hombre prehistórico el “paisaje“ como algo “sagrado”, pues estas peñas sacras permiten
reconstruir la casi desconocida religión prehistórica popular, en la que los elementos
de la naturaleza serían un “paisaje sagrado” vivo y “mágico”, por lo que su
análisis, propiciado por nuevos hallazgos como los recogidos en este artículo,
permitirá conocer cada vez mejor estos ritos ancestrales de origen prerromano y,
a través de ellos, la mentalidad, las creencias y la concepción del mundo, un campo
de estudio del mayor interés[91].
Las “peñas
resbaladeras” identificadas en Extremadura, como las restantes “peñas sacras” y montes,
fuentes, lagunas y ríos, árboles y bosques, cuevas y abrigos, caminos, encrucijadas, vados y collados, eran considerados entes dotados con su
propia anima o numen, de carácter divino y por tanto sacro, por
lo que serían objeto de devoción y a los que el hombre debía aproximarse por
medio de ritos que revela una visión
sobrenatural o “mágica” del paisaje, que cabe denominar como “paisaje sacro”,
una concepción sin duda de origen prerromana, pero prácticamente conservado
casi hasta la actualidad en un verdadero proceso de “larga duración”.
Por ello, este trabajo no reduce a identificar e
inventariarlas 60 “peñas resbaladeras” actualmente conocidas, sino que estos
monumentos se estudian con una
perspectiva general para aproximarse a los ritos originales que explican el carácter
sagrado de las “resbaladeras” asociado a la fecundidad. Al mismo tiempo, pretende llamar
la atención para que se estimule la localización e inventario de todos estos monumentos
etno-arqueológicos, algunos ya destruidos y otros en peligro de desaparecer. En
especial, hay que insistir en la importancia que tiene documentarlos ritos y
mitos asociados que todavía se conservan y el recoger estos monumentos en los
estudios arqueológicos del territorio, pues forman parte de nuestro Patrimonio Cultural.
Por último, también se deben proteger para evitar su pérdida, pues estas “peñas
sacras”, hoy en serio peligro de desaparición, son el testimonio de un “paisaje
sacro” ancestral de origen prehistórico de enorme interés, que permite conocer
aspectos esenciales de nuestra personalidad cultural, por lo que constituye una
parte esencial del Patrimonio Arqueológico y Etnológico de Europa.
FIGURAS
1.-Peñas resbaladeras de
Extremadura (los puntos negros indican restos del ritual).Cáceres:1,El
Acebo; 2 Cilleros; 3, Hoyos; 4, Santibáñez el Alto; 5, Aceituna; 6,
Montehermoso; 7, Valdeobispo; 8, Plasencia; 9, Piornal; 10, Tejeda de Tiétar;
11, Peraleda de la Mata; 12, Huertas de Ánimas, Trujillo; 13-16, Trujillo; 17,
Hinojal; 18, Garrovillas; 19, Zarza la Mayor; 20, Ceclavín; 21, Piedras Albas;
22, Membrio; 23, Valencia de Alcántara; 24, Malpartida; 25, Cáceres-Aldea
Moret; 26, Torrequemada; 27, Torremocha; 28, Santa Ana; 29, Ruanes; 30; La
Cumbre; 31, Plasenzuela; 32-33, Puerto de Santa Cruz; 34, Montánchez; 35,
Alcuéscar. Badajoz:36,Gargáligas; 37, Medellín; 38, Guareña; 39,
Campanario; 40, Arroyo de San Serván; 41, Almendralejo; 42, Valverde de
Leganés; 43, Villafranca de los Barros; 44, Malpartida de la Serena; 45,
Higuera de la Serena; 46, Campillo de Llerena; 47, Hornachos; 48, Zafra; 49-50,
Burguillos del Cerro; 51, Jerez de los Caballeros; 52, Usagre; 53, Bienvenida;
54, Llerena; 55, Monesterio; 56, Montemolín; 57, Pallares-Montemolín; 58,
Puebla del Maestre; 59, Fuente del Arco; 60, Santa María de Navas.
2A,
Resbaladera de Aldea Moret, Cáceres. 2B, Resbaladera de Ceclavín,
Cáceres.
3A,
Ronchadera de la
ermita de Navelonga, patrona de Cilleros, Cáceres. 3B, Lancha resbaladera de Membrío, Cáceres. 3C, Peña Refalaera
o Refaliza de Arroyo de San Serván, Badajoz.
4A,
Resbaladera de Plasenzuela, Cáceres. 4B, Resbaladera de los
Arcabuces, Trujillo, Cáceres.
5A,
Peña Resbaliza próxima a la Ermita de San Marcos, Almendralejo, Badajoz.
5B, Resbaladera de Campanario, Badajoz.
6A, Resbalaera del Rodandero en
Malpartida de la Serena, Badajoz. 6B, Piedra
Refaliza de Usagre, Badajoz, con la Fuente de la Cantamora al fondo bajo el puente.
[1]Almagro-Gorbea,
M. y Jiménez Ávila, J. “Un altar rupestre en el Prado de Lácara (Mérida). Apuntes para la
creación de un parque arqueológico”, El Megalitismo en Extremadura (Homenaje
a Elías Diéguez Luengo) (Extremadura Arqueológica 8), Mérida, 2000, págs.
423-442; Correia Santos, Mª J.
“El santuario rupestre del Pico de San Gregorio, Santa Cruz de la Sierra,
Cáceres “, Paleohispanica, 14, 2014, págs. 89-128; Esteban Ortega, J., Ramos Rubio, J. A. y San
Macario, O. de. “El Complejo arqueológico de San Juan el Alto de Santa
Cruz de la Sierra”, Revista Alcántara,
79, 2014, págs. 11-28; ID., "La Peña Buraca
y el entorno arqueológico", Tabularium, 4,1, 2017a, págs. 77-79; IID., "El complejo arqueológico de La Zafrilla (Malpartida de Cáceres).
Parajes en torno a los Barruecos, parte III", Revista D&M, 62, 2017b, págs. 12-15; Ramos,
J. A., Esteban, J. y San Macario, O. de. “Ruta Arqueológica por tierras de
Malpartida de Cáceres”, Revista Alcántara
81, 2015, p. 11-33; Rodríguez Plasencia,
J. L. “El Santuario de la Virgen de Navelonga, de Cilleros ¿un lugar
mágico”, Alcántara, 79, 2013, págs. 83-96. (http://ab.dip-caceres.org/export/sites/default/comun/galerias/galeriaDescargas/archivo-y-biblioteca-de-la-diputacion/Alcantara/05-078-alc/05-078-007-El_Santuario.pdf; consultado
28.7.2018), p. 95 s.; etc.
[2]Almagro-Gorbea,
M. y Gari, A.(eds.).Sacra Saxa. Creencias y ritos en peñas sagradas, Huesca, 2017.
[3]Almagro-Gorbea, M., Barriga, J., Martín Bravo, A.
Mª., Perianes, E., Díez González, V. “El ‘paisaje sacro’ de
Garrovillas de Alconétar (Cáceres)”, Revista
de Estudios Extremeños, 73,1, 2017,págs. 91-134.
[4]Almagro-Gorbea
y Jiménez Ávila, 2000; Almagro-Gorbea, M. “El ‘Canto de los Responsos’ de Ulaca
(Ávila): un rito celta del Más Allá”, Illu11, 2006, págs. 5-38; id.,
“Sacra Saxa. ‘Peñas Sacras’ propiciatorias y
de adivinación de la Hispania Celtica”,
Estudos Arqueológicos de Oeiras 22, 2016, págs. 329-410; id.“Sacra Saxa: propuesta de clasificación y de metodología
de estudio”, en Almagro-Gorbea, M. y Gari, A.(eds.), 2017, págs. 10-33; Fabián, J. F. “Altares rupestres, peñas sacras y rocas con cazoletas. Ocho nuevos
casos abulenses y uno salmantino para la estadística, el debate y la reflexión”, Madrider Mitteilungen, 51, 2010, págs. 222-267; Correia Santos, Mª J. Santuarios rupestres
de la Hispania indoeuropea (Tesis Doctoral), Zaragoza, 2015 (https://zaguan.unizar.es/record/31628/files/TESIS-2015-069.pdf); Almagro-Gorbea,
M. y Gari, A. (eds.). 2017; etc.
[5]Almagro-Gorbea, M. 2017,
p. 18.
[6]Rodríguez
Plasencia, J. L. “La
matanza en Extremadura (estudio etno-folklórico), II”, Revista de Folklore 407, 2016, p. 15.
[7] Julio Esteban Ortega,,
José Antonio Ramos Rubio y Óscar San Macario han documentado las peñas
de la provincia de Cáceres y Martín Almagro Gorbea, las de Badajoz, aunque el
catálogo se ha realizado de forma conjunta.
[8]Almagro-Gorbea,
M. y Sánchez Benito, J. M. “Las “peñas resbaladeras” en la provincia de Zamora. Nuevas “peñas sacras”
en la Península Ibérica”, I Congreso Internacional
de los Paisajes Culturales Sagrados. Zamora, 2018 (en prensa).
[9]Almagro-Gorbea,
M. y Caballero Arribas,
J. “Las peñas resbaladeras de la Provincia de Ávila”, VIII Jornadas de Arqueología del Valle del Duero, Ávila,
2018 (en
prensa).
[10]Sébillot, P. (1882, 1902, 1904,
335 s.,1906, 1908;ID. Les Littératures populaires de toutes les
nations. Traditions et superstitions de la Haute-Bretagne, Maisonneuve,
1882; ID., “Le culte des pierres en France”, Revue de l'École d'Anthropologie de Paris,
12, 1902, págs. 175-186
y 205-247; ID.“The Worship of Stones in France”, American Anthropologist4,1, n.s., 1902a, págs.
76-107 (http://www.jstor.org.bucm.idm.oclc.org/stable/658930;
consultado 2.8.2018); ID. Le FolkLore de la
France, I. Le ciel et la terre (1904), II, La mer et les eaux douces (1905),
III, La faune et la flore (1906),
Paris (reed. 2014) ; ID., Le
paganisme contemporain chez les peuples celto-latins, Paris, 1908.
[11]Reinach, S. “Les monuments de
pierre brute dans le langage et les croyances populaires”, Revue Archéologique, série III, 21, 1893, págs. 195-226, 329-367
(reed. en Cultes, mythes et religions,
III, Paris, 1913, págs. 364-448).
[13]Lang, A.Myth,
Ritual and Religion, I, London, 1887; Eliade,
M. Tratado de Historia de las Religiones (reed.),
México, 2007, p. 206 s; Sartori,
P. s.v. “Gleiten”, en E. Hoffmann-Krayer y H. Bachtold-Staubli(e.),Handwörtembuchdes deutsches Aberglaubens III, Berlin, 1987; etc.
[14]Assas, M. de.“Nociones fisionómico-históricas de la
Arquitectura en España”, Semanario Pintoresco Español, 22, Madrid, 1857.
[15]Costa, J. Poesía popular española y mitología y literatura celto-hispánicas2,
Madrid, 1888, p. 258.
[16]Menéndez
Pelayo, M. Historia de los Heterodoxos Españoles I2,
Madrid, 1911, p. 120.
[17]Leite de Vasconcelos, J.Tradições populares de Portugal, Porto, 1882, p. 89 s.
[18]Martins Sarmento, F. “Materiães para a arqueologia
do concillio de Guimarães”, Revista Guimarães 1,4, 1884, p. 161-189; Braga, T. “Supertiçoes populares
portuguesas”, O pobo portugues nos seus costumes, crenças e tradiçoes,
I-II, Lisboa, 1885.
[19]Taboada, X.O culto das pedra no noroeste Peninsular, Verín, 1965, p. 12 s.; ID. Ritos
y creencias gallegas2, La Coruña, 1982.
[20]Benito del
Rey, L. y Grande del Brío,
R. Santuarios rupestres prehistóricos en las provincias de Zamora y
Salamanca, Salamanca, 1992; ID., Santuarios rupestres prehistóricos en el centro-oeste de España, Salamanca, 2000; etc.
[21]Almagro-Gorbea,
M. y Jiménez Ávila, J.
op. cit., 2000.
[22]Correia Santos, J. 2014, págs. 89-128;
ID., 2015.
[23]Almagro-Gorbea,
M. y Gari, A.(eds.), op. cit. 2017.
[24]Navarro, J. M. “Piedras
sagradas en el Alto Aragón. Una propuesta de metodología para su estudio y
clasificación” en Almagro-Gorbea, M. y Gari, A. (eds.). 2017, op.
cit., págs. 284-302.
[25]Almagro-Gorbea, M. “Los
Lusitanos”, en Protohistoria de
la Península Ibérica del Neolítico a la Romanización, Burgos, 2014, págs. 183-194.
[26]Feijoo, V. “Las motivaciones
de los nombres de las piedras en Galicia. Cultos, ritos y leyendas”, Els noms en la vida quotidiana. Actes del
XXIV Congrés Internacional d’ICOS sobre Ciències Onomàstiques. Annex Secció 6, 2001,
§ 6 (http://www.gencat.cat/llengua/ BTPL/ICOS2011/116.pdf) (consultado el
25.3.2016).
[27]Rodríguez
Plasencia, J. L. “Nuevas
anotaciones de demosofía extremeña”, Alcántara 85, 2017, p. 115 (http://ab.dip-caceres.org/export/sites/default/comun/galerias/galeriaDescargas/archivo-y-biblioteca-de-la-diputacion/Alcantara/05-085-alc/85-06.pdf; consultado 2019.8.5).
[28]
Rodríguez Plasencia,J. L. 2017, op. cit., p. 113, para quien ronchadera–resbalínes
un sustantivo no recogido en el Diccionario de la Real Academia Española:
“es un localismo que designa una roca inclinada y llana que sirve en ciertas
localidades para que los jóvenes y menos jóvenes se deslizasen por ella como
divertimento”.
[29]Sánchez
Miguel,
J. M. “Mozarabismos y Arabismos en Los Montes de Toledo”, Revista de
Estudios Monteños100, 2002,
p. 45.
[30]Catalán, P. y
Magallón, J. Lítica.
100Piedras singulares de Teruel, Teruel, 2019, págs. 208-209.
[31] Rodríguez Plasencia, 2017, p. 95 s.
Véase Refalaero: Lugar para juegos infantiles que emula un tobogán (Diccionario Virtual de
Extremadura: Vocabulario de Logrosán,http://diccionariovirtualextremadura.blogspot.com/2019/01/vocabulario-de-logrosan.html; consultado
2019.3.24); Refaraero: Tobogán o sitio propicio para
deslizarse resbalando, aunque coexisten las versiones con f (refaraero) y con l
(refalaero). “M'he roto la culera e los pantalones en el refaraero”, Diccionario Dialectal Peralêo -
Peraleda de la Mata, Cáceres (España) (https://raicesdeperaleda.com/diccionario/palabra/ficha/refaraero/532; consultado
2019.3.24)
[32]Rodríguez
Plasencia, J. L. 2016, p.
15.
[33]Almagro-Gorbea, M. y Caballero,
J. e.p.
[34]Espino, I. J.50 Lugares mágicos de Extremadura, Pontevedra, 2015, p.
149 s.
[35] Agradecemos a J. M. Sánchez Benito esta amable comunicación personal.
[36]Moya, P. R. Paleoetnología de la
Hispania Céltica (Tesis Doctoral, Universidad Complutense), Madrid, 2012, págs. 270, 447.
[37]Jordán, J. F. “De las
fiestas del Lunes de Aguas al cortejo de San Genarín: caos ritualizado,
avatares del carnaval”. Culturas
Populares. Revista Electrónica 7, 2008, p. 21 (http://www.culturaspopulares.org/textos7/articulos/jordan.pdf; consultado
28.8.2018).
[38]Caro Baroja, R.La estación de amor (Fiestas populares de mayo a San Juan), Madrid,
1979.
[39]Paniagua, J. A. “Extremadura en la obra etnohistórica de Julio
Caro Baroja”, Revista de Estudios
Extremeños 58,3, 2002, págs. 901-940.
[40]Caro Baroja, J., op. cit., 1979.
[41] SÉBILLOT, P. 1904, p. 336.
[42]M. Almagro-Gorbea y J. Caballero, observación personal.
[43]Almagro-Gorbea, M. 2016,
p. 355, fig. 39-40.
[44] SÉBILLOT, 1904, p.
334; TABOADA, X.1982, p. 162; ALONSO ROMERO, F. “Análisis etnográfico y
arqueológico de una Diosa Madre en el petroglifo del Outeiro do Filladuiro en
Mallou (Carnota, A Coruña): «Coviñas» y círculos”, Anuario Brigantino 30, 2007, nº 30, p. 34 s.
[45]Almagro-Gorbea, M. 2017, p. 18 s.
[46]Llano, M. Obras
completas, II, Santander, 1968, p. 567.
[47]Eliade, M. Tratado de historia de las religiones, Barcelona,1990, p. 257 s.
[48]
SÉBILLOT, P. 1904, p. 334 s.
[49]BYGHAN, Y.Modern Druidism: An Introduction, Jefferson (North Carolina), 2018, p. 62.
[50]Véase «Pierre à glissade», enhttps://fr.wikipedia.org/wiki/Pierre_%C3%A0_glissade;consultado 30.7.2018.
[51]
SÉBILLOT, P. 1904, p. 336.
[52] PEIGNE, J. M., Dinan
et ses environs, Dinan, 1862,
p. 172 (http://fr.topic-topos.com/roche-de-lesmont-plouer-sur-rance, consultado 12.2.2017); SÉBILLOT, P. 1904, págs. 335, 336 y 407.
[53]https://fr.wikipedia.org/wiki/Pierre_%C3%A0_glissade#/media/File:Menhir_de_la_Tremblais.jpg;
consultado 30.7.2018.
[54]Danjou de la Garenne, TH. “Statistique
des monuments celtiques de l’arrondissement de Fougères”, Bulletin et mémoires de la Société archéologique du département
d’Ille-et-Villaine, 1862 (Rennes 1863), págs. 56-57.
[55]Danjou de la Garenne, TH.1862, págs.
57-58 y 58-59.
[56]COSSON, J. M., Les Mystères de France, Paris, 2009, págs. 18-19.
[57]
SÉBILLOT,P. 1904, p. 336.
[58]MICHAUX, A.Histoire
de Villers-Cotterêts, Paris, 1867; http://villerscotterets.over-blog.com/article-143-foret-de-retz-la-pierre-clouise-ou-la-legende-des-femmes-tuees-98761907.html, consultado el 10.4.2019.
[59] FLEURY, E.Antiquités et monuments du
département de l'Aisne, I, Paris, 1877, p. 105; SÉBILLOT, P.1904, p. 338.
[60]BERENGER-FERAUD,
L. J. B., Superstitions et survivances étudiées du point de vue de leur origine
et de leur transformation, II, Paris, 1896, p. 192.
[61] CAUMONT,
A. MARQUIS de. Cours d’antiquités monumentales…, I, Caen, 1830, p. 120.
[62]SÉBILLOT,
P. 1904, p. 338.
[63]SÉBILLOT,
P. 1906, p. 425.
[64]RIALLE, G. DE.Mythologie
comparée, Paris, 1878, p. 29; SÉBILLOT, P. 1904, p. 336.
[65]REBER,
B.“Les Gravures pédiformes sur les
monuments préhistoriques et les Pierres à glissades”,Bulletin
de la Société préhistorique française9,7, 1912, págs. 478 y 477.
[66]SÉBILLOT, P. 1904, p. 338.
[67]http://www.t4t35.fr/Megalithes/AfficheSite.aspx?NumSite=12127, consultado el 10.4.2019.
[68]SÉBILLOT,
P. 1904, p. 336.
[69]Gremo, R. DE.Le grande
pietre magiche. Residui di pagenesimo nella religisità popolare alpina,
Biella, 2009.
[70]Felolo, L. “Megaliti
orientati e Pietre della Sposa”, Associazione
Ligure per lo Sviluppo degli Studi Archeoastronomici. Circolare 22, 2015, págs. 6-7.
[71] Amable
información personal de Dirce Marzoli.
[72]SÉBILLOT,
P.1904, p. 477.
[73]Hansmann H.P.R. “In der Steiermark gibt’s Schäferstündchen im
Heu“, Hansmann HPR, 21.7.2012 (https://www.bruendlweg.at/download/1%261%20Online_21-7-12.pdf; consultado 2019.3.24).
[74]WACHSMUTH, C.Das
alteGriechenlandimNeuen, Bonn, 1864, p. 71; BÉRENGER-FÉRAUD,
L. J. B.RéminiscencesPopulairesde
la Provence, Paris, 1885, p. 201; HARTLAN, E. S.Primitive Paternity, the Myth of Supernatural Birth in Relation to the
History of the Family, I, London, 1901, p. 130; BAUR, P. V. C.Eileithyia, Chicago, 1902, p. 36, n. 47.
[75]HARTLAN,
E. S. 1901, p. 130.
[76]BERENGER-FERAUD,
L. J. B. 1885, p. 201.
[77]ELIADE, M.Tratado
de Historia de las Religiones, México, 1972, p. 208.
[78]
HARTLAN, E. S. 1901, p. 130-131.
[79]SÉBILLOT,
P.1902, págs. 205-247; ID.,
1904-1906; ID., 1908; BORD, C. y J., Earth Rites. FertilityPractices in Pre-Industrial
Brittany, New York,
1982, págs. 31-67; SAINTYVES, P.Las madres vírgenes y los embarazos
milagrosos, Madrid, 1985, p. 17.
[80]Peigné, J. M. 1862, p. 172 ;SÉBILLOT, P. 1904, págs. 335 s.
y 407.
[81]Bérenger-Féraud, L. J. B.
1896, p. 192; SÉBILLOT, P. 1904, p. 366.
[82]SÉBILLOT, P. 1906, p.
425. No sabemos su a una tradición ritual similar pudiera referirse el dicho
popular salmantino: Las mocitas de
Abusejo / tienen el chocho pelón / de subirse a las encinas / y bajar al
resbalón.
[83] Deane, T. y Shaw, T.Folklore
of Cornwall2, Stroud, 2014 (e-book).
[84]Alonso Romero, F. 2007, p. 34 s.
[85] MONTEAGUDO, L. “Menhires y marcos de Portugal y Galicia”,
Anuario Brigantino 26, 2003, p. 36.
[86]
SÉBILLOT, P. 1882, I, p. 48 s.; HARTLAN,
E. S. 1901, p. 125 s.
[87]MENÉNDEZ
PELAYO, M. 1911, I, p.
120.
[88]Paredes Guillén, V., "Noticias", Boletín
de la Real Academia de la Historia11, 1887, págs. 279-280.
[89]Almagro-Gorbea,
M.et al., 2017.
[90]Barrantes, V., Aparato
bibliográfico para la Historia de Extremadura,1,
Madrid, 1875, p. 453; PAREDES GUILLÉN, V.
1899.
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