miércoles, 5 de enero de 2022

 

 

 

LAS PEÑAS RESBALADERAS de extremadura

“Peñas sacras” relacionadas con la fecundidad

 

 

 

Introducción

Extremadura ofrece abundantes paisajes de berrocales graníticos, algunos de extraordinario interés, que siempre han atraído al hombre, como debió suceder en tiempos prehistóricos, cuando las formas extrañas de esos berrocales y de otras peñas formarían parte de una visión animista del paisaje, que en algunos casos ha perdurado en el folklore hasta nuestros días, tema que suscita creciente atracción.

En consecuencia, en estos últimos años se han multiplicado los estudios y publicaciones sobre estas “peñas sacras” en Extremadura[1], dentro del interés general surgido actualmente en España hacia los sacra saxa, término aplicado a las peñas asociadas a ritos, hoy prácticamente perdidos, que revelan su carácter sacro y sobrenatural[2]. Estas peñas sacras contribuyen a conocer creencias y ritos de origen prehistórico, pero también el carácter “mágico” o sobrenatural del paisaje en el imaginario y en la cosmovisión de los pueblos prerromanos de la antigua Hispania, hecho hasta ahora escasamente valorado a pesar de su evidente interés, ya que no se considerada probada su antigüedad[3].

El análisis de estos monumentos adolece todavía de falta de corpora especializados, lo que dificulta su conocimiento, su inventario y clasificación y su valoración y debida protección, aunque en estos años han aparecido crecientes estudios dedicados a estos monumentos en publicaciones científicas[4].Esta labor de análisis y estudio de las “peñas sacras” en la Península Ibérica puede considerarse todavía en una fase inicial, que requiere, en primer lugar, definir, analizar y catalogar cada uno de los distintos tipos identificados de “peñas sacras”. Para este fin es imprescindible contar con buenos corpora especializados, pues es un elemento esencial y previo para su estudio.

En esta línea de trabajo, se ofrece este análisis, necesariamente preliminar, de las “peñas resbaladeras” de Extremadura. Las “peñas resbaladeras” se caracterizan por ofrecer la huella producida por repetidos deslizamientos realizados sobre su superficie inclinada a lo largo de los siglos[5]. Sin duda, es el tipo de peña sacra más abundante en toda Extremadura, pues se conocen más de medio centenar de ejemplares y están presentes en muchos términos municipales, si bien hastaahora nunca han sido estudiadas en su conjunto, pues apenas habían llamado la atención. El motivo, probablemente, es que es un tipo de peña sacra que presenta mayor dificultad de estudio, yaqué la inmensa mayoría ha perdido su carácter ritual a lo largo del tiempo, que sólo se conserva en contados casos, pero que confirman sus paralelos fuera de la Península Ibérica. De este modo, en los pueblos y áreas rurales de Extremadura era muy popular el juego del resbaladero, que recibía distintos nombres según las localidades: rebaliza, resbaladera, revalaera, refalaera, etc.[6], ya que estas peñas pasaron a ser toboganes en los que jugaban niños y jóvenes, que en ocasiones usaban para resbalarse escobones y posteriormente, plásticos o chapas para evitar el deterioro de la ropa.

Para superar esta dificultad, un grupo de estudiosos, especializado en este campo de nuestro patrimonio etno-arqueológico, ha dedicado bastantes meses para recoger toda la información posible[7], a lo que se ha añadido el posterior estudio correspondiente, con los resultados que se ofrecen a continuación y que complementan la visión sobre las “peñas sacras” de la antigua Hispania, al margen del propio interés que ofrecen en sí mismas, tal como confirman sus paralelos en otras áreas de Europa Occidental.

La importancia de las peñas resbaladeras nos ha animado a emprender este trabajo sobre las de Extremadura dentro de una amplia colaboración con otros equipos que trabajan en otras áreas de la Península Ibérica, en especial en la zona de Salamanca y Zamora[8]y en la de Ávila[9], dentro de un esfuerzo colectivo para llevar a cabo el Corpus de “Peñas Sacras” de la Península Ibérica (CPSPI), que cada día resulta más necesario.

 

Historiografía

Las “peñas resbaladeras” se relacionaron desde el siglo XIX con ritos de fecundidad, por lo que fueron estudiadas junto a otras “peñas sacras “por los folkloristas y arqueólogos de la época dentro del interés de los anticuarios hacia los monumentos “celtas”, entre los que se incluían las construcciones megalíticas y las peñas sacras asociadas a ritos ancestrales. Estos estudios fueron sintetizados por el etnólogo y folklorista francés Paul Sébillot[10]y por el arqueólogo Salomon Reinach[11],posteriormente seguidos por Pierre Santyvez[12]y recogidos desde entonces en obras generales[13].

En España estos estudios tuvieron seguidores, como Manuel de Assas en 1857[14] y años después Joaquín Costa[15],quien los recogió entre los cultos celtas de la Naturaleza, idea seguida por Marcelino Menéndez Pelayo[16]. De manera paralela fueron valorados en Portugalpor José Leite de Vasconcelos[17],especialmente en su notable estudio sobre el Culto a las piedras, seguido de otros estudiosos, como Francisco Martins Sarmento y Teófilo Braga[18].

En el siglo XX estos estudios prácticamente se abandonaron al caer en creciente descrédito al no hacerse estos estudios con metodología adecuada, pues los arqueólogos no sabían cómo datarlos ni tenían seguridad para interpretar estos monumentos, ya que carecen de contexto arqueológico y cultural, mientras que etnólogos y antropólogos los recogían de pasada como elementos de la religiosidad popular, pero sin abordar nunca el un tema tan esencial el de su origen. En consecuencia, apenas se prosiguió su estudio, salvo algún caso aislado, como Julio Taboada[19].

Este panorama ha cambiado en los últimos 30 años. Los trabajos de Benito del Rey y Grande del Brío desde el decenio de 1990 valoraron los santuarios de la zona de Salamanca y Zamora en la línea tradicional[20], pero fue el altar rupestre de Lácara, situado junto al famoso dolmen de corredor, la primera “peña sacra” estudiada como monumento arqueológico[21].A partir de entonces se han suscitado en el último decenio nuevos estudios y la publicación cada vez más abundante de las peñas que se descubren[22], lo que permite disponer de una documentación cada vez más sistemática de estos monumentos que se extienden por toda la Península Ibérica, aunque predominan en la Hispania silícea, por tierras de Portugal, Galicia, Zamora-Salamanca, Cáceres, Ávila y Toledo, y llegan a Ciudad Real y Andalucía Occidental, donde son menos frecuentes, pero también se documentan por Burgos, Soria, los Pirineos, Cataluña y el Levante.

En estos últimos años se ha realizado un gran esfuerzo por valorar estos monumentos y, en especial, por recoger y estudiar las tradiciones rituales a ellos vinculadas antes de que desaparezcan o de que su memoria se pierda para siempre[23]. En este contexto se inserta el presente análisis de las “peñas resbaladeras” de Extremadura, hasta ahora prácticamente inéditas en su mayoría, que constituyen una parte significativa de las “peñas sacras”, por lo que deben considerarse, en consecuencia, como monumentos de verdadero interés de nuestro rico Patrimonio Cultural.

 

Definición y características

Las “peñas resbaladeras” son peñas que ofrecen una superficie lisa e inclinada, generalmente entre los 25º y los 30º, aunque alguna alcanza los 50º. En esa superficie se observa una acanaladura, que generalmente mide entre 30 y 50 cm de ancho, que es la huella del desgaste por roce producida al haberse resbalado miles de veces por esa superficie de la peña. Esta acanaladura es el elemento que caracteriza las “peñas resbaladeras”, pues permite identificar el rito practicado en ellas, para el que se aprovecha la altura y la inclinación de la pared, cuyo uso prolongado ha producido esa acanaladura. La longitud de la “resbaladera” o zona desgastada al resbalarse varía notablemente de unos casos a otros, pero siempre ofrece varios metros de recorrido, desde apenas 2 m, como las de Garrovillas y Piornal en Cáceres, las de Almendralejo y Zafra en Badajoz o la de Arrabalde en Zamora, además del caso excepcional de la Ermita de La Coronada en Villafranca de los Barros, hasta casos que superan los 5 m y alguna llega a alcanzar 10 m y más, como las de Aldea Moret, Montehermoso, Plasenzuela, Santibáñez el Alto, Tejada del Tiétar y Valverde, en Cáceres y la de Malpartida de la Serena en Badajoz, aunque se alcanzan dimensiones semejantes en otras zonas, como la del Castillo de Mirón, en Ávila. La “resbaladera” suele ser única, aunque en algunas ocasiones, como en Garrovillas o en la plazuela del Museo Pizarro de Trujillo, existe una segunda acanaladura más o menos próxima y generalmente paralela, hecho también constatado en otros lugares, como en Campo Lameiro en Pontevedra, Villamayor en Salamanca, El Mirón y Riofrío en Ávila, Menasalbas en Toledo, etc.

Estas peñas resbaladeras son características de las áreas graníticas, puesto que las rocas de granito parecen ser las más adecuadas para practicar este rito, aunque también se documenta en rocas cuarcíticas en Badajoz, así como en la zona de León y Zamora, y sobre rocas calizas en la España calcárea. El tamaño de la roca utilizada para la “resbaladera” puede variar mucho, desde peñas aisladas que apenas alcanzan los 2 m de altura, como la de Zafra en Badajoz o la de Arrabalde en Zamora, hasta casos en que se utiliza un gran canchal de granito que puede llegar a medir decenas de metros, si bien en esos casos la “resbaladera” suele situarse, lógicamente, en la parte inferior y, como norma general, hacia la parte central de la roca.

 

Catálogo-inventario

El Catálogo realizado debe considerarse una primera aproximación al inventario razonado de todos los monumentos de este tipo conocidos en Extremadura, cuyo número supera el medio centenar. Este catálogo se ha organizado en dos partes, una dedicada a la Provincia de Cáceres y otra a la Provincia de Badajoz. Para su realización se ha procurado seguir una ficha tipo de cada monumento basada en las recomendaciones de la Reunión sobre Saxa sacra celebrada en Huesca en 2016[24].Las fichas se han organizado, dentro de cada provincia, por municipios dispuestos en orden alfabético. En ellas se hace constar el Nombre o denominación popular de la piedra, o si este no se conoce, el del topónimo del lugar donde se halla, junto al Municipio y la Provincia, seguida de su Localización (coordenadas geográficas) y, a ser posible, su Altura en msnm y la forma de Acceso. A continuación, la Descripción incluye su Forma (tipo de peña, tamaño e inclinación) y Estado de conservación, y va acompañada del Contexto medioambiental (paisaje, medio ambiente, proximidad a fuentes, etc.) y, si se conoce, del Contexto arqueológico (yacimientos próximos, vías y caminos antiguos, santuarios, etc.). Finalmente, es muy importante la descripción de los Ritos y de las Leyendas asociados, en los casos en que se han podido documentar, así como las Observaciones que se consideren de interés. Por último, se indican los Informantes y, en caso de existir, la Bibliografía.

Para facilitar el conocimiento y la localización de estos monumentos se ofrece a continuación un listado de las peñas resbaladeras conocidas en la actualidad. Este listado no pretende ser exhaustivo, sino que debe considerarse una primera aportación al inventario de los monumentos conocidos, que debe completarse progresivamente a medida que se identifiquen y den a conocer nuevas peñas resbaladeras. Tampoco se ofrece la descripción y documentación de cada monumento, pero se proporciona la información esencial y la bibliografía o documentación de cada peña “resbaladera”, en muchos casos desconocidas o sólo citadas en internet sin mayores precisiones.

El listado se ha organizado por orden alfabético de los municipios de cada provincia para facilitar la localización de las peñas(fig. 1):


 


Cáceres

1. Acebo, El (https://www.verpueblos.com/extremadura/caceres/acebo/foto/786587/).

2. Aceituna:Resbalera (Rodríguez Plasencia, 2017, 114)

3. Alcuéscar (O. de San Macario y F. Saavedra, 2019.2.11).

4. Cáceres-Aldea Moret (Rodríguez Plasencia, 2013, 95 s.)(fig. 2A).

5. Ceclavín (https://docgo.net/view-doc.html?utm_source=ceclavin-su-vida-y-su-folklore-por-severiano-rosado-vidal; 2019.11.17) (fig. 2B)

6. Cilleros: Peña Ronchadera, Santuario de la Virgen de Navelonga (Rodríguez Plasencia, 2013: 90 s.)(fig. 3A)

7. Cumbre, La (Francesc Gómez y Oscar de San Macario, 2019.3)

8. Garrovillas: Peña de la Resbalaera. (Almagro-Gorbea et al. 2017: 114, fig. 6).

9. Hinojal (J. Mª Díaz, del grupo “Anhinojo folk”, 10.1.2019)

10.   Hoyos: La Resbaladera (https://callejero.openalfa.es/hoyos; 2019.11.17)

11.   Huertas de Ánimas, Trujillo: Peña Resbaladera (J. A. Ramos, 12.8.2018).

12.   Malpartida (O. San Macario, 12.2018)

13.   Membrio: Lancha Resbaladera (https://www.verpueblos.com/extremadura/caceres/membrio/foto/1317339/consultado 28.7.2018)(fig. 3B)

14.   Montánchez: La Resbaladera (desaparecida)

15.   Montehermoso (D. Quijada González y F. Barroso, 2019-2-7).

16.   Peraleda de la Mata: Refaraero(file:///C:/Users/usuario/Documents/Downloads/refaraero.pdf; 2019.11.17)

17.   Piedras Albas: Peña resbaladera (http://www.verpueblos.com/extremadura/caceres/piedras+albas/foto/344970/; consultado 28.7.2018)

18.   Piornal: Lancha Resbaladera. (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.; http://caceresnatural.blogspot.com.es/2010/07/el-tobogan-mas-antiguo-del-mundo.html; consultado 28.7.2018).

19.   Plasencia: Peña Resbaladera. (http://lavozdemayorga.blogspot.com.es/2009_01_01_archive.html; https://www.facebook.com/plasencapital/posts/864977423643243:0; consultado 28.7.2018).

20.   Plasenzuela: Paraje de “Las Resbaladeras”, (http://www.chdetrujillo.com/tag/2015/page/3/, consultado 28.7.2018).(fig. 4A)

21.   Puerto de Santa Cruz: Cancho Resbalizo (Rodríguez Plasencia, 2013: 55-56).

22.   Puerto de Santa Cruz: Peña resbaladera o Refalandero, en la finca de La Chincheta pero ha sido destruida (Informante J. A. Ramos Rubio, 21.8.2018).

23.   Ruanes (J. A: Ramos Rubio, 2019.4.27)

24.   Santa Ana (J. A. Ramos Rubio, 2019.4.27)

25.   Santibáñez el Alto (F. Barroso, J. L. Rodríguez. Plasencia y O. de San Macario, 2019.2)

26.   Tejeda de Tiétar: El Lanchar (V. Riolobos Peris, 2019.2).

27.   Torremocha (http://extremambiente.juntaex.es/files/05AV_DAmbiental_TCH_2018.pdf; 2019.11.17)

28.   Torrequemada (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.)

29.   Trujillo: Cerca de los Alcabuces, Peña Resbaladera (O. San Macario, 2019.8.15)(fig. 4B)

30.   Trujillo: Huertas de la Magdalena (J. A. Ramos, 12.8.2018).

31.   Trujillo: Museo de Pizarro (C. Esteras, 2019.3).

32.   Trujillo: Palacio de Lorenzana (C. Esteras, 2019.3).

33.   Valdeobispo: Peña Resbaladera, al pie de la ermita de la Virgen de Valverde (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.).

34.   Valencia de Alcántara (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.)

35.   Zarza la Mayor (J. M. Sánchez Benito, 2017)

 

Badajoz

36.   Almendralejo: Piedra Resbaliza de la ermita de San Marcos(http://www.celtiberia.net/es/conocimientos/?idp=6897; consultado 28.7.2018) (fig. 5A)

37.   Arroyo de San Serván: Peña Refalaera o Refaliza(http://www.celtiberia.net/es/conocimientos/?idp=6897&cadena=Pregunta#3; consultado 28.7.2018)(fig. 3C)

38.   Bienvenida: La Resbaladiza (https://www.dices.net/espana/mapa-Badajoz-La-Resbaladiza-509247; consultado 2019.3.24)

39.   Burguillos del Cerro 1: Resbaladera hacia el Castillo (M. Lima Díaz, 2019.4.6)

40.   Burguillos del Cerro 2: Resbaladera del río (M. Lima Díaz, 2019.4.6)

41.   Campanario: Resbaladera (M. Almagro-Gorbea, 2019.4)(fig. 5B)

42.   Campillo de Llerena: Refalizo o Resbalizo, en el Castillejo (http://lascuatrosquinas.blogspot.com/2007/07/r.html; consultado 2018-12-1)

43.   Fuente del Arco (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.).

44.   Gargáligas (Rodríguez Plasencia, 2013, 95 s.).

45.   Guareña: Resbaladera (Rodríguez Plasencia, 2017, 105).

46.   Higuera de la Serena: Lancha refaera o lizaera(S. Guerra Millán, 6.4.2019)

47.   Hornachos (Almagro-Gorbea, 4.2019)

48.   Jerez de los Caballeros, 1 a 3: Resbalaera(D. García Sirgado, 7.4.2019)

49.   Llerena: Refalaero de las Piedras Baratas (L. Garraín Villa, 1.12.2018)

50.   Malpartida de la Serena: Resbalaera(J. F. Benítez Bresca, 7.4.2019)(fig. 6A)

51.   Medellín: Resbalaera(Mª R. Gil Casillas, Mª V. Morcillo Guerrero y T. García, 4.4.2019).)

52.   Monesterio: Resbaladera (https://www.dices.net/spain/mobile/map-Badajoz-Casilla-de-la-Resbaladera-2319680; consultado 2019.3.24)

53.   Montemolín: “Peña Refalarera” (Rodríguez Plasencia, 2013: 95 s.).

54.   Pallares, Montemolín: “Lancha Refaliza(Acosta, 2000, 10-11)

55.   Puebla del Maestre: “Lancha Refaliza(Acosta, 2000, 10-11)

56.   Santa María de Navas, Montemolín: Lancha Refaliza (Acosta, 2000: p. 10-11)

57.   Usagre: Piedra Refaliza (Espino, 2015, 149 s. Y G. Arévalo Díaz, 5.4.2019)(fig. 6B)

58.   Valverde de Leganés: Peña Resbalosa (Almagro-Gorbea, 4.2019)

59.   Villafranca de los Barros: Resbaladera (M. García Cabeza, 2019-4-4)

60.   Zafra: Piedra Resbaliza (V. Sayago Redondo, 2018-11-27 y J. A. Ramírez, 3.4.2019).


 

Dispersión

Las peñas “resbaladeras” aparecen por gran parte de la Península Ibérica desde Galicia a Cataluña y por el Sur hasta Andalucía Occidental, pero la mayoría se concentra en las áreas graníticas occidentales, donde se conservan más del 80% de las conocidas en España, dispersión que en gran medida coincide con las áreas atlánticas habitadas por lusitanos en época prerromana[25]. A pesar de que todavía es limitada la información que se dispone sobre estos monumentos, en la actualidad se conocen en la Península Ibérica más de 275peñas resbaladeras, cantidad que debe considerarse sólo una parte de las existentes, ya que las identificadas probablemente no alcanzan el 50% de las que existen en realidad e incluso es muy posible que en muchas áreas las conocida ni siquiera lleguen al 25% de las todavía conservadas. A este hecho se añade que la información obtenida resulta bastante irregular, pues varía mucho de unas zonas a otras según la calidad de los informantes, lo que debe ser un estímulo para completar esta información en el futuro, en especial para recoger los ritos y los mitos asociados.

Estas peñas no son frecuentes en Galicia[26], donde sólo se conocen unos 11ejemplares y en Portugal solo se han documentado otros 15, que se extienden hasta el Algarve, por lo que deben ser más frecuentes, pues es una tradición propia de las áreas atlánticas, donde las peñas resbaladeras deben ser mucho más numerosas que las conocidas hasta ahora.

En las tierras graníticas que se extienden desde Zamora a Badajoz hasta Ávila son especialmente abundantes y llegan hasta Toledo y el extremo de Ciudad Real, territorio de un antiguo substrato de la Edad del Bronce relacionado con los lusitanos. Frente a sólo 1 peña resbaladera en la provincia de León, el núcleo principal lo constituyen las provincias de Zamora, con más de 36casos documentados, Salamanca, que alcanza los 48, Cáceres con 35, Badajoz con 25y Ávila con 81, aunque estos datos en gran medida reflejan el esfuerzo puesto en la búsqueda y localización de estos monumentos por distintos equipos en las zonas indicadas. Estas “peñas resbaladeras” están, por tanto, bien atestiguadas en Extremadura, pues las 59 conocidas en Cáceres y Badajoz deben ser más numerosas, pues, aunque apenas han sido buscadas, aparecen por todas partes, salvo en algunas áreas, como en las grandes vegas y en la comarca de Las Hurdes, “ya que tales peñas suelen ser de textura granítica y Las Hurdes son todo un islote de azulencas pizarras”[27].

Esta dispersión prosigue por las áreas graníticas de la provincia de Toledo, en la que se conocen 10 casos en los Montes de Toledo y la Sierra de San Vicente, a los que hay que añadir 2en Ciudad Real. Su densidad disminuye hacia el Sur hasta Andalucía, donde apenas se conocen 3 testimonios en las provincias de Sevilla y Huelva, que se relacionan con el topónimo Pedra de Escorregar, situado en Guia, Albufeira, en el Algarve portugués.

Extraña la aparente ausencia de estos monumentos en la Meseta Oriental y en el Sistema Ibérico. En Aragón se conocen 3 casos en Huesca y, ya más al este, quedan aisladas 1 en Teruel y 1 en Jérica, en el interior de la provincia de Castellón, 1 en el Pirineo de Lérida y 1 en Gerona, en el interior del Ampurdán. Esta dispersión evidencia que estos monumentos eran menos frecuentes en la España calcárea, aunque los ejemplares atestiguados documentan la difusión del rito hasta esas zonas y permiten relacionar las peñas resbaladeras de la Península Ibérica con los paralelos existentes al norte de los Pirineos, ya en las áreas meridionales de Francia (vid. infra).

 

Denominación

Las “peñas resbaladeras” ofrecen denominaciones diversas que tienen evidente interés, pues sus variaciones geográficas reflejan tradiciones dialectales consuetudinarias, que en algunos casos indican que la antigüedad de estas prácticas ancestrales ha quedado reflejada en la dialectología local, un tema a penas tratado en Extremadura[28], donde, como suele ser habitual en manifestaciones de la cultura popular tradicional, las peñas ofrecen denominaciones que tienen el interés de reflejar una estrecha relación con variantes comarcales del habla popular.

Las denominaciones hasta ahora documentadas, ordenadas de forma alfabética, son: Lanchar, El -: Tejada de Tiétar, CC; Lizaera, Lancha -: Higuera de la Serena, BA; Refaera, Lancha -: Higuera de la Serena, BA; Refalaera: Arroyo de San Serván, BA y Llerena, BA; Refalandero, Peña del: Puerto de Santa Cruz, CC; Refalarera: Montemolín, BA; Refaliza: Pallares, Puebla del Maestre, Santa María de Navas, Usagre, Campillo de Llerena, BA; Refaraero: Peraleda de la Mata, CC; Resbaladera: Burguillos del Cerro, BA; Cáceres-Aldea Moret, CC; Campanario, BA; Fuente del Arco, BA; Garrovillas, CC; Guareña, BA; Hoyos, CC; Huerta de Ánimas, CC; Membrio, CC; Montánchez, CC; Piedras Albas, CC; Piornal, CC; Plasencia, CC; Jerez de los Caballeros, BA; Monesterio, BA; Puerto de Santa Cruz, CC; Torrequemada, CC, Trujillo, Cerca de los Alcabuces, CC; Valverde (Valdeobispo), CC; Villafranca de los Barros, BA; Plasenzuela, CC; Resbaladiza, Bienvenida, BA;Resbalaera: Malpartida de la Serena, BA; Medellín, BA; Resbalera: Aceituna, CC; Resbaliza: Almendralejo, BA; Zafra, BA; Puerto de Santa Cruz, CC; Resbalizo: Gargáligas; Resbalosa: Valverde de Leganés, BA; Resfalera, Canchal de la: Santibáñez el Alto; Ronchadera: Cilleros.

Estas denominaciones de las peñas resbaladeras de Extremadura son perfectamente comparables a las documentadas en las aproximadamente 275identificadas en la Península Ibérica, entre la que se utilizan las siguientes denominaciones en orden alfabético: Arrastraculos: San Pablo de los Montes, TO; Corregosos o Corregosas: A Capela, C (de escorregar o “resbalar deslizándose”); Desliçera (siglo XVI): Gallegos de Solmirón, SA; Esbaradera: Hoyorredondo, AV y Villar de Corneja, AV; Esbaraira (considerada palabra mozárabe): San Pablo de los Montes, TO; Esbaruzadera en el Valle del río Corneja, en Ávila; Escorregar: Espondrinhas, Sabugal, POR; Linhares da Beira, POR; Escurridía: Ponte da Veiga, C; Escurriñadera: Mazarambroz, TO; Escurriscidera: San Pablo de los Montes, TO; Esvarona: (de “esvararse” o “resbalarse”): Navalmoral de la Sierra, AV; Faraera (derefalaera):Agudo, CR; Lizaera: Higuera de la Serena, BA; Pandero de las Mozas: Muñotello, AV; Refalaera, Refalarera, Refaera o Refaliza: diversos lugares de la provincia de Badajoz; Refalandero: Puerto de Santa Cruz, CC; Refaraero: Peraleda de la Mata, CC;Resbaladera/o: numerosos lugares de las provincias de Ávila y Cáceres hasta la altura de Trujillo y Torrequemada y también en Guareña, Badajoz, así como en la mayoría de las de la provincia de Salamanca y parte meridional de Zamora y también en Cuerva, TO; Resbalera: Aceituna, CC; Resbalaera: Garrovillas y otros lugares de la provincia de Cáceres y Badajoz y Mironcillo, AV; Resbalín, El: Sanabria, ZA; Resbalina: Abelón, ZA; Argañin, ZA; Gáname, ZA; Bogajoy otros pueblos del Sayago, del campo de Ledesma y de la provincia de Salamanca; Resbaliza/o: Gargáligas, BA, Almendralejo, BA y parte meridional de la provincia de Badajoz; Resbalosa: Valverde de Leganés, BA, Villanueva del Río y Minas, S; Alosno, HU; Resfalera: Santibáñez el Alto, CC; Rodador: La Adrada, AV; Ronchadera: Cilleros, CC; Cillán, AV; Hurtum pascual, AV; Narrillos de San Leandro, AV; Valdecasa, AV y, en catalán, Lliscador(“resbaladero”): Sarroca de Bellera, L, y Rossoladora, derivado de rossolar, “deslizar, resbalar”: Cabanelles, GE.

La denominación más general es la de canto, lastra, losa, piedra o peña seguida de un adjetivo, generalmente “resbaladera”, utilizada en la mayor parte de la provincia de Salamanca y de Cáceres, pero que también se usa en diversos lugares de las provincias de Zamora y Ávila. Como variantes locales relacionadas, cabe señalar Resbalaera en Garrovillas, CC y Mironcillo, AV, El Resbalín, en Sanabria, Zamora, y Resbaliza en Almendralejo, BA y Resbalosa en Villanueva del Río y Minas, Sevilla y Alosno, Huelva. Más interés dialectal ofrece la denominación de peña Resbalina conservada en numerosos pueblos del Sayago, tanto de la provincia de Zamora, como Abelón, Argañín y Gáname, como los de Santiz, Bogajo, Villamayor y Zarza de Pumareda, en la de Salamanca, en especial en la comarca de Ledesma. De esta misma raíz, pero ya más evolucionada o deformada, proceden las denominaciones de Refalaera, Refalarera o Refaliza de Arroyo de San Serván y de otros muchos lugares de la provincia de Badajoz, como Refalareraen Montemolín, que también se usa en Cilleros, Cáceres, denominación de la que sin duda procede la de Faraera, de Agudo, ya al noroeste de la provincia de Ciudad Real en contacto con Extremadura. Otra denominación menos común, atestiguada en Higuera de la Serena, es Lizaera <(des)liza(d)e(r)a.

En San Pablo de los Montes, Toledo, se documenta la denominación mozárabe Esbaraira, probablemente relacionada con el término “esbarar”<“resbalar”, que ofrece el interés de indicar que el rito ya se practicaba hace al menos 1000 años[29], pero también se denominan Peñas Esbaruzadera en el Valle del río Corneja, en Ávila, lo que evidencia el arcaísmo de esa zona abulense, lo mismo que la denominación de Esbaradera de Hoyorredondo, AV y Villar de Corneja, AV y, también, la Lancha Esvarona (“resbalona”) de Navalmoral de la Sierra, igualmente en Ávila y La Esbarosa de Tramacastilla, en la Sierra de Albarracín, Teruel[30]. En Toledo se usa asimismo la denominación de Escurriñadera, en Mazarambroz, y Escurriscidera, en San Pablo de los Montes, relacionadas con “escurrirse”, raíz de la que procedería igualmente la denominación Escurridía, de Ponte da Veiga, en La Coruña, y la de Escorregar, documentada a lo largo de todo Portugal, por ejemplo en Espondrinhas, Linhares da Beira y Guia, de las que, a su vez, debe proceder la denominación de Corregosos/as de A Capela, en La Coruña, donde “escorregar” conserva el significado preciso de “resbalar deslizándose”. Más aislada queda la denominación de Rodador, de La Adrada, AV, que parece sugerir la idea de “rodar”, caso único entre todos los conocidos.

Algunas denominaciones tienen el interés de que hacen referencia más o menos explícita al rito practicado originariamente, como Ronchadera, utilizada en Cilleros, en Cáceres, y en Chamartín, Cillán, Hurtumpascual, Martiherrero, Muñochas-Padiernos, Narrillos de San Leandro, Oco, Riofrío, Robledillo y Valdecasa, en Ávila, ya que alude a las “ronchas” o erosiones que causa la roca al resbalarse por ella con la piel desnuda. Esa misma idea refleja la denominación Arrastraculos de San Pablo de los Montes, Toledo, y de Rompeculos de Garrovillas, Cáceres, y a la misma alude igualmente la de ElPandero de las Mozas, conservada en Muñotello, Ávila, que, además, indica la práctica del rito por “mozas” o mujeres jóvenes.

En resumen, estas peñas en Extremadura se suelen denominar de formas muy variadas,ronchadera, resbaladera, refalarera, resbalera, resbalizo, refalandero, resfalera, etc., aunque en Cáceres, como en Ávila ySalamanca, predomina resbaladera, mientras que en las áreas extremeñas más meridionales, como la provincia de Badajoz, seusarefalaera o incluso de refaraera[31].

 

El rito

A pesar de que el número de “peñas resbaladeras” localizadas en Extremadura supera el medio centenar y, en un marco más amplio, en la Península Ibérica se conocen más de 275, aunque deben existir varios cientos, apenas quedan testimonios del ritual originariamente asociado a estos monumentos. Todos los casos conocidos en la actualidad se han utilizado hasta fechas más o menos recientes como lugar de diversión de chicos y chicas, que se deslizaban por estas peñas a modo de tobogán, un juego popular no exento de interés[32], pero que no parece haber sido la función originaria de estas peñas. Sin embargo, en la Península Ibérica apenas se ha podido documentar el rito originario ni mitos ancestrales relacionados con estas peñas resbaladeras, que sí se documentaron en Bretaña y en otras zonas de Francia en el siglo XIX (vid. infra), quizás por la vergüenza que produce su relación con partes pudendas del cuerpo femenino y con ritos de fecundidad extraños al culto católico, lo que dificulta obtener esta valiosa información.

Sin embargo, recientes investigaciones, en especial las intensas prospecciones de Jesús Caballero en la Provincia de Ávila, han permitido recoger algunos interesantes indicios de la relación originaria de las peñas resbaladeras con un rito de fecundidad que antiguamente practicaban las mujeres para casarse o para tener hijos[33], como se atestigua en Francia (vid. infra). En localidades abulenses del Valle del río Corneja, como Hoyorredondo, Santa María del Berrocal, Villar de Corneja, etc., se considera que por las peñas esbaruzaderas o esbaraderas únicamente deben deslizarse las niñas, pues parece estar vetado a los varones, so pena de ser considerados “maricas” (sic), lo que evidencia que estos toboganes pétreo seran de uso femenino. Todavía resulta más evidente que estas peñas resbaladeras estaban relacionadas con ritos de fertilidad por la tradición conservada en Riofrío, en el Valle Amblés, igualmente en Ávila, en la que se han conservado expresiones como “¡Vete a la Ronchadera para que te embaraces!” o “Fulanita, ¡ves!, ¡por ir a la Ronchadera!”.

Extremadura también ha conservado algunos indicios de estos ritos. En Valdeobispo, Cáceres, al pie de la ermita de la Virgen de Valverde, existe una resbaladera usada por los zagales y también por las mujeres estériles “en la creencia de que la fricción del vientre con la roca, acabaría con la esterilidad”, por lo que “se utiliza para resbalar el día de la romería, que es el segundo domingo de Pascua”, y por ella se tiran tanto hombres como mujeres. Otro caso es la Piedra Refaliza de Usagre, Badajoz, que tendría una función parecida, ya que “decían los antiguos que quien se resbalaba en esa piedra encontraba novio”[34]. Igualmente resulta bastante explícita la tradición conservada en la localidad pacense de Burguillos del Cerro de asociar las peñas resbaladeras con el embarazo, como indicaría el dicho popular “esta chica ha pasado por la piedra”, con el sentido de que se ha quedado embarazada. Una idea parecida se sobreentiende en Hinojal, Cáceres, donde se asocia el dicho popular de “tener un resbalón” con la idea de quedarse embarazada, por lo que, ambos dichos, tan populares hasta hace poco en muchas zonas de España, se relacionarían con la tradición ritual de estas “peñas resbaladeras”.

En el mismo sentido, el nombre de alguna de estas peñas alude a su función femenina originaria, como el Pandero de las Mozas, en Muñotello, Ávila, que indica que era utilizada por chicas jóvenes para deslizarse sobre sus glúteos. Esta idea también aparece implícita en el nombre de Ronchadera conservado en Cilleros, en Cáceres, y en las peñas de Chamartín, Cillán, Hurtumpascual, Martiherrero, Muñochas-Padiernos, Narrillos de San Leandro, Oco, Riofrío, Robledillo y Valdecasa, en Ávila, lo mismo que en el de Rompeculos de Garrovillas, en Cáceres. Y ese mismo sentido ofrece la denominación más explícita de Arrastraculos, conservada en San Pablo de los Montes, en Toledo. Aunque estos casos pudieran ser referencias descriptivas en general, las denominaciones citadas deben considerarse como indicios del rito originario, actualmente perdido, que consistiría en deslizarse las mujeres jóvenes por la roca poniendo en contacto directo sus glúteos con la piedra para lograr tener hijos, tal como documentan los testimonios recogidos en Francia en el siglo XIX (vid. infra).

Otro indicio indirecto de su carácter ritual es la reiterada ubicación de peñas resbaladeras en la proximidad de santuarios o ermitas cuyas fiestas y romerías eran centros de atracción donde se conocían y ennoviaban chicos y chicas del territorio, como la Piedra Ronchadera de Cilleros ola Resbaladera situada al pie de la ermita de la Virgen de Valverde, ambas en Cáceres. También en Badajoz algunas de estas peñas se relacionan con ermitas y santuarios. UnaPiedra Resbaliza existe cerca de la ermita de San Marcos en Almendralejo, Badajoz, cuya fiesta se celebra el 25 de abril. La Resbalaera de Malpartida de la Serena se asocia a la ermita y romería de San Isidro el 15 de Mayo. Otra Resbaladera del siglo XVIII forma parte de la Ermita de La Coronada en Villafranca de los Barros, cuya festividad de celebra el 8 de septiembre. Lo mismo ocurre en la Faraera de la ermita de San Blas, de Agudo, Ciudad Real, cuya romería se celebra el 3 de febrero.

También refleja un carácter ritual el hecho de que, aunque algunas peñas han quedado actualmente dentro de la población, la mayoría suelen estar situadas en pleno campo en lugares algo apartados, ya que la práctica del rito requeriría discreción. En ocasiones, la peña resbaladera se sitúa bajo una pileta u otro accidente natural o cerca de fuentes que se visitan sólo en determinadas ocasiones, generalmente en una romería o en el Lunes de Pascua o el Jueves Merendero, hecho que refuerza la idea de que estas peñas estaban vinculadas originariamente a ritos de fecundidad.

Con esta tradición ritual se relacionan algunas peñas resbalinas de la zona de Salamanca, situadas en el campo fuera de la población, tradición también conservada en Extremadura. Estas peñas eran el lugar al que se acudía en fechas determinadas, como el “Jueves Merendero” y el “Lunes de Aguas”. El Jueves Merendero es el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, en el que finaliza el Carnaval. Esta fiesta tan popular en España se celebra tradicionalmente en Salamanca con una merienda en un lugar determinado, que muchas veces se halla junto a la “resbaladera”, para comer los primeros embutidos de la matanza cuando aún están tiernos. Era una fiesta típica de los quintos o mozos jóvenes, en la que, además de comer, los chicos mayores bebían vino por primera vez[35]. Esta tradición parece indicar un antiguo rito de paso, al admitir ya como “jóvenes” a los chicos antes considerados como niños, por lo que pudiera considerase un rito paralelo al de resbalarse las chicas por la piedra para encontrar novio y adquirir fertilidad, ya que en esa ocasión en algunos lugares también se efectuaba el sorteo por insaculación para emparejarse mozos y mozas, emparejamiento temporal que podía llegar a ser definitivo[36]. El Lunes de Aguas, celebrado el primer lunes después del plenilunio de Pascua de Resurrección, era otra fiesta popular de la zona de Salamanca asociada a estas peñas. Antiguamente fue muy popular por amplias áreas de la Meseta, pues suponía un rito de ruptura con los días de duelo de Semana Santa y cerraba el ciclo del calendario iniciado el Jueves Merendero. El Lunes de Aguas los pueblos salmantinos se quedan vacíos, pues se organizan meriendas en las que se come “el hornazo” en un lugar del campo predeterminado por la tradición[37], muchas veces junto a una “piedra resbaladera”, fiesta en la que chicos y chicas se conocían e iniciaban relaciones según ancestrales tradiciones que favorecían la fecundidad[38].

Costumbres semejantes asociadas a estas peñas resbaladeras también se han conservado en Extremadura, donde existen unos diez casos que parecen confirmar la interpretación señalada(fig. 1). La peña resbaladera de Cilleros, situada junto a la Virgen de Navelonga, se usaba en la Romería celebrada el Lunes de Aguas, tras el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, a comienzos de la primavera, la fecha del año en que se acudía al santuario a pasar el día y comer el típico hornazo. Lo mismo se puede señalar en Alcuéscar, donde el Día de la Jira, que es el Domingo de Pascua de Resurrección que coincide con el domingo siguiente a la primera luna llena después del equinoccio de primavera, se iba a la peña resbaladera situada cerca de la iglesia visigoda de Santa Lucía, tradición mantenida hasta inicios del siglo XX. En la peña resbaladera de Aldea Moret, a la salida desde Cáceres hacia Los Barruecos, se solía celebrar el Magosto, tradición de asar las castañas el Día de Todos los Santos, día en que las gentes iban a este lugar a encender un fuego para calentar a las ánimas que rondaban alrededor y se asaban castañas en unas estructuras denominadas calbotes, castañas que se guardaban para la “noche de las ánimas”, la noche del 1 de Noviembre al día de los Difuntos, que coincide con la fiesta de Samain del calendario celta. En Montehermoso se celebra la fiesta llamada Vaca-Mozas el 24 de agosto, en la que muchachas elegidas del pueblo forman una comitiva con una capitana, una abanderada, varias de alabarderas y otras denominadas "espantaperros". Las alabarderas bailando al son de flauta y tamboril llegan a la Peña Resbaladera, en la que la capitana persigue a la abanderada, que se defiende bailando, y se disputan la bandera en el suelo. Después se dirigen a la casa del alcalde y le piden repetidas veces "toro", a lo que el alcalde accede a la tercera ocasión, y manda echar un novillo a la plaza, que torean las mozas primero y al que después también los novios y pretendientes[39].Otro ejemplo muy significativo se ha señalado en la ermita de la Virgen de Valverde, patrona de Valdeobispo, Cáceres, muy usada en tiempos pasados por los zagales, pero también “por las mujeres estériles, en la creencia de que la fricción del vientre con la roca, acabaría con la esterilidad”, por lo que “se utiliza para resbalar el día de la romería, que es el segundo domingo de Pascua”. Las mismas tradiciones se extienden por la provincia de Badajoz. La Piedra Resbaliza de Zafra está situada cerca de la explanada de la Fuente Santa, en la que se celebran fiestas populares como El Aleluya del Domingo de Quasimodo, el primero después de Pascua, fiesta infantil en la que los niños llevaban un corderito engalanado con adornos que después era sacrificado para preparar la “caldereta “para la comida y también allí se celebraba la Fiesta de la Chaquetía el día 31 de octubre, en la que las familias iban a comerse las castañas, como en la resbaladera de Aldea Moret, Cáceres. Igualmente, en Burguillos del Cerro se acudía junto a la Resbaladera a celebrar el primer lunes después de la Pascua. En Usagre, la Piedra Refaliza se sitúa la 50 m de la Fuente de La Cantamora, o de la LaLuná, cuyas aguas se tragan a una bella mora, que emerge la noche de San Blas,el 3 de febrero, cuando el agua del manantial refleja la luna. La Cantamora canta mientras se peina sus cabellos con un precioso peine, pero la acompañan dos toros negros, por lo que, quien la ve, muere indefectiblemente. También en Malpartida de la Serena la Resbaladera se halla cerca de la ermita de San Isidro, cuya romería, a la que acude gente de todo el territorio, se celebra el 15 de mayo.

Estos datos confirman la relación de las peñas resbaladeras con ritos de fecundidad, celebrados casi en las mismas fechas, relacionadas con el Lunes de Aguas y el Jueves Merendero en la zona de Salamanca y también en Extremadura, lo que confirma que las peñas resbaladeras se relacionan con ritos de fecundidad asociados a las fiestas de Primavera[40], aunque también en dos casos, Aldea Moret y Zafra, parecen tener cierta relación con el Día de Difuntos.

Por otra parte, apuntan igualmente al uso ritual las acanaladuras o surcos pulidos que ofrecen la mayoría de estas peñas, en algunos casos profundos, pues testimonian una utilización muy prolongada, sin duda durante siglos, que se explica mejor por la función ritual de resbalar por la superficie inclinada de la peña a lo largo de los siglos que por meros juegos infantiles. Este uso centenario lo confirma indirectamente la denominación con una palabra mozárabe, Esbaraira, de la peña de San Pablo de los Montes, en Toledo, término muy similar al conservado en el arcaizante valle del río Corneja, en Ávila y en las apartadas tierras de la Sierra de Albarracín.

En consecuencia, a pesar de la dificultad que presenta testimoniar el rito originario de las “peñas resbaladeras” en la Península Ibérica y, en concreto, en Extremadura, pues resulta muy difícil datarlo con precisión, resulta evidente su gran antigüedad, que confirma el hecho de que el origen de estos ritos debe considerarse anterior a las creencias cristianas, musulmanas y romanas, respecto a las que resultan del todo extraños, lo que de nuevo obliga a considerarlo originario de tiempos prehistóricos ancestrales. En este sentido, P. Sébillot[41] advirtió con clarividencia que la práctica del rito en el gigantesco menhir de Loemariaker, en Morbinhan, debía ser necesariamente posterior al siglo XVIII, cuando tras la caída del menhir se pudo practicar el rito sobre su superficie, a donde se debió trasladar desde otro lugar anterior, lo que evidencia que el rito era anterior al lugar donde se celebraba, hecho comparable en la Resbaladera de la Ermita de La Coronada en Villafranca de los Barros, posterior al siglo XVIII. A estos casos se pueden añadir otras evidencias del traslado del rito practicado en una “piedra sacra”, como ha ocurrido en la “Piedra de Responsos” de La Hija de Dios, en Ávila[42], y también en una “Pedra do matrimonio” del santuario de Nossa Senhora da Lapa, en Portugal[43]. En consecuencia, como ya advirtió Sébillot (ibidem),se trata de ritos de carácter ancestral, cuyo origen debe considerarse anterior a la elección de la piedra en la que éste se practica.

 

 

Paralelos, interpretación y significado

El rito de deslizarse por una peña de superficie inclinada es característico de muchas regiones de Europa, especialmente de las zonas graníticas de la Europa Atlántica. Como se ha señalado, tenía la finalidad de favorecer la fecundidad, ya que antiguamente se deslizaban por estas peñas las muchachas jóvenes para casarse en el plazo de un año y las mujeres para tener descendencia. Sin embargo, en la Península Ibérica apenas se han conservado testimonios este interesante rito, pues las peñas resbaladeras han pasado a ser usadas como toboganes para jugar los niños, práctica hoy día también ya casi abandonada que representa el final de su uso milenario.

Los testimonios del ritual conservados en Francia, recogidos en el siglo XIX cuando todavía estaba vigente, indican que el rito consistía en resbalar sobre las posaderas desnudas para que las partes genitales teóricamente estuvieran directamente en contacto con la superficie de la piedra. El origen de este rito puede proceder de la creencia de que el numen de la piedra contribuía a que mujer engendrara, pues antiguamente se creía que en el interior de ciertas rocas habitaban numina o seres sobrenaturales[44]. Para ser más precisos, se puede decir que el sacrum saxum o “peña sagrada” era el sema o manifestación material visible del numen loci, generalmente relacionado de algún modo con el antepasado ancestral[45], por lo que su contacto confería poderes beneficiosos, generalmente relacionados con la fecundidad. Esta creencia explica los ritos practicados, que se han mantenido en algunas áreas atlánticas, como Cantabria, hasta el siglo XX[46]. Sobre este tipo de culto Mircea Eliade[47] observó que “no va dirigido a la piedra en tanto que sustancia material, sino al espíritu que la habita, al símbolo que la sacraliza” y, al comentar las observaciones hechas por Paul Sébillot al analizar este rito de deslizarse sobre una piedra sacra practicado por mujeres para tener hijos, señaló que “la piedra, la roca, el monolito, el dolmen, el menhir, etc., ‘adquieren’ carácter sagrado gracias a la impronta de esa fuerza espiritual, puesto que estamos en el área del ‘antepasado’, del muerto ‘fijado’ en una piedra con el fin de ser utilizado como instrumento de defensa o para incrementar la vida”.

Las peñas sacras documentadas en Extremadura se relacionan con las peñas similares de la Península Ibérica y de otras partes de Europa, donde los testimonios recogidos confirman y completan su carácter ritual originario, aunque en España casi sólo hayan perdurado como juego de niños. Sébillot observó que en el siglo XIX estas peñas deslizantes se extendían por gran parte de Francia[48]. Su distribución geográfica se concentra en Bretaña, pero también se documentan por el norte, el oeste, el sudoeste, el centro y el sudeste, así como por las regiones más orientales, en especial por las zonas alpinas y llegan hasta Alsacia y la Valonia belga, así como a las áreas alpinas de Suiza, Norte de Italia, Alemania, especialmente en los Alpes Bávaros, y de Austria, extensión que alcanza hasta Grecia. Sin embargo, no se han señalado testimonios precisos en las áreas celtas de las Islas Británicas[49].

En Francia era donde hasta ahora se había señalado mayor número de peñas resbaladeras, rito para el que a veces también se utilizaba un megalito[50]. Generalmente se practicaba en secreto y, en ocasiones, se dejaba como ofrenda un trozo de tela o una cinta en un árbol cercano[51]. Los testimonios más numerosos se sitúan en la Bretaña, como la Pierre à glissade de Lesmont,en Plouër-sur-Rance[52] y el Menhir de Tremblaiso de la Thiemblaye, en Saint-Samson-sur-Rance[53], ambas en el departamento de Côtes-d'Armor. Otros ejemplos se conservan en el departamento de Ille-et-Vilaine, donde se conoce la Faix du Diable,en Mellé[54], la Roche Écriante de Monthault, en el bosque de Mignon, con una inclinación de 45º, en la que el rito se realizaba en secreto, yla Roche Écriante de Saint-Georges-de-Reintembault[55], otra en Plonéour-Lanvern y otra en Saint-Aubin-du-Cormier[56] y en el departamento de Morbinhan el rito se efectuaba en el gigantesco menhir caído de Loemariaker la noche del 1 de Mayo[57].

En Picardía está la famosa Pierre Clouise, en Largny-sur-Automne, a la que se acudía el primer domingo de Cuaresma[58], en el departamento de Aisne existen otras similares[59], como la Pierre Glissoire,de Péroy-les-Gombries, en el de Oise. En la región de Île-de-Francese sitúan la Roche à glissade,de Ballancourt-sur-Essonne y la Roche à glissadedu Gros Mahaux, Moigny-sur-École, ambas en el departamento de Essonne, y la llamada Pied de femme,en Chevry-en-Sereine y la Pierre à glissage de Fontainebleau, en el de Seine-et-Marne. En la región Centro y en el Valle del Loira cabe citar la Grosse Pierre d'Ymorville, en Prunay-le-Gillon, en el departamento de Eure-et-Loir,en el Limousinel dolmen d'Urbe, en Crocq, departamento de la Creuse, y en Loches, departamento de Indre et Loire. Más al sur, en la región de Midi-Pyrénéesestá el menhir de Peyrelade, en Sauclières, en el departamento de Aveyron, y también se conocen en la Provenza[60], en Colombiers, Hérault[61]y existía una Pierre glissante en Hyères, departamento de Var[62], y una variante del rito se documenta en Collobrières, Var, pues se practicaba sobre las raíces de un gran castaño milenario[63].

En las regiones alpinas de Francia cabe señalar un caso en Saint-Ours, en el valle de Ubayette, en los Bajos Alpes[64], la Pierre à glissade, en Chambéry, Saboya,y la Pirra Liozet, en Thoiry, Jura[65]. Más al norte se conocía este rito en Saint-Alban, en el departamento del Ain[66], en Alsacia, la Puppelestein, en Rimbachzell[67], en el departamento de Haut-Rhin, y en la Valonia de Bélgica, el rito se practicaba en la peña de Ride-Cul[68].

También son habituales en el norte de Italia las llamadas pietredellos civolo, por las que se deslizaban las mujeres estériles con la esperanza de lograr tener hijos, como la Pietra delloscivolo del Santuario de Machaby, Arnad, en el Valle de Aosta[69], la Priascugente o Pietra dellos civolo en Scarpino, Génova Sestri Ponente, la Pietra dellestreghe en Gavenola, en el Valle Arroscia, provincia de Imperia, otras cuatro conocidas en Moredina, Valle Albano, en la provincia de Como, otra en Brancolino, cerca de Garda, provincia de Brescia. En la zona italiana del Tirol se conocen en la región de Bolzano, en Taufers, en el Muenstertal, otra en Tarces, cerca de Malles, ambas en el Vallede Venosta, otra en Appiano, otra en Castel Feder, entre Val Lagarina y Val di Fiemme, otra en Elvas[70], sobre Bressanone, peña que ofrece nueve cupulitas en grupos de tres que se han relacionado con los meses de gestación, y en Merano[71],pero ya no se citan fuera de las áreas alpinas y de la Liguria. Igualmente, este rito se documenta en Suiza, como la Pirra Louzenta (“glissade”), de Vissoye, en el Valais, y la Kildlsteino “Pierre des Nouveau-nées”, de Argovie[72]. En Estiria, Austria, se puede señalar la Heiratsstein de Brandhof, donde chicas y mujeres se resbalaban de espaldas para casarse antes de un año[73].

El rito se extendía hasta Grecia, pues en Atenas hasta el siglo XIX que las mujeres en cinta se sentaban en un asiento tallado en una peña sobre un pequeño arroyo en la vertiente septentrional de la colina de las Ninfas y después se dejaban resbalar de espaldas implorando a Apolo para tener un buen parto[74] y también cerca de la fuente de Callirrhoe había una con la peña a la que se frotaban las mujeres que deseaban quedarse embarazadas implorando a las Moirai[75]. Las Ninfas eran divinidades protectoras del parto y de la fecundidad, por lo que este rito, que se practicaba de noche a la luz de la de luna[76], procedería de la Antigüedad. Mircea Eliade lo interpretó como “un cambio de significación de un rito, en el que la piedra de fecundación se convierte en piedra de parto”[77], aunque es evidente que ambas ideas se asocian a la fecundidad. Aún puede resultar más sorprendente la práctica del rito en Túnez, donde las mujeres deseosas de tener un hijo se resbalaban 25 veces en distintas posturas por una peña de 5 o 6 m situada junto al marabut de Sidi Fathallah[78], lo que confirma la extensión y por ende la gran antigüedad del rito, sin duda de origen prehistórico muy anterior a la Europa céltica.

Los autores del siglo XIX pudieron observar estas prácticas cuando todavía eran habituales, por lo que Sébillot y otros estudiosos[79]pudieron recoger una interesante documentación sobre estos ritos de fecundidad de origen prerromano asociados a las peñas resbaladeras o roches écriantes, junto al que existían otros tipos de peñas sacras todavía estaba extendidos, como la costumbre citada de friccionar la mujer su cuerpo desnudo contra un menhir o una peña sacra para tener hijos las mujeres estériles o para conseguir casarse en un año o, incluso, para sanar de alguna enfermedad, pues ambos ritos deben considerarse relacionados.

Estos ritos ofrecen diversas variantes. En la zona de Ille-et-Vilaine, en la Bretaña, las chicas se deslizaban en secreto con la piel desnuda en contacto con la piedra para cumplir el rito, tras lo que dejaban una cinta u otra prenda de vestir, mientras que en el gigantesco menhir caído de Locmariaker, en Morbihan, se resbalaban la noche del 1 de mayo, lo que recuerda el rito practicado en Atenas a la luz de la luna (vid. supra). En la Rocher Lesmond, en Plouër-sur-Rance, el rito lo practicaban muchachas jóvenes que se deslizan 7 veces sobre sus glúteos desnudos para casarse antes de que pasase un año[80]. En Bonduen, una población de la Provenza, el rito se practicaba en el día de la fiesta patronal[81], mientras que en Collobrières, en el departamento del Var, se realizaba sobre las raíces de un gran castaño milenario[82], etc.

Sébillot señaló la presencia de ritos comparables en las Islas Británicas, en especial en Cornualles, como la Tolven Stone, situada cerca de Helford, aunque en este caso la mujer debía pasar desnuda porun agujero para lograr la fertilidad[83]y ritos semejantes se documentan en Escocia. En Galicia, Fernando Alonso Romero ha documentado ritos de este tipo[84], relacionados con los de Bretaña y de otras regiones de Europa, como el practicado en el castro de Cabañas, al NE de Pontedeume, en La Coruña, hasta mediados del siglo XX, donde las mujeres estériles rozaban su vientre con una peña para tener hijos[85], tradición que se cristianizó al adoptarse la costumbre de frotarse con imágenes de santos con las mismas finalidades mágicas[86].

 

Conclusiones

Las “peñas resbaladeras” que vemos en muchos pueblos de Extremadura, usadas hasta hace poco como toboganes de niños, son monumentos de gran interés, aunque apenas habían sido estudiadas alno considerar entre las “peñas sacras”. Estas peñas, integradas en el paisaje físico y humano de los berrocales extremeños, por su origen y por sus ritos originarios, permiten introducirse en una visión mágica y sobrenatural del mundo y del paisaje que ha perdurado en el folklore hasta nuestros días, ya que esta tradición popular, originaria de remotos tiempos prehistóricos, testimonia creencias animistas ancestrales, como hace más de 100 años señalara Marcelino Menéndez Pelayo, quien consideraba que “la litolatría es una de las formas más antiguas del culto naturalista”[87].

Las “peñas resbaladeras” se caracterizan por ofrecer en su superficie inclinada la huella de haberse resbalado por ella miles de veces. Son características de las áreas graníticas y cuarcíticas occidentales de la Península Ibérica que forman parte del paisaje de Extremadura, pero el rito también se documenta en la España calcárea y en otras partes de Europa. En Extremadura se ha identificado en este trabajo más de medio centenar de “peñas “resbaladeras”, la mayoría hoy asociadas a juegos de niños. Sin embargo, su dispersión y el estudio de los restos conservados de su rito originario, prácticamente desaparecido en la actualidad, confirman que forman parte de las “peñas sacras”. Dentro de éstas, su función se relacionaba con la fertilidad, probablemente en ritos de paso celebrados en primavera, lo que confirma su interés, pues pueden compararse a las de otras regiones atlánticas y de Europa Occidental, que ofrecen testimonios similares, no siempre bien documentados. En consecuencia, las “peñas resbaladeras” es el tipo de peña sacra más numeroso existente y uno de los más característicos y de mayor interés. Su función de fertilidad, que se confirma en Extremadura, es similar a las de algunas peñas oscilantes, la mayoría actualmente destruidas, como El Cancho que se menea de Montánchez[88], El Bodegón de Garrovillas[89] y la Lancha de Valdejuán, en Casar de Cáceres, que movían las mujeres estériles tras yacer junto a la peña con su marido[90].

Las 60 “peñas resbaladeras” de Extremadura analizadas en este trabajo son un número considerable, que da idea de su popularidad, pues equivalen aproximadamente a una peña cada 800 km2, aunque su número real debe ser más elevado, pues muy probablemente supera el doble de la cifra señalada. Esta proporción, sin embargo, todavía resulta más elevada en otras provincias próximas de las áreas graníticas occidentales, pues en Zamora se conocen 36 peñas resbaladeras, que suponen 1 peña cada 300 km2; en Salamanca se conocen 48, que suponen 1 cada 250km2 y en Ávila hay más de 80, por lo que la proporción casi alcanza 1 peña cada 100 km2. La conclusión que se deduce es que las más de 275 peñas resbaladeras actualmente localizadas en la Península Ibérica, número que sin duda debe ser muy inferior a la realidad pues muchas de ellas son todavía desconocidas, la zona granítica occidental, de la que forma parte Extremadura, es la región de Europa donde estos monumentos están mejor atestiguados, más incluso que en la Bretaña, lo que evidencia el interés de su estudio e interpretación, hasta ahora desconocido.

Basta este hecho para comprender la importancia que tiene valorar las “peñas resbaladeras” de Extremadura para contribuir a su conocimiento e inventario y para que se documenten los casos aún no identificados, que deben ser numerosos. En especial, hay que llamar la atención para que se recojan cuanto antes todas las tradiciones y mitos asociados, que están al borde de desaparecer para siempre, lo que va a dejar en la oscuridad el interesante significado de estas “peñas sacras”. El reciente análisis del “paisaje sacro” de Garrovillas ha puesto en evidencia la importancia de estos monumentos de la Hispania prerromana para comprender cómo concebía el hombre prehistórico el “paisaje“ como algo “sagrado”, pues estas peñas sacras permiten reconstruir la casi desconocida religión prehistórica popular, en la que los elementos de la naturaleza serían un “paisaje sagrado” vivo y “mágico”, por lo que su análisis, propiciado por nuevos hallazgos como los recogidos en este artículo, permitirá conocer cada vez mejor estos ritos ancestrales de origen prerromano y, a través de ellos, la mentalidad, las creencias y la concepción del mundo, un campo de estudio del mayor interés[91].

Las “peñas resbaladeras” identificadas en Extremadura, como las restantes “peñas sacras” y montes, fuentes, lagunas y ríos, árboles y bosques, cuevas y abrigos, caminos, encrucijadas, vados y collados, eran considerados entes dotados con su propia anima o numen, de carácter divino y por tanto sacro, por lo que serían objeto de devoción y a los que el hombre debía aproximarse por medio de ritos que revela una visión sobrenatural o “mágica” del paisaje, que cabe denominar como “paisaje sacro”, una concepción sin duda de origen prerromana, pero prácticamente conservado casi hasta la actualidad en un verdadero proceso de “larga duración”.

Por ello, este trabajo no reduce a identificar e inventariarlas 60 “peñas resbaladeras” actualmente conocidas, sino que estos monumentos se estudian con una perspectiva general para aproximarse a los ritos originales que explican el carácter sagrado de las “resbaladeras” asociado a la fecundidad. Al mismo tiempo, pretende llamar la atención para que se estimule la localización e inventario de todos estos monumentos etno-arqueológicos, algunos ya destruidos y otros en peligro de desaparecer. En especial, hay que insistir en la importancia que tiene documentarlos ritos y mitos asociados que todavía se conservan y el recoger estos monumentos en los estudios arqueológicos del territorio, pues forman parte de nuestro Patrimonio Cultural. Por último, también se deben proteger para evitar su pérdida, pues estas “peñas sacras”, hoy en serio peligro de desaparición, son el testimonio de un “paisaje sacro” ancestral de origen prehistórico de enorme interés, que permite conocer aspectos esenciales de nuestra personalidad cultural, por lo que constituye una parte esencial del Patrimonio Arqueológico y Etnológico de Europa.


 

FIGURAS

1.-Peñas resbaladeras de Extremadura (los puntos negros indican restos del ritual).Cáceres:1,El Acebo; 2 Cilleros; 3, Hoyos; 4, Santibáñez el Alto; 5, Aceituna; 6, Montehermoso; 7, Valdeobispo; 8, Plasencia; 9, Piornal; 10, Tejeda de Tiétar; 11, Peraleda de la Mata; 12, Huertas de Ánimas, Trujillo; 13-16, Trujillo; 17, Hinojal; 18, Garrovillas; 19, Zarza la Mayor; 20, Ceclavín; 21, Piedras Albas; 22, Membrio; 23, Valencia de Alcántara; 24, Malpartida; 25, Cáceres-Aldea Moret; 26, Torrequemada; 27, Torremocha; 28, Santa Ana; 29, Ruanes; 30; La Cumbre; 31, Plasenzuela; 32-33, Puerto de Santa Cruz; 34, Montánchez; 35, Alcuéscar. Badajoz:36,Gargáligas; 37, Medellín; 38, Guareña; 39, Campanario; 40, Arroyo de San Serván; 41, Almendralejo; 42, Valverde de Leganés; 43, Villafranca de los Barros; 44, Malpartida de la Serena; 45, Higuera de la Serena; 46, Campillo de Llerena; 47, Hornachos; 48, Zafra; 49-50, Burguillos del Cerro; 51, Jerez de los Caballeros; 52, Usagre; 53, Bienvenida; 54, Llerena; 55, Monesterio; 56, Montemolín; 57, Pallares-Montemolín; 58, Puebla del Maestre; 59, Fuente del Arco; 60, Santa María de Navas.

2A, Resbaladera de Aldea Moret, Cáceres. 2B, Resbaladera de Ceclavín, Cáceres.

3A, Ronchadera de la ermita de Navelonga, patrona de Cilleros, Cáceres. 3B, Lancha resbaladera de Membrío, Cáceres. 3C, Peña Refalaera o Refaliza de Arroyo de San Serván, Badajoz.

4A, Resbaladera de Plasenzuela, Cáceres. 4B, Resbaladera de los Arcabuces, Trujillo, Cáceres.

5A, Peña Resbaliza próxima a la Ermita de San Marcos, Almendralejo, Badajoz. 5B, Resbaladera de Campanario, Badajoz.

6A, Resbalaera del Rodandero en Malpartida de la Serena, Badajoz. 6B, Piedra Refaliza de Usagre, Badajoz, con la Fuente de la Cantamora al fondo bajo el puente.

 

 



[1]Almagro-Gorbea, M. y Jiménez Ávila, J. “Un altar rupestre en el Prado de Lácara (Mérida). Apuntes para la creación de un parque arqueológico”, El Megalitismo en Extremadura (Homenaje a Elías Diéguez Luengo) (Extremadura Arqueológica 8), Mérida, 2000, págs. 423-442; Correia Santos, Mª J. “El santuario rupestre del Pico de San Gregorio, Santa Cruz de la Sierra, Cáceres “, Paleohispanica, 14, 2014, págs. 89-128; Esteban Ortega, J., Ramos Rubio, J. A. y San Macario, O. de. “El Complejo arqueológico de San Juan el Alto de Santa Cruz de la Sierra”, Revista Alcántara, 79, 2014, págs. 11-28; ID., "La Peña Buraca y el entorno arqueológico", Tabularium, 4,1, 2017a, págs. 77-79; IID., "El complejo arqueológico de La Zafrilla (Malpartida de Cáceres). Parajes en torno a los Barruecos, parte III", Revista D&M, 62, 2017b, págs. 12-15; Ramos, J. A., Esteban, J. y San Macario, O. de. “Ruta Arqueológica por tierras de Malpartida de Cáceres”, Revista Alcántara 81, 2015, p. 11-33; Rodríguez Plasencia, J. L. “El Santuario de la Virgen de Navelonga, de Cilleros ¿un lugar mágico”, Alcántara, 79, 2013, págs. 83-96. (http://ab.dip-caceres.org/export/sites/default/comun/galerias/galeriaDescargas/archivo-y-biblioteca-de-la-diputacion/Alcantara/05-078-alc/05-078-007-El_Santuario.pdf; consultado 28.7.2018), p. 95 s.; etc.

[2]Almagro-Gorbea, M. y Gari, A.(eds.).Sacra Saxa. Creencias y ritos en peñas sagradas, Huesca, 2017.

[3]Almagro-Gorbea, M., Barriga, J., Martín Bravo, A. Mª., Perianes, E., Díez González, V. “El ‘paisaje sacro’ de Garrovillas de Alconétar (Cáceres)”, Revista de Estudios Extremeños, 73,1, 2017,págs. 91-134.

[4]Almagro-Gorbea y Jiménez Ávila, 2000; Almagro-Gorbea, M. “El ‘Canto de los Responsos’ de Ulaca (Ávila): un rito celta del Más Allá”, Illu11, 2006, págs. 5-38; id., Sacra Saxa. ‘Peñas Sacras’ propiciatorias y de adivinación de la Hispania Celtica”, Estudos Arqueológicos de Oeiras 22, 2016, págs. 329-410; id.Sacra Saxa: propuesta de clasificación y de metodología de estudio”, en Almagro-Gorbea, M. y Gari, A.(eds.), 2017, págs. 10-33; Fabián, J. F. “Altares rupestres, peñas sacras y rocas con cazoletas. Ocho nuevos casos abulenses y uno salmantino para la estadística, el debate y la reflexión”, Madrider Mitteilungen, 51, 2010, págs. 222-267; Correia Santos, Mª J. Santuarios rupestres de la Hispania indoeuropea (Tesis Doctoral), Zaragoza, 2015 (https://zaguan.unizar.es/record/31628/files/TESIS-2015-069.pdf); Almagro-Gorbea, M. y Gari, A. (eds.). 2017; etc.

[5]Almagro-Gorbea, M. 2017, p. 18.

[6]Rodríguez Plasencia, J. L. “La matanza en Extremadura (estudio etno-folklórico), II”, Revista de Folklore 407, 2016, p. 15.

[7] Julio Esteban Ortega,, José Antonio Ramos Rubio y Óscar San Macario han documentado las peñas de la provincia de Cáceres y Martín Almagro Gorbea, las de Badajoz, aunque el catálogo se ha realizado de forma conjunta.

[8]Almagro-Gorbea, M. y Sánchez Benito, J. M. “Las “peñas resbaladeras” en la provincia de Zamora. Nuevas “peñas sacras” en la Península Ibérica”, I Congreso Internacional de los Paisajes Culturales Sagrados. Zamora, 2018 (en prensa).

[9]Almagro-Gorbea, M. y Caballero Arribas, J. “Las peñas resbaladeras de la Provincia de Ávila”, VIII Jornadas de Arqueología del Valle del Duero, Ávila, 2018 (en prensa).

[10]Sébillot, P. (1882, 1902, 1904, 335 s.,1906, 1908;ID. Les Littératures populaires de toutes les nations. Traditions et superstitions de la Haute-Bretagne, Maisonneuve, 1882; ID., “Le culte des pierres en France”, Revue de l'École d'Anthropologie de Paris, 12, 1902, págs. 175-186 y 205-247; ID.“The Worship of Stones in France”, American Anthropologist4,1, n.s., 1902a, págs. 76-107 (http://www.jstor.org.bucm.idm.oclc.org/stable/658930; consultado 2.8.2018); ID. Le FolkLore de la France, I. Le ciel et la terre (1904), II, La mer et les eaux douces (1905), III, La faune et la flore (1906), Paris (reed. 2014) ; ID., Le paganisme contemporain chez les peuples celto-latins, Paris, 1908.

[11]Reinach, S. “Les monuments de pierre brute dans le langage et les croyances populaires”, Revue Archéologique, série III, 21, 1893, págs. 195-226, 329-367 (reed. en Cultes, mythes et religions, III, Paris, 1913, págs. 364-448).

[13]Lang, A.Myth, Ritual and Religion, I, London, 1887; Eliade, M. Tratado de Historia de las Religiones (reed.), México, 2007, p. 206 s; Sartori, P. s.v. “Gleiten”, en E. Hoffmann-Krayer y H. Bachtold-Staubli(e.),Handwörtembuchdes deutsches Aberglaubens III, Berlin, 1987; etc.

[14]Assas, M. de.“Nociones fisionómico-históricas de la Arquitectura en España”, Semanario Pintoresco Español, 22, Madrid, 1857.

[15]Costa, J. Poesía popular española y mitología y literatura celto-hispánicas2, Madrid, 1888, p. 258.

[16]Menéndez Pelayo, M. Historia de los Heterodoxos Españoles I2, Madrid, 1911, p. 120.

[17]Leite de Vasconcelos, J.Tradições populares de Portugal, Porto, 1882, p. 89 s.

[18]Martins Sarmento, F. “Materiães para a arqueologia do concillio de Guimarães”, Revista Guimarães 1,4, 1884, p. 161-189; Braga, T. “Supertiçoes populares portuguesas”, O pobo portugues nos seus costumes, crenças e tradiçoes, I-II, Lisboa, 1885.

[19]Taboada, X.O culto das pedra no noroeste Peninsular, Verín, 1965, p. 12 s.; ID. Ritos y creencias gallegas2, La Coruña, 1982.

[20]Benito del Rey, L. y Grande del Brío, R. Santuarios rupestres prehistóricos en las provincias de Zamora y Salamanca, Salamanca, 1992; ID., Santuarios rupestres prehistóricos en el centro-oeste de España, Salamanca, 2000; etc.

[21]Almagro-Gorbea, M. y Jiménez Ávila, J. op. cit., 2000.

[22]Correia Santos, J. 2014, págs. 89-128; ID., 2015.

[23]Almagro-Gorbea, M. y Gari, A.(eds.), op. cit. 2017.

[24]Navarro, J. M. “Piedras sagradas en el Alto Aragón. Una propuesta de metodología para su estudio y clasificación” en Almagro-Gorbea, M. y Gari, A. (eds.). 2017, op. cit., págs. 284-302.

[25]Almagro-Gorbea, M. “Los Lusitanos”, en Protohistoria de la Península Ibérica del Neolítico a la Romanización, Burgos, 2014, págs. 183-194.

[26]Feijoo, V. “Las motivaciones de los nombres de las piedras en Galicia. Cultos, ritos y leyendas”, Els noms en la vida quotidiana. Actes del XXIV Congrés Internacional d’ICOS sobre Ciències Onomàstiques. Annex Secció 6, 2001, § 6 (http://www.gencat.cat/llengua/ BTPL/ICOS2011/116.pdf) (consultado el 25.3.2016).

[27]Rodríguez Plasencia, J. L. “Nuevas anotaciones de demosofía extremeña”, Alcántara 85, 2017, p. 115 (http://ab.dip-caceres.org/export/sites/default/comun/galerias/galeriaDescargas/archivo-y-biblioteca-de-la-diputacion/Alcantara/05-085-alc/85-06.pdf; consultado 2019.8.5).

[28] Rodríguez Plasencia,J. L. 2017, op. cit., p. 113, para quien ronchaderaresbalínes un sustantivo no recogido en el Diccionario de la Real Academia Española: “es un localismo que designa una roca inclinada y llana que sirve en ciertas localidades para que los jóvenes y menos jóvenes se deslizasen por ella como divertimento”.

[29]Sánchez Miguel, J. M. “Mozarabismos y Arabismos en Los Montes de Toledo”, Revista de Estudios Monteños100, 2002, p. 45.

[30]Catalán, P. y Magallón, J. Lítica. 100Piedras singulares de Teruel, Teruel, 2019, págs. 208-209.

[31] Rodríguez Plasencia, 2017, p. 95 s. Véase Refalaero: Lugar para juegos infantiles que emula un tobogán (Diccionario Virtual de Extremadura: Vocabulario de Logrosán,http://diccionariovirtualextremadura.blogspot.com/2019/01/vocabulario-de-logrosan.html; consultado 2019.3.24); Refaraero: Tobogán o sitio propicio para deslizarse resbalando, aunque coexisten las versiones con f (refaraero) y con l (refalaero). “M'he roto la culera e los pantalones en el refaraero”, Diccionario Dialectal Peralêo - Peraleda de la Mata, Cáceres (España) (https://raicesdeperaleda.com/diccionario/palabra/ficha/refaraero/532; consultado 2019.3.24)

[32]Rodríguez Plasencia, J. L. 2016, p. 15.

[33]Almagro-Gorbea, M. y Caballero, J. e.p.

[34]Espino, I. J.50 Lugares mágicos de Extremadura, Pontevedra, 2015, p. 149 s.

[35] Agradecemos a J. M. Sánchez Benito esta amable comunicación personal.

[36]Moya, P. R. Paleoetnología de la Hispania Céltica (Tesis Doctoral, Universidad Complutense), Madrid, 2012, págs. 270, 447.

[37]Jordán, J. F. “De las fiestas del Lunes de Aguas al cortejo de San Genarín: caos ritualizado, avatares del carnaval”. Culturas Populares. Revista Electrónica 7, 2008, p. 21 (http://www.culturaspopulares.org/textos7/articulos/jordan.pdf; consultado 28.8.2018).

[38]Caro Baroja, R.La estación de amor (Fiestas populares de mayo a San Juan), Madrid, 1979.

[39]Paniagua, J. A. “Extremadura en la obra etnohistórica de Julio Caro Baroja”, Revista de Estudios Extremeños 58,3, 2002, págs. 901-940.

[40]Caro Baroja, J., op. cit., 1979.

[41] SÉBILLOT, P. 1904, p. 336.

[42]M. Almagro-Gorbea y J. Caballero, observación personal.

[43]Almagro-Gorbea, M.  2016, p. 355, fig. 39-40.

[44] SÉBILLOT, 1904, p. 334; TABOADA, X.1982, p. 162; ALONSO ROMERO, F. “Análisis etnográfico y arqueológico de una Diosa Madre en el petroglifo del Outeiro do Filladuiro en Mallou (Carnota, A Coruña): «Coviñas» y círculos”, Anuario Brigantino 30, 2007, nº 30, p. 34 s.

[45]Almagro-Gorbea, M. 2017, p. 18 s.

[46]Llano, M. Obras completas, II, Santander, 1968, p. 567.

[47]Eliade, M. Tratado de historia de las religiones, Barcelona,1990, p. 257 s.

[48] SÉBILLOT, P. 1904, p. 334 s.

[49]BYGHAN, Y.Modern Druidism: An Introduction, Jefferson (North Carolina), 2018, p. 62.

[50]Véase «Pierre à glissade», enhttps://fr.wikipedia.org/wiki/Pierre_%C3%A0_glissade;consultado 30.7.2018.

[51] SÉBILLOT, P. 1904, p. 336.

[52] PEIGNE, J. M., Dinan et ses environs, Dinan, 1862, p. 172 (http://fr.topic-topos.com/roche-de-lesmont-plouer-sur-rance, consultado 12.2.2017); SÉBILLOT, P.  1904, págs. 335, 336 y 407.

[54]Danjou de la Garenne, TH. “Statistique des monuments celtiques de l’arrondissement de Fougères”, Bulletin et mémoires de la Société archéologique du département d’Ille-et-Villaine, 1862 (Rennes 1863), págs. 56-57.

[55]Danjou de la Garenne, TH.1862, págs. 57-58 y 58-59.

[56]COSSON, J. M., Les Mystères de France, Paris, 2009, págs. 18-19.

[57] SÉBILLOT,P. 1904, p. 336.

[59] FLEURY, E.Antiquités et monuments du département de l'Aisne, I, Paris, 1877, p. 105; SÉBILLOT, P.1904, p. 338.

[60]BERENGER-FERAUD, L. J. B., Superstitions et survivances étudiées du point de vue de leur origine et de leur transformation, II, Paris, 1896, p. 192.

[61] CAUMONT, A. MARQUIS de. Cours d’antiquités monumentales…, I, Caen, 1830, p. 120.

[62]SÉBILLOT, P. 1904, p. 338.

[63]SÉBILLOT, P.  1906, p. 425.

[65]REBER, B.Les Gravures pédiformes sur les monuments préhistoriques et les Pierres à glissades”,Bulletin de la Société préhistorique française9,7,‎ 1912, págs. 478 y 477.

[66]SÉBILLOT, P. 1904, p. 338.

[68]SÉBILLOT, P. 1904, p. 336.

[69]Gremo, R. DE.Le grande pietre magiche. Residui di pagenesimo nella religisità popolare alpina, Biella, 2009.

[70]Felolo, L. “Megaliti orientati e Pietre della Sposa”, Associazione Ligure per lo Sviluppo degli Studi Archeoastronomici. Circolare 22, 2015, págs. 6-7.

[71] Amable información personal de Dirce Marzoli.

[72]SÉBILLOT, P.1904, p. 477.

[73]Hansmann H.P.R. “In der Steiermark gibt’s Schäferstündchen im Heu“, Hansmann HPR, 21.7.2012 (https://www.bruendlweg.at/download/1%261%20Online_21-7-12.pdf; consultado 2019.3.24).

[74]WACHSMUTH, C.Das alteGriechenlandimNeuen, Bonn, 1864, p. 71; BÉRENGER-FÉRAUD, L. J. B.miniscencesPopulairesde la Provence, Paris, 1885, p. 201; HARTLAN, E. S.Primitive Paternity, the Myth of Supernatural Birth in Relation to the History of the Family, I, London, 1901, p. 130; BAUR, P. V. C.Eileithyia, Chicago, 1902, p. 36, n. 47.

[75]HARTLAN, E. S. 1901, p. 130.

[76]BERENGER-FERAUD, L. J. B. 1885, p. 201.

[77]ELIADE, M.Tratado de Historia de las Religiones, México, 1972, p. 208.

[78] HARTLAN, E. S. 1901, p. 130-131.

[79]SÉBILLOT, P.1902, págs. 205-247; ID., 1904-1906; ID., 1908; BORD, C. y J., Earth Rites. FertilityPractices in Pre-Industrial Brittany, New York, 1982, págs. 31-67; SAINTYVES, P.Las madres vírgenes y los embarazos milagrosos, Madrid, 1985, p. 17.

[80]Peigné, J. M. 1862, p. 172 ;SÉBILLOT, P. 1904, págs. 335 s. y 407.

[81]Bérenger-Féraud, L. J. B. 1896, p. 192; SÉBILLOT, P.  1904, p. 366.

[82]SÉBILLOT, P. 1906, p. 425. No sabemos su a una tradición ritual similar pudiera referirse el dicho popular salmantino: Las mocitas de Abusejo / tienen el chocho pelón / de subirse a las encinas / y bajar al resbalón.

[83] Deane, T. y Shaw, T.Folklore of Cornwall2, Stroud, 2014 (e-book).

[84]Alonso Romero, F. 2007, p. 34 s.

[85] MONTEAGUDO, L. “Menhires y marcos de Portugal y Galicia”, Anuario Brigantino 26, 2003, p. 36.

[86] SÉBILLOT, P.  1882, I, p. 48 s.; HARTLAN, E. S. 1901, p. 125 s.

[87]MENÉNDEZ PELAYO, M. 1911, I, p. 120.

[88]Paredes Guillén, V., "Noticias", Boletín de la Real Academia de la Historia11, 1887, págs. 279-280.

[89]Almagro-Gorbea, M.et al., 2017.

[90]Barrantes, V., Aparato bibliográfico para la Historia de Extremadura,1, Madrid, 1875, p. 453; PAREDES GUILLÉN, V.  1899.

[91]Almagro-Gorbea, M.et al., 2017.













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