EL CASTILLO DE TRUJILLO
(CRONOLOGIA DEL MEDIEVO EN TRUJILLO)
Antes de estudiar artísticamente el
castillo o fortaleza de Trujillo, conviene realizar una somera explicación
histórica de la ciudad que es cuna de la hispanidad a partir de los textos de
cronistas y viajeros de la época en cuestión.
TRUJILLO
EN LOS TEXTOS DE CRONISTAS Y VIAJEROS MEDIEVALES
Relatan
las crónicas antiguas que al fundarse alguna nueva ciudad, ésta se adscribía a
una de las tribus antiguas de Roma. Tal caso sucedió con Mérida que fue
adscrita a la tribu Papiria o Norba a la Sergia[1].
Siguiendo este planteamiento la franja territorial que desde Mérida se dirigía
hasta Turgalium, y por el conocimiento de inscripciones con miembros de la
tribu Papiria, nos están hablando de gentes emeritenses o dependientes de dicha
ciudad.
Los visigodos aceptaron en gran parte la
estructura romana, pero a medida que iba cambiando el sistema y desaparecía la
organización municipal, se daba paso a la creación de
"provincias-ducados", dentro de las que estaban los condados. Al
mismo tiempo que se iban formando las provincias eclesiásticas. Mérida fue un
ducado y en su capital residió un duque[2].
La provincia eclesiástica a la que perteneció Mérida fue la Lusitania y
comprendía 13 obispados. En Trujillo existen los restos de una basílica
visigoda tras muros de la Puerta de Coria.
Tras la dominación musulmana y una vez
llegado el siglo X, cuando toda la región fue nuevamente una cora dependiente
del poder central, encontramos que la cora estaba compuesta por varias ciudades
esenciales como Trujillo, Badajoz o Coria, que a su vez poseían su respectiva
jurisdicción, de forma muy parecida a las épocas romana y visigoda.
Realmente las fuentes árabes existentes
sobre Trujillo son abundantes. Sabemos que en el año 881 hay una incursión de
Alfonso III contra los Nafza, que ocupaban la zona, y que en el 317 de la
hegira/929-30 de C. se nombra gobernador militar de Trujillo a Ahmad Ibn Sakan[3].
Con el estudio de todas las alusiones que hay sobre Trujillo en fuentes
medievales, los datos históricos avalan una fecha de construcción del castillo
de Trujillo en los años finales del siglo IX, merced también a la existencia de
varias lápidas funerarias existentes en la ciudad. Estas referencias
históricas sobre Trujillo unidas al esquema netamente oriental de la planta del
edificio principal árabe en nuestra ciudad (típico de los castillos omeyas), a
un aparejo similar al oriental y al del Conventual emeritense -la fortificación
islámica más antigua fechada en España, en el año 835 d. C.-, todo ello, aunado
con el esquema elemental de las puertas de acceso (de proporciones de primera
época), permiten fechar este castillo a finales del siglo IX en el caso de que
sea posterior al modelo emeritense.
La Crónica Anónima es las más
antigua crónica hispanoárabe conservada, abarca los dieciocho primeros años del
gobierno de Àb-al-Rahman III, o sea desde el año 912 a 929, que corresponden a
la pacificación de las coras y la restauración de al-Andalus. El manuscrito nos
refiere lo siguiente sobre Trujillo: "Ahmad Ibn Sakan, gobernador de
la ciudad de Taryala"[4].
L. Molina considera que la Crónica es un resumen del Muqtabis[5].
La obra no menciona a ningún autor, ni ofrece fecha de ejecución, aunque
podíamos fecharla en el siglo X, e incluso el prof. García Gómez nos facilita
la posible autoría del manuscrito en Abu Bakr AL-HASAN Ibn Muhammad Ibn
Mufarrity al-Ma`afiri, conocido como al-Qubbasi[6].
El cordobés IBN HAYYAN (987-1076), está
considerado como el mayor historiador de la Edad Media hispánica, de él nos ha
llegado en fragmentos la obra citada al-Muqtabis que recoge la historia
anterior a su época. En el 288/901, murió al-Mahdi Ibn al-Qitt, de la tribu de
Qurays, en Nafza. Este personaje se relacionó con nuestra zona, como se observa
en el relato que Ibn Hayyan toma de Ibn Ahmad[7],
quien dice haberlo tomado de puño y letra del califa al-Hakam al-Mustansir
bi-l-Lab: " Ibn al-Qitt envió sus emisarios y cartas que entraron en
Trujillo, Mérida y Toledo y otros lugares de la frontera, en los que se
aprestaron a seguir su causa y a formar un gran ejército con el que atacó
Zamora..."[8].
Todos los años hay sustitución de gobernadores, "...en el año
319/931 fue gobernador de Trujillo BAra`bn Muqatil"[9]. Tiene un gran valor pues nos transmite una
historia fiable por la buena selección que hizo de sus fuentes como son las dos
al-Razi, Arib bn Sa`d, Aslam b. `Abd al-Aziz, Muhammad al-Warraq, Ibn
al-Yazzar, Faray b. Sallam, etc.[10].
El códice arábigo que se titula Libro
que contiene cosas curiosas acerca de las excelencias de la gente de almagrib,
es obra del cronista ABEN-ZAID, que vivió en tiempos del rey Fernando III, y
nos refiere una noticia curiosa pues ya cita a uno de los primeros poetas de la
historia que nació en Trujillo en el siglo XI y destacó en la corte de Badajoz,
reinando en ella Abu-Beer Mohamed, que sucedió a su padre el 30 de diciembre de
1045: "Trujillo es una de las ciudades notables del norte. De ella
era Abu-Mohamed Abdala, hijo de Albolón, uno de los poetas de Almotafir
Abenalaftás, rey de Badajoz".
Este es el rey que tomó el pomposo título de Motafir (el
victorioso por Alá) y se hizo célebre por su enemistad con el rey de Sevilla
Motahid, y por su mucha erudición, prudencia y fortaleza de ánimo, según
escriben de él Alkabit y Aben-Kaldún, por quienes sabemos también que escribió
una obra histórica de cincuenta tomos[11].
Encontramos referencias de Trujillo
en Abu-Abd-Alla Mohamed AL-EDRISI[12],
de la familia de los Hamuditas, que habían tenido la soberanía de Málaga hasta
la muerte de su bisabuelo Idris II (año 1055),
que fue un geógrafo árabe cuya obra fue famosa en todo el mundo
musulmán. Entró al servicio del rey cristiano Rogerio II de Sicilia, para
auxiliarle en sus investigaciones geográficas e hizo su panegírico[13]. Murió en la segunda mitad del siglo XII[14].
Europa conoció la obra del árabe por un
breve compendio que de ella se hizo y se publicó en Roma, en 1592, en la
imprenta de los Médicis[15].
En España, EDUARDO SAAVEDRA amplió y corrigió las versiones de la obra del
Edrisi en una serie de artículos insertos en el Boletín de la Sociedad
Geográfica de Madrid[16],
publicados posteriormente en un volumen aparte, con el título de La
Geografía del Edrisi[17].
La descripción que hace El-Edrisi de
Trujillo es la siguiente: "De Medellín a Taryalah (Trujillo),
dos jornadas cortas. Esta última villa es grande y parece una fortaleza. Sus
muros están sólidamente construídos y hay bazares bien provistos. Sus
habitantes, tanto jinetes como infantes, hacen continuas incursiones en el país
de los cristianos. Ordinariamente viven del merodeo y se valen de ardides"[18].
Las referencias que nos ofrece de la ciudad revelan que era una de las
principales de Extremadura en la época de los almohades; y la importancia
estratégica de ella, dimana de que en aquel tiempo los árabes y los cristianos
invadían a diario el campo enemigo para robar, talar y destruir, por lo cual
los lugares pequeños estaban indefensos y sus moradores se concentraban en las
poblaciones fortificadas. Esta misma manera de vivir que tenían los árabes en
Trujillo, entregados al merodeo y las excursiones y adiestrados en ardides,
sorpresas y asaltos, la tenían también los cristianos de la frontera leonesa.
La conservación de las poblaciones conquistadas era muy difícil, por tenerse
que guerrear a diario con los árabes. Los moradores estaban interesados en la
defensa de la población; pero como el temor a que el enemigo atacase los campos
y la necesidad de estar siempre apelando a las armas hacían imposible el
cultivo agrícola, la propiedad comunal del suelo era la que preponderaba y con
ella la riqueza pecuaria, que se manifestaba en las vacadas concejiles y la
ganadería en común. Por tanto, el bandolerismo tenía su mejor baluarte en la
frontera.
El historiador y geógrafo del siglo XII
Muhammad Ibn Ayyûb Inb GALIB AL-GARNATI, que vivió en Granada, donde estuvo al
servicio de su gobernador, en su obra Farhat al-anfus fi ajbar al-Andalus (Alegría
de las almas, acerca de la Historia de al-Andalus), nos refiere: "A
la cora de Mérida pertenece Taryalah (Trujillo), que dista de
Córdoba seis jornadas"[19].
En la Crónica anónima Dikr Bilad al-Andalus, editada y traducida por L.
Molina, nos refiere también que Mérida dominaba numerosas ciudades y amplios
distritos, entre los que se encontraban las ciudades de Trujillo, Zamora, León,
Tudela, Tarazona y Fuente de Cantos[20].
El escritor árabe oriental Abu ´Abd Allah
Yaqut Ibn ´Abd Allah AL-HAMAWI, nacido en el año 1179 en Hama, fue esclavo de
niño y fue llevado a Bagdad en donde ejerció el oficio de comerciante, murió en
el año 1229, recoge la forma Turyila para referirse al topónimo
"Trujillo": " Turyila es una madina en al-Andalus del
`amal de Mérida, entre ella y Córdoba hay seis días a oriente y seis días entre
ella y Zamora en el país de los cristianos. Conquistada en 1165"[21].
Se refiere a la conquista cristiana de Trujillo el 15 de abril de 1165
por Geraldo Sempavor. En el año 1169 Geraldo cae prisionero y para su
rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa Cruz y Monfragüe a
Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a quien llaman Señor
de Trujillo, y que se constituyó en un señorío venido después a manos
castellanas. Por su parte, el cronista Ben-Sahibis-Salat contemporáneo de estos
sucesos, nos refiere muy sumariamente: "En Yumada segundo de la
hegira 560 fue sorprendida la ciudad de Truxillo, y en Diskada, la notable
villa de Jeburak. También la población de Cazeres en Safar de 561, y el
castillo de Muntajesh en Yumada y los fuertes de Severina y Felmanuyyah"[22].
La fecha de la toma de Trujillo es clara pues comenzando la hegira 560 el 18 de
noviembre del año 1164, la luna de Yumada 1º tuvo que comenzar antes de mediar
el mes de abril del año 1165, y si la ciudad fue ganada por sorpresa no hubo
necesidad de emplear en ella una semana. Aunque el cronista árabe refiere tan
sumariamente estas conquistas, no ha de entenderse que Ebora fue ganada por el
mismo rey que tomó a Trujillo, Cáceres y Montánchez, pues consta por el Cronicón
lusitano, llamado también Crónica de los godos, que la toma de Ebora
fue empresa exclusiva de Gerardo[23].
ABD AL-MALIK b. Muhammad b. Ibn Sahib
al-Sala, natural de Beja, nos informa en su obra al-Mann bi-l-imama
àlá-l-mustad`afin bi-an ya`alhum Allah al-a imma wa-ya`alahum al-waritin (El
don del imamato para los que no merecieron que Dios los colocase como imames y
los puso como como sus herederos y la aparición del iman al-Mahdi de los
Almohades), de la que solo se ha conservado el segundo volumen (1159-1173)[24],
lo siguiente: " En el año 563/17 de octubre de 1167 a 4 de octubre
de 1168, el jefe cristiano Fernando (se refiere a Fernando II),
señor de Taryala (Trujillo), célebre entre los cristianos por su
linaje y valor, pariente por afinidad de Alfonso, el rey pequeño, señor de
Toledo, llegó a Sevilla en el mes de ramadám del citado año/10 de junio a 9 de
julio 1168, él y sus hermanos, con el deseo de hacerse servidor del Amir
al-Mu`minin, después de abandonar la compañía de los infieles. Los almohades de
Sevilla pidieron permiso a su majestad el Amir al-Mu`minin en marrakus, y se le
permitió que llegase allí con sus acompañantes y hermanos que venían con él, y
permaneció en la capital excelsa cinco meses bajo las banderas del poder
excelso, favores y donativos considerables y provisiones garantizadas. Se
ablandó su corazón con los grandes regalos, hasta que casi se islamizó y
prometió a Dios ser fiel consejero del poder con el mejor servicio, y se
sometió y garantizó que no raziaría el país de los almohades y que sería para
ellos un sostén y aliado de los musulmanes. Se marchó bajo estos bienes y esta
reconciliación completa de él con seguridad, mandando el poder supremo darle
donativos a él y a sus hermanos y compañeros unidos a los almohades, todos los
meses, como se hizo"[25].
Este cronista también nos explica la traición de Giraldo a la ciudad de
Trujillo en el mes de yumada al-tani del año 560/15 de abril al 13 de mayo de
1165[26]. El 15 de abril de 1165 tiene lugar la toma de
Trujillo por Geraldo Sempavor. Geraldo caerá prisionero en 1168
y para su rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa Cruz y
Monfragüe a Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a quien
llaman Señor de Trujillo, y que se constituyó en un señorío venido después a
manos castellanas. También encontramos referencias acerca de estos
acontecimientos históricos en la obra Kitab al-ibar del gran sociólogo, filósofo e historiador de
Túnez IBN JALDUN, que fue una de las más fuertes personalidades de la cultura
árabo-musulmana en su ocaso[27].
Abul-l-Abbas Ahmab b. Muhammad b. IDARI
AL-MARRAKUSI, historiador magrebí del que solamente conocemos que vivió en la
segunda mitad del siglo XIII, nos refiere lo siguiente en su obra Bayan
al-mugrib fi ijtisar ajbar muluk al-Andalus wa-l-Magrib: "En el
año 178 (de la hegira)/ 794 entran en Trujillo los beréberes que
huyeron de Takurunna"[28].
También, nos relata la traición de Geraldo para apoderarse de las ciudades, y
como ayudó a Ibn al-Rink contra los musulmanes: "Traicionó Giraldo en su
primera traición, la ciudad de Trujillo en el año 560/1165, luego la de Evora
en du-l-qa`da de ese año y se la vendió a los cristianos; luego traicionó la de
Cáceres en safar del año 561/diciembre-enero de 1166".[29]
El 14 de junio de 1196 al-Mansur se
dirigió hacia norte, desde Sevilla, avanzando en dirección al castillo de
Montánchez con un gran contingente de andaluces, pues era una de las fortalezas
de mayor elevación, renombrada por su situación estratégica. La rodeó e inició
el ataque. El día 16 de junio los habitantes del castillo se acogieron a la
sumisión, colgándose a la cuerda del Iman. Fue también evacuada la ciudad de
Trujillo -tal y como nos cuenta Idari al-Marrakusi- "sin asedio, y sopló el viento de
la victoria por aquellos distritos y aquellas regiones...Se renovó en estos
castillos la invocación al Islam"[30].
AL-HIMYARI, escritor norteafricano del siglo XIII nos habla en su obra Kitab
al-rawd al-mi´tar fi jabar al-aqtar de"Taryaluh (Trujillo)
ciudad de al-Andalus, es un hisn inexpugnable, tiene murallas y mercados
activos. Sus caballeros e infantes pasan su vida emprendiendo correrías contra
el país de los cristianos, y se dedican a ejercer el bandolerismo y el fraude.
En el año 630 de la hegira/ 1232-1233, vinieron los cristianos y la sitiaron.
Salió hacia ellos Muhammad bn Yûsuf bn Hûd buscando una ocasión para atacarles
por sorpresa, pero no le fue posible y partió a Sevilla. Hizo etapas hacia
Taryaluh, pero le llegó la noticia de la toma de esta ciudad por los cristianos
y volvió a Sevilla. Cayó Taryaluh en poder de los cristianos en rabi al-awwal
de este año/diciembre 1232- enero 1233" [31].
Las
dos crónicas que, desde AMBROSIO de MORALES que fue el descubridor y primer
copista de ellas[32],
llamamos Anales Toledanos[33],
son una fuente histórica muy utilizada por los historiadores, aunque su
redacción es algo tardía (comienzos del siglo XIII). Es una fuente muy conocida
por su inclusión en la España Sagrada del P. Flórez, y con notables excepciones
de Gómez Moreno (Anales Castellanos, R. Academia de la Historia, 1917),
Julio González (Repoblación de Castilla la Nueva, 1975), Recuero Astray
(Alfonso VII, Emperador, 1979) y Terrón Albarrán (El Solar de los
Aftásidas,1971 y, Extremadura musulmana, 1971) no es frecuente que
se utilicen como fuente algunas de las 331 noticias contenidas en ellos. Y esto
a pesar de que hay sucesos que sólo se contienen en ellos y se recogen más
exactitud que en otras crónicas medievales[34] y que seguidamente citaremos.
La conquista de Trujillo por los
cristianos coincide con un momento de crisis y descomposición de los reinos
árabes del Al-Andalus. Así, el rey de Castilla, Alfonso VIII, después de
conquistar el lugar de Ambroz y fundar allí la ciudad de Plasencia, entró en
Trujillo el año 1186. Intentando atraer a las Ordenes Militares para asegurarse
la plaza y la frontera, concedió la mitad de los diezmos de la ciudad y su
tierra a la Orden de Santiago.
En el mes de abril de 1186, la ciudad de
Plasencia era un enclave importante para las empresas ulteriores del rey
Alfonso VIII, y se hallaba en esa fecha en Trujillo, lo que prueba que la había
conquistado a los árabes, estando allí el monarca castellano otorgó privilegio
a la Orden de Santiago, cuyo Maestre era entonces Fr. Fernando Díaz, por el
cual "le hizo donación de la mitad de los diezmos pertenecientes a
la Corona en todas las rentas de Trugello, tanto de la agricultura como de las
demás materias contributivas, y de la mitad de las tercias de las iglesias de
Trugello y sus términos, que se poblaron desde Tajo hasta Guadiana, y la mitad
de los derechos que corresponden al Obispo". En la data del
documento se lee: "Facta carta apud Trugellum, Era MCCXXIIII et XI
kalen, Madri"[35].
Por tanto, entre las crónicas
cristianas que citan a Trujillo tenemos el Bullarium ordinis militiae de
Alcántara , que la denomina como "la villa de Trugello"
y de forma adjetivada "truxillensi"[36],
el Bullarium equestres ordinis sancti Iacobi de Spatha, la refiere como "Trugellum"[37].
No puede negarse en esta donación el deseo que tenía
el rey Alfonso de atraer a la Orden de Santiago hacia la comarca de Trujillo, a
fin de que la repoblase y defendiese de las correrías de los árabes. Pero,
todavía a otra orden, la de San Julián del Pereiro, la estimuló a establecerse
en Trujillo y fundar allí una casa para cuyo sostenimiento la hizo donación de
la villa de Ronda, sita en la comarca de Toledo. En el documento se llama a don
Gómez "Maestre Truxillense"[38].
En la bula de Clemente III por la cual se erigió el Obispado de Plasencia[39],
se dice que la nueva diócesis ha de abarcar, conforme a lo solicitado por el
rey de Castilla, todos los lugares concedidos a la nueva ciudad y los que se
han agregado, de Trujillo, Medellín, Santa Cruz y Montfragüe, con todos sus
términos y pertenencias[40].
En el año 1195, y continuando con esta
política, el monarca donó a la de San Julián de Pereiro, además de otras, la
villa y castillo de Trujillo.
En marzo de 1195, el mismo Alfonso VIII,
continuando con su interés de atraer a las Ordenes Militares a la frontera, con
objeto de defenderla contra los árabes, hizo donación "al convento
de los freires de Truxello y a su Maestre Don Gomez, de la villa y castillo que
llaman Turgello, la villa y castillo que llaman Albalat, situado en la rivera
del Tajo, y el castillo que llaman Santa Cruz cerca de Trugello y situado en el
Monte Arduo, y otros dos castillos, de los cuales el uno se llama Cabañas y el
otro Zuferola"[41].Para
la fortificación y perpetua subsistencia de estos lugares y castillos, les
concede la pensión de tres mil áureos anuales sobre la renta de la Greda de
Magán, que habría de pagarles el Almojarifazgo[42].
Sin embargo, los almohades, habiendo
vencido al rey castellano en la batalla de Alarcos -1196-, se dirigieron hacia
la frontera oeste, conquistando Montánchez, Santa Cruz, Trujillo y
Plasencia.
En el año 1196, los reyes Alfonso VIII de Castilla y Sancho I de
Portugal estaban unidos contra una liga formada por Alfonso IX de León[43],
Sancho VII de Navarra y el emir almohade
Yacub. Salió este de Sevilla por la vía de Mérida y tras tomar Santa Cruz,
Trujillo y Plasencia, marchó luego hacia la comarca de Talavera[44].
Por tanto, volvió Trujillo de nuevo a caer en manos almohades, como también
recogen los Anales, produciéndose las consecuencias del profundo
repliegue cristiano y las numerosas conquistas extremeñas de los árabes. Esta
conquista nos la relata el cronista árabe Ibn Abi Zar Abul-l-Abbas AHMAD
AL-FASI -del que se sabe que murió en Fez en el año 1310)- en su obra Kitab
al-anis al-mutrib bi-rawd al-qirtas fi ajbar muluk al-magrib wa ta`rij madina
Fas, conocida como Rawd al-Qirtas: "En el año 1196 se
produce la toma de al-Balat y Trujillo"[45].
Con motivo de haber celebrado treguas el
rey de Castilla con el almohade, transcurrieron quince años sin que pensasen
los cristianos en proseguir la reconquista entre el Tajo y el Guadiana; pero ya
en el año 1211, el rey Alfonso VIII, que
deseaba romper las hostilidades y había procurado dar pretexto para ello
fundando en la frontera el castillo de Mora, estando con su hijo el
infante Fernando en expedición, le
ordenó que hiciese una razia por Extremadura, y entonces fue cuando el infante
recorrió las comarcas de Trujillo y Montánchez, regresando a Toledo en el mes
de agosto[46].
Estando sitiado por los almohades el
castillo de Salvatierra, junto al actual de Calatrava la Nueva, intentó Alfonso
atacar hacia el occidente de al-Andalus desde la sierra de San Vicente, para
que cesase el sitio acudiendo a socorrer las tierras extremeñas. Envió a su
hijo y heredero en "fonsado" hacia Trujillo y Montánchez, pero
el califa hizo caso omiso y Salvatierra siguió cercada, conquistándola al fin.
Y el infante tuvo que regresar sin conquistar nada. Tres meses después, el que
hubiera sido Fernando II de Castilla si hubiera vivido, fallecía en Madrid,
donde ya estaban su padre y el ejército ocupando su puesto sucesorio su hermano
menor Enrique I, que fallecería por accidente en 1217. Por ambos fallecimientos
resultó heredera doña Berenguela y, al morir Alfonso IX de León, heredó ambos
reinos el que sería apodado el Santo, Fernando III, hijo de este rey y
de su segunda esposa.
Cáceres fue conquistada el 23 de abril de
1229, al mes siguiente se hallaba Alfonso IX en Galisteo, donde procuró aquietar
a la Orden de Santiago, que se creía con el derecho a poseer la villa de
Cáceres por habérsela donado en otro tiempo
Fernando II, pero deseaba don Alfonso que la población fuese de
realengo, y a tal efecto la señaló un vasto término y concedió fuero de
población, y en trueque de los derechos eventuales que aducía la Orden de
Santiago, donó a esta las villas de Castrotoral y Villafáfila, con 2000
maravedís, y así mismo le prometió que si algún día lograba conquistar a
Trujillo, Santa Cruz y Montánchez, le haría donación de alguna de ellas[47].
Trujillo era un peligroso entrante
musulmán en la zona alta de Extremadura, especialmente para la vecina
Plasencia, aunque el Tajo sirviera de frontera. Ampliado ya el reino leonés con
Cáceres, Montánchez y Mérida, una expedición dirigida por el Maestre de
Calatrava Gonzalo Yáñez y el obispo de Plasencia don Adán, sitiaron a Trujillo,
con ayuda también de los santiaguistas y del Pereiro (después Alcántara).
Acudió en auxilio de los sitiados el rey de Murcia, intentando atacar por
sorpresa; no lo logró y volvió hacia Sevilla. Una segunda petición de los
cercados le hizo volver, pero en el camino supo de la rendición. El avance
fronterizo sería esta vez definitivo. Hemos de hacer un inciso para aclarar el
origen de la Orden de Alcántara, citada anteriormente.
Fueron los primeros fundadadores de los Caballeros
de Alcántara dos caballeros salmantinos, don Suero Fernández Barrientos y
su hermano don Gómez, que consagraron su vida a Ia defensa de los cristianos en
la frontera del reino de León contra los moros de Extremadura, y construyeron
para este fin una gran fortaleza próxima a la ermita de San Julián del Pereiro,
cerca de Ciudad Rodrigo. Sucedía esto hacia 1156, según fray Angel Manrique en
los Annales Cistercienses[48].
Pocos años después, a ruegos de Suero Fernández, los caballeros que obedecían a
este primer maestre recibieron de Ordoño, obispo de Salamanca, una Regla
semejante a la de Calatrava, que fue confirmada en 1177 por el papa Alejandro
III. Llamábanse "Freires de San Julián deI
Pereiro" cuando en 1211 conquistaron Trujillo, villa que les fue cedida
por Alfonso VIII, se denominaron Caballeros de Trujillo, pero el nombre
definitivo les vino de Alcántara, en la provincia de Cáceres cuando recibieron
de manos de los calatravos aquella plaza fuerte, lo cual aconteció siendo
maestre don Nuño Fernández, en 1213[49].
Hubo entonces un pacto entre ambas Ordenes militares de fiIiación cisterciense,
y los de Alcántara se sometieron para en adelante a la visita canónica del
maestre de Calatrava, lo cual no produjo sino disensiones y aun luchas
sangrientas. La cruz que llevaban sobre el manto blanco era la misma
flordelisada de Calatrava, pero de color verde[50].
Los Anales Toledanos (Segundos)
citan su reconquista el 25 de enero de 1232[51],
Trujillo es incorporado a la corona de Castilla por Fernando III[52].
Fue después encomienda de la Orden de Alcántara. Además de éstos, entre las
crónicas cristianas que citan a Trujillo, destacando sobre todo el castillo
como esencial baluarte defensivo, tenemos la Primera Crónica General de
ALFONSO el Sabio[53].
El Maestrescuela CORREA ROLDAN recoge el
testimonio de los Anales que tiene la ciudad de Toledo, que son de mucha
autoridad, porque, según el estilo de ellos, se escribían las cosas cuando
pasaban. En el mismo sentido se pronuncia JUAN de MARIANA. En memoria de este
acontecimiento, y como acción de gracias a la virgen, a la que se atribuyó el
éxito de las tropas cristianas, los trujillanos levantaron una ermita a Nuestra Señora de la Victoria, a la que
nombraron Patrona de la entonces Villa[54].
El obispo de Plasencia según escribe
Correa y Roldán era don Domingo, el cual
murió dende a pocos días. De hecho, el último día de febrero de 1232 estaba ya
vacante la diócesis de Plasencia, según consta en un privilegio concedido por
Fernando III en esa fecha a la iglesia de Santiago, donde dice: "La
iglesia de Plasencia vaca". Algunos, sin embargo, afirman que
falleció en 1231, apoyándose en el Obituario inédito de Toledo, por lo
que en ese caso no pudo participar en la conquista de las tierras trujillanas.
Trujillo
fue entregado provisionalmente a las Ordenes Militares, en 1234 Fernando III
hizo a la villa de realengo, quedando, por tanto, incorporado a la corona por
el interés que tenía.
Superada
la Reconquista y para fomentar su repoblación, se otorgaron privilegios a los
caballeros participantes en las campañas militares, confirmándose el derecho
sobre sus propiedades con el Fuero otorgado por Alfonso X en 1256[55].
Por éste, Trujillo se convierte en una villa libre, vinculada a la Corona
definitivamente.
Desde
entonces se asentaron los primeros repobladores en Trujillo dando lugar a los
linajes más antiguos de la ciudad: Añascos, Altamirano, Bejarano, Chaves,
Orellana, Escobar, Pizarro, etc. Estos nobles que, además de sus
propiedades territoriales, ostentaron los oficios concejiles y el gobierno de
Trujillo, dominaron la vida ciudadana, y, además, a través del Fuero
mencionado anteriormente, obtuvieron el privilegio de no pechar al poseer "casas
con gran población, además de caballos y armas".
Hay en la
historia interna de Extremadura un período de intensa inquietud, de lucha
fratricida, que llena varios años de la segunda mitad del siglo XV, provocada
por la rivalidad de Gómez de Solís y Alonso de Monroy, disputándose el
maestrazgo de la Orden de Alcántara. Es, por tanto, un episodio ligado a la
Historia mundial, y con encaje en el marco de turbulencias que provoca el
reinado lamentable de Enrique IV de Castilla. Son trujillanos los que luchan
por una dignidad extremeñísima[56].
Cuando la región forjadora de los grandes conquistadores aún no había lanzado a
sus paladines fuera de la región.
Los
cronistas que escribieron sobre la vida extremeña, los literatos que buscaron
inspiración en sucesos del pasado, con frecuencia suelen referir o cantar la
guerra entre Solís y Monroy[57],
siendo importante la relación hecha por TETZEL
en Viajes por España[58] y el manuscrito del año 1543 de DIEGO de
HINOJOSA titulado Genealogía de los Hinojosa, en donde nos da referida
cuenta de la rivalidad entre ambas familias, "...en Trujillo, viejo
e histórico baluarte de levantisca nobleza, asentaron su solar los Hinojosa, en
tiempos de Alfonso XI. El propio rey trajo en su compañía, desde Toledo, al
primero que vino a esta villa extremeña, Alonso Alvarez de Hinojosa, al cual
dejó allí como alcalde de Alcázar y Justicia Mayor"[59].
Tantas grandezas tenían los Hinojosa y tan reconocidos eran en el reino que en
el interesante Memorial de la calidad y servicios de la Casa de D. Alvaro
Francisco de Ulloa que compuso el erudito PEDRO de ULLOA GOLFIN -aunque
aparece autorizado por el cronista José Peciller como si fuese el autor- nos
comenta lo siguiente: "Francisco de Hinojosa era un caballero muy
principal de Truxillo"[60],
y del que se cantaba en romances, anunciando los festejos nupciales por toda
Extremadura: "Casa una hermana el Maestre/ con un caballero joven,/ que en
el solar de Trujillo/ Francisco de Hinojosa, es noble./ Van llegando
caballeros,/ prevendados, ricos-homes,/ para rendir pleitesía/ que a tal señor
corresponde[61].
Por todo Trujillo sonó una alegría bullanguera y deambulaba una heterogénea
multitud endomingada.
Es una
aportación útil a la historia extremeña, en un interesante período de fin de
época, cuando el medievo ascético y feudal se encaminaba a desembocar en las
luminosidades estéticas e inquietantes del Renacimiento, cuando el impreciso
concepto de lo estatal va concretándose para ir desde la atomización de los
pequeños Estados hacia las grandes nacionalidades[62].
Quizá los
hechos más significativos que sucedieron hasta 1430, año en que Juan II otorgó
el título de Ciudad a la entonces villa -a instancias del Condestable de
Castilla, Alvaro de Luna, primer Duque
de Trujillo-, fueron, por una parte, las rapiñas y asaltos de los Golfines,
bandoleros que después de obtener grandes riquezas se ennoblecieron,
asentándose en la ciudad de Cáceres; y, por otra, los bandos o facciones
nobiliarias del reinado de Pedro I el Cruel, banderías que no alcanzaron las
cotas sangrientas de otras ciudades castellanas.
El
monarca Juan II, además de otorgar el título de Ciudad en 1430 a Trujillo como
ya se ha dicho, concedió el título de Primer Duque de Trujillo a D. Alvaro de
Luna, título concedido, nuevamente, por Enrique IV a D. Diego López Pacheco,
Marqués de Villena, en 1469, que defendía los intereses sucesorios de la
Beltraneja, viviendo así la ciudad durante este siglo una serie de períodos de
dominio feudal. Con la muerte del
rey Enrique IV el 11 de diciembre de 1474, surgen en el Consejo Real
diferentes bandos a favor de los
candidatos rivales a la sucesión. Por un lado, Beltrán de la Cueva, duque de
Alburquerque y el conde de Benavente apoyaban a Juana, a la cual Enrique
proclamó como heredera suya en 1470,
según el cronista del Rey, ENRIQUEZ del CASTILLO en sus Memorias de Enrique
IV[63]. Por otro lado, la familia Mendoza,
incluido el Cardenal Mendoza se habían
unido a los partidarios de Isabel. Esta contaba su reconocimiento como heredera desde
1468 para oponerse a la proclamación como tal de Juana. Aquélla consiguió
aventajarla al ser proclamada reina en Segovia antes de que el cuerpo del rey
Enrique IV fuere sacado de Guadalupe vestido aún con las sencillas ropas
con las que había muerto[64].
El 27 de
diciembre de 1475, el almirante de
CastiIla, el hermano del cardenal, Santillana, y su otro cuñado, el
duque de Albuquerque apoyaron a Isabel correspondiendo a algunas concesiones.
Nadie parecía desafiar a Isabel. En febrero, casi todas las ciudades de
Castilla la habían reconocido como reina. Juana sólo tenía doce años, y no
tenía marido que oponer a Fernando, quien se había reunido con Isabel en
Segovia el 2 de enero de 1475[65].
Pero,
la situación era muy problemática ya que muchas regiones habían dejado de
obedecer a la corona. La guerra civil había devastado a Andalucía. Galicia se
hallaba libre de la Corona al igual que Murcia. La clave del problema estaba en
manos del marquesado de Villena que comprendía casi la totalidad de la
provincia de Albacete y zonas de Toledo
y Murcia, también, retenía las ciudades claves de Madrid y Trujillo. Pero lo
más importante era el hecho de que tenía en su poder a Juana, la rival de
Isabel, Fernando e Isabel confirmaron la posesión de sus tierras y rentas a
Villena, e incluso el cargo de maestre de Santiago[66].
Villena se
negó a soltar a Juana a menos que antes se hubiera casado con un príncipe
extranjero. Fernando e Isabel nunca accedieron a tal matrimonio. Poco después
ofrecieron al lugarteniente de Villena en Trujillo, Pedro Baeza, el título de
conde, 1.500.000 maravedíes y 4.000 vasallos a cambio de la entrega de Juana.
Villena se mostró desinteresado[67].
Consideraba tenia el deber de proteger a Juana y de verla regiamente casada.
Existían partidarios de Juana en toda Castilla, desde Zamora, Burgos y Asturias
en el norte, hasta Ciudad Real, Cáceres, Jaén, Carmona y Sevilla en el sur,
pasando por Salamanca, Avila y Segovia[68].
El 8 de enero
de 1475, ya había decidido casarse con doña Juana e invadir Castilla, Alfonso V
de Portugal, según el cronista RUI DE PINA en su Chronica d`El Rei D.
Alfonso V[69].
A tal fin busco la ayuda de Francia. Los Reyes Católicos fueron salvados de ser
atacados por ambos lados, gracias a las dilaciones de sus adversarios, y a su
propia diplomacia exterior. A mediados
del año 1475, Extremadura y la mayor parte de Castilla la Nueva se hallaban en
manos de nobles juanistas, también Villena y el maestre de Calatrava. Una lista
de nobles facilitada por Villena, los que se suponía que estaban dispuestos a
apoyar a Alfonso si invadia Castilla, incluía al marqués de Cádiz, que
controlaba Jerez, y a Alfonso de Aguilar, el hombre más poderoso de Córdoba. En
1476, sólo la mayor parte de León y de Castilla la Vieja eran manifiestamente
leales a los Reyes Católicos.
Se desposó con
la niña Juana , Alfonso V en Plasencia, donde fueron proclamados reyes de
Castilla. Pero la proclama no provocó un gran apoyo en Castilla pues Isabel
tenía el apoyo de ciudades importantes como Burgos y Toledo. Surgiendo
numerosas luchas intestinas desde junio de1475.Fernando e Isabel se hallaron
ante la imposibilidad de continuar luchando con Francia por el Rosellón y la
Cerdaña. Luis XI, habría podido proseguir la guerra, pero estaba interesado en
una posible expansión en Borgoña, lo cual le hizo perder la oportunidad de
evitar la ascensión de España a rival de Francia en Europa. En 1477, se renovó
la tregua con Francia y el 9 de octubre de 1478 se firmó con ella un tratado de
paz, teniendo como escenario el Palacio de Luis de Chaves en Trujillo. Esta paz
entre Francia y Castilla se mantendría hasta 1494. La muerte de Juan el 19 de
enero de 1479 extendió la paz a Aragón, celebrándose los funerales en la
parroquia de Santa María la Mayor de Trujillo[70].
Al
abandonar oficialmente su alianza con Borgoña, Fernando hizo otra cesión
importante. En compensación, Francia abandonó Portugal. El Papa Sixto IV revocó
la dispensa que había otorgado, bajo la presión francesa para el matrimonio de
Alfonso y su sobrina Juana[71]. Aunque con muchos menos aliados, Alfonso se
vio obligado a seguir luchando, sobre todo para asegurar el monopolio portugués
del comercio con Guinea. Su heredero, el príncipe Joao, se opuso a una segunda
invasión de Castilla, dirigiendo sus propósitos hacia la paz, que se hizo
efectiva el 4 de septiembre de 1479. Por su parte, doña Juana nunca abandonó
las pretensiones de llegar al trono de Castilla. Isabel vivió con esa amenaza
el resto de su vida.
La
relación que tuvieron los monarcar católicos con Trujillo parte en el mismo
momento en que los Reyes cifran su anhelo en perfeccionar la unidad geográfica,
política y religiosa de las tierras y los hombres de la Patria, imprescindible
para hacer fecunda la empresa de civilización y conquista del Nuevo Mundo, que
presentían en el alborozo de sus entrañas.
Realizando un recorrido por la rica
historiografía que tiene como base la presencia de los Reyes Católicos en
Trujillo, el zoriteño DOMINGO SANCHEZ LORO nos relata lo siguiente en su obra Relación
del descubrimiento del río Amazonas: "Vivían en Trujillo Fernando e Isabel, en el palacio de Luis de
Chaves, cuando acordaron unificar sus reinos y llamarse en lo sucesivo Reyes de
España. Luego, para evitar suspicacias entre los vasallos, vino aquel lema
TANTO MONTA". Por tanto, en el recinto palaciego de los Chaves
fue concebida la unidad de España[72].
Es la hora de plenitud histórica para los trujillanos que partieron en masa de
la ciudad hacia el Nuevo Mundo. Plasmando en América jirones del ser hispano:
Orellanas, Pizarros, Paredes, Loaisas y Vargas; cuyos hechos gloriosos pasaron
los límites de la más loca fantasía. Como parece lógico, Trujillo es un
topónimo frecuente en todo el hemisferio hispanoamericano. En Cuba aparece
referido a dos poblaciones de la provincia de la Habana y de Pinar del Río. En
la República Dominicana, en la provincia de Duarte. En Puerto Rico, En Guayana.
En México, en el estado de Jalisco. En EE.UU, en Nuevo México. En Guatemala, en
el departamento de Santa Rosa. En Nicaragua, en el de Managua. En Perú, en los
departamentos de Huanuco y San Martín. Y en Colombia, en el departamento del
valle de Cauca.
La mayoría
de los historiadores modernos y antiguos, entre los que se encuentra FRANCISCO
de HINOJOSA, con su obra Extremadura en el siglo XV, coinciden en
afirmar que en 1474, era señor de Trujillo don Diego López Pacheco. Enrique IV
le encomendó que cuidase a su hija la Beltraneja. Las Cortes aclamaban a la
hermana del rey, doña Isabel; más con la tercería de don Diego, se concierta en
Trujillo el enlace de doña Juana la Beltraneja con el rey de Portugal, Alfonso
V. Acudieron al festejo el 1 de mayo de 1475 seiscientas lanzas y mil infantes,
para reforzar la guarnición del castillo. Don Luis de Chaves fue fiel servidor
de Isabel, a su lado se pusieron también Alonso de Monroy y su hermano "El
Bezudo", cuyas espadas eran las más temidas de Castilla. La Beltraneja marchó
a Plasencia para tener más seguridad en sus desposorios. Precisamente, Gonzalo
Fernández de Córdoba, defendió los derechos de Isabel contra la Beltraneja,
según la Crónica del rey Enrique IV de A. PALENCIA[73].
Los Reyes Católicos tuvieron una estrecha relación con nuestra ciudad,
ocupando un primerísimo plano en acontecimientos entre los años 1474-1480, cabe
citar: el famoso "Tratado de Trujillo", que cerró el enfrentamiento
contra los portugueses en la batalla de la Albuera, y cómo la lealtad de Trujillo
para con Isabel fue premiada con la construcción de los conventos de la
Encarnación, San Pedro y San Miguel, las Casas Consistoriales, la Santa
Hermandad y el artístico Rollo; las exequias por Juan II de Aragon, en la
parroquia de Santa María la Mayor. En un total de siete veces, según JUAN TENA
FERNANDEZ[74],
estuvieron los Reyes en Trujillo, aunque, según hemos consultado en Crónicas y
en documentos de los archivos Municipal de Trujillo, Diocesano de Badajoz,
Histórico Nacional de Madrid y de Simancas, firmados por los mismos monarcas,
fueron varias más.
En 1478,
los Reyes Católicos fueron a Trujillo, desde donde dirigieron parte de la
guerra contra el rey de Portugal, pretendiente al trono de Castilla por su
matrimonio con doña Juana la Beltraneja.
La pequeña nobleza de Trujillo y los
pecheros habían hecho causa común para evitar la caída en la órbita señorial,
no dudando en hacerse portavoces de la defensa de los intereses de la
monarquía, incluso por encima de la voluntad del mismo rey.
Será
bajo dominio cristiano cuando Trujillo adquiera un gran desarrollo urbanístico,
levantándose numerosos edificios religiosos y civiles dentro de su recinto
amurallado -la Villa- entre los siglos XIII al XV.
La
vida política, socioeconómica y cultural del Trujillo bajomedieval se inscribe
de un modo trascendente dentro de la trayectoria general de la vida interna del
reino de Castilla, de cuyos avatares, luchas y divisiones participa. De un modo
específico. Trujillo era ciudad también de las tres religiones, ya que además
de los cristianos dominantes había en ella un nutrido grupo de musulmanes
y de judíos, dedicándose los primeros al servicio campesino y al
artesanado y los segundos a la compra y venta de terrenos y al comercio de
paños.
La
vida política y las actividades económicas de la ciudad de Trujillo durante la
Baja Edad Media viene definida por la dinámica de los grupos sociales que la
integran y que serán las bases de la posterior sociedad del Antiguo Régimen.
Así,
y con respecto al grupo social dominante, la nobleza, ya a finales del
siglo XIII se asienta sobre las tierras trujillanas atraída por la riqueza
ganadera, surgiendo, a partir del siglo XIV, castillos para defensa de sus
dehesas. Esta nobleza, poco a poco, incrementa su poder político, económico y
social, culminando bajo el reinado de Enrique IV su proceso de fortalecimiento
frente a la monarquía.
En el
siglo XV se divide en bandos y se radicaliza la tensión entre los linajes que
desde la Reconquista dominaban la ciudad: Altamirano, Bejarano y Añasco (en
torno a ellos se agrupan los principales apellidos y
casas nobiliarias), produciéndose numerosos enfrentamientos entre los diversos
bandos. Para acabar con estas luchas nobiliarias y someter a esta clase
belicosa, adinerada y orgullosa, los Reyes Católicos ordenan, por el Edicto de
1476, desmochar las torres de sus casas-fuertes, procurando que su altura no
sobrepase la del resto de las casas. El edicto fue poco efectivo, y la propia
Isabel, al volver a Cáceres al año siguiente, reiteró la orden, siendo así
Trujillo pacificado con la llegada de la reina en 1477.
Junto
a esta nobleza, poderosa e influyente, existía una creciente población pechera
ocupada en la agricultura, ganadería, comercio y artesanía; los topónimos de
sus calles recuerdan las distintas actividades de los gremios: zurradores,
herreros, cambrones, sillería, tintoreros, romanos, olleros, etc. La misma
condición de Trujillo de ciudad de mercado, otorgado por privilegio de Enrique
IV en 1465, exige una elevada población productiva. Informes de estos datos
encontramos en el viaje que realiza LEON DE ROSMITHAL, entre los años 1465-1468
entre Portugal, Mérida y Guadalupe, a su paso por Trujillo. Fue un político que
viajaba para conocer las costumbres de las cortes europeas.
Por
último, las minorías étnicas y religiosas de musulmanes y judíos. Con
repecto a éstas, fue mucho más importante la minoría judía, ya que en la
segunda mitad del siglo XIII se constata una importante judería establecida en
Trujillo. Esta comunidad era la más importante de Extremadura[75].
Referente a los orígenes del establecimiento de los judíos en España, la
versión más fiable, por los datos de carácter epigráfico que se poseen, le
sitúan en los alrededores del comienzo de nuestra Era. La llegada de judíos en
número suficientemente grande como para constituir comunidades bien
diferenciadas e indicar una entrada masiva de judíos en la península con motivo
de la gran diáspora que tuvo lugar tras la destrucción de Jerusalén a manos del
futuro emperador Tito en el año 70 de nuestra Era[76].
De todos modos, en el siglo IV la población judía era ya muy numerosa en la
Península Ibérica y en las Islas Baleares. Lo revela la preocupación de los
obispos reunidos en el Concilio de Illiberis celebrado en los primeros años de
esa centuria[77].
Igualmente, la carta del obispo menorquín Severo, escrita un siglo más tarde,
en el año 418, pone de manifiesto que la población judía se hallaba plenamente
integrada en la vida hispanorromana del Bajo Imperio[78].
La teoría
del profesor García Iglesias de que quizás Trujillo y su zona fuera uno de los
puntos de más antiguo establecimiento de judíos en España, nos queda probada
con el hallazgo realizado en agosto del año 1973 de una lápida con caracteres
hebreos de época romana, en la muralla que circunda la villa junto a la
destruida puerta del Oreto. Dicha inscripción se encuentra en la actualidad
depositada en la Escuela-Taller en espera de montar un museo arqueológico
comarcal[79].
A parte de esta inscripción, y otras dos más localizadas en el muro
septentrional del Espolón y en la fachada de poniente de la parroquia de San
Martín (como piedra de acarreo, localizada en 1994) no tenemos ningún documento
que nos dé noticias de la comunidad judía trujillana hasta el padrón de HUETE confeccionado en el año 1290[80].
Los judíos
aparte de escalar posiciones por su ayuda financiera, las iban consiguiendo por
sus labores administrativas gracias al adiestramiento adquirido en los estados
musulmanes, lo que les hacía muchas veces imprescindibles en los nuevos estados
cristianos y en los nuevos municipios. A ello se añade el conocimiento de los
territorios conquistados, ya que en ellos habían vivido siempre.
Los datos
que del siglo XIV tenemos nos indican, sin embargo, que en esta centuria su
población y su pujanza se habían incrementado bastante. Diversos documentos
fechados en la mitad de ese siglo nos muestran a ciertos judíos comprando y
vendiendo terrenos y dedicados al comercio de paños[81].
Destaca entre ellos la familia Cohen, dos de cuyos miembros, don Cague y don
Sayas, hijos de don Yusef Cohen, compran, en 1347 y 1350, a dos hermanas,
Leonor y María Alfonso, la heredad y dehesa de las Abiertas, en termino
de Trujillo por un total de 18.000 maravedíes. Curiosamente, trece años después,
en 1363, don Sayas y los herederos del entre tanto fallecido don Cague Cohen
venden esa misma heredad y dehesa al monasterio de Guadalupe en un precio
ligeramente inferior a 17.500 maravedíes. Quizás el dato mas llamativo nos lo
refiere el Canciller PEDRO LOPEZ de AYALA en su Crónica del rey don Pedro[82].
Según cuenta, en 1355, cuando el célebre tesorero real don Samuel Levi le pide
al monarca, como lugares seguros, dos castillos para emplearlos como deposito
donde amontonar los dineros con que pensaba acrecer el tesoro del rey, elige
precisamente junto a de Hita, el alcázar de Trujillo[83].
Años más tarde, en 1387, el rey Juan I otorgaba a Alvaro de Ponte cinco mil
maravedíes de la cabeza de pecho de la aljama de los judíos trujillanos, quiere
decir que esta aljama pagaba bastante mas de impuestos que un siglo antes, lo
cual supone probablemente un incremento de su población. Una de las escasas
noticias de vida intelectual y de
estudios rabínicos de los judíos extremeños, durante esta centuria, la tenemos
en Trujillo. Dicho datos es un colofón de un manuscrito que se guarda en
Munich, y es la copia de las Tasafot al tratado talmúdico, que terminará
de copiar el calígrafo Abrahán bar Yosef Haluzo en febrero de 1360. El hallazgo
de este documento hace pensar que por esta fecha funcionara en la comunidad
judía de Trujillo una academia rabínica[84].
Pronto comenzarán a celebrarse una serie de Cortes de Castilla durante
los años 1405 y 1406 que servirán de "plataforma legal antijudía"[85].
Las antijudías salidas de estas Cortes, son las que a lo largo de la primera
mitad del siglo XV hacen que se lleven a cabo gran número de conversiones,
siendo estas las menos auténticas y sinceras, siendo la mayoría falsas y
oportunistas y ocasionando el problemas de los
falsos conversos. El 2 de Enero de 1412, a petición de fray Vicente
Ferrer el gobierno de Castilla promulga en Valladolid el "Ordenamiento
sobre el encerramiento de los judíos", conjunto de 24 disposiciones,
extremadamente restrictivas contra los judíos[86]. Aunque debido a privilegios que reyes
posteriores les habían concedido no se llevó plenamente a cabo hasta el
ordenamiento de 1440 de los Reyes Católicos en nuevos barrios, podemos ver por
algunos documentos que esto no fue sencillo. Dice parte de uno de ellos:
"... por cuanto los dichos judíos no dexavan las dichas casa la
reçibiesen...", a partir de esta fecha comienza aumentar la nueva
judería enclavada, por La Rinconada, donde vivían los más ricos y
estaban situados los mesones, y sus aledaños, calle Nueva, calle Tiendas donde
se encontraba situada la sinagoga y que probablemente por aquel entonces fuera
llamada también calle Nueva y se prolongara hacia la actual que lleva este
nombre[87].
Como ya hemos citado, tras la muerte de Enrique IV, se disputan el trono de
Castilla doña Isabel, hermana del Rey y doña Juana, hija de Enrique IV,
conocida por "La Beltraneja" y de la que se pone en duda la
paternidad del rey.
Gran parte
de la Ciudad es partidaria de la Beltraneja, que días antes de su boda, tiene
que abandonar Trujillo, donde estaba previsto su enlace con el rey de Portugal,
y huir a Plasencia donde se celebran los esponsales, debido a la proximidad de
las tropas de la reina Isabel.
La
comunidad judía al igual que ocurrió con la cristiana se encuentra dividida por
los dos bandos, así por una carta escrita desde Tordesillas el 9 de Marzo de
1476 al corregidor de Trujillo son García Gil de Miranda, por los Reyes
Católicos, sabemos como el vecino judío de Trujillo Mayor Barchillón y sus hijos,
apoyan al bando de doña Juana y el rey de Portugal, siendo por esto confiscadas
sus propiedades[88].
Con motivo
de la sublevación del Marqués de Villena en el año 1475 las tropas que mandaron
los Reyes Católicos para acabar, en la Ciudad, con la sublevación cometieron
bastantes atropellos contra los derechos de los judíos, dichos atropellos son
demandados ante los monarcas por Salomón Romí como representante de la
comunidad judía de la ciudad, así les demandan la cama, comida, les obligan
hacer guardia en los muros de la ciudad y a limpiar los establos[89].
La reina
reconoce las peticiones y demandas de Salomón Romí, y pone a la comunidad judía
de Trujillo bajo su protección y manda una carta desde Cáceres al Concejo
trujillano prohibiendo estos abusos y a la vez les recuerda que los judíos de
esta aljama están "en mí guarde e seguro o so mi amparo e defendimiento
real".
Por esta
fecha era alcalde y juez de los judíos de Trujillo don Diego Pizarro, al cual
por carta fechada en Valladolid el 25 de Mayo de 1476, le quitan los monarcas
de su puesto, como consecuencia de los abusos que ha cometido contra los
judíos, dichos abusos fueron puestos en conocimiento de los reyes por los dos
componentes de la comunidad judía de Trujillo: Rabí Yuçe e Rabí Mose.
Durante
este período de transición y pacificación del país los judíos sufrieron varios
asaltos a sus propiedades y derechos, así el vecino de Trujillo Yuçe Arrobas,
fue hecho prisionero por Nuño Yerro de Avila cuando se dirigía a la feria de
Medina del Campo, siendo detenido durante 9 días, consiguiendo su libertad tras
pagar 14.000 maravedís. Yuçe Arrobas recurrió a los Reyes y el 12 de Junio de
1478 le fue concedido una garantía, un certificado, para recobrar el dinero del
rescate que había pagado.
Por
diversos documentos que se conservan en el Archivo Municipal de Trujillo
sabemos que, tras producirse en 1480 el apartamiento de judíos y moros en
nuevos barrios, algunos judíos, especialmente los mas ricos, vivían en un lugar
de la ciudad llamado La Rinconada y que también la calle Nueva formaba
parte de la judería (aún se conservan casas)[90].
El 31 de Marzo de 1492, firmaron en
Granada los Reyes Católicos el edicto de expulsión de los judíos públicos,
aunque se firmó en esta fecha, no se hizo publico hasta los días que van del 29
de Abril al 1 de Mayo. La expulsión según dice propio edicto, era para evitar
el daño que los judíos causaban a la religión cristiana. En definitiva los
judíos se les planteaba netamente este dilema: o convertirse y bautizarse o
salir en el plazo de tres meses de los reinos de Castilla y Aragón. No se
imponía por la fuerza el bautismo; pero se vedaba bajo fuertes penas residir en
España a los no bautizados. Los Reyes Católicos no llevaron a cabo con los
judíos actos de violencia religiosa crueles y extremados, pero ayudaron a la
conversión de los judíos. Junto con la orden de expulsión promulgaron diversas leyes a favor de los
judíos apóstatas, garantizándoles su ayuda y protección y sustrayéndolos por
cierto tiempo de la vigilancia de la Inquisición con el fin de darles el plazo
y la posibilidad de adaptarse a su nueva fe y para enraizarse a ella[91].
Entre los
conversos judíos trujillanos podemos citar a: Cristóbal de Trujillo, Diego
López, Manuel García y Leonor López, Fernando García, estos cuatro últimos
encontrados culpables por el Tribunal de Plasencia del delito de "hertía
provedad", Fernando de Torres, García Rodríguez de Escobar (hijo del
físico Cetía), Juan de Torres, Iohan López de Medellín (hijo de Salomón Cohen).
A los judíos que optasen por la expulsión, se les autorizaba la venta de sus
bienes y que llevaran "todo lo suyo, salvo oro y plata"[92].
Pero
bastantes judíos debieron hacer caso omiso de esta orden, pues el 13 de Mayo de
1492 desde Santa Fe, los Reyes, mandan a Sancho de Paredes una carta para que
investigue en la ciudad de Trujillo y villas de Cáceres y Arroyo el Puerco y
sus tierras, ya que han llegado o a sus oídos noticias de que algunos judíos
han sacado para Portugal oro, plata y monedas, habiendo sido ayudados y
aconsejado[93].
Observamos por la carta que los monarcas tenían conocimiento de que se estaba
produciendo un flujo de tal dinero en dirección a la frontera de Portugal
(hacia donde se dirigían numerosos judíos castellanos tras el decreto de
expulsión), y de ahí que intentasen, con las disposiciones expuestas en la
carta anterior, poner coto a esta fuga de monedas, oro y plata. Al mismo tiempo
que recomendaban encarecidamente las autoridades fronterizas con una vigilancia
especial. La proximidad de Trujillo con la frontera
portuguesa explicaría aún más la rápida llegada de esta carta real al Concejo
local y el cuerpo de disposiciones e instrucciones del Regimiento municipal en
tal sentido, lo que nos sirve para constatar la permanencia del elemento judío
de la ciudad hasta el mismo instante de la expulsión. El mayor número de los
judíos prefirieron la emigración al abandono de sus creencias. Como muchos eran
ricos y el plazo de tres meses apremiaba, les fue forzoso malvender sus
haciendas y de ello, con más lucro que rectitud, se aprovecharon los
compradores cristianos[94].
Los judíos
que pasaron Portugal obtuvieron permiso de residencia por seis meses, a cambio
de la entrega de un cruzado por cabeza. Se calcula que el número de judíos que
salieron de España en virtud del edicto de expulsión sería de 170.000 a
200.000. Y apoyándonos en la Crónica de BERNALDEZ fueron a
Portugal unos 93.000 judíos[95].
En su éxodo
por los diferentes países en los que se refugiaron los judíos españoles, tras
la expulsión, sufren toda clase de injusticias, asaltos y atropellos, llegando
incluso a encontrar algunos de ellos la muerte. Todo esto hace que el año 1494,
muchos se conviertan al cristianismo y vuelvan a su antiguo lugar de procedencia
dentro de nuestro país. De los judíos conversos trujillanos que vuelven por
esta fecha podemos citar los siguientes: los hermanos Diego Alonso de Bovilleja y Juan Alonso. Los también
hermanos Juan, Diego y María de Chaves y Constanza Suarez (hermana de los tres
anteriores ), vuelve también Gonzalo del Campo, etc.
Al
desaparecer de la escena social los judíos y moros, mediante la expulsión,
continuó muy viva la estima de la persona, es decir, el hecho de ser cristiano
viejo. La conciencia del valor por ser de la casta ya libre de la contaminación
judía y musulmana se vigorizó y se magnificó a favor de los triunfos imperiales
lejos del suelo peninsular. Gracias a algunos documentos del Archivo de
Simancas conocemos el destino que se dio a la sinagoga tras la expulsión de
1492[96].
Ya para el 9 de agosto de ese mismo año los Reyes Católicos habían hecho merced
"de la dicha synoga al prior (dominico) de Santa Maria de Encarnación
para monasterio de monjas dominicas". Por entonces el Consejo,
regidores, caballeros, etc., de la ciudad de Trujillo reclamaban "la
dicha synoga para la yglesia parrochial" de los cristianos que habían
ido a poblar la judería, alegando que en la iglesia de San Martín, la más
cercana a dicha judería, ya no cabían los fieles, mientras que del monasterio
de monjas dominicanas de la ciudad tenían "poca neçesidad por que ay tres
o quatro casa religiosa que bastan para la dicha çibdad, según la poblaçion
della"[97].
Los reyes nombraron entonces un árbitro para decidir el destino de la sinagoga,
tras apreciar de qué tenía Trujillo mayor necesidad, si de un iglesia
parroquial nueva o del monasterio mencionado.
El 25 de
noviembre de 1492, los reyes resuelven que lo que había sido la sinagoga pase a
ser monasterio de Santa Isabel de monjas doniminicas. En el documento que
contiene la resolución, los reyes recuerdan que ya el primer momento tras la
expulsión de los judíos, el prior de la orden de Santo Domingo de Trujillo les
había solicitado que, "porque algunas monjas de dicha orden estaban
en la dicha çibdad derramadas por no tener casa dispuesta donde se ençerrasen y
estubiesen, según convenía a su regla e religión", les concediese
la sinagoga para ello. También recuerdan los reyes que ya al tiempo de esa
solicitud, por mandato de ellos mismos "e con liçençia de su prelado
ellas (las monjas) se ençerraron y estan en el monasterio de Santa Ysabel de la dicha çibdad, que primero hera casa y
synoga de los judíos della". Ahora, en el mes de noviembre, lo
reyes les hacían finalmente "merçed general e limosna del dicho
monesterio que asy en casa de synoga de los judíos dela dicha çibdad de
Trogillo, con todas las cosas e bienes e otras cosas, muebles e rayzes, a ella pertenesçientes, para que la
dicha synoga sea ytglesia e casa e
monesterio de los dichas mong¡jas, como agora lo es, para siempre jamas, e los
otros vienes, muebles e rayzes, que eran de la dicha synoga de los judíos, sean
anexos al dicho monesterio". Como vemos, del documento se
desprende que la sinagoga, además del recinto para la oración comunitaria,
tenía también otras dependencias, incluida quizá alguna casa para vivienda, que
hacían a todo el conjunto susceptible de convertirse en un convento con su
capilla[98].
En el núm.
10 de la calle de las Tiendas, en el año 1980, cuando se realizaban unas obras
para adaptar lo que fue la trastienda de una pastelería para un laboratorio de
la farmacia del señor Solís, sita en el núm. 12 de la misma calle, al picar una
pared, apareció un muro de piedra en el que unos 2,50 ó 3 metros del suelo se
puede leer la siguiente inscripción hebrea: "Esta es la puerta del
Señor; los justos entrarán por ella", se trata del versículo de Salmos
118, 20 que tan habitualmente aparece a la entrada de las sinagogas
españolas. Esta es la puerta de la sinagoga, en donde aún se conservan dos
salas abovedadas, actualmente encaladas pero donde podemos apreciar su
construcción de ladrillos, de 9,70 y 9,95 metros de longitud por 3,90 y 2,50
metros de ancho respectivamente. En la separación de ambas naves se aprecian 4
arcos de medio punto tapiados tres de ellos. Esta sinagoga con sus dependencias
y patios ocupó todo lo que hoy es una manzana de casas, también con patios,
entre la calle de las Tiendas y su casi paralela calle de Hernando Pizarro,
manzana que hoy todavía se puede atravesar.
Esta
sinagoga con sus dependencias pasó a ser en 1492 el monasterio de Santa Isabel
de monjas dominicas, las cuales sin duda debieron tener allí su sede bastantes
años, aunque hoy se encuentran en el convento de San Miguel y Santa Isabel, en
la calle de San Miguel, construido en torno a una antigua ermita del mismo
nombre. En la calle de Hernando Pizarro,
en un recodo de ella, existe una bella portada adintelada, de traza clásica,
con dos bellas columnas jónicas sobre plintos. El entablamento destaca por su
arquitrabe y friso estilizado rematando en flameros. Sobre él se abre un
ventanal del mismo módulo, amplio y de forma rectangular, protegido su vano por
hierros forjados. Las columnas son también jónicas con flameros y este típico
ventanal español está coronado por un frontón de tímpano triangular cuyos
vértices se adornan con flameros disminuidos[99].
Las
relaciones de convivencia entre el pueblo y la minoría judía no fueron del todo
fluídas y armoniosas, sino más bien conflictivas, ya que existía un odio
latente hacia los judíos por sus convicciones religiosas y por ser recaudadores
de impuestos. De ahí que se les sometió a toda clase de vejaciones, desde la
obligatoriedad a vivir en barrios aislados -a veces muy alejados del resto de
la población- hasta desempeñar los trabajos más humillantes -limpiar los
establos del estiércol y lavar sus tinajas, incluso hospedar en sus casas a
malhechores y prostitutas-. Esto motivó la protesta de los judíos a la reina
Isabel para que suprimiera estas prácticas.
Finalmente,
la trayectoria histórica del Trujillo medieval concluye cuando los Reyes
Católicos decidieron, a petición de los trujillanos y en premio a su lealtad en
defensa de los derechos de Isabel la Católica a la corona castellana,
incorporarla definitivamente al señorío real (realengo) y convertirla en capital
de la Provincia de Trujillo, que, junto con la Provincia de León de la
Orden de Santiago, formaban el actual territorio de Extremadura. Al
establecerse la división territorial del reino en Corregimientos (1480),
después de las Cortes de Toledo, Trujillo pasaría a ser cabeza de uno de ellos,
junto con Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, en consideración a la
importancia de su población y al peso político de su nobleza local; si bien no
lograron los trujillanos conseguir la deseada procuración en Cortes, que los
Reyes sólo concederían a 18 ciudades castellanas, entre las que no hubo ninguna
de Extremadura, pasando su representación a Salamanca.
EL CASTILLO DE TRUJILLO
El castillo se Trujillo fue
construido por los árabes en la segunda mitad del siglo IX, en la zona más
elevada del cerro rocoso denominado “Cabezo
de Zorro”. Desde sus murallas se domina toda la llanura de la tierra
trujillana. Es un recinto hermético, rodeado por la cerca de murallas en un
perímetro de 900 metros y el hecho de estar situado en lo más elevado de un
terreno escarpado, lo hace inaccesible al ataque. Es un castillo hermético sin
ventanas y con escasas saeteras.
Está
en relación íntima con la Alcazaba (conocida como Conventual) de Mérida, la
fortificación islámica más antigua fechada en España (835 d. C.)
El castillo fue construido con
aparejo de sillares reaprovechados de construcciones romanas, alternando en sus
muros y en sus veinte torres la mampostería. Esta reutilización de sillares
romanos es fundamental para establecer la cimentación a cota militar,
dispuestos en hiladas calzadas de trozos de ladrillos y de lajas fragmentadas
de pizarra. Modo de construcción típico en otras alcazabas de la misma época en
Mérida, Gormaz y Agreda en España; y el de Qasr Harani en Palestina.
El castillo consta de dos partes: el Patio de Armas y
la Albacara. La planta del castillo se nos ofrece así con dos grandes recintos
geométricos adyacentes. Uno es el Patio de Armas, que se inscribe en un
cuadrángulo levemente irregular de 52 m. S x 56,80 E. x 56 N. x 56,20 W., y el
otro, conocido como Albacara, forma en planta un hexágono de 92 x 90,40 m. El
acceso al primer recinto se realiza por una puerta que se abre en arco de
herradura al mediodía, defendida por dos torres albarranas, esta puerta fue
reformada en el siglo XVI, cuando el Concejo ordenó el 21 de abril de 1531 que
entre las torres de la fortaleza se construyera una bóveda para colocar una imagen
de granito que representara la Virgen de la Victoria. En el año 1952 el
arquitecto restaurador D. José González Valcárcel, hizo un suplemento hacia el
N. con el fin de levantar un cuerpo de edificación para construir un camarín a
la Virgen. Por tanto, el lado N. de la puerta que actualmente se ve es falso y
reciente, debiendo aceptarse sólo como auténtico el existente en el exterior,
descubierto al retirar el antiguo camarín de la Virgen que se encontraba entre
los dos cubos y detrás de la barbacana cristiana, destruída también al abrirse
de nuevo la puerta.
Con respecto a esta debemos hacer
notar que en lo referente a su disposición los paralelos orientales son claros,
como ocurre en Qasr Haraneh, Qasr al - Tuba Hirbat al mafyar y Qasr al - Hayr
Al-Garbi paralelos que no se reducen a la puerta sino que atañen también al
esquema de la planta de este primer recinto y otros aspectos.
En el rincón N.E. del Patio de Armas se encuentran dos
aljibes, sobreelevados respecto al suelo actual. Uno de ellos tiene planta
regular y es geminado, con las claraboyas superiores como único modo de acceso.
Está cubierto por bóveda de medio cañón, comunicándose de un lado al otro por
dos arcos de medio punto apoyados en una columna. La longitud es de 9 m. y la
anchura de cada nave es de 2,40 y 2,20m. La obra es de ladrillo y piedra. Las
claraboyas carecen de derrame interior o exterior. El otro aljibe es de planta
irregular, aprovechando el espacio que hay entre el exterior del aljibe citado
y los muros N. y W. del interior del recinto principal. Tiene escalera de
acceso desde el exterior, que da a un andén. Está dividido en ocho cámaras
distribuidas en forma de "L", siendo las dos últimas de planta
cuadrangular irregular. Cada uno de los compartimentos se comunica con el otro
mediante un arco de medio punto de 2,10 m. de altura, con estribos para
reforzar las paredes contra el empuje del agua.
La longitud total del brazo más largo de este aljibe es de 12,50 m. y la
del más corto es 11,50 m. de medida desde el quiebro. Las dimensiones del
segundo aljibe son de 3,05 y 5,25 m. y las del tercer cuerpo son de 2,80 y 4,50
m. El último, separado por una nervadura en bóveda, tiene 6 m. de longitud y 2
m. de anchura en la nervadura
Por
el lado de levante está la Albacara, que prolonga el conjunto macizo del
castillo en forma de planta de hexágono irregular, por las características
constructivas este espacio se adosó veinte años después al Patrio de Armas. En
su interior se encuentra una pequeña ermita del siglo XVI dedicada a San Pablo
para conmemorar el día que se reconquistó Trujillo, el 25 de enero de 1232, día
de la conversión del santo.
Junto a la ermita hay un pozo con brocal de piedra,
para suministrar agua a los animales. La
palabra “albacara” (del ár. Al-baqqara, la vaquería) define a un recinto murado
en la parte exterior de una fortaleza, con entrada en la plaza y salida al
campo, y en el cual se solía guardar ganado vacuno. Este edificio castrense se
utilizó para albergue de la guarnición y se dedicó a los distintos servicios de
mantenimiento de la tropa y almacén, por eso no existen dependencias, pues se
realizarían con materiales más perecederos que la piedra. La Albacara está
rodeada, en parte, por una barbacana de época cristiana.
Realmente las fuentes árabes existentes sobre Trujillo
son pocas y parcas. Sabemos que en el 881 hay una incursión de Alfonso III
contra los Nafza, que ocupaban la zona, que en el 317 Héjira/929-30 d. C. se
nombra gobernador militar de Trujillo a Ahmad Ibn Sakan. Ibn Jaldun la cita al
igual que Al Idrisi y al Himyari y entre las crónicas cristianas que lo citan
está la Primera Crónica General de Alfonso el Sabio y los Anales Toledanos II,
que citan su Reconquista en 1232, con el siguiente texto: “El año de 1232, día
de la conversión de San Pablo, en 25 de enero, el obispo de Plasencia Don
Domingo, con gente de guerra de esta ciudad y los frailes de las órdenes
militares y el maestre del Pereyro, llamado Fray don Arias Pérez, que se señaló
mucho en la conquista de Mérida y Badajoz, ganarán a Trujillo de los moros que
se habían apoderado della”.
Estos datos históricos avalan una fecha de
construcción del castillo en la segunda mitad del siglo IX, posterior al modelo
emeritense. Las torres albarranas son contemporáneas al resto de las obras, ya
que estuvieron unidas con los cubos del castillo mediante arcos de los cuales
quedan hoy restos del lugar de sus engarjes que se corresponden de lado a lado,
y que son exactos a los existentes en la
Alcazaba de Mérida, no solo en obra sino también en similitud de dimensiones y
de aparejo.
El castillo de Trujillo en tiempos
de Pedro I fue elegido para que el tesorero del rey, el judío Samuel Leví,
guardase las riquezas de la Corona, porque se la consideraba una de las
fortalezas más seguras del reino.
Aquí se refugió Juana “La
Beltraneja” en su disputa con la reina Isabel I en una época de agitación
familiar y social. Una vez entregado el castillo a la reina Católica, Juana
tuvo que salir huyendo hacia Plasencia, donde se casó con Alfonso V de
Portugal.
Este recinto fortificado es muy
visitado diariamente, aquí se venera la imagen de Ntra. Sra. de la Victoria,
Patrona de la Ciudad. El concejo acordó desde 1531 que la imagen que en dicho
año ejecutara el cantero Diego Durán, se colocase entre las dos torres del
castillo, cumpliendo así con la venerable leyenda según la cual la Virgen se
apareció con el Niño en sus brazos entre dos torres de la muralla, gracias a
ella se reconquistó la ciudadela. Así se representa en el escudo de la Ciudad.
En la ermita de la Virgen, la Hermandad de la Virgen de la Victoria con motivo
de la celebración de sus Bodas de Oro, colocó un mosaico de azulejos relatando
este acontecimiento histórico tan importante para Trujillo.
CRONOLOGIA
DEL MEDIEVO EN TRUJILLO
711 Los árabes vencen a D. Rodrigo en la Batalla de Guadalete e inician la
ocupación de la Península.
714
Los árabes ocupan Trujillo.
739 Reinado de
Alfonso I, monarca que inicia la expansión territorial cristiana.
877 Alfonso III
saquea Trujillo, Medellín y Logrosán.
881 Alfonso III
devasta la región extremeña, intenta conquistar Trujillo.
884 Ibn Marwan se
instala en Badajoz.
888 Accede al
emirato Abd Allah. Durante el cual los Nafza controlaron Trujillo.
929 Abd al-Rahman
III se proclama califa y toma Badajoz.
930 Tregua entre
los cristianos y los árabes. Abd al-Rahman nombra gobernador de Trujillo a
Ahmad ben Sakan.
932 Abd al-Raman III nombró a Bara
ben Muqatil gobernador de Trujillo. A partir de esta fecha se sucedieron
nombramientos y ceses de los gobernadores de Trujillo.
976 Accede al
califato Hisham II.
977 Es depuesto Hisham II y ocupa el califato Abd al-Raman
Sanchuelo. Guerra civil en al- Andalus.
1031 Desaparece el califato de Córdoba.
1037 Fernando I incorpora León al reino castellano. Tras una división del
reino a la muerte del rey, Alfonso VI une Castilla y León (1072).
1158
Firma del Tratado de Sahagún.
Extremadura queda dividida como área de expansión leonesa.
1094 Ocupación de los almorávides
del reino de Badajoz y fortalezas en Extremadura.
1144
Sublevaciones en al-Andalus
contra la dominación almorávide.
1146 Pacificación de al-Andalus con
la llegada de los almohades.
1165
Gerardo Sempavor conquista
Trujillo, Cáceres y otras plazas.
1168
Gerardo Sempavor cae
prisionero y para su rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa
Cruz y Montfragüe a Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a
quien llaman Señor de Trujillo, y que se constituyó en señorío venido después a
manos castellanas.
1170
Se crea la Orden de Santiago.
1175
Se crea la Orden de San Julián
del Pereiro o de Alcántara.
1184
Alfonso VIII se apodera de
Trujillo.
1195
El rey castellano concede al
convento de los freires de Trujillo y a su magíster don Gómez, un privilegio de
donación de la villa y castillo de Trujillo.
1195
El califa almohade al-Mansur
Yaqub b. Yusuf vence en Alarcos. Inicia una campaña de reconquista en
Montánchez, Trujillo y Santa Cruz.
1196 Fruto de la victoria musulmana de Alarcos, el califa almohade volverá a
tomar la tierra trujillana.
1211
El infante Don Fernando hace
una razía por Trujillo y Montánchez.
1212
Alfonso VIII derrotan a los
almohades en las Navas de Tolosa.
1217
Fernando III es proclamado rey
de Castilla.
1232
Conquista de Trujillo, con
protagonismo del obispo y concejo de Plasencia y órdenes militares.
1252
Reinado de Alfonso X.
1253
Se señala a Trujillo un
término de 6.776 kilómetros.
1256
Alfonso X concede a la
entonces villa de Trujillo Fuero propio.
1284
Reinado de Sancho IV.
1293
Sancho IV concede a Trujillo
las treinta y ocho mercedes.
1295
Reinado de Fernando IV.
1302
Fernando IV declara a Trujillo
villa realenga de Castilla.
1312 Reinado de Alfonso XI.
1346
Samuel Leví recibe el castillo
de Trujillo para guardar el tesoro real.
1348
La Peste Negra incide en
Trujillo y otras poblaciones.
1357
Se reparten en Trujillo los
cargos concejiles entre los linajes Altamiranos, Bejaranos y Añascos.
1426
Juan II cede Trujillo junto
con otras poblaciones a la infanta doña Catalina, su hermana, esposa de don
Enrique de Aragón, a cambio de Villena, dejando de ser villa de realengo.
1429
Enfrentamiento de los infantes
de Aragón con Juan II. Los infantes queman el arrabal de Trujillo y se refugian
en Alburquerque. El rey Juan II y Alvaro de Luna recuperan Trujillo.
1430
Juan II dio privilegio de
Ciudad a Trujillo.
1432
Confirmación en Zamora el 4 de
enero del privilegio de Ciudad a instancias del trujillano don Alonso García de
Vargas. Juan II cede Trujillo a Pedro de Zúñiga, conde de Ledesma, cambiándole
posteriormente por Plasencia, para dar Trujillo al príncipe Enrique, el cual,
siendo rey, le concedió al marqués de Villena quien, por defender los derechos
de la Beltraneja, tuvo que enfrentarse al clavero de Alcántara Luis de Chaves
que ganó Trujillo para Isabel.
1440 Entrega de Trujillo al infante don Enrique, maestre de Santiago y a
cambio se le concedió a Pedro de Stúñiga.
1445 Victoria de Juan II sobre los nobles sublevados, entre ellos los
infantes de Aragón.
1446 Juan II dona Trujillo a un miembro de la alta nobleza, don Alvaro de
Luna que la poseyó hasta su muerte (1453), por haber luchado a su favor en la
batalla de Olmedo.
1454 Reinado de Enrique IV.
1471 Mercado Franco concedido por Enrique IV a Trujillo.
1474 Reina Isabel en Castilla. Intento del Maestre don Juan Pacheco de apoderarse
de Trujillo. El Alcalde del castillo, don Gracián Sessé, tras oponerse tuvo que
entregar la fortificación.
1475 Tropas portuguesas invaden Extremadura. Juana la Beltraneja es recibida
en Trujillo como reina. La ciudad estuvo en poder del marqués de Villena contra
la voluntad de la reina Isabel.
1476 Isabel recupera Trujillo. Los Reyes Católicos visitan varias veces
Trujillo. Consiguen tomar la fortaleza en 1479. Desde entonces el castillo tuvo
un fin militar y estratégico, pues desde allí continuaron a Medellín,
Montánchez y Mérida.
1479 Se firma en el palacio de Luis de Chaves en Trujillo la paz con
Portugal y Francia.
[1]Vid.
SANCHEZ ABAL, J.L. y REDONDO RODRIGUEZ, J.A.: "La tribu papiria:
testimonio de la colonia Emerita Augusta en la alta Extremadura". Bol.
Museo Arqueológico Nacional, 1985, pp. 61-68.
[2]Historia
de España, dirigida por Menéndez Pidal, III, pp. 291. Diccionario de
Historia Eclesiástica de España, dirigida por Aldea Vaquero, II, p. 762.
[3]LEVI-PROVENÇAL,
E., y GARCIA GOMEZ, E.: Una crónica anónima de Abd al-Rahmán al-Nasir.
Madrid-Granada, 1950, p. 158.
[4]Crónica
Anónima, p. 65, t. árabe y 158 de la trad.
[5]Vid.
MOLINA, L.: "La Crónica Anónima de al-Nasir y el Muqtabis de Ibn
Hayyan". Al-Qantara, VII (1986). "Nuevos datos del Muqtabis de
Ibn Hayyan". Al-Qantara I (1980).
[6]El
texto árabe -que se encuentra en la Real Academia de Fez- fue editado y
traducidopor Levi-ProvenÇal y E. García Gómez, Madrid-Granada, 1950. Este autor
considera que el cronista fue al-Qubbasi, que fue un autor cordobés
nacido en el año 959, que nos dejó en España biografías de los reyes, cadíes y
alfaquíes.
[7]GARCIA
GOMEZ, E.: Anales palatinos del califa de Córdoba al-hakam II, por Ibn
Ahmad al-Razi, Madrid, 1967.
[8]Muqtabis,
ed. M. Antuña, B.R.A.H., LXXXVI (1925), p. 137.
[10]Descubierto
en Fez por Levi-ProvenÇal, que abarca el reinado de al-Hakam y parte de `Abd
al-Rahman II. Editado por el cit. prof.
y por Abd al-Hamid, publicaciones de la Facultad de Letras de U. Farûq I
de Alejandría. Sobre el texto existe una publicación importante LEVI-PROVENÇAL
y E. GARCIA GOMEZ: "Textos inéditos del Muqtabis de Ibn Hayyan". Al-Andalus,
XIX, 1954, pp. 295-315. VIGUERA, M.J., y F. CORRIENTE: Inb Hayyan de
Córdoba, Crónica del califa `Abd al-Rahmán III an-Nasir entre los años 912-942.
Zaragoza, 1981.
[11]AHMAD
AL-MAQQARI: Nafhy attib, ed. P. de Gayangos app. D. Extracto de la
Historia de los Bereberes de Ibn Kaldun según el Mas. del British Museum, núm.
9575, t. II. Londres, 1848, p.
XLIX (Vid la obra de GAYANGOS, P.: The history of mohammedan dynasties in Spain. Londres,
1840-43).
[12]Nació
en Ceuta en el año 493 (1100). Según CARISI: Bibliotheca arabico-hispanica
escurialense, Matriti, 1760-1770. Véase la publicación de la traducción de
la zona musulmana correspondiente a España de ANTONIO BLAZQUEZ: Descripción
de España, por Abu-Adb-Allá Mohamed Al-Edrisi. Madrid, 1901; y la versión
de AL-EDRISI: Greografía de España, Valencia, 1974, p. 187 (relación
Trujillo).
[13]AC-CAJADI:
Gran Diccionario Biográfico. Artículo que dedica a Rogerio II.
[14]El
célebre orientalista italiano Miguel Amari, en su Bibliotheca Arabo-Sicula,
Torino e Roma, 1880-1881, le concede el primer puesto entre los trabajos
geográficos de la Edad Media al Edrisi con su Tratado Geográfico.
[15]Se
conserva en París (Sup. Arab. 894) y una copia en la Biblioteca de la
Universidad de Cambridge. De este texto hicieron una versión latina los
maronistas G. Sionita y J. Hesronita que lo titularon Geographia Nubiense (París,
1619), y anteriormente, Bernardino Baldi había hecho una traducción italiana
que se conserva autógrafa e inédita en la Biblioteca de la Universidad de
Montpellier. La Biblioteca de París adquirió dos ejemplares de la obra
completa, que tradujo al francés Amadeo Jaubert, que publicó en 1836 el primer
tomo y en 1840 el segundo.
[16]En
España trabajó sobre la traducción y el texto de DOZY y DE GOEJE, SAAVEDRA: La
Geografía de España de Edrisi, en B.S.G. Madrid, Tomos X, XI, XII, XIII,
XIV y XVIII, tirados en volumen aparte en Madrid, imprenta de Fortanet, 1881.
[17]Publicada
en Madrid, 1881.
[18]BLAZQUEZ,
A, op. cit., p. 24.
[19]Farhat al-anfus fi
ajbar al-Andalus, p. 290.Ed. de LUTFI ABD AL-BADI, Rev. del
Instituto de los Mss. Arabes, El Cairo, 1955, pp. 282/310.
[20]Trad.
Luis Molina: Una descripción anónima de al-Andalus. 2 vols. Madrid,
1983, p. 63.
[21]YAQUT:
Mu´yam al Buldan, ed. Dar Sader (Beirut), vol. II, p. 22. Véase, ABD
AL-KARIM: "La España musulmana en la obra de Yaqut", C.H.I, núm.6,
1974. WÜSTENFELD: Jacut´s
geographisches worterbuch, Leipzig,
1866-72, 6 vols (última edición, en Beirut,
1955, 5 vols. Vol. II, p. 22.
[22]Texto
recogido de D. Pascual Gayangos, como uno de los Apéndices a su traducción
inglesa del Almakary, tomo II, p. 522.
[23]"Aera
MCCIIII, citivas Elbora capta, et depraedata, et noctu ingressa a Giraldo
cognominato sine pavore, et latronibus sociis eius, et tradidit cam regi D.
Alfonso, et pos paululum ipse rex cepit Mauram et Serpam et Alconchel, et
Coluchi castrum mandavit reedificare anno regni ejus XXXIX. Chron, lusitano,
era 1204" (se observa que retrasa el año de la toma de Evora, pues
según el texto del cronista árabe, contemporáneo, fue en Dilkada de la hegira
560 -julio a agosto de 1165).
[24]Conservado
en la biblioteca Bodleiana, núm. 433, editado en Beirut en 1964, traducción de
Huici Miranda.
[25]Ibidem.
pp. 368-369. Vid. PEREZ ALVAREZ, M.A.: Fuentes árabes en Extremadura. Cáceres,
1992, p. 145. Sobre el rey Fernando II, véase GONZALEZ, J.: Regesta
de Fernando II. Madrid, 1943.
[27]Es
una historia universal elaborada entre los años 1364-1378. Ed. parcial y
traducción de Slane: Histoire de los berbères et des dynasties musulmans del
Afrique septentrionale. 2 vols. Argel, 1847-51. Ed. del texto árabe
completo en bulak, 1284/1867, siete vols. "El califa Abu Yaqub había
reafirmado su autoridad en AFrica y vuelve su mirada hacia al-Andalus, cuya
situación parecía exigir la guerra santa. El maldito enemigo había sorprendido
las ciudades de Trujillo y Evora. El califa envió el ejército almohade bajo las
órdenes de Abu-hafs y en el año 1168/9 va este qa`id a liberar Badajoz".
[28]Ediciones
de Dozy, Colin y Levy-Provençal, del manuscrito de la biblioteca de Leiden (núm
67), que es una copia del siglo XVI del original que se encuentra en la
Biblioteca de Copenhague (código 76), procedente de Marruecos.
[29]Bayan,
trad. HUICI MIRANDA, A: "Nuevas aportaciones de al-Bayan al-Mugrib sobre
los almorávides". Al-Andalus, XXVIII (1963), pp. 402-404.
[30]Bayan,
HUICI MIRANDA, A: "Las campañas de al-Mansur en 1190 y 1191".
Anaís. Academia Portuguesa de la Historia, 2 Serv. 5 (1954), p. 193. Aunque
en Ibn Jaldun se dice que arrasaron Trujillo y Talavera, en Histoire des
berbères II, p. 214.
[31]AL-HIMYARI:
Al-Raw ad mi´tar, ed. E. Levi Provençal (1937), p. 63. Se conservan
varios manuscritos de la obra conservadas en la ciudad de Sale (Marruecos);
Fez; en la Biblioteca del Sr. Abd al Rahman bn Zaydan al -Alawi en Mekinez
(Marruecos) y en la Biblioteca del Sayj al-Islam de Medina.
[32]La
obra esencial de Morales es su Chronica General de España (1533).
[33]Anales
Toledanos II, apud "Esp. Sag". FLOREZ, Fr. Enrique: España
Sagrada. Madrid (1799), T. XXIII, 358-409. FLORIANO, A.C.: "Anales
Toledanos", en Cuadernos de Historia de España, XLIII-XLIV. Buenos
Aires, 1967, pp. 155-187. PORRES MARTIN-CLETO, J.: Los Anales Toledanos I y
II. Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos,
1993.
[34]HUICI
MIRANDA, A.: Las Crónicas Latinas de la Reconquista. Valencia, 1913, II,
pp. 339-356.
[35]"-----dono
et concedo vobis Domino Gomez Magistro Truxillensi, et omnibus fratribus
vestris, praesentibus et futuria, Rondam, cum ingresibus etc..". ORTEGA
Y COTES, J: Bullarium ordinis militiae de Alcántara, olim Sancti Juliani del
Pereiro, per annorum seriem nonnullis, donationum, concordiarum et aliis
interjectis scripturis congestum. Regio diplomate et in lucen editum. Madrid,
1759, pp. 2 y 13.
[36]ORTEGA
Y COTES, op. cit., pp. 2 y 13.
[37]AGUADO
DE CORDOBA, A.F.: Bullarium equestres ordinis sancti Iacobi de Spatha. Madrid,
1719, p. 33.
[38]ORTEGA
Y COTES, op. cit., p. 2
[39]Esta
bula está inserta en otra de Honorio III, en la que se copió sólo la parte
principal, suprimiendo el párrafo final y la data; pero sabemos que Clemente
III comenzó a regir la Iglesia el 6 de enero de 1188 y murió el 25 de marzo de
1191.
[40]"...authoritate
Apostolica Episcopalem Cathedram constituimos, dioecesim quoque habendam iuxta
dispositionem Regiam, ab eadem Ecclesia Cathedrali decernimus, ut villae, sicut
praesenti scripto concluditur, quae sua sunt ei largitioni concessa, dioecesano
iure ad eam perpetuo debeant pertinere; Turgellum, scilicet, et Medellinum, et
Monsfragorum, et Sanctacruz cum omnibus pertinentiis suis, ..". fray
ALONSO FERNANDEZ: Anales de la ciudad y obispado de Plasencia. Madrid,
1627 (reeditado por el Departamento Provincial de Seminarios de F.E.T. y de las
Jons de Cáceres, 1952, p. 24).
[41]"...dono
itque vobis et concedo villam et castellum quod vocant Turgellum, et villam et
castellum quod vocant Albalat, situm in ripa Tagi, castellum quoque quod vocant
Sanctam Crucem, prope Trugellum, situm in Monte Arduo, et alia duo castella,
quorum alterum vocatur Cabannas, reliquum veró Zuferola...." Bullarium
Ord. Mili. de Alcántara, p. 13.
[42]"...
At munitionem igitur et manntenentiam perpetuam praedictorum castrorum et
villarum vobis assigno, dono et concedo annuos redditus trium millium aureorum
de Greda montis de Magam, per manum de Almogeriti mei singulis annis usque in
finem immutabiliter percipiendos".
Bullarium Ord. Mili. de Alcántara, op. cit., p. 13.
[43]Para
un mayor conocimiento de Alfonso IX, véase GONZALEZ, J.: "Repoblación de
la Extremadura leonesa". Hispania, III (1943). Alfonso IX,
madrid, 1944, 2 vols.
[44]"Priso
el rey de Marruecos a Montanchez, é Sancta Cruz, é Truxillo, é Placencia, é
vinieron por Talavera, é cortaron el olivar, é olmos, é Santa Olalla, é
Escalona, é lidiaron Maqueda, é non la prisieron, é vinieron cercar Toledo, é
cortaron las viñas é los árboles, é duraron y X dias en el mes de junio, era
MCCXXXIV". Anales Toledanos, en FLOREZ, R.P.: España Sagrada 23,
pp. 382.
[45]Trad.
HUICI MIRANDA: Noticias de los reyes del Mogreb e historia de la ciudad de
Fez por Aben Abi Zara. Anales del Instituto General y Técnico de Valencia,
1918, p. 254.
[46]"Estando
el rey don Alfonso e el infant don Ferrando con todo su regno en la sierra de
Sant Vicent, fue el infant don Ferrando en fosado con otdas las gientes á
Truxiello, é á Montanches, é tornos´d´aquel fonsado à su padre en el mes
dagosto, era MCCIL". Anales Toledanos, en FLOREZ, op.
cit., 23, p. 385. Acerca de Alfonso VIII, véase GONZALEZ, J.: El reino de
Castilla en la época de Alfonso VIII. Madrid, 1960, 3 vols.
[47]"Item
obligo me et successores meos, quod si Deus aliquo tempore nobis dederis
castrum de Turgiello, vel Sancta Cruz, aut de Montanchez, aut de Medelin, quot
domus ipsum vobis et Ordini vestro iure hareditario". Bullarium Ord.
Mil. S. Jacobi, p. 149.
[48]MANRIQUE,
A.: Annales Cistercienses, t. 4. Lyon, 1649, p. 567.
[49]Vid.
GUTTON, F.: San Julián del Pereiro. Rev. Citeaux, 12 (1961), pp.
321-329.
[50]Para
el estudio de las Ordenes Militares pueden consultarse ALVAREZ DE ARAUJO Y
CUELLAR, A.: Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, Madrid, 1891.
LOMAX, D.W.: Las órdenes militares en la Península Ibérica durante la Edad
Media. Salamanca, 1976. MOTA AREVALO, H.: "Las órdenes militares en
Extremadura". Rev. de Estudios Extremadura, 1969, pp. 423-446.
RADES Y ANDRADA, F. de: Crónica de las tres órdenes de Santiago, Calatrava y
Alcántara. Barcelona, 1980.
[51]"Los
freyres de las Ordenes é el Obispo de Plasencia prisieron á Turgiello dia de
conversion Sancti Pauli en Janero, era MCCLXX". Encontramos las
formas Turgiello y Truxillo, entre los años 1196 y 1232. II
Anales Toledanos, en FLOREZ, op. cit., 23, pp. 409.
[52]PINO
GARCIA, J.L. del : "Génesis de las ciudades realengas de la Extremadura
Medieval". Comunicación al Coloquio Sobre la ciudad Hispánica durante
los siglos XIII al XVI. La Rábida-Sevilla, 1981.
[53]Primera Crónica
General de
Alfonso el Sabio, cap. 1003. Ed. Ramón Menéndez Pidal, Madrid,
1906, p. 682.
[54]MARIANA:
op. cit. Madrid, 1744,p. 46. A
MARIANA estaba reservado escribir la Historia de España. No es un mero
investigador minucioso y concienzudo, sino un gran lector de toda clase de
libros de los cuales recogen cuanto cree útil para fomentar las síntesis a que
aspira. La historia artística le preocupa mucho más que la puramente
informativa, y, como es, ante todo un humanista y un pensador, pone su ideal en
parecerse a Tito Livio o a Tácito, y escribe, primero, su historia en latín,
para darle caracteres de universalidad, y sólo después la traduce él mismo al
castellano, dejando en su estilo giro o arcaísmos voluntarios que denotan su
procedencia de la asidua lectura de las viejas crónicas castellanas. Así
resulta más anticuado en su lenguaje que un Hurtado de Mendoza.
[55]LLABRES,
G.: "El fuero de Trujillo". Rev. de Extremadura, 1901, pp.
489-497.
[56]ALONSO
DE PALENCIA: Crónica del rey Enrique IV. Trad. A. de Paz y Meliá.
Madrid, 1904-1908, década I, lib. V, cap. III. DIEGO ENRIQUEZ DEL CASTILLO: Crónica
del rey Enrique IV. Madrid, 1878, Bibl. Aut. Esp. tomo LXX, cap. CXXXV.
[57]Damos
a conocer una obra inédita de NARANJO ALONSO, Clodoaldo.: Armas y linajes de
Trujillo, cap. IX, Manuscrito.
[58]TETZEL:
Viajes por España. Trad. A. M. Fabié: Libros de antaño. Madrid,
1889, tomo VIII, p. 164.
[59]DIEGO
DE HINOJOSA: Genealogía de los Hinojosa, Ms. compuesto en 1548 y
recopilado en 1553 por Alonso de Hinojosa y Torres. En el Archivo del Conde de
Canilleros, Cáceres, sección Asuntos de Trujillo, leg. 22, núm. 4. Ha sido
editado en Crónicas Trujillanas del siglo XVI. Cáceres, 1952.
[60]Memorial de Ulloa.
Madrid, MDCLXXV, fol. 100.
[61]MARQUES
DE TORRES CABRERA: "El clavero de Alcántara", en Romances de
Extremadura. Madrid, 1924, p. 46.
[62]DIEGO
DE HINOJOSA: Genealogía de los Hinojosa, op. cit., fol. 20. El trabajo
más documentado sobre el linaje de Hinojosa en Trujillo, es el de Federico
Acedo: Linajes de Trujillo (1919). Ms en la biblioteca del hijo del
autor. En NARANJO ALONSO, C.: Trujillo, sus hijos y sus monumentos. Ed.
de 1983, nos ofrece un estudio de los linajes trujillanos. También existen
referencias sobre este linaje en MATIAS GIL: Las siete centurias de la
ciudad de Alfonso VIII. Plasencia, 1877 (reed. Plasencia, 1930).
[63]Según
Enríquez del Castillo, Cronista del rey Enrique. Memorias de Enrique IV,
II, p. 705.
[64]Marañón,
G.: Ensayo biológico sobre el rey Enrique IV. Madrid, 1953, p. 22.
[65]Diego
de Valera: Crónicas de los RR. Católicos. Madrid, 1949, p. 103.
[66]Sarasola,
M.: Isabel la Católica y el destino de Juana. Valladolid, 1955.
[67]Torres
Fontes: "Villena en el reinado de los Reyes Católicos". Hispania,
13, 1953, p. 37 y ss.
[68]Hillgarth,
J.: Los Reyes Catolicos. México, 1978, p. 21. Torres Fontes: Datos sobre los
Católicos monarcas de España. Hispania, 13 (1953), p. 58.
[69]Rui
de Pina: Chronica d`El Rei D. Alfonso V. T. II. Lisboa, 1902, cap. 173, p. 77.
[70]Vid.
Memoria de Licenciatura inédita. Ramos Rubio, J.A.: Estudio Histórico-
Artístico sobre la parroquia de Santa María de Trujillo. Cáceres, 1989.
[71]
Shiels, W.E.: El papado y la Corona. Chicago, 1961.
[72]Luis
de Chaves fue el hombre más destacado en Trujillo en los años finales del siglo
XV y tuvo una gran importancia en la constante presencia de los Reyes en
Trujillo. Archivo General de Simancas, legajo 53 y R.G.S. II núm. 1498, fol.
70.
[73]PALENCIA,
A.: Crónica del rey Enrique IV. Toimo IV, Madrid, 1908, p. 145.
[74]Trujillo
histórico y monumental. Alicante, 1967. Vid. ESCOBAR PRIETO, E.: "Los
Reyes Católicos en Trujillo". Rev. de Extremadura, VI (1904), pp.
483-499.
[75]RAMOS
RUBIO, J.A: "La judería de Trujillo y la sinagoga. Estudio histórico y
artístico". Congreso Internacional El Reino Taifa de Badajoz. Badajoz-Trujillo-Coimbra, 1996.
[76]SALO W. BARON: A social and
religious history of the jews. Tomo I, p. 212.
[77]Su
interés en separar cristianos y judíos e impedir el proselitismo de estos
últimos demuestra las convivencias entre ambas poblaciones.
[78] Sobre los desplazamientos es interesante ver
la obra de ROSTOVTZEFF, M.: Historia social y económica del Imperio Romano, I.
Madrid, 1967, p. 308; y CARO BAROJA, J: Los judíos en la España Moderna y
Contemporánea. Ed. Istmo, Madrid, 1972.
[79]GARCIA
IGLESIAS, L.: Los judíos en la España Antigua. Madrid, 1978, p. 65.
[80]CARLOS
CARRETE: "El repartimiento de Huete de 1290". En SEF XXXVI
(1976), p. 128. Entre los siglos V y Vll había establecida en
Turgalium una de las colonias de comerciantes orientales y judíos más
importante de la península Ibérica, la cual estaba íntimamente relacionada con
el comercio exterior, y como el resto de las comunidades judías de España,
sufriría los restricciones y ambiente antijudío decretado y creado por los
códigos de los Reyes visigodos (sobre todo por el código de Sisebuto decretado
el año 612 y el de Ervigio en el año 681) así como por los Concilios de los
obispos españoles, como el de Toledo del año 633 y el del año 638. Por la
situación en que se encontraban los judíos durante el tiempo del reinado
visigodo, nos hace suponer que esta comunidad acogiera con alegría e incluso
contribuyera a la conquista por las tropas agarenas en todo el territorio
Hispánico.
[81]BAER, F.: Die Juden im
christlichen Spanien. Urkunden und Regesten, II:
Kastilien/Inquisitionasakten. Berlín, 1936, p. 170.
[82]PERO
LOPEZ DE AYALA: Crónicas de los Reyes de Castilla Don Pedro, Don Enrique II,
Don Juan I y Don Enrique III. Enmiendas del Secretario Jerónimo Zurita y
las correcciones y notas añadidas por Eugenio de Llaguno Amirola, tomo I,
Madrid, 1779, cap. XV, p. 195. Crónica de Don Pedro I, año 1360. cap. VII
(B.A.E., LXVI, p. 503.
[83] Está clara la existencia de recaudadores
judíos trujillanos al servicio de Samuel Halevi. BEINART, H.: Trujillo, a jewish community in
Extremadura on the eve of the expulsion from Spain. Jerusalem, 1980,
p. 2.
[84]Edita
Beinart, op. cit., p. 3, un colofón de un manuscrito que se conserva en Munich
en el que Abraham Yosef Haluzo nos refiere que el 3 de febrero de 1360 terminó
de copiar en Trujillo las Tasafot al tratado de Hullí (esta fecha
corresponde a la noche después de la conclusión de el Sabbath, en el décimo
cuarto día de Shevat en el año 120).
[85]Véase.
Legajo 1-1-8-1. Archivo Municipal de Trujillo.
[86]Legajo,
1-1-7-1. Archivo Municipal de Trujillo.
[87]Existen
varias ordenanzas municipales sobre judíos y moros recogidas entre los años
1402-1489. A.M.T. 1-1-7-1. 37
folios; leg. 217, 41 fols; 120 y 122, fols. 113.
[89]A.M.T.
1-1-7-1, leg. 217, 41 fols
[90]Publicados
en su mayoría por BEINART, op. cit.
[91]KAMEN,
H.: La Inquisición Española. Ed. Crítica. Barcelona, 1980 (2ª ed.), p.
34.
[92]A.M.T.
1.1.11.1. fol. 235.
[93]Yo,
el rey. Yo, la reyna. Yo, Alvarez de Toledo, secretario, etc. Don Alvaro,
Joanes, doctor Antonius, doctor Felipus, doctor Françiscus, Liçencatus Petrus.
Legajo 1-1-7-1. Archivo Municipal de Trujillo.
[94]Crónica
de Bernáldez en su capítulo CX: "...muy ricas casas y heredamientos
por pocos dineros, y andaban rogando con ellas y no había quién se las
comprase, e daban una casa por un asno, e una viña por un poco de paño o
lienzo, porque no podían sacar oro ni plata; empero es verdad que sacaron
infinito oro e plata escondidamente, y en especial muchos cruzados o ducados abollados con los dientes, que los
tragaban e sacaban en los vientres o en los pasos donde habían de ser buscados
, o en los puertos de la tierra e de la mar, y en especial las mujeres tragaban
más, a persona le acontecía tragar treinta ducados de una vez".
[96]Ibidem,
docs. núms. 76, 80, 81, 86 y 96.
[97]La
iglesia de San Martín, situada en un ángulo de la Plaza Mayor, era entonces, en
efecto, muy pequeña, no tan amplia y hermosa como hoy la podemos contemplar. En
1526 era todavía una iglesia muy pequeña en relación con la numerosa
concurrencia de fieles, por lo que el Ayuntamiento, en unión con el clero y la
feligresía, emprendió las obras de ampliación que duraron muchos años. TENA
FERNANDEZ, J.: Trujillo histórico y monumental. Alicante, 1967, pp. 297 ss.
[99]No
fue propiedad del Concejo ni sobre él ejerció patronato; además, los moradores
de esta casa, si su gallardía y fina arquitectura revelan destacada condición
social no podemos afirmar que fueran de noble linaje, pues en ella hubieran
puesto los blasones de su ascendencia como era uso en aquellos tiempos. En
opinión del prof. Lacave, lo que tenemos aquí es la fachada del monasterio de
Santa Isabel, que las monjas harían levantar a comienzos del siglo XVI. Siendo
así, tendríamos, como ya he dicho, que la sinagoga y sus dependencias ocuparían
toda la manzana que antes he mencionado, es decir, la que transcurre entre la
calle de las Tiendas y la de Hernando Pizarro. LACAVE, J.L.: "Los judíos
de Extremadura antes del siglo XV". Actas de las Jornadas de Estudios
Sefardíes. Cáceres. Unex, 1981, pp. 6 y 7.