ALQUERQUE DE NUEVE Y ALQUERQUE DE DOCE, JUEGOS MEDIEVALES
GRABADOS EN PIEDRA EN TRUJILLO Y SU TERRITORIO.
El
juego denominado de “alquerque de doce”, es el antecesor del juego de
las damas.
Analizaremos este juego apoyándonos en
el Libro de los Juegos de Alfonso X el Sabio.
Alquerque es la palabra española por la
que se conoce el quirkat, un antiguo juego de los árabes que se adaptó a
nuestra cultura a raíz de la presencia musulmana en la península ibérica. Según
algunos cronistas, el quirkat fue practicado durante varios milenios en Egipto
y Oriente Medio. Existe un diagrama inacabado de este juego grabado en una de
las losas del templo de Kurna en Egipto, construido unos 1400 años a.C.
Alfonso el Sabio describió varias versiones del alquerque en su Libro del
ajedrez, dados y tablas. Una de ellas, el alquerque de doce, se parece mucho al
que todavía hoy es practicado en muchos establecimientos públicos de España. El
alquerque es, esencialmente, una forma primitiva del juego de las damas.
Hemos encontrado
varios repartidos por Trujillo y en el berrocal. Concretamente, en la finca
“Casa Casco” y, en Trujillo, hay un fragmento de sillar reutilizado en el muro
de contención del atrio de la iglesia de San Martín, que preside con toda su
grandeza la Plaza que se extiende a sus pies. El sillar en cuestión está
colocado en posición vertical y pegada al citado muro, poseemos una amplia
escalera de acceso a la mencionada iglesia.
Este, en concreto, es la representación de un tablero de juego de un "alquerque de doce", con dos
cazoletas bien definidas, una más grande que la otra. Como decimos no está
completo el diseño geométrico, pero por la composición grabada que cada hoy día
se trata del tipo de juego que apuntamos.
El otro juego,
se encuentra grabado en la zona subterránea de los calabozos del denominado
"Palacio de la Conquista" y es similar al existente en las Casas
Consistoriales, cercanas al citado palacio, corresponde igualmente a un tablero
de un “alquerque de doce”.
En la calle "Cambrones",
exactamente en el número 6, que ocupa actualmente la "Posada dos
Orillas", empotrado en la pilastra (del lado izquierdo) que sostiene un
arco de ladrillo, en la recepción de este atractivo hotel, contemplamos un
sillar granítico de unos 60 X 44 centímetros, en el cual se encuentra
perfectamente grabado un gran tablero de juego del tipo "alquerque de doce", midiendo el lado del cuadrado unos
38 centímetros. Es curioso señalar que en la mayoría de las intersecciones de
las líneas, posee unas pequeñas cazoletas. Podemos ver como el sillar en su
parte inferior, conserva parte de pintura antigua, a modo de zócalo. El
edificio data del siglo XVI.
En
otros lugares, como en la Villeta de Azuquén, a 15 kms. de Trujillo, próximo al
río Tozo, hemos descubierto varios tableros sobre piedra del juego denominado
"Alquerque de Nueve", también llamado "Triple Recinto".
En la Villeta,
concretamente, es donde más testimonios se conservan de este grabado en piedra.
La Villeta fue una importante fortificación musulmana, conquistada por las
tropas de Alfonso VIII, siendo donada esta villa el 6 de marzo de 1195 a la
Orden de San Julián del Pereiro (posteriormente Alcántara) por los servicios
que su maestre, D. Gómez Fernández, había prestado al rey en la memorable
batalla de Alarcos, 1195.
El juego
"Alquerque de Nueve" fue practicado durante varios milenios en el
Norte de Africa y Oriente Medio, e incluso es probable que uno de los juegos
practicados por el hombre del Neolítico, en petroglifos encontrados en los
Alpes y en Galicia, fuese el Alquerque.
Durante la Edad
Media fueron los árabes los que difundieron este juego por la Península
Ibérica. No en vano, el nombre del juego proviene del árabe al-qariq (sitio
plano), siendo mencionado en el libro Kitab-al-Aghani y, después, en el Libro
de los Juegos de Alfonso X. En este libro el Alquerque es comparado al Ajedrez
en cuanto a la técnica a utilizar, pero el juego es similar al nuestro de
Damas, teniendo cada jugador doce o nueve fichas –según sea el tablero- e
incluso tres en la forma más simple, mediante las que se tratará de saltar
sobre su contrario, para irle capturando las suyas. Son varios los significados
que podemos extraer de los tableros de juego. Una primera interpretación nos
llevaría a considerarlos como símbolos gremiales de los constructores medievales, como si se tratara
de una marca de cantero, estando relacionados con el complejo simbolismo de los
gremios.
Los griegos
pasan por ser los míticos inventores del Alquerque, considerando que lo crearon
para matar el aburrimiento durante el asedio a la ciudad de Troya- Este juego
era designado "Las Mérelles", que, traducido, significa "madre
de la luz", designa también la concha de Compostela, el emblema de los
peregrinos que se dirigen a Santiago, y también es el símbolo esquemático de
aquella pata de oca adoptada por los constructores medievales que recorrían el
Camino de Santiago, el símbolo de la pata se sincretizó en la vieira.
Otra
interpretación nos orienta hacia un sentido mágico. Los tableros de juego
pudieran ser talismanes mágicos que protegerían contra las influencias
maléficas defendiendo los edificios, tal y como utilizaban los asirios los
triples recintos grabados sobre tablas. Pero ni las consideraciones de orden
histórico, ni el posible papel de marcas de constructores, o la faceta
mágico-supersticiosa, deben hacernos perder de vista una explicación ligada a
la naturaleza misma del objeto: los tableros de juego pueden ser considerados
como símbolos cósmicos, instrumentos de meditación. Este aspecto de interacción
parece ser el que rige una variante del juego, denominada en Francia
"mérelle" -derivado del nombre griego del Alquerque-, realizado sobre
un tablero de Alquerque de Nueve. Se juega con un peón por personas y los
dados, el juego consiste en que, partiendo del punto central y realizando un
recorrido espiral, el jugador debe llegar el primero al punto final del recinto
más exterior. Cada punto del tablero ostenta una denominación astronómica,
empezando por el central, que corresponde al Sol y continuando hacia el
exterior por los recintos sucesivos: Venus, Neptuno, Mercurio, Urano, Saturno,
Júpiter, Marte, Tierra, Libra, Virgo, Leo, Piscis, Acuario, Capricornio,
Sagitario, Escorpio, Pegaso, Orión, Hércules, Cáncer, Géminis, Tauro, Aries y
Aguila. Se trata de llegar a dominar los mundos astronómico o astral y
terrestre, partiendo llegar a dominar los mundos astronómico o astral y
terrestre, partiendo del mundo celeste (sol).
No olvidemos que
el Medievo se sustenta en el principio constante del símbolo que une al objeto
con el significado espiritual que está en el fondo de la materia, siendo el
medio para pasar de un plano a otro. El "Alquerque de Nueve", por
tanto, es algo más que un juego.
Grabados con
esta representación, además de la Villeta de Azuquén, los hemos localizado en
las escalinatas próximas a la puerta de las Palomitas, como piedra de acarreo.
Existe otra en la muralla del Espolón, hay otro en una casa particular en la
calle Huertas, numero 7.
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