sábado, 9 de noviembre de 2024

 

La casa-fuerte de Corajo o Torre de Sancha Alonso

 

 Esta casa fuerte pertecene al territorio de Trujillo. Se localiza a 39º 37,50' norte y 5º 48,42' oeste, a una altitud de 479 m, en un lateral de la carretera de Trujillo a Jaraicejo, próximo al río Tozo.

El emplazamiento de esta casa fuerte, evidencia su protagonismo importancia estratégica y castrense en la Edad Media, remontándose la zona a la existencia de una posible villa romana, parte de cuyos sillares fueron reutilizados para la construcción del baluarte castrense.

 Según Madoz: “Dehesa de la Coraja: Dehesa en la provincia de Cáceres, partido judicial y término de Trujillo. Situada en los montes de Tozo, cerca del pueblo de Aldeanueva de Centenera; se conserva en ella y promete duración por su solidez, una torre bastante elevada, resto de un fuerte y basto edificio, cuyas ruinas aún subsisten”[1]. Añade: añade: “(…) Los castillos y fortalezas antiguas, denominados Castillejos, en las alturas del río Almonte y camino que va desde Aldea Centenera a Solana; sólo existen pequeños restos del Castillejo de la Coraja, en la dehesa del mismo nombre, en lo interior de los montes de Tozo, a la izquierda del camino de Trujillo a Jaraicejo y derecha del río Tozo; hay restos de una casa fuerte, y se conserva una torre de bastante solidez, y alguna bóveda de cantería en las habitaciones bajas. La Villeta, en la dehesa denominada Azuquén de Villavieja, en la confluencia de los ríos Tozo y Almonte; se conserva casi toda la muralla antigua; forma un cuadrilongo de este a oeste; y dentro de él, se advierten restos de casas y otros edificios; el cerco podría contener una población de 400 vecinos. Y Torre de Gonzalo Díaz en la dehesa de Torrecilla, en el camino de Trujillo a los puentes de Don Francisco sobre el río Almonte; se advierten restos de una muralla formando cuadro, y sus esquinas fortificadas con cubos o torres redondas; y a su alrededor, indicios de población. (…)”[2].

 

Esta casa fuerte perteneció a don Sancho de Paredes Corajo, de ahí su nombre, aunque la heredad viene de antiguo. El caballero Fernando Alonso de Hinojosa tuvo tres mujeres. La primera mujer era Mencía Alonso, hija de Pedro Martínez de Trujillo y de Sancha Alonso. Este Pedro Martínez pertenecía al linaje de los Amarillas, y su esposa al linaje de los Caballeros. Mencía Alonso tuvo muchos hermanos, a uno le llamaron Gil García, que se casó con Juana Fernández; a otro llamaron Diego García, y una hermana, que llamaron Juana García, que se casó con Garci González Corajo, caballero principal de Trujillo. Esta primera mujer de Fernando Alonso fue hija de ricos padres; lleva una gran dote, destacando la Torre de Sancha Alonso, que dicen de Corajo -de ahí, igualmente, la denominación de casa y asiento de la Thorre de la Coraja”[3]. Después fue posesión de Diego García de Paredes y Torres, más conocido como "El Sansón de Extremadura", fue un militar español célebre por su extraordinaria fuerza física y sus múltiples hazañas.

Volviendo a Sancho de Paredes, fue el padre del “Sansón de Extremadura”, Diego García de Paredes, se había casado con doña Estefanía de Tapia, perteneciente a vieja familia nobiliaria de Trujillo. Tuvo este matrimonio seis hijas: Mencía de Tapia, Isabel Álvarez, María Ximenez, Catalina, Estebanía y Leonor de Paredes, según consta en el testamento del padre. Viudo, casó en segundas nupcias con doña Juana de Ulloa, hija de Fernán García de Ulloa, y viuda de Alonso Galfin. Doña Juana había tenido dos hijos con su primer marido: Alonso Golfin y Fernán García de Ulloa. Los dos casaron con dos hijas del primer matrimonio de su padrastro: con Mencía de Tapia y Catalina de Paredes. Don Sancho de Paredes y doña Juana de Ulloa no tuvieron descendencia de este segundo matrimonio. Muerta doña Juana, y cuando contaba con setenta años, don Sancho de Paredes contrajo terceras nupcias con doña Juana de Torres, hija de Gonzalo Torres, representante de la línea tercera del linaje de Altamirano, y de doña Elvira Álvarez. De este tercer matrimonio nació el 30 de marzo de 1468 Diego García de Paredes, y, después, dos varones más: García y Sancho. El padre, fundó mayorazgo a favor del primogénito don Diego García. Sancho de Paredes había tenido, fuera del matrimonio, un hijo con María de Peñalobar. Se llamó Álvaro de Paredes y acompañó a Italia a su hermanastro don Diego García de Paredes.

 

De los hijos de Sancho de Paredes, Estebanía, Leonor y García murieron jóvenes y solteros. Sancho se hizo fraile y Catalina no tuvo sucesión en ninguno de sus dos matrimonios. Su hija Mencía de Tapia casó con Alonso Galfín, de los Golfines de Abajo. Tomó el nombre y el apellido del abuelo materno, como presunto heredero de la casa y solar de los Paredes, en Trujillo, de la que fue primogénito hasta el nacimiento, inesperado, de su tío Diego García de Paredes, famoso por sus hazañas, nacido, como va dicho, del tercero y tardío matrimonio del abuelo[4]. La hermana María Ximénez casó, en Trujillo con Juan Corajo, jefe del linaje de los Corajo y dueño de la torre de la Coraja, en la que vivió largas temporadas el fundador de Trujillo de Venezuela Diego García de Paredes, hijo natural del “Sansón de Extremadura”. Isabel Álvarez casó con Pedro Alonso de Orellana, de línea segundona de la casa de Orellana la Vieja. El hijo primogénito de este matrimonio, Sancho de Orellana y Paredes, casó con Juana de Hinojosa, y no tuvieron descendencia. De sus otros hermanos Diego, Isabel y María, no se tienen noticias. El hijo había tenido, fuera del matrimonio, aunque tuvo con una esclava llamada Catalina un hijo bastardo que se llamó Sancho de Paredes y que fue criado por Hernando Corajo[5].

Posteriormente, la casa fuerte fue adaptada a casa residencial y de explotación agropecuaria con Hernán Corajo. Y después fue de  Sancho de Paredes Corajo, hijo de Diego García de Paredes, apodado "El Valiente"[6].  El propietario en esa época de la llamada "Torre de la Coraja" era Hernando Corajo, quien además poseía Palacio Viejo donde también pasaba largas temporadas Diego García de Paredes, el fundador de Trujillo en Venezuela.

           

Hernando Corajo siempre había estado muy unido a su familia, por el parentesco con Diego García de Paredes. Cuando el coronel Diego García de Paredes se marchaba a la guerra, dejaba en orden todo lo relativo a su hijo y su hacienda en manos de su sobrino Hernando Corajo, que recibió expresa comisión de atender con esmero a su crianza. Doña Mencía de Vargas daba a luz en 1506 a Diego García de Paredes, que fue entregado, por expreso deseo de su padre, a Hernando Corajo, que fue llevado enseguida a unas tres leguas de la ciudad en dirección a Jaraicejo, a la dehesa denominada la Torre de la Coraja, hermosa posesión de tierra ganadera y frondosos encinares, en la que Hernando tenía dos hermosas residencias: el hoy llamado Palacio Viejo y el castillo o casa-fuerte, con su torre redonda, en la que, sobre granítica piedra, campeaban las siete estrellas heráldicas de los Paredes, las armas maternas, puestas allí por su propietario. Resistiendo al paso de los siglos, estas siete estrellas, esta piedra armera, que presidió la infancia y juventud del insigne paladín, se ha llevado intacta en el edificio en ruinas, del que se retiró recientemente para ser enviada como reliquia, recuerdo y ofrenda a Trujillo de Venezuela[7].

 

Después de casarse Diego García de Paredes padre con doña María de Sotomayor en 1517: “Empezaba Paredes una nueva vida. En su deseo de evitar motivos de rozamiento, al pequeño Diego, que era ya zagal, el dicho hijo natural, cuando se casó su padre, le tenía muy de ordinario en su hacienda y Casa de Campo de la torre. En aquella casona campera de la Torre de la Coraja, heredada del sobrino Hernando, instaló al bastardo no queriendo con la presencia de éste recordar a la joven esposa los olvidados amores con la Vargas”[8]. Con el pequeño bastardo y con sus fieles escuderos trujillanos, Diego vivió en la calma de su dehesa de la Torre de Corajo desde el regreso de Galicia, a mediados de 1520, hasta el verano del siguiente año. Una vez muerto Hernando Corajo, Diego tenía en Trujillo dos casonas solariegas, las de Paredes y Corajo, y otras varias más en la campiña[9]. Posteriormente, la heredad de Corajo pasó a Luis de Paredes, en el año 1561.

 

Esta casa fuerte, convertida en el siglo XVI en casa residencial, está construida en mampostería con refuerzos de sillares en las esquinas, algunos de época romana, sobre todo los que forman la base. La obra primitiva, es claramente, de la segunda mitad del siglo XIV.

 

La puerta de acceso se abre en arco de medio punto, aún se conservan las quicieras, se encuentra marcada entre dos torres cuadrangulares con aspilleras, y un muro ataludado en uno de sus ángulos. La entrada principal se adelanta ligeramente del almenaje en un voladizo corrido sustentado sobre pequeños canes graníticos. Desde aquí se accede a un zaguán destruido desde donde se da comunicación a un patio irregular donde se emplazaban las diversas habitaciones y cámaras de la fortaleza así como un aljibe en el sótano, añadiéndose crujías para alojar dependencias de servicio y pecuarias en la planta baja y residenciales en la superior. Una de las torres, utilizada como del homenaje, es cuadrangular es la pieza más destacada en un ángulo de la fortaleza. También aún subsiste una esbelta torre cilíndrica que jalona el recorrido de los muros y en cuyo frente destaca el escudo de los Paredes y Corajo. Las torres son altas, espaciosas y desahogadas en su interior

 

Resultan de gran capacidad defensiva los accesos al siguiente piso, que se alcanza a través de unas escaleras muy angostas embutidas en el muro, como corresponde a un edificio militar de su tiempo. Reafirmando el carácter castrense de la construcción con troneras dispuestas en los cubos una vida y recursos para el uso de la artillería, y dos matacanes, uno casi totalmente derruido, en cada flanco, conservándose las mensulas de la base, un claro ejemplo del rigor defensivo que impuso el programa constructivo de esta edificación militar y, asimismo, residencial, creando un fuego de volúmenesatractivos: torres cuadrangulares y redondas, recercos de ventanas y troneras. Eso sí, sin olvidar el aspecto macizo y cerrado de la construcción medieval. Es una construcción de aspecto recio, emplazada en una loma no muy pronunciada y que con el tiempo se han ido incorporando otras dependencias, tanto de tipo doméstico y residencial como de uso agroganadero.

 

Según Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros, en esta edificación campeaban las siete estrellas heráldicas de los Paredes, las armas maternas[10].

 

Tomás López en su obra sobre Extremadura del año 1798 menciona la edificación refiriéndose a Trujillo: “Su jurisdición, con dezmatorio, se esttiende en todo un circuito en unas parttes a dos leguas y en otras a tres y quattro, dentro de la que se hallan diferenttes casas de campo que son la de la Luz, Gaette, Ynfantas, Torreherroza, Tozuelo, Carrascal, Burdallo, Torre de la Coraja, Casa de Doña Catthalina, Casillas, Galocha, Pascual Ybáñez, Casa del Rollar, de la Mattilla, Rongil, Martín Rubio, Casa de Casco, Magasquilla y Solamilla, todas las quales anttiguamente eran casas de lavor, donde vivían en tiempo las principales casas de estta ciudad para promoberla y para la esquila de sus ganados lanares y oy esttán las más desierttas y reducidas a panaderías de serranos, de lo que probiene la decadencia y ruina de esta ciudad[11].

 

A mediados del siglo XIX Pascual Madoz, entre otros ejemplos de arquitectura residencial localizadas en los campos de Trujillo, hace referencia a esta edificación:

 

“(...) Los castillos y fortalezas antiguas, denominados Castillejos, en las alturas del río Almonte y camino que va desde Aldea Centenera a Solana; sólo existen pequeños restos del Castillejo de la Coraja, en la dehesa del mismo nombre, en lo interior de los montes de Tozo, a la izquierda del camino de Trujillo a Jaraicejo y derecha del río Tozo; hay restos de una casa fuerte, y se conserva una torre de bastante solidez, y alguna bóveda de cantería en las habitaciones bajas”[12].

 

BIBLIOGRAFÍA

 

LÓPEZ, T.: Estremadura. Por López, año de 1798. Edición preparada por Gonzalo Barrientos Alfageme. Asamblea de Extremadura, Mérida (Badajoz), 1991.

MADOZ, P: Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Publicaciones del Departamento de Seminarios de la Jefatura Provincial del Movimiento, Madrid, ediciones, 1847 (ed. de 1945, 4 vols).

MALDONADO ESCRIBANO, J: "Palacios, cortijos y casas de campo en las dehesas de Trujillo (Cáceres) desde el siglo XV al XIX". Actas de los XXXIV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2005, pp. 379-413.

MUÑOZ DE SAN PEDRO, M.: Crónicas trujillanas del siglo XVI. Manuscritos de Diego y Alonso de Hinojosa, Juan de Chaves y Esteban de Tapia. Publicaciones de la Biblioteca Pública y Archivo Histórico de Cáceres. Cáceres, 1952.

MUÑOZ DE SAN PEDRO, M.: Diego García de Paredes. Hércules y Sansón de España. Espasa Calpe, S.A., Madrid, 1946.

MUÑOZ DE SAN PEDRO, M y NECTARIO MARÍA, H.: El gobernador y maestre de campo Diego García de Paredes, fundador de Trujillo de Venezuela. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Fernández de Oviedo, Madrid, 1957.

RAMOS RUBIO, J. A.: Trujillo en la historia y en la literatura mundial. Comarca de Trujillo, 1997.

RODRÍGUEZ VILLA, A: Crónicas del Gran Capitán. Madrid, 1908.

 



[1] MADOZ, 1845, tomo II, 272. Y, en el tomo IV, 207, nos refiere: (...) las casas de campo de (...) Palacio Viejo (...). Los castillos y fortalezas antiguas (...). Torre de la Coraja, en la dehesa del mismo nombre, en lo interior de los montes de Tozo, a la izquierda del camino de Trujillo a Jaraicejo y derecha del río Tozo; hay restos de una casa fuerte, y se conserva una torre de bastante solidez, y alguna bóveda de cantería en las habitaciones bajas. (...)”.

[2] Idem.

[3] Manuscrito de Hinojosa, cap. XX, 61.

[4] Información de los hechos y grandes hazañas que hicieron los señores coronel Diego García de Paredes y Maestre de Campo su hijo natural de este mismo nombre, hecha en 1631 ante Juan González de Santiago, escribano de número de la ciudad de Trujillo. Archivo de los Condes de Canilleros. Asuntos de Trujillo, legajo 14, nº 33.

[5] Testamento de Hernando Corajo, otorgado en Trujillo, a 4 de octubre de 1513. Archivo de los condes de Canilleros, asuntos de Trujillo, leg. 9, núm. 25.

[6] MUÑOZ DE SAN PEDRO, 1952, 71 y 72.

[7] Retirado el escudo, con acta notarial, y traído al Ayuntamiento de Trujillo, el 18 de julio de 1956, una comisión, formada por el conde de Canilleros, jefe del linaje de Paredes; el alcalde de la ciudad y el duque de Montellano, hijo político del duque de Arión, dueño de la Torre de la Coraja, hizo entrega de él a una comisión venezolana, presidida por el Hermano Nectario María. MUÑOZ DE SAN PEDRO, 1957, 111.

[8] MUÑOZ DE SAN PEDRO, 1946, 359.

[9] Íbidem, 392.

[10] MUÑOZ DE SAN PEDRO y NECTARIO MARÍA, 1957, 111. Cit. MALDONADO ESCRIBANO, 2005.

[11] LÓPEZ, ed. de 1991, 441.

[12] MADOZ, 1945.

 

EL CASTILLO DE TRUJILLO

(CRONOLOGIA DEL MEDIEVO EN TRUJILLO)

 

 

Antes de estudiar artísticamente el castillo o fortaleza de Trujillo, conviene realizar una somera explicación histórica de la ciudad que es cuna de la hispanidad a partir de los textos de cronistas y viajeros de la época en cuestión.

 

 

 

TRUJILLO EN LOS TEXTOS DE CRONISTAS Y VIAJEROS MEDIEVALES

 

 

Relatan las crónicas antiguas que al fundarse alguna nueva ciudad, ésta se adscribía a una de las tribus antiguas de Roma. Tal caso sucedió con Mérida que fue adscrita a la tribu Papiria o Norba a la Sergia[1]. Siguiendo este planteamiento la franja territorial que desde Mérida se dirigía hasta Turgalium, y por el conocimiento de inscripciones con miembros de la tribu Papiria, nos están hablando de gentes emeritenses o dependientes de dicha ciudad. 

      Los visigodos aceptaron en gran parte la estructura romana, pero a medida que iba cambiando el sistema y desaparecía la organización municipal, se daba paso a la creación de "provincias-ducados", dentro de las que estaban los condados. Al mismo tiempo que se iban formando las provincias eclesiásticas. Mérida fue un ducado y en su capital residió un duque[2]. La provincia eclesiástica a la que perteneció Mérida fue la Lusitania y comprendía 13 obispados. En Trujillo existen los restos de una basílica visigoda tras muros de la Puerta de Coria.

      Tras la dominación musulmana y una vez llegado el siglo X, cuando toda la región fue nuevamente una cora dependiente del poder central, encontramos que la cora estaba compuesta por varias ciudades esenciales como Trujillo, Badajoz o Coria, que a su vez poseían su respectiva jurisdicción, de forma muy parecida a las épocas romana y visigoda.

        Realmente las fuentes árabes existentes sobre Trujillo son abundantes. Sabemos que en el año 881 hay una incursión de Alfonso III contra los Nafza, que ocupaban la zona, y que en el 317 de la hegira/929-30 de C. se nombra gobernador militar de Trujillo a Ahmad Ibn Sakan[3]. Con el estudio de todas las alusiones que hay sobre Trujillo en fuentes medievales, los datos históricos avalan una fecha de construcción del castillo de Trujillo en los años finales del siglo IX, merced también a la existencia de varias lápidas funerarias existentes en la ciudad.          Estas referencias históricas sobre Trujillo unidas al esquema netamente oriental de la planta del edificio principal árabe en nuestra ciudad (típico de los castillos omeyas), a un aparejo similar al oriental y al del Conventual emeritense -la fortificación islámica más antigua fechada en España, en el año 835 d. C.-, todo ello, aunado con el esquema elemental de las puertas de acceso (de proporciones de primera época), permiten fechar este castillo a finales del siglo IX en el caso de que sea posterior al modelo emeritense.   

     La Crónica Anónima es las más antigua crónica hispanoárabe conservada, abarca los dieciocho primeros años del gobierno de Àb-al-Rahman III, o sea desde el año 912 a 929, que corresponden a la pacificación de las coras y la restauración de al-Andalus. El manuscrito nos refiere lo siguiente sobre Trujillo: "Ahmad Ibn Sakan, gobernador de la ciudad de Taryala"[4]. L. Molina considera que la Crónica es un resumen del Muqtabis[5]. La obra no menciona a ningún autor, ni ofrece fecha de ejecución, aunque podíamos fecharla en el siglo X, e incluso el prof. García Gómez nos facilita la posible autoría del manuscrito en Abu Bakr AL-HASAN Ibn Muhammad Ibn Mufarrity al-Ma`afiri, conocido como al-Qubbasi[6].

 

      El cordobés IBN HAYYAN (987-1076), está considerado como el mayor historiador de la Edad Media hispánica, de él nos ha llegado en fragmentos la obra citada al-Muqtabis que recoge la historia anterior a su época. En el 288/901, murió al-Mahdi Ibn al-Qitt, de la tribu de Qurays, en Nafza. Este personaje se relacionó con nuestra zona, como se observa en el relato que Ibn Hayyan toma de Ibn Ahmad[7], quien dice haberlo tomado de puño y letra del califa al-Hakam al-Mustansir bi-l-Lab: " Ibn al-Qitt envió sus emisarios y cartas que entraron en Trujillo, Mérida y Toledo y otros lugares de la frontera, en los que se aprestaron a seguir su causa y a formar un gran ejército con el que atacó Zamora..."[8]. Todos los años hay sustitución de gobernadores, "...en el año 319/931 fue gobernador de Trujillo BAra`bn Muqatil"[9].  Tiene un gran valor pues nos transmite una historia fiable por la buena selección que hizo de sus fuentes como son las dos al-Razi, Arib bn Sa`d, Aslam b. `Abd al-Aziz, Muhammad al-Warraq, Ibn al-Yazzar, Faray b. Sallam, etc.[10].

 

       El códice arábigo que se titula Libro que contiene cosas curiosas acerca de las excelencias de la gente de almagrib, es obra del cronista ABEN-ZAID, que vivió en tiempos del rey Fernando III, y nos refiere una noticia curiosa pues ya cita a uno de los primeros poetas de la historia que nació en Trujillo en el siglo XI y destacó en la corte de Badajoz, reinando en ella Abu-Beer Mohamed, que sucedió a su padre el 30 de diciembre de 1045: "Trujillo es una de las ciudades notables del norte. De ella era Abu-Mohamed Abdala, hijo de Albolón, uno de los poetas de Almotafir Abenalaftás, rey de Badajoz".  Este es el rey que tomó el pomposo título de Motafir (el victorioso por Alá) y se hizo célebre por su enemistad con el rey de Sevilla Motahid, y por su mucha erudición, prudencia y fortaleza de ánimo, según escriben de él Alkabit y Aben-Kaldún, por quienes sabemos también que escribió una obra histórica de cincuenta tomos[11].

 

       Encontramos referencias de Trujillo en  Abu-Abd-Alla Mohamed AL-EDRISI[12], de la familia de los Hamuditas, que habían tenido la soberanía de Málaga hasta la muerte de su bisabuelo Idris II (año 1055),  que fue un geógrafo árabe cuya obra fue famosa en todo el mundo musulmán. Entró al servicio del rey cristiano Rogerio II de Sicilia, para auxiliarle en sus investigaciones geográficas e hizo su panegírico[13].  Murió en la segunda mitad del siglo XII[14].

      Europa conoció la obra del árabe por un breve compendio que de ella se hizo y se publicó en Roma, en 1592, en la imprenta de los Médicis[15]. En España, EDUARDO SAAVEDRA amplió y corrigió las versiones de la obra del Edrisi en una serie de artículos insertos en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid[16], publicados posteriormente en un volumen aparte, con el título de La Geografía del Edrisi[17].

      La descripción que hace El-Edrisi de Trujillo es la siguiente: "De Medellín a Taryalah (Trujillo), dos jornadas cortas. Esta última villa es grande y parece una fortaleza. Sus muros están sólidamente construídos y hay bazares bien provistos. Sus habitantes, tanto jinetes como infantes, hacen continuas incursiones en el país de los cristianos. Ordinariamente viven del merodeo y se valen de ardides"[18]. Las referencias que nos ofrece de la ciudad revelan que era una de las principales de Extremadura en la época de los almohades; y la importancia estratégica de ella, dimana de que en aquel tiempo los árabes y los cristianos invadían a diario el campo enemigo para robar, talar y destruir, por lo cual los lugares pequeños estaban indefensos y sus moradores se concentraban en las poblaciones fortificadas. Esta misma manera de vivir que tenían los árabes en Trujillo, entregados al merodeo y las excursiones y adiestrados en ardides, sorpresas y asaltos, la tenían también los cristianos de la frontera leonesa. La conservación de las poblaciones conquistadas era muy difícil, por tenerse que guerrear a diario con los árabes. Los moradores estaban interesados en la defensa de la población; pero como el temor a que el enemigo atacase los campos y la necesidad de estar siempre apelando a las armas hacían imposible el cultivo agrícola, la propiedad comunal del suelo era la que preponderaba y con ella la riqueza pecuaria, que se manifestaba en las vacadas concejiles y la ganadería en común. Por tanto, el bandolerismo tenía su mejor baluarte en la frontera.

 

      El historiador y geógrafo del siglo XII Muhammad Ibn Ayyûb Inb GALIB AL-GARNATI, que vivió en Granada, donde estuvo al servicio de su gobernador, en su obra Farhat al-anfus fi ajbar al-Andalus (Alegría de las almas, acerca de la Historia de al-Andalus), nos refiere: "A la cora de Mérida pertenece Taryalah (Trujillo), que dista de Córdoba seis jornadas"[19]. En la Crónica anónima Dikr Bilad al-Andalus, editada y traducida por L. Molina, nos refiere también que Mérida dominaba numerosas ciudades y amplios distritos, entre los que se encontraban las ciudades de Trujillo, Zamora, León, Tudela, Tarazona y Fuente de Cantos[20].

 

      El escritor árabe oriental Abu ´Abd Allah Yaqut Ibn ´Abd Allah AL-HAMAWI, nacido en el año 1179 en Hama, fue esclavo de niño y fue llevado a Bagdad en donde ejerció el oficio de comerciante, murió en el año 1229, recoge la forma Turyila para referirse al topónimo "Trujillo": " Turyila es una madina en al-Andalus del `amal de Mérida, entre ella y Córdoba hay seis días a oriente y seis días entre ella y Zamora en el país de los cristianos. Conquistada en 1165"[21]. Se refiere a la conquista cristiana de Trujillo el 15 de abril de 1165 por Geraldo Sempavor. En el año 1169 Geraldo cae prisionero y para su rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa Cruz y Monfragüe a Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a quien llaman Señor de Trujillo, y que se constituyó en un señorío venido después a manos castellanas. Por su parte, el cronista Ben-Sahibis-Salat contemporáneo de estos sucesos, nos refiere muy sumariamente: "En Yumada segundo de la hegira 560 fue sorprendida la ciudad de Truxillo, y en Diskada, la notable villa de Jeburak. También la población de Cazeres en Safar de 561, y el castillo de Muntajesh en Yumada y los fuertes de Severina y Felmanuyyah"[22]. La fecha de la toma de Trujillo es clara pues comenzando la hegira 560 el 18 de noviembre del año 1164, la luna de Yumada 1º tuvo que comenzar antes de mediar el mes de abril del año 1165, y si la ciudad fue ganada por sorpresa no hubo necesidad de emplear en ella una semana. Aunque el cronista árabe refiere tan sumariamente estas conquistas, no ha de entenderse que Ebora fue ganada por el mismo rey que tomó a Trujillo, Cáceres y Montánchez, pues consta por el Cronicón lusitano, llamado también Crónica de los godos, que la toma de Ebora fue empresa exclusiva de Gerardo[23].

 

      ABD AL-MALIK b. Muhammad b. Ibn Sahib al-Sala, natural de Beja, nos informa en su obra al-Mann bi-l-imama àlá-l-mustad`afin bi-an ya`alhum Allah al-a imma wa-ya`alahum al-waritin (El don del imamato para los que no merecieron que Dios los colocase como imames y los puso como como sus herederos y la aparición del iman al-Mahdi de los Almohades), de la que solo se ha conservado el segundo volumen (1159-1173)[24], lo siguiente: " En el año 563/17 de octubre de 1167 a 4 de octubre de 1168, el jefe cristiano Fernando (se refiere a Fernando II), señor de Taryala (Trujillo), célebre entre los cristianos por su linaje y valor, pariente por afinidad de Alfonso, el rey pequeño, señor de Toledo, llegó a Sevilla en el mes de ramadám del citado año/10 de junio a 9 de julio 1168, él y sus hermanos, con el deseo de hacerse servidor del Amir al-Mu`minin, después de abandonar la compañía de los infieles. Los almohades de Sevilla pidieron permiso a su majestad el Amir al-Mu`minin en marrakus, y se le permitió que llegase allí con sus acompañantes y hermanos que venían con él, y permaneció en la capital excelsa cinco meses bajo las banderas del poder excelso, favores y donativos considerables y provisiones garantizadas. Se ablandó su corazón con los grandes regalos, hasta que casi se islamizó y prometió a Dios ser fiel consejero del poder con el mejor servicio, y se sometió y garantizó que no raziaría el país de los almohades y que sería para ellos un sostén y aliado de los musulmanes. Se marchó bajo estos bienes y esta reconciliación completa de él con seguridad, mandando el poder supremo darle donativos a él y a sus hermanos y compañeros unidos a los almohades, todos los meses, como se hizo"[25]. Este cronista también nos explica la traición de Giraldo a la ciudad de Trujillo en el mes de yumada al-tani del año 560/15 de abril al 13 de mayo de 1165[26].  El 15 de abril de 1165 tiene lugar la toma de Trujillo por Geraldo Sempavor. Geraldo caerá prisionero en 1168 y para su rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa Cruz y Monfragüe a Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a quien llaman Señor de Trujillo, y que se constituyó en un señorío venido después a manos castellanas. También encontramos referencias acerca de estos acontecimientos históricos en la obra Kitab al-ibar  del gran sociólogo, filósofo e historiador de Túnez IBN JALDUN, que fue una de las más fuertes personalidades de la cultura árabo-musulmana en su ocaso[27].

 

      Abul-l-Abbas Ahmab b. Muhammad b. IDARI AL-MARRAKUSI, historiador magrebí del que solamente conocemos que vivió en la segunda mitad del siglo XIII, nos refiere lo siguiente en su obra Bayan al-mugrib fi ijtisar ajbar muluk al-Andalus wa-l-Magrib: "En el año 178 (de la hegira)/ 794 entran en Trujillo los beréberes que huyeron de Takurunna"[28]. También, nos relata la traición de Geraldo para apoderarse de las ciudades, y como ayudó a Ibn al-Rink contra los musulmanes: "Traicionó Giraldo en su primera traición, la ciudad de Trujillo en el año 560/1165, luego la de Evora en du-l-qa`da de ese año y se la vendió a los cristianos; luego traicionó la de Cáceres en safar del año 561/diciembre-enero de 1166".[29]

      El 14 de junio de 1196 al-Mansur se dirigió hacia norte, desde Sevilla, avanzando en dirección al castillo de Montánchez con un gran contingente de andaluces, pues era una de las fortalezas de mayor elevación, renombrada por su situación estratégica. La rodeó e inició el ataque. El día 16 de junio los habitantes del castillo se acogieron a la sumisión, colgándose a la cuerda del Iman. Fue también evacuada la ciudad de Trujillo -tal y como nos cuenta Idari al-Marrakusi-  "sin asedio, y sopló el viento de la victoria por aquellos distritos y aquellas regiones...Se renovó en estos castillos la invocación al Islam"[30].

 

      AL-HIMYARI, escritor norteafricano del siglo XIII nos habla en su obra Kitab al-rawd al-mi´tar fi jabar al-aqtar de"Taryaluh (Trujillo) ciudad de al-Andalus, es un hisn inexpugnable, tiene murallas y mercados activos. Sus caballeros e infantes pasan su vida emprendiendo correrías contra el país de los cristianos, y se dedican a ejercer el bandolerismo y el fraude. En el año 630 de la hegira/ 1232-1233, vinieron los cristianos y la sitiaron. Salió hacia ellos Muhammad bn Yûsuf bn Hûd buscando una ocasión para atacarles por sorpresa, pero no le fue posible y partió a Sevilla. Hizo etapas hacia Taryaluh, pero le llegó la noticia de la toma de esta ciudad por los cristianos y volvió a Sevilla. Cayó Taryaluh en poder de los cristianos en rabi al-awwal de este año/diciembre 1232- enero 1233" [31]. 

 

          Las dos crónicas que, desde AMBROSIO de MORALES que fue el descubridor y primer copista de ellas[32], llamamos Anales Toledanos[33], son una fuente histórica muy utilizada por los historiadores, aunque su redacción es algo tardía (comienzos del siglo XIII). Es una fuente muy conocida por su inclusión en la España Sagrada del P. Flórez, y con notables excepciones de Gómez Moreno (Anales Castellanos, R. Academia de la Historia, 1917), Julio González (Repoblación de Castilla la Nueva, 1975), Recuero Astray (Alfonso VII, Emperador, 1979) y Terrón Albarrán (El Solar de los Aftásidas,1971 y, Extremadura musulmana, 1971) no es frecuente que se utilicen como fuente algunas de las 331 noticias contenidas en ellos. Y esto a pesar de que hay sucesos que sólo se contienen en ellos y se recogen más exactitud que en otras crónicas medievales[34] y que seguidamente citaremos.

     La conquista de Trujillo por los cristianos coincide con un momento de crisis y descomposición de los reinos árabes del Al-Andalus. Así, el rey de Castilla, Alfonso VIII, después de conquistar el lugar de Ambroz y fundar allí la ciudad de Plasencia, entró en Trujillo el año 1186. Intentando atraer a las Ordenes Militares para asegurarse la plaza y la frontera, concedió la mitad de los diezmos de la ciudad y su tierra a la Orden de Santiago.

      En el mes de abril de 1186, la ciudad de Plasencia era un enclave importante para las empresas ulteriores del rey Alfonso VIII, y se hallaba en esa fecha en Trujillo, lo que prueba que la había conquistado a los árabes, estando allí el monarca castellano otorgó privilegio a la Orden de Santiago, cuyo Maestre era entonces Fr. Fernando Díaz, por el cual "le hizo donación de la mitad de los diezmos pertenecientes a la Corona en todas las rentas de Trugello, tanto de la agricultura como de las demás materias contributivas, y de la mitad de las tercias de las iglesias de Trugello y sus términos, que se poblaron desde Tajo hasta Guadiana, y la mitad de los derechos que corresponden al Obispo". En la data del documento se lee: "Facta carta apud Trugellum, Era MCCXXIIII et XI kalen, Madri"[35].  Por tanto, entre las crónicas cristianas que citan a Trujillo tenemos el Bullarium ordinis militiae de Alcántara , que la denomina como "la villa de Trugello" y de forma adjetivada "truxillensi"[36], el Bullarium equestres ordinis sancti Iacobi de Spatha, la refiere como "Trugellum"[37].

      No puede negarse en esta donación el deseo que tenía el rey Alfonso de atraer a la Orden de Santiago hacia la comarca de Trujillo, a fin de que la repoblase y defendiese de las correrías de los árabes. Pero, todavía a otra orden, la de San Julián del Pereiro, la estimuló a establecerse en Trujillo y fundar allí una casa para cuyo sostenimiento la hizo donación de la villa de Ronda, sita en la comarca de Toledo. En el documento se llama a don Gómez "Maestre Truxillense"[38]. En la bula de Clemente III por la cual se erigió el Obispado de Plasencia[39], se dice que la nueva diócesis ha de abarcar, conforme a lo solicitado por el rey de Castilla, todos los lugares concedidos a la nueva ciudad y los que se han agregado, de Trujillo, Medellín, Santa Cruz y Montfragüe, con todos sus términos y pertenencias[40].

       En el año 1195, y continuando con esta política, el monarca donó a la de San Julián de Pereiro, además de otras, la villa y castillo de Trujillo.

      En marzo de 1195, el mismo Alfonso VIII, continuando con su interés de atraer a las Ordenes Militares a la frontera, con objeto de defenderla contra los árabes, hizo donación "al convento de los freires de Truxello y a su Maestre Don Gomez, de la villa y castillo que llaman Turgello, la villa y castillo que llaman Albalat, situado en la rivera del Tajo, y el castillo que llaman Santa Cruz cerca de Trugello y situado en el Monte Arduo, y otros dos castillos, de los cuales el uno se llama Cabañas y el otro Zuferola"[41].Para la fortificación y perpetua subsistencia de estos lugares y castillos, les concede la pensión de tres mil áureos anuales sobre la renta de la Greda de Magán, que habría de pagarles el Almojarifazgo[42].

      Sin embargo, los almohades, habiendo vencido al rey castellano en la batalla de Alarcos -1196-, se dirigieron hacia la frontera oeste, conquistando Montánchez, Santa Cruz, Trujillo y Plasencia. 

      En el año 1196, los reyes  Alfonso VIII de Castilla y Sancho I de Portugal estaban unidos contra una liga formada por  Alfonso IX de León[43],  Sancho VII de Navarra y el emir almohade Yacub. Salió este de Sevilla por la vía de Mérida y tras tomar Santa Cruz, Trujillo y Plasencia, marchó luego hacia la comarca de Talavera[44]. Por tanto, volvió Trujillo de nuevo a caer en manos almohades, como también recogen los Anales, produciéndose las consecuencias del profundo repliegue cristiano y las numerosas conquistas extremeñas de los árabes. Esta conquista nos la relata el cronista árabe Ibn Abi Zar Abul-l-Abbas AHMAD AL-FASI -del que se sabe que murió en Fez en el año 1310)- en su obra Kitab al-anis al-mutrib bi-rawd al-qirtas fi ajbar muluk al-magrib wa ta`rij madina Fas, conocida como Rawd al-Qirtas: "En el año 1196 se produce la toma de al-Balat y Trujillo"[45].

      Con motivo de haber celebrado treguas el rey de Castilla con el almohade, transcurrieron quince años sin que pensasen los cristianos en proseguir la reconquista entre el Tajo y el Guadiana; pero ya en el año 1211, el rey  Alfonso VIII, que deseaba romper las hostilidades y había procurado dar pretexto para ello fundando en la frontera el castillo de Mora, estando con su hijo el infante  Fernando en expedición, le ordenó que hiciese una razia por Extremadura, y entonces fue cuando el infante recorrió las comarcas de Trujillo y Montánchez, regresando a Toledo en el mes de agosto[46].

      Estando sitiado por los almohades el castillo de Salvatierra, junto al actual de Calatrava la Nueva, intentó Alfonso atacar hacia el occidente de al-Andalus desde la sierra de San Vicente, para que cesase el sitio acudiendo a socorrer las tierras extremeñas. Envió a su hijo y heredero en "fonsado" hacia Trujillo y Montánchez, pero el califa hizo caso omiso y Salvatierra siguió cercada, conquistándola al fin. Y el infante tuvo que regresar sin conquistar nada. Tres meses después, el que hubiera sido Fernando II de Castilla si hubiera vivido, fallecía en Madrid, donde ya estaban su padre y el ejército ocupando su puesto sucesorio su hermano menor Enrique I, que fallecería por accidente en 1217. Por ambos fallecimientos resultó heredera doña Berenguela y, al morir Alfonso IX de León, heredó ambos reinos el que sería apodado el Santo, Fernando III, hijo de este rey y de su segunda esposa.

      Cáceres fue conquistada el 23 de abril de 1229, al mes siguiente se hallaba  Alfonso IX en Galisteo, donde procuró aquietar a la Orden de Santiago, que se creía con el derecho a poseer la villa de Cáceres por habérsela donado en otro tiempo  Fernando II, pero deseaba don Alfonso que la población fuese de realengo, y a tal efecto la señaló un vasto término y concedió fuero de población, y en trueque de los derechos eventuales que aducía la Orden de Santiago, donó a esta las villas de Castrotoral y Villafáfila, con 2000 maravedís, y así mismo le prometió que si algún día lograba conquistar a Trujillo, Santa Cruz y Montánchez, le haría donación de alguna de ellas[47].

      Trujillo era un peligroso entrante musulmán en la zona alta de Extremadura, especialmente para la vecina Plasencia, aunque el Tajo sirviera de frontera. Ampliado ya el reino leonés con Cáceres, Montánchez y Mérida, una expedición dirigida por el Maestre de Calatrava Gonzalo Yáñez y el obispo de Plasencia don Adán, sitiaron a Trujillo, con ayuda también de los santiaguistas y del Pereiro (después Alcántara). Acudió en auxilio de los sitiados el rey de Murcia, intentando atacar por sorpresa; no lo logró y volvió hacia Sevilla. Una segunda petición de los cercados le hizo volver, pero en el camino supo de la rendición. El avance fronterizo sería esta vez definitivo. Hemos de hacer un inciso para aclarar el origen de la Orden de Alcántara, citada anteriormente.

      Fueron los primeros fundadadores de los Caballeros de Alcántara dos caballeros salmantinos, don Suero Fernández Barrientos y su hermano don Gómez, que consagraron su vida a Ia defensa de los cristianos en la frontera del reino de León contra los moros de Extremadura, y construyeron para este fin una gran fortaleza próxima a la ermita de San Julián del Pereiro, cerca de Ciudad Rodrigo. Sucedía esto hacia 1156, según fray Angel Manrique en los Annales Cistercienses[48]. Pocos años después, a ruegos de Suero Fernández, los caballeros que obedecían a este primer maestre recibieron de Ordoño, obispo de Salamanca, una Regla semejante a la de Calatrava, que fue confirmada en 1177 por el papa Alejandro III.              Llamábanse "Freires de San Julián deI Pereiro" cuando en 1211 conquistaron Trujillo, villa que les fue cedida por Alfonso VIII, se denominaron Caballeros de Trujillo, pero el nombre definitivo les vino de Alcántara, en la provincia de Cáceres cuando recibieron de manos de los calatravos aquella plaza fuerte, lo cual aconteció siendo maestre don Nuño Fernández, en 1213[49]. Hubo entonces un pacto entre ambas Ordenes militares de fiIiación cisterciense, y los de Alcántara se sometieron para en adelante a la visita canónica del maestre de Calatrava, lo cual no produjo sino disensiones y aun luchas sangrientas. La cruz que llevaban sobre el manto blanco era la misma flordelisada de Calatrava, pero de color verde[50].

 

      Los  Anales Toledanos (Segundos) citan su reconquista el 25 de enero de 1232[51], Trujillo es incorporado a la corona de Castilla por Fernando III[52]. Fue después encomienda de la Orden de Alcántara. Además de éstos, entre las crónicas cristianas que citan a Trujillo, destacando sobre todo el castillo como esencial baluarte defensivo, tenemos la Primera Crónica General de ALFONSO el Sabio[53].

      El  Maestrescuela CORREA ROLDAN recoge el testimonio de los Anales que tiene la ciudad de Toledo, que son de mucha autoridad, porque, según el estilo de ellos, se escribían las cosas cuando pasaban. En el mismo sentido se pronuncia JUAN de MARIANA. En memoria de este acontecimiento, y como acción de gracias a la virgen, a la que se atribuyó el éxito de las tropas cristianas, los trujillanos levantaron una ermita  a Nuestra Señora de la Victoria, a la que nombraron Patrona de la entonces Villa[54]. El obispo de Plasencia  según escribe Correa y  Roldán era don Domingo, el cual murió dende a pocos días. De hecho, el último día de febrero de 1232 estaba ya vacante la diócesis de Plasencia, según consta en un privilegio concedido por Fernando III en esa fecha a la iglesia de Santiago, donde dice: "La iglesia de Plasencia vaca". Algunos, sin embargo, afirman que falleció en 1231, apoyándose en el Obituario inédito de Toledo, por lo que en ese caso no pudo participar en la conquista de las tierras trujillanas.

        Trujillo fue entregado provisionalmente a las Ordenes Militares, en 1234 Fernando III hizo a la villa de realengo, quedando, por tanto, incorporado a la corona por el interés que tenía.

            Superada la Reconquista y para fomentar su repoblación, se otorgaron privilegios a los caballeros participantes en las campañas militares, confirmándose el derecho sobre sus propiedades con el Fuero otorgado por Alfonso X en 1256[55]. Por éste, Trujillo se convierte en una villa libre, vinculada a la Corona definitivamente.

            Desde entonces se asentaron los primeros repobladores en Trujillo dando lugar a los linajes más antiguos de la ciudad: Añascos, Altamirano, Bejarano, Chaves, Orellana, Escobar, Pizarro, etc. Estos nobles que, además de sus propiedades territoriales, ostentaron los oficios concejiles y el gobierno de Trujillo, dominaron la vida ciudadana, y, además, a través del Fuero mencionado anteriormente, obtuvieron el privilegio de no pechar al poseer "casas con gran población, además de caballos y armas".

      Hay en la historia interna de Extremadura un período de intensa inquietud, de lucha fratricida, que llena varios años de la segunda mitad del siglo XV, provocada por la rivalidad de Gómez de Solís y Alonso de Monroy, disputándose el maestrazgo de la Orden de Alcántara. Es, por tanto, un episodio ligado a la Historia mundial, y con encaje en el marco de turbulencias que provoca el reinado lamentable de Enrique IV de Castilla. Son trujillanos los que luchan por una dignidad extremeñísima[56]. Cuando la región forjadora de los grandes conquistadores aún no había lanzado a sus paladines fuera de la región.

      Los cronistas que escribieron sobre la vida extremeña, los literatos que buscaron inspiración en sucesos del pasado, con frecuencia suelen referir o cantar la guerra entre Solís y Monroy[57], siendo importante la relación hecha por TETZEL  en Viajes por España[58] y el manuscrito del año 1543 de DIEGO de HINOJOSA titulado Genealogía de los Hinojosa, en donde nos da referida cuenta de la rivalidad entre ambas familias, "...en Trujillo, viejo e histórico baluarte de levantisca nobleza, asentaron su solar los Hinojosa, en tiempos de Alfonso XI. El propio rey trajo en su compañía, desde Toledo, al primero que vino a esta villa extremeña, Alonso Alvarez de Hinojosa, al cual dejó allí como alcalde de Alcázar y Justicia Mayor"[59]. Tantas grandezas tenían los Hinojosa y tan reconocidos eran en el reino que en el interesante Memorial de la calidad y servicios de la Casa de D. Alvaro Francisco de Ulloa que compuso el erudito PEDRO de ULLOA GOLFIN -aunque aparece autorizado por el cronista José Peciller como si fuese el autor- nos comenta lo siguiente: "Francisco de Hinojosa era un caballero muy principal de Truxillo"[60], y del que se cantaba en romances, anunciando los festejos nupciales por toda Extremadura: "Casa una hermana el Maestre/ con un caballero joven,/ que en el solar de Trujillo/ Francisco de Hinojosa, es noble./ Van llegando caballeros,/ prevendados, ricos-homes,/ para rendir pleitesía/ que a tal señor corresponde[61]. Por todo Trujillo sonó una alegría bullanguera y deambulaba una heterogénea multitud endomingada.

      Es una aportación útil a la historia extremeña, en un interesante período de fin de época, cuando el medievo ascético y feudal se encaminaba a desembocar en las luminosidades estéticas e inquietantes del Renacimiento, cuando el impreciso concepto de lo estatal va concretándose para ir desde la atomización de los pequeños Estados hacia las grandes nacionalidades[62].

      Quizá los hechos más significativos que sucedieron hasta 1430, año en que Juan II otorgó el título de Ciudad a la entonces villa -a instancias del Condestable de Castilla,  Alvaro de Luna, primer Duque de Trujillo-, fueron, por una parte, las rapiñas y asaltos de los Golfines, bandoleros que después de obtener grandes riquezas se ennoblecieron, asentándose en la ciudad de Cáceres; y, por otra, los bandos o facciones nobiliarias del reinado de Pedro I el Cruel, banderías que no alcanzaron las cotas sangrientas de otras ciudades castellanas.

            El monarca Juan II, además de otorgar el título de Ciudad en 1430 a Trujillo como ya se ha dicho, concedió el título de Primer Duque de Trujillo a D. Alvaro de Luna, título concedido, nuevamente, por Enrique IV a D. Diego López Pacheco, Marqués de Villena, en 1469, que defendía los intereses sucesorios de la Beltraneja, viviendo así la ciudad durante este siglo una serie de períodos de dominio feudal.        Con la muerte del rey Enrique IV el 11 de diciembre de 1474, surgen en el Consejo Real diferentes  bandos a favor de los candidatos rivales a la sucesión. Por un lado, Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque y el conde de Benavente apoyaban a Juana, a la cual Enrique proclamó como  heredera suya en 1470, según el cronista del Rey, ENRIQUEZ del CASTILLO en sus Memorias de Enrique IV[63].     Por otro lado, la familia Mendoza, incluido el Cardenal  Mendoza se habían unido a los partidarios de Isabel. Esta contaba su reconocimiento como heredera desde 1468 para oponerse a la proclamación como tal de Juana. Aquélla consiguió aventajarla al ser proclamada reina en Segovia antes de que el cuerpo del rey Enrique IV fuere sacado de Guadalupe vestido aún con las sencillas ropas con las que había muerto[64].

       El 27 de diciembre de 1475, el almirante de  CastiIla, el hermano del cardenal, Santillana, y su otro cuñado, el duque de Albuquerque apoyaron a Isabel correspondiendo a algunas concesiones. Nadie parecía desafiar a Isabel. En febrero, casi todas las ciudades de Castilla la habían reconocido como reina. Juana sólo tenía doce años, y no tenía marido que oponer a Fernando, quien se había reunido con Isabel en Segovia el 2 de enero de 1475[65].

          Pero, la situación era muy problemática ya que muchas regiones habían dejado de obedecer a la corona. La guerra civil había devastado a Andalucía. Galicia se hallaba libre de la Corona al igual que Murcia. La clave del problema estaba en manos del marquesado de Villena que comprendía casi la totalidad de la provincia de Albacete y  zonas de Toledo y Murcia, también, retenía las ciudades claves de Madrid y Trujillo. Pero lo más importante era el hecho de que tenía en su poder a Juana, la rival de Isabel, Fernando e Isabel confirmaron la posesión de sus tierras y rentas a Villena, e incluso el cargo de maestre de Santiago[66].

      Villena se negó a soltar a Juana a menos que antes se hubiera casado con un príncipe extranjero. Fernando e Isabel nunca accedieron a tal matrimonio. Poco después ofrecieron al lugarteniente de Villena en Trujillo, Pedro Baeza, el título de conde, 1.500.000 maravedíes y 4.000 vasallos a cambio de la entrega de Juana. Villena se mostró desinteresado[67]. Consideraba tenia el deber de proteger a Juana y de verla regiamente casada. Existían partidarios de Juana en toda Castilla, desde Zamora, Burgos y Asturias en el norte, hasta Ciudad Real, Cáceres, Jaén, Carmona y Sevilla en el sur, pasando por Salamanca, Avila y Segovia[68].                                        

  El 8 de enero de 1475, ya había decidido casarse con doña Juana e invadir Castilla, Alfonso V de Portugal, según el cronista RUI DE PINA en su Chronica d`El Rei D. Alfonso V[69]. A tal fin busco la ayuda de Francia. Los Reyes Católicos fueron salvados de ser atacados por ambos lados, gracias a las dilaciones de sus adversarios, y a su propia diplomacia exterior.  A mediados del año 1475, Extremadura y la mayor parte de Castilla la Nueva se hallaban en manos de nobles juanistas, también Villena y el maestre de Calatrava. Una lista de nobles facilitada por Villena, los que se suponía que estaban dispuestos a apoyar a Alfonso si invadia Castilla, incluía al marqués de Cádiz, que controlaba Jerez, y a Alfonso de Aguilar, el hombre más poderoso de Córdoba. En 1476, sólo la mayor parte de León y de Castilla la Vieja eran manifiestamente leales a los Reyes Católicos.

  Se desposó con la niña Juana , Alfonso V en Plasencia, donde fueron proclamados reyes de Castilla. Pero la proclama no provocó un gran apoyo en Castilla pues Isabel tenía el apoyo de ciudades importantes como Burgos y Toledo. Surgiendo numerosas luchas intestinas desde junio de1475.Fernando e Isabel se hallaron ante la imposibilidad de continuar luchando con Francia por el Rosellón y la Cerdaña. Luis XI, habría podido proseguir la guerra, pero estaba interesado en una posible expansión en Borgoña, lo cual le hizo perder la oportunidad de evitar la ascensión de España a rival de Francia en Europa. En 1477, se renovó la tregua con Francia y el 9 de octubre de 1478 se firmó con ella un tratado de paz, teniendo como escenario el Palacio de Luis de Chaves en Trujillo. Esta paz entre Francia y Castilla se mantendría hasta 1494. La muerte de Juan el 19 de enero de 1479 extendió la paz a Aragón, celebrándose los funerales en la parroquia de Santa María la Mayor de Trujillo[70].

      Al abandonar oficialmente su alianza con Borgoña, Fernando hizo otra cesión importante. En compensación, Francia abandonó Portugal. El Papa Sixto IV revocó la dispensa que había otorgado, bajo la presión francesa para el matrimonio de Alfonso y su sobrina Juana[71].  Aunque con muchos menos aliados, Alfonso se vio obligado a seguir luchando, sobre todo para asegurar el monopolio portugués del comercio con Guinea. Su heredero, el príncipe Joao, se opuso a una segunda invasión de Castilla, dirigiendo sus propósitos hacia la paz, que se hizo efectiva el 4 de septiembre de 1479. Por su parte, doña Juana nunca abandonó las pretensiones de llegar al trono de Castilla. Isabel vivió con esa amenaza el resto de su vida.

      La relación que tuvieron los monarcar católicos con Trujillo parte en el mismo momento en que los Reyes cifran su anhelo en perfeccionar la unidad geográfica, política y religiosa de las tierras y los hombres de la Patria, imprescindible para hacer fecunda la empresa de civilización y conquista del Nuevo Mundo, que presentían en el alborozo de sus entrañas.

                  Realizando un recorrido por la rica historiografía que tiene como base la presencia de los Reyes Católicos en Trujillo, el zoriteño DOMINGO SANCHEZ LORO nos relata lo siguiente en su obra Relación del descubrimiento del río Amazonas: "Vivían en Trujillo Fernando e Isabel, en el palacio de Luis de Chaves, cuando acordaron unificar sus reinos y llamarse en lo sucesivo Reyes de España. Luego, para evitar suspicacias entre los vasallos, vino aquel lema TANTO MONTA". Por tanto, en el recinto palaciego de los Chaves fue concebida la unidad de España[72]. Es la hora de plenitud histórica para los trujillanos que partieron en masa de la ciudad hacia el Nuevo Mundo. Plasmando en América jirones del ser hispano: Orellanas, Pizarros, Paredes, Loaisas y Vargas; cuyos hechos gloriosos pasaron los límites de la más loca fantasía. Como parece lógico, Trujillo es un topónimo frecuente en todo el hemisferio hispanoamericano. En Cuba aparece referido a dos poblaciones de la provincia de la Habana y de Pinar del Río. En la República Dominicana, en la provincia de Duarte. En Puerto Rico, En Guayana. En México, en el estado de Jalisco. En EE.UU, en Nuevo México. En Guatemala, en el departamento de Santa Rosa. En Nicaragua, en el de Managua. En Perú, en los departamentos de Huanuco y San Martín. Y en Colombia, en el departamento del valle de Cauca.

      La mayoría de los historiadores modernos y antiguos, entre los que se encuentra FRANCISCO de HINOJOSA, con su obra Extremadura en el siglo XV, coinciden en afirmar que en 1474, era señor de Trujillo don Diego López Pacheco. Enrique IV le encomendó que cuidase a su hija la Beltraneja. Las Cortes aclamaban a la hermana del rey, doña Isabel; más con la tercería de don Diego, se concierta en Trujillo el enlace de doña Juana la Beltraneja con el rey de Portugal, Alfonso V. Acudieron al festejo el 1 de mayo de 1475 seiscientas lanzas y mil infantes, para reforzar la guarnición del castillo. Don Luis de Chaves fue fiel servidor de Isabel, a su lado se pusieron también Alonso de Monroy y su hermano "El Bezudo", cuyas espadas eran las más temidas de Castilla. La Beltraneja marchó a Plasencia para tener más seguridad en sus desposorios. Precisamente, Gonzalo Fernández de Córdoba, defendió los derechos de Isabel contra la Beltraneja, según la Crónica del rey Enrique IV de A. PALENCIA[73].             Los Reyes Católicos tuvieron una estrecha relación con nuestra ciudad, ocupando un primerísimo plano en acontecimientos entre los años 1474-1480, cabe citar: el famoso "Tratado de Trujillo", que cerró el enfrentamiento contra los portugueses en la batalla de la Albuera, y cómo la lealtad de Trujillo para con Isabel fue premiada con la construcción de los conventos de la Encarnación, San Pedro y San Miguel, las Casas Consistoriales, la Santa Hermandad y el artístico Rollo; las exequias por Juan II de Aragon, en la parroquia de Santa María la Mayor. En un total de siete veces, según JUAN TENA FERNANDEZ[74], estuvieron los Reyes en Trujillo, aunque, según hemos consultado en Crónicas y en documentos de los archivos Municipal de Trujillo, Diocesano de Badajoz, Histórico Nacional de Madrid y de Simancas, firmados por los mismos monarcas, fueron varias más.

      En 1478, los Reyes Católicos fueron a Trujillo, desde donde dirigieron parte de la guerra contra el rey de Portugal, pretendiente al trono de Castilla por su matrimonio con doña Juana la Beltraneja.                  La pequeña nobleza de Trujillo y los pecheros habían hecho causa común para evitar la caída en la órbita señorial, no dudando en hacerse portavoces de la defensa de los intereses de la monarquía, incluso por encima de la voluntad del mismo rey.

            Será bajo dominio cristiano cuando Trujillo adquiera un gran desarrollo urbanístico, levantándose numerosos edificios religiosos y civiles dentro de su recinto amurallado -la Villa- entre los siglos XIII al XV.

            La vida política, socioeconómica y cultural del Trujillo bajomedieval se inscribe de un modo trascendente dentro de la trayectoria general de la vida interna del reino de Castilla, de cuyos avatares, luchas y divisiones participa. De un modo específico. Trujillo era ciudad también de las tres religiones, ya que además de los cristianos dominantes había en ella un nutrido grupo de musulmanes y de judíos, dedicándose los primeros al servicio campesino y al artesanado y los segundos a la compra y venta de terrenos y al comercio de paños.

            La vida política y las actividades económicas de la ciudad de Trujillo durante la Baja Edad Media viene definida por la dinámica de los grupos sociales que la integran y que serán las bases de la posterior sociedad del Antiguo Régimen.

            Así, y con respecto al grupo social dominante, la nobleza, ya a finales del siglo XIII se asienta sobre las tierras trujillanas atraída por la riqueza ganadera, surgiendo, a partir del siglo XIV, castillos para defensa de sus dehesas. Esta nobleza, poco a poco, incrementa su poder político, económico y social, culminando bajo el reinado de Enrique IV su proceso de fortalecimiento frente a la monarquía.

            En el siglo XV se divide en bandos y se radicaliza la tensión entre los linajes que desde la Reconquista dominaban la ciudad: Altamirano, Bejarano y Añasco (en

torno a ellos se agrupan los principales apellidos y casas nobiliarias), produciéndose numerosos enfrentamientos entre los diversos bandos. Para acabar con estas luchas nobiliarias y someter a esta clase belicosa, adinerada y orgullosa, los Reyes Católicos ordenan, por el Edicto de 1476, desmochar las torres de sus casas-fuertes, procurando que su altura no sobrepase la del resto de las casas. El edicto fue poco efectivo, y la propia Isabel, al volver a Cáceres al año siguiente, reiteró la orden, siendo así Trujillo pacificado con la llegada de la reina en 1477.

            Junto a esta nobleza, poderosa e influyente, existía una creciente población pechera ocupada en la agricultura, ganadería, comercio y artesanía; los topónimos de sus calles recuerdan las distintas actividades de los gremios: zurradores, herreros, cambrones, sillería, tintoreros, romanos, olleros, etc. La misma condición de Trujillo de ciudad de mercado, otorgado por privilegio de Enrique IV en 1465, exige una elevada población productiva. Informes de estos datos encontramos en el viaje que realiza LEON DE ROSMITHAL, entre los años 1465-1468 entre Portugal, Mérida y Guadalupe, a su paso por Trujillo. Fue un político que viajaba para conocer las costumbres de las cortes europeas.

            Por último, las minorías étnicas y religiosas de musulmanes y judíos. Con repecto a éstas, fue mucho más importante la minoría judía, ya que en la segunda mitad del siglo XIII se constata una importante judería establecida en Trujillo. Esta comunidad era la más importante de Extremadura[75]. Referente a los orígenes del establecimiento de los judíos en España, la versión más fiable, por los datos de carácter epigráfico que se poseen, le sitúan en los alrededores del comienzo de nuestra Era. La llegada de judíos en número suficientemente grande como para constituir comunidades bien diferenciadas e indicar una entrada masiva de judíos en la península con motivo de la gran diáspora que tuvo lugar tras la destrucción de Jerusalén a manos del futuro emperador Tito en el año 70 de nuestra Era[76]. De todos modos, en el siglo IV la población judía era ya muy numerosa en la Península Ibérica y en las Islas Baleares. Lo revela la preocupación de los obispos reunidos en el Concilio de Illiberis celebrado en los primeros años de esa centuria[77]. Igualmente, la carta del obispo menorquín Severo, escrita un siglo más tarde, en el año 418, pone de manifiesto que la población judía se hallaba plenamente integrada en la vida hispanorromana del Bajo Imperio[78].

     La teoría del profesor García Iglesias de que quizás Trujillo y su zona fuera uno de los puntos de más antiguo establecimiento de judíos en España, nos queda probada con el hallazgo realizado en agosto del año 1973 de una lápida con caracteres hebreos de época romana, en la muralla que circunda la villa junto a la destruida puerta del Oreto. Dicha inscripción se encuentra en la actualidad depositada en la Escuela-Taller en espera de montar un museo arqueológico comarcal[79]. A parte de esta inscripción, y otras dos más localizadas en el muro septentrional del Espolón y en la fachada de poniente de la parroquia de San Martín (como piedra de acarreo, localizada en 1994) no tenemos ningún documento que nos dé noticias de la comunidad judía trujillana hasta el padrón de HUETE  confeccionado en el año 1290[80].

      Los judíos aparte de escalar posiciones por su ayuda financiera, las iban consiguiendo por sus labores administrativas gracias al adiestramiento adquirido en los estados musulmanes, lo que les hacía muchas veces imprescindibles en los nuevos estados cristianos y en los nuevos municipios. A ello se añade el conocimiento de los territorios conquistados, ya que en ellos habían vivido siempre.

      Los datos que del siglo XIV tenemos nos indican, sin embargo, que en esta centuria su población y su pujanza se habían incrementado bastante. Diversos documentos fechados en la mitad de ese siglo nos muestran a ciertos judíos comprando y vendiendo terrenos y dedicados al comercio de paños[81]. Destaca entre ellos la familia Cohen, dos de cuyos miembros, don Cague y don Sayas, hijos de don Yusef Cohen, compran, en 1347 y 1350, a dos hermanas, Leonor y María Alfonso, la heredad y dehesa de las Abiertas, en termino de Trujillo por un total de 18.000 maravedíes. Curiosamente, trece años después, en 1363, don Sayas y los herederos del entre tanto fallecido don Cague Cohen venden esa misma heredad y dehesa al monasterio de Guadalupe en un precio ligeramente inferior a 17.500 maravedíes.                Quizás el dato mas llamativo nos lo refiere el Canciller PEDRO LOPEZ de AYALA en su Crónica del rey don Pedro[82]. Según cuenta, en 1355, cuando el célebre tesorero real don Samuel Levi le pide al monarca, como lugares seguros, dos castillos para emplearlos como deposito donde amontonar los dineros con que pensaba acrecer el tesoro del rey, elige precisamente junto a de Hita, el alcázar de Trujillo[83]. Años más tarde, en 1387, el rey Juan I otorgaba a Alvaro de Ponte cinco mil maravedíes de la cabeza de pecho de la aljama de los judíos trujillanos, quiere decir que esta aljama pagaba bastante mas de impuestos que un siglo antes, lo cual supone probablemente un incremento de su población.         Una de las escasas noticias de vida  intelectual y de estudios rabínicos de los judíos extremeños, durante esta centuria, la tenemos en Trujillo. Dicho datos es un colofón de un manuscrito que se guarda en Munich, y es la copia de las Tasafot al tratado talmúdico, que terminará de copiar el calígrafo Abrahán bar Yosef Haluzo en febrero de 1360. El hallazgo de este documento hace pensar que por esta fecha funcionara en la comunidad judía de Trujillo una academia rabínica[84].                Pronto comenzarán a celebrarse una serie de Cortes de Castilla durante los años 1405 y 1406 que servirán de "plataforma legal antijudía"[85]. Las antijudías salidas de estas Cortes, son las que a lo largo de la primera mitad del siglo XV hacen que se lleven a cabo gran número de conversiones, siendo estas las menos auténticas y sinceras, siendo la mayoría falsas y oportunistas y ocasionando el problemas de los  falsos conversos. El 2 de Enero de 1412, a petición de fray Vicente Ferrer el gobierno de Castilla promulga en Valladolid el "Ordenamiento sobre el encerramiento de los judíos", conjunto de 24 disposiciones, extremadamente restrictivas contra los judíos[86].  Aunque debido a privilegios que reyes posteriores les habían concedido no se llevó plenamente a cabo hasta el ordenamiento de 1440 de los Reyes Católicos en nuevos barrios, podemos ver por algunos documentos que esto no fue sencillo. Dice parte de uno de ellos: "... por cuanto los dichos judíos no dexavan las dichas casa la reçibiesen...", a partir de esta fecha comienza aumentar la nueva judería enclavada, por La Rinconada, donde vivían los más ricos y estaban situados los mesones, y sus aledaños, calle Nueva, calle Tiendas donde se encontraba situada la sinagoga y que probablemente por aquel entonces fuera llamada también calle Nueva y se prolongara hacia la actual que lleva este nombre[87]. Como ya hemos citado, tras la muerte de Enrique IV, se disputan el trono de Castilla doña Isabel, hermana del Rey y doña Juana, hija de Enrique IV, conocida por "La Beltraneja" y de la que se pone en duda la paternidad del rey.

      Gran parte de la Ciudad es partidaria de la Beltraneja, que días antes de su boda, tiene que abandonar Trujillo, donde estaba previsto su enlace con el rey de Portugal, y huir a Plasencia donde se celebran los esponsales, debido a la proximidad de las tropas de la reina Isabel.

      La comunidad judía al igual que ocurrió con la cristiana se encuentra dividida por los dos bandos, así por una carta escrita desde Tordesillas el 9 de Marzo de 1476 al corregidor de Trujillo son García Gil de Miranda, por los Reyes Católicos, sabemos como el vecino judío de Trujillo Mayor Barchillón y sus hijos, apoyan al bando de doña Juana y el rey de Portugal, siendo por esto confiscadas sus propiedades[88].

      Con motivo de la sublevación del Marqués de Villena en el año 1475 las tropas que mandaron los Reyes Católicos para acabar, en la Ciudad, con la sublevación cometieron bastantes atropellos contra los derechos de los judíos, dichos atropellos son demandados ante los monarcas por Salomón Romí como representante de la comunidad judía de la ciudad, así les demandan la cama, comida, les obligan hacer guardia en los muros de la ciudad y a limpiar los establos[89].

      La reina reconoce las peticiones y demandas de Salomón Romí, y pone a la comunidad judía de Trujillo bajo su protección y manda una carta desde Cáceres al Concejo trujillano prohibiendo estos abusos y a la vez les recuerda que los judíos de esta aljama están "en mí guarde e seguro o so mi amparo e defendimiento real".

      Por esta fecha era alcalde y juez de los judíos de Trujillo don Diego Pizarro, al cual por carta fechada en Valladolid el 25 de Mayo de 1476, le quitan los monarcas de su puesto, como consecuencia de los abusos que ha cometido contra los judíos, dichos abusos fueron puestos en conocimiento de los reyes por los dos componentes de la comunidad judía de Trujillo: Rabí Yuçe e Rabí Mose.

      Durante este período de transición y pacificación del país los judíos sufrieron varios asaltos a sus propiedades y derechos, así el vecino de Trujillo Yuçe Arrobas, fue hecho prisionero por Nuño Yerro de Avila cuando se dirigía a la feria de Medina del Campo, siendo detenido durante 9 días, consiguiendo su libertad tras pagar 14.000 maravedís. Yuçe Arrobas recurrió a los Reyes y el 12 de Junio de 1478 le fue concedido una garantía, un certificado, para recobrar el dinero del rescate que había pagado.

      Por diversos documentos que se conservan en el Archivo Municipal de Trujillo sabemos que, tras producirse en 1480 el apartamiento de judíos y moros en nuevos barrios, algunos judíos, especialmente los mas ricos, vivían en un lugar de la ciudad llamado La Rinconada y que también la calle Nueva formaba parte de la judería (aún se conservan casas)[90].          El 31 de Marzo de 1492, firmaron en Granada los Reyes Católicos el edicto de expulsión de los judíos públicos, aunque se firmó en esta fecha, no se hizo publico hasta los días que van del 29 de Abril al 1 de Mayo. La expulsión según dice propio edicto, era para evitar el daño que los judíos causaban a la religión cristiana. En definitiva los judíos se les planteaba netamente este dilema: o convertirse y bautizarse o salir en el plazo de tres meses de los reinos de Castilla y Aragón. No se imponía por la fuerza el bautismo; pero se vedaba bajo fuertes penas residir en España a los no bautizados. Los Reyes Católicos no llevaron a cabo con los judíos actos de violencia religiosa crueles y extremados, pero ayudaron a la conversión de los judíos. Junto con la orden de expulsión  promulgaron diversas leyes a favor de los judíos apóstatas, garantizándoles su ayuda y protección y sustrayéndolos por cierto tiempo de la vigilancia de la Inquisición con el fin de darles el plazo y la posibilidad de adaptarse a su nueva fe y para enraizarse a ella[91].

      Entre los conversos judíos trujillanos podemos citar a: Cristóbal de Trujillo, Diego López, Manuel García y Leonor López, Fernando García, estos cuatro últimos encontrados culpables por el Tribunal de Plasencia del delito de "hertía provedad", Fernando de Torres, García Rodríguez de Escobar (hijo del físico Cetía), Juan de Torres, Iohan López de Medellín (hijo de Salomón Cohen). A los judíos que optasen por la expulsión, se les autorizaba la venta de sus bienes y que llevaran "todo lo suyo, salvo oro y plata"[92].

      Pero bastantes judíos debieron hacer caso omiso de esta orden, pues el 13 de Mayo de 1492 desde Santa Fe, los Reyes, mandan a Sancho de Paredes una carta para que investigue en la ciudad de Trujillo y villas de Cáceres y Arroyo el Puerco y sus tierras, ya que han llegado o a sus oídos noticias de que algunos judíos han sacado para Portugal oro, plata y monedas, habiendo sido ayudados y aconsejado[93]. Observamos por la carta que los monarcas tenían conocimiento de que se estaba produciendo un flujo de tal dinero en dirección a la frontera de Portugal (hacia donde se dirigían numerosos judíos castellanos tras el decreto de expulsión), y de ahí que intentasen, con las disposiciones expuestas en la carta anterior, poner coto a esta fuga de monedas, oro y plata. Al mismo tiempo que recomendaban encarecidamente las autoridades fronterizas con una vigilancia especial.              La proximidad de Trujillo con la frontera portuguesa explicaría aún más la rápida llegada de esta carta real al Concejo local y el cuerpo de disposiciones e instrucciones del Regimiento municipal en tal sentido, lo que nos sirve para constatar la permanencia del elemento judío de la ciudad hasta el mismo instante de la expulsión. El mayor número de los judíos prefirieron la emigración al abandono de sus creencias. Como muchos eran ricos y el plazo de tres meses apremiaba, les fue forzoso malvender sus haciendas y de ello, con más lucro que rectitud, se aprovecharon los compradores cristianos[94]. 

      Los judíos que pasaron Portugal obtuvieron permiso de residencia por seis meses, a cambio de la entrega de un cruzado por cabeza. Se calcula que el número de judíos que salieron de España en virtud del edicto de expulsión sería de 170.000 a 200.000. Y apoyándonos en la Crónica de BERNALDEZ fueron a Portugal unos 93.000 judíos[95].

     En su éxodo por los diferentes países en los que se refugiaron los judíos españoles, tras la expulsión, sufren toda clase de injusticias, asaltos y atropellos, llegando incluso a encontrar algunos de ellos la muerte. Todo esto hace que el año 1494, muchos se conviertan al cristianismo y vuelvan a su antiguo lugar de procedencia dentro de nuestro país. De los judíos conversos trujillanos que vuelven por esta fecha podemos citar los siguientes: los hermanos Diego Alonso  de Bovilleja y Juan Alonso. Los también hermanos Juan, Diego y María de Chaves y Constanza Suarez (hermana de los tres anteriores ), vuelve también Gonzalo del Campo, etc.

      Al desaparecer de la escena social los judíos y moros, mediante la expulsión, continuó muy viva la estima de la persona, es decir, el hecho de ser cristiano viejo. La conciencia del valor por ser de la casta ya libre de la contaminación judía y musulmana se vigorizó y se magnificó a favor de los triunfos imperiales lejos del suelo peninsular. Gracias a algunos documentos del Archivo de Simancas conocemos el destino que se dio a la sinagoga tras la expulsión de 1492[96]. Ya para el 9 de agosto de ese mismo año los Reyes Católicos habían hecho merced "de la dicha synoga al prior (dominico) de Santa Maria de Encarnación para monasterio de monjas dominicas". Por entonces el Consejo, regidores, caballeros, etc., de la ciudad de Trujillo reclamaban "la dicha synoga para la yglesia parrochial" de los cristianos que habían ido a poblar la judería, alegando que en la iglesia de San Martín, la más cercana a dicha judería, ya no cabían los fieles, mientras que del monasterio de monjas dominicanas de la ciudad tenían "poca neçesidad por que ay tres o quatro casa religiosa que bastan para la dicha çibdad, según la poblaçion della"[97]. Los reyes nombraron entonces un árbitro para decidir el destino de la sinagoga, tras apreciar de qué tenía Trujillo mayor necesidad, si de un iglesia parroquial nueva o del monasterio mencionado.

      El 25 de noviembre de 1492, los reyes resuelven que lo que había sido la sinagoga pase a ser monasterio de Santa Isabel de monjas doniminicas. En el documento que contiene la resolución, los reyes recuerdan que ya el primer momento tras la expulsión de los judíos, el prior de la orden de Santo Domingo de Trujillo les había solicitado que, "porque algunas monjas de dicha orden estaban en la dicha çibdad derramadas por no tener casa dispuesta donde se ençerrasen y estubiesen, según convenía a su regla e religión", les concediese la sinagoga para ello. También recuerdan los reyes que ya al tiempo de esa solicitud, por mandato de ellos mismos "e con liçençia de su prelado ellas (las monjas) se ençerraron y estan en el monasterio de Santa Ysabel  de la dicha çibdad, que primero hera casa y synoga de los judíos della". Ahora, en el mes de noviembre, lo reyes les hacían finalmente "merçed general e limosna del dicho monesterio que asy en casa de synoga de los judíos dela dicha çibdad de Trogillo, con todas las cosas e bienes e otras cosas, muebles e  rayzes, a ella pertenesçientes, para que la dicha synoga sea ytglesia  e casa e monesterio de los dichas mong¡jas, como agora lo es, para siempre jamas, e los otros vienes, muebles e rayzes, que eran de la dicha synoga de los judíos, sean anexos al dicho monesterio". Como vemos, del documento se desprende que la sinagoga, además del recinto para la oración comunitaria, tenía también otras dependencias, incluida quizá alguna casa para vivienda, que hacían a todo el conjunto susceptible de convertirse en un convento con su capilla[98].

      En el núm. 10 de la calle de las Tiendas, en el año 1980, cuando se realizaban unas obras para adaptar lo que fue la trastienda de una pastelería para un laboratorio de la farmacia del señor Solís, sita en el núm. 12 de la misma calle, al picar una pared, apareció un muro de piedra en el que unos 2,50 ó 3 metros del suelo se puede leer la siguiente inscripción hebrea: "Esta es la puerta del Señor; los justos entrarán por ella", se trata del versículo de Salmos 118, 20 que tan habitualmente aparece a la entrada de las sinagogas españolas. Esta es la puerta de la sinagoga, en donde aún se conservan dos salas abovedadas, actualmente encaladas pero donde podemos apreciar su construcción de ladrillos, de 9,70 y 9,95 metros de longitud por 3,90 y 2,50 metros de ancho respectivamente. En la separación de ambas naves se aprecian 4 arcos de medio punto tapiados tres de ellos. Esta sinagoga con sus dependencias y patios ocupó todo lo que hoy es una manzana de casas, también con patios, entre la calle de las Tiendas y su casi paralela calle de Hernando Pizarro, manzana que hoy todavía se puede atravesar.        

            Esta sinagoga con sus dependencias pasó a ser en 1492 el monasterio de Santa Isabel de monjas dominicas, las cuales sin duda debieron tener allí su sede bastantes años, aunque hoy se encuentran en el convento de San Miguel y Santa Isabel, en la calle de San Miguel, construido en torno a una antigua ermita del mismo nombre.  En la calle de Hernando Pizarro, en un recodo de ella, existe una bella portada adintelada, de traza clásica, con dos bellas columnas jónicas sobre plintos. El entablamento destaca por su arquitrabe y friso estilizado rematando en flameros. Sobre él se abre un ventanal del mismo módulo, amplio y de forma rectangular, protegido su vano por hierros forjados. Las columnas son también jónicas con flameros y este típico ventanal español está coronado por un frontón de tímpano triangular cuyos vértices se adornan con flameros disminuidos[99].                              

            Las relaciones de convivencia entre el pueblo y la minoría judía no fueron del todo fluídas y armoniosas, sino más bien conflictivas, ya que existía un odio latente hacia los judíos por sus convicciones religiosas y por ser recaudadores de impuestos. De ahí que se les sometió a toda clase de vejaciones, desde la obligatoriedad a vivir en barrios aislados -a veces muy alejados del resto de la población- hasta desempeñar los trabajos más humillantes -limpiar los establos del estiércol y lavar sus tinajas, incluso hospedar en sus casas a malhechores y prostitutas-. Esto motivó la protesta de los judíos a la reina Isabel para que suprimiera estas prácticas.

            Finalmente, la trayectoria histórica del Trujillo medieval concluye cuando los Reyes Católicos decidieron, a petición de los trujillanos y en premio a su lealtad en defensa de los derechos de Isabel la Católica a la corona castellana, incorporarla definitivamente al señorío real (realengo) y convertirla en capital de la Provincia de Trujillo, que, junto con la Provincia de León de la Orden de Santiago, formaban el actual territorio de Extremadura. Al establecerse la división territorial del reino en Corregimientos (1480), después de las Cortes de Toledo, Trujillo pasaría a ser cabeza de uno de ellos, junto con Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, en consideración a la importancia de su población y al peso político de su nobleza local; si bien no lograron los trujillanos conseguir la deseada procuración en Cortes, que los Reyes sólo concederían a 18 ciudades castellanas, entre las que no hubo ninguna de Extremadura, pasando su representación a Salamanca.

           

        

EL CASTILLO DE TRUJILLO

 

 

 

 

            El castillo se Trujillo fue construido por los árabes en la segunda mitad del siglo IX, en la zona más elevada del cerro rocoso denominado “Cabezo de Zorro”. Desde sus murallas se domina toda la llanura de la tierra trujillana. Es un recinto hermético, rodeado por la cerca de murallas en un perímetro de 900 metros y el hecho de estar situado en lo más elevado de un terreno escarpado, lo hace inaccesible al ataque. Es un castillo hermético sin ventanas y con escasas saeteras.

Está en relación íntima con la Alcazaba (conocida como Conventual) de Mérida, la fortificación islámica más antigua fechada en España (835 d. C.)

            El castillo fue construido con aparejo de sillares reaprovechados de construcciones romanas, alternando en sus muros y en sus veinte torres la mampostería. Esta reutilización de sillares romanos es fundamental para establecer la cimentación a cota militar, dispuestos en hiladas calzadas de trozos de ladrillos y de lajas fragmentadas de pizarra. Modo de construcción típico en otras alcazabas de la misma época en Mérida, Gormaz y Agreda en España; y el de Qasr Harani en Palestina.

El castillo consta de dos partes: el Patio de Armas y la Albacara. La planta del castillo se nos ofrece así con dos grandes recintos geométricos adyacentes. Uno es el Patio de Armas, que se inscribe en un cuadrángulo levemente irregular de 52 m. S x 56,80 E. x 56 N. x 56,20 W., y el otro, conocido como Albacara, forma en planta un hexágono de 92 x 90,40 m. El acceso al primer recinto se realiza por una puerta que se abre en arco de herradura al mediodía, defendida por dos torres albarranas, esta puerta fue reformada en el siglo XVI, cuando el Concejo ordenó el 21 de abril de 1531 que entre las torres de la fortaleza se construyera una bóveda para colocar una imagen de granito que representara la Virgen de la Victoria. En el año 1952 el arquitecto restaurador D. José González Valcárcel, hizo un suplemento hacia el N. con el fin de levantar un cuerpo de edificación para construir un camarín a la Virgen. Por tanto, el lado N. de la puerta que actualmente se ve es falso y reciente, debiendo aceptarse sólo como auténtico el existente en el exterior, descubierto al retirar el antiguo camarín de la Virgen que se encontraba entre los dos cubos y detrás de la barbacana cristiana, destruída también al abrirse de nuevo la puerta.

            Con respecto a esta debemos hacer notar que en lo referente a su disposición los paralelos orientales son claros, como ocurre en Qasr Haraneh, Qasr al - Tuba Hirbat al mafyar y Qasr al - Hayr Al-Garbi paralelos que no se reducen a la puerta sino que atañen también al esquema de la planta de este primer recinto y otros aspectos.

En el rincón N.E. del Patio de Armas se encuentran dos aljibes, sobreelevados respecto al suelo actual. Uno de ellos tiene planta regular y es geminado, con las claraboyas superiores como único modo de acceso. Está cubierto por bóveda de medio cañón, comunicándose de un lado al otro por dos arcos de medio punto apoyados en una columna. La longitud es de 9 m. y la anchura de cada nave es de 2,40 y 2,20m. La obra es de ladrillo y piedra. Las claraboyas carecen de derrame interior o exterior. El otro aljibe es de planta irregular, aprovechando el espacio que hay entre el exterior del aljibe citado y los muros N. y W. del interior del recinto principal. Tiene escalera de acceso desde el exterior, que da a un andén. Está dividido en ocho cámaras distribuidas en forma de "L", siendo las dos últimas de planta cuadrangular irregular. Cada uno de los compartimentos se comunica con el otro mediante un arco de medio punto de 2,10 m. de altura, con estribos para reforzar las paredes contra el empuje del agua.  La longitud total del brazo más largo de este aljibe es de 12,50 m. y la del más corto es 11,50 m. de medida desde el quiebro. Las dimensiones del segundo aljibe son de 3,05 y 5,25 m. y las del tercer cuerpo son de 2,80 y 4,50 m. El último, separado por una nervadura en bóveda, tiene 6 m. de longitud y 2 m. de anchura en la nervadura

            Por el lado de levante está la Albacara, que prolonga el conjunto macizo del castillo en forma de planta de hexágono irregular, por las características constructivas este espacio se adosó veinte años después al Patrio de Armas. En su interior se encuentra una pequeña ermita del siglo XVI dedicada a San Pablo para conmemorar el día que se reconquistó Trujillo, el 25 de enero de 1232, día de la conversión del santo.

Junto a la ermita hay un pozo con brocal de piedra, para suministrar agua  a los animales. La palabra “albacara” (del ár. Al-baqqara, la vaquería) define a un recinto murado en la parte exterior de una fortaleza, con entrada en la plaza y salida al campo, y en el cual se solía guardar ganado vacuno. Este edificio castrense se utilizó para albergue de la guarnición y se dedicó a los distintos servicios de mantenimiento de la tropa y almacén, por eso no existen dependencias, pues se realizarían con materiales más perecederos que la piedra. La Albacara está rodeada, en parte, por una barbacana de época cristiana.

Realmente las fuentes árabes existentes sobre Trujillo son pocas y parcas. Sabemos que en el 881 hay una incursión de Alfonso III contra los Nafza, que ocupaban la zona, que en el 317 Héjira/929-30 d. C. se nombra gobernador militar de Trujillo a Ahmad Ibn Sakan. Ibn Jaldun la cita al igual que Al Idrisi y al Himyari y entre las crónicas cristianas que lo citan está la Primera Crónica General de Alfonso el Sabio y los Anales Toledanos II, que citan su Reconquista en 1232, con el siguiente texto: “El año de 1232, día de la conversión de San Pablo, en 25 de enero, el obispo de Plasencia Don Domingo, con gente de guerra de esta ciudad y los frailes de las órdenes militares y el maestre del Pereyro, llamado Fray don Arias Pérez, que se señaló mucho en la conquista de Mérida y Badajoz, ganarán a Trujillo de los moros que se habían apoderado della”.

Estos datos históricos avalan una fecha de construcción del castillo en la segunda mitad del siglo IX, posterior al modelo emeritense. Las torres albarranas son contemporáneas al resto de las obras, ya que estuvieron unidas con los cubos del castillo mediante arcos de los cuales quedan hoy restos del lugar de sus engarjes que se corresponden de lado a lado, y que son exactos  a los existentes en la Alcazaba de Mérida, no solo en obra sino también en similitud de dimensiones y de aparejo.

            El castillo de Trujillo en tiempos de Pedro I fue elegido para que el tesorero del rey, el judío Samuel Leví, guardase las riquezas de la Corona, porque se la consideraba una de las fortalezas más seguras del reino.

            Aquí se refugió Juana “La Beltraneja” en su disputa con la reina Isabel I en una época de agitación familiar y social. Una vez entregado el castillo a la reina Católica, Juana tuvo que salir huyendo hacia Plasencia, donde se casó con Alfonso V de Portugal.

            Este recinto fortificado es muy visitado diariamente, aquí se venera la imagen de Ntra. Sra. de la Victoria, Patrona de la Ciudad. El concejo acordó desde 1531 que la imagen que en dicho año ejecutara el cantero Diego Durán, se colocase entre las dos torres del castillo, cumpliendo así con la venerable leyenda según la cual la Virgen se apareció con el Niño en sus brazos entre dos torres de la muralla, gracias a ella se reconquistó la ciudadela. Así se representa en el escudo de la Ciudad. En la ermita de la Virgen, la Hermandad de la Virgen de la Victoria con motivo de la celebración de sus Bodas de Oro, colocó un mosaico de azulejos relatando este acontecimiento histórico tan importante para Trujillo. 

 

 

CRONOLOGIA DEL MEDIEVO EN TRUJILLO

 

 

711 Los árabes vencen a D. Rodrigo en la Batalla de Guadalete e inician la ocupación de la       Península. 

714  Los árabes ocupan Trujillo.

739   Reinado de Alfonso I, monarca que inicia la expansión territorial cristiana.

877  Alfonso III saquea Trujillo, Medellín y Logrosán.

881  Alfonso III devasta la región extremeña, intenta conquistar Trujillo.

884  Ibn Marwan se instala en Badajoz.

888  Accede al emirato Abd Allah. Durante el cual los Nafza controlaron Trujillo.

929  Abd al-Rahman III se proclama califa y toma Badajoz.

930  Tregua entre los cristianos y los árabes. Abd al-Rahman nombra gobernador de Trujillo a Ahmad ben Sakan.

932  Abd al-Raman III nombró a Bara ben Muqatil gobernador de Trujillo. A partir de esta fecha se sucedieron nombramientos y ceses de los gobernadores de Trujillo.

976  Accede al califato Hisham II.

977 Es depuesto Hisham II y ocupa el califato Abd al-Raman Sanchuelo. Guerra civil en al-  Andalus.

1031 Desaparece el califato de Córdoba.

1037 Fernando I incorpora León al reino castellano. Tras una división del reino a la muerte del rey, Alfonso VI une Castilla y León (1072).

1158  Firma del Tratado de Sahagún. Extremadura queda dividida como área de expansión leonesa.

1094  Ocupación de los almorávides del reino de Badajoz y fortalezas en Extremadura.

1144  Sublevaciones en al-Andalus contra la dominación almorávide.

1146  Pacificación de al-Andalus con la llegada de los almohades.

1165  Gerardo Sempavor conquista Trujillo, Cáceres y otras plazas.

1168  Gerardo Sempavor cae prisionero y para su rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa Cruz y Montfragüe a Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a quien llaman Señor de Trujillo, y que se constituyó en señorío venido después a manos castellanas.

1170  Se crea la Orden de Santiago.

1175  Se crea la Orden de San Julián del Pereiro o de Alcántara.

1184  Alfonso VIII se apodera de Trujillo.

1195  El rey castellano concede al convento de los freires de Trujillo y a su magíster don Gómez, un privilegio de donación de la villa y castillo de Trujillo.

1195  El califa almohade al-Mansur Yaqub b. Yusuf vence en Alarcos. Inicia una campaña de reconquista en Montánchez, Trujillo y Santa Cruz.

1196 Fruto de la victoria musulmana de Alarcos, el califa almohade volverá a tomar la tierra trujillana.

1211  El infante Don Fernando hace una razía por Trujillo y Montánchez.

1212  Alfonso VIII derrotan a los almohades en las Navas de Tolosa.

1217  Fernando III es proclamado rey de Castilla.

1232  Conquista de Trujillo, con protagonismo del obispo y concejo de Plasencia y órdenes militares.

1252  Reinado de Alfonso X.

1253  Se señala a Trujillo un término de 6.776 kilómetros.

1256  Alfonso X concede a la entonces villa de Trujillo Fuero propio.

1284  Reinado de Sancho IV.

1293  Sancho IV concede a Trujillo las treinta y ocho mercedes.

1295  Reinado de Fernando IV.

1302  Fernando IV declara a Trujillo villa realenga de Castilla.

1312  Reinado de Alfonso XI.

1346  Samuel Leví recibe el castillo de Trujillo para guardar el tesoro real.

1348  La Peste Negra incide en Trujillo y otras poblaciones.

1357  Se reparten en Trujillo los cargos concejiles entre los linajes Altamiranos, Bejaranos y Añascos.

1426  Juan II cede Trujillo junto con otras poblaciones a la infanta doña Catalina, su hermana, esposa de don Enrique de Aragón, a cambio de Villena, dejando de ser villa de realengo.

1429  Enfrentamiento de los infantes de Aragón con Juan II. Los infantes queman el arrabal de Trujillo y se refugian en Alburquerque. El rey Juan II y Alvaro de Luna recuperan Trujillo.

1430  Juan II dio privilegio de Ciudad a Trujillo.

1432  Confirmación en Zamora el 4 de enero del privilegio de Ciudad a instancias del trujillano don Alonso García de Vargas. Juan II cede Trujillo a Pedro de Zúñiga, conde de Ledesma, cambiándole posteriormente por Plasencia, para dar Trujillo al príncipe Enrique, el cual, siendo rey, le concedió al marqués de Villena quien, por defender los derechos de la Beltraneja, tuvo que enfrentarse al clavero de Alcántara Luis de Chaves que ganó Trujillo para Isabel.

1440 Entrega de Trujillo al infante don Enrique, maestre de Santiago y a cambio se le concedió a Pedro de Stúñiga.

1445 Victoria de Juan II sobre los nobles sublevados, entre ellos los infantes de Aragón.

1446 Juan II dona Trujillo a un miembro de la alta nobleza, don Alvaro de Luna que la poseyó hasta su muerte (1453), por haber luchado a su favor en la batalla de Olmedo. 

1454 Reinado de Enrique IV.

1471 Mercado Franco concedido por Enrique IV a Trujillo.

1474 Reina Isabel en Castilla. Intento del Maestre don Juan Pacheco de apoderarse de Trujillo. El Alcalde del castillo, don Gracián Sessé, tras oponerse tuvo que entregar la fortificación.

1475 Tropas portuguesas invaden Extremadura. Juana la Beltraneja es recibida en Trujillo como reina. La ciudad estuvo en poder del marqués de Villena contra la voluntad de la reina Isabel.

1476 Isabel recupera Trujillo. Los Reyes Católicos visitan varias veces Trujillo. Consiguen tomar la fortaleza en 1479. Desde entonces el castillo tuvo un fin militar y estratégico, pues desde allí continuaron a Medellín, Montánchez y Mérida.

1479 Se firma en el palacio de Luis de Chaves en Trujillo la paz con Portugal y Francia.

 

           

 

 



[1]Vid. SANCHEZ ABAL, J.L. y REDONDO RODRIGUEZ, J.A.: "La tribu papiria: testimonio de la colonia Emerita Augusta en la alta Extremadura". Bol. Museo Arqueológico Nacional, 1985, pp. 61-68.

[2]Historia de España, dirigida por Menéndez Pidal, III, pp. 291. Diccionario de Historia Eclesiástica de España, dirigida por Aldea Vaquero, II, p. 762.

[3]LEVI-PROVENÇAL, E., y GARCIA GOMEZ, E.: Una crónica anónima de Abd al-Rahmán al-Nasir. Madrid-Granada, 1950, p. 158.

[4]Crónica Anónima, p. 65, t. árabe y 158 de la trad.

[5]Vid. MOLINA, L.: "La Crónica Anónima de al-Nasir y el Muqtabis de Ibn Hayyan". Al-Qantara, VII (1986). "Nuevos datos del Muqtabis de Ibn Hayyan". Al-Qantara I (1980).

[6]El texto árabe -que se encuentra en la Real Academia de Fez- fue editado y traducidopor Levi-ProvenÇal y E. García Gómez, Madrid-Granada, 1950. Este autor considera que el cronista fue al-Qubbasi, que fue un autor cordobés nacido en el año 959, que nos dejó en España biografías de los reyes, cadíes y alfaquíes.

[7]GARCIA GOMEZ, E.: Anales palatinos del califa de Córdoba al-hakam II, por Ibn Ahmad al-Razi, Madrid, 1967.

[8]Muqtabis, ed. M. Antuña, B.R.A.H., LXXXVI (1925), p. 137.

[9]Ibidem, p. 285.

[10]Descubierto en Fez por Levi-ProvenÇal, que abarca el reinado de al-Hakam y parte de `Abd al-Rahman II. Editado por el cit. prof.  y por Abd al-Hamid, publicaciones de la Facultad de Letras de U. Farûq I de Alejandría. Sobre el texto existe una publicación importante LEVI-PROVENÇAL y E. GARCIA GOMEZ: "Textos inéditos del Muqtabis de Ibn Hayyan". Al-Andalus, XIX, 1954, pp. 295-315. VIGUERA, M.J., y F. CORRIENTE: Inb Hayyan de Córdoba, Crónica del califa `Abd al-Rahmán III an-Nasir entre los años 912-942. Zaragoza, 1981.

[11]AHMAD AL-MAQQARI: Nafhy attib, ed. P. de Gayangos app. D. Extracto de la Historia de los Bereberes de Ibn Kaldun según el Mas. del British Museum, núm. 9575, t. II. Londres, 1848, p. XLIX (Vid la obra de GAYANGOS, P.: The history of mohammedan dynasties in Spain. Londres, 1840-43).

[12]Nació en Ceuta en el año 493 (1100). Según CARISI: Bibliotheca arabico-hispanica escurialense, Matriti, 1760-1770. Véase la publicación de la traducción de la zona musulmana correspondiente a España de ANTONIO BLAZQUEZ: Descripción de España, por Abu-Adb-Allá Mohamed Al-Edrisi. Madrid, 1901; y la versión de AL-EDRISI: Greografía de España, Valencia, 1974, p. 187 (relación Trujillo).

[13]AC-CAJADI: Gran Diccionario Biográfico. Artículo que dedica a Rogerio II.

[14]El célebre orientalista italiano Miguel Amari, en su Bibliotheca Arabo-Sicula, Torino e Roma, 1880-1881, le concede el primer puesto entre los trabajos geográficos de la Edad Media al Edrisi con su Tratado Geográfico.

[15]Se conserva en París (Sup. Arab. 894) y una copia en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge. De este texto hicieron una versión latina los maronistas G. Sionita y J. Hesronita que lo titularon Geographia Nubiense (París, 1619), y anteriormente, Bernardino Baldi había hecho una traducción italiana que se conserva autógrafa e inédita en la Biblioteca de la Universidad de Montpellier. La Biblioteca de París adquirió dos ejemplares de la obra completa, que tradujo al francés Amadeo Jaubert, que publicó en 1836 el primer tomo y en 1840 el segundo.

[16]En España trabajó sobre la traducción y el texto de DOZY y DE GOEJE, SAAVEDRA: La Geografía de España de Edrisi, en B.S.G. Madrid, Tomos X, XI, XII, XIII, XIV y XVIII, tirados en volumen aparte en Madrid, imprenta de Fortanet, 1881.

[17]Publicada en Madrid, 1881.

[18]BLAZQUEZ, A, op. cit., p. 24.

[19]Farhat al-anfus fi ajbar al-Andalus, p. 290.Ed. de LUTFI ABD AL-BADI, Rev. del Instituto de los Mss. Arabes, El Cairo, 1955, pp. 282/310.

[20]Trad. Luis Molina: Una descripción anónima de al-Andalus. 2 vols. Madrid, 1983, p. 63.

[21]YAQUT: Mu´yam al Buldan, ed. Dar Sader (Beirut), vol. II, p. 22. Véase, ABD AL-KARIM: "La España musulmana en la obra de Yaqut", C.H.I, núm.6, 1974. WÜSTENFELD: Jacut´s geographisches worterbuch, Leipzig, 1866-72, 6 vols (última edición, en Beirut, 1955, 5 vols. Vol. II, p. 22.

[22]Texto recogido de D. Pascual Gayangos, como uno de los Apéndices a su traducción inglesa del Almakary, tomo II, p. 522.

[23]"Aera MCCIIII, citivas Elbora capta, et depraedata, et noctu ingressa a Giraldo cognominato sine pavore, et latronibus sociis eius, et tradidit cam regi D. Alfonso, et pos paululum ipse rex cepit Mauram et Serpam et Alconchel, et Coluchi castrum mandavit reedificare anno regni ejus XXXIX. Chron, lusitano, era 1204" (se observa que retrasa el año de la toma de Evora, pues según el texto del cronista árabe, contemporáneo, fue en Dilkada de la hegira 560 -julio a agosto de 1165).

[24]Conservado en la biblioteca Bodleiana, núm. 433, editado en Beirut en 1964, traducción de Huici Miranda.

[25]Ibidem. pp. 368-369. Vid. PEREZ ALVAREZ, M.A.: Fuentes árabes en Extremadura. Cáceres, 1992, p. 145. Sobre el rey Fernando II, véase GONZALEZ, J.: Regesta de Fernando II. Madrid, 1943.

[26]Ibidem, p. 375.

[27]Es una historia universal elaborada entre los años 1364-1378. Ed. parcial y traducción de Slane: Histoire de los berbères et des dynasties musulmans del Afrique septentrionale. 2 vols. Argel, 1847-51. Ed. del texto árabe completo en bulak, 1284/1867, siete vols. "El califa Abu Yaqub había reafirmado su autoridad en AFrica y vuelve su mirada hacia al-Andalus, cuya situación parecía exigir la guerra santa. El maldito enemigo había sorprendido las ciudades de Trujillo y Evora. El califa envió el ejército almohade bajo las órdenes de Abu-hafs y en el año 1168/9 va este qa`id a liberar Badajoz".

[28]Ediciones de Dozy, Colin y Levy-Provençal, del manuscrito de la biblioteca de Leiden (núm 67), que es una copia del siglo XVI del original que se encuentra en la Biblioteca de Copenhague (código 76), procedente de Marruecos.

[29]Bayan, trad. HUICI MIRANDA, A: "Nuevas aportaciones de al-Bayan al-Mugrib sobre los almorávides". Al-Andalus, XXVIII (1963), pp. 402-404.

[30]Bayan, HUICI MIRANDA, A: "Las campañas de al-Mansur en 1190 y 1191". Anaís. Academia Portuguesa de la Historia, 2 Serv. 5 (1954), p. 193. Aunque en Ibn Jaldun se dice que arrasaron Trujillo y Talavera, en Histoire des berbères II, p. 214.

[31]AL-HIMYARI: Al-Raw ad mi´tar, ed. E. Levi Provençal (1937), p. 63. Se conservan varios manuscritos de la obra conservadas en la ciudad de Sale (Marruecos); Fez; en la Biblioteca del Sr. Abd al Rahman bn Zaydan al -Alawi en Mekinez (Marruecos) y en la Biblioteca del Sayj al-Islam de Medina.

[32]La obra esencial de Morales es su Chronica General de España (1533).

[33]Anales Toledanos II, apud "Esp. Sag". FLOREZ, Fr. Enrique: España Sagrada. Madrid (1799), T. XXIII, 358-409. FLORIANO, A.C.: "Anales Toledanos", en Cuadernos de Historia de España, XLIII-XLIV. Buenos Aires, 1967, pp. 155-187. PORRES MARTIN-CLETO, J.: Los Anales Toledanos I y II. Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1993.

[34]HUICI MIRANDA, A.: Las Crónicas Latinas de la Reconquista. Valencia, 1913, II, pp. 339-356.

[35]"-----dono et concedo vobis Domino Gomez Magistro Truxillensi, et omnibus fratribus vestris, praesentibus et futuria, Rondam, cum ingresibus etc..". ORTEGA Y COTES, J: Bullarium ordinis militiae de Alcántara, olim Sancti Juliani del Pereiro, per annorum seriem nonnullis, donationum, concordiarum et aliis interjectis scripturis congestum. Regio diplomate et in lucen editum. Madrid, 1759, pp. 2 y 13.

[36]ORTEGA Y COTES, op. cit., pp. 2 y 13.

[37]AGUADO DE CORDOBA, A.F.: Bullarium equestres ordinis sancti Iacobi de Spatha. Madrid, 1719, p. 33.

[38]ORTEGA Y COTES, op. cit., p. 2

[39]Esta bula está inserta en otra de Honorio III, en la que se copió sólo la parte principal, suprimiendo el párrafo final y la data; pero sabemos que Clemente III comenzó a regir la Iglesia el 6 de enero de 1188 y murió el 25 de marzo de 1191.

[40]"...authoritate Apostolica Episcopalem Cathedram constituimos, dioecesim quoque habendam iuxta dispositionem Regiam, ab eadem Ecclesia Cathedrali decernimus, ut villae, sicut praesenti scripto concluditur, quae sua sunt ei largitioni concessa, dioecesano iure ad eam perpetuo debeant pertinere; Turgellum, scilicet, et Medellinum, et Monsfragorum, et Sanctacruz cum omnibus pertinentiis suis, ..". fray ALONSO FERNANDEZ: Anales de la ciudad y obispado de Plasencia. Madrid, 1627 (reeditado por el Departamento Provincial de Seminarios de F.E.T. y de las Jons de Cáceres, 1952, p. 24).

[41]"...dono itque vobis et concedo villam et castellum quod vocant Turgellum, et villam et castellum quod vocant Albalat, situm in ripa Tagi, castellum quoque quod vocant Sanctam Crucem, prope Trugellum, situm in Monte Arduo, et alia duo castella, quorum alterum vocatur Cabannas, reliquum veró Zuferola...." Bullarium Ord. Mili. de Alcántara, p.  13.

[42]"... At munitionem igitur et manntenentiam perpetuam praedictorum castrorum et villarum vobis assigno, dono et concedo annuos redditus trium millium aureorum de Greda montis de Magam, per manum de Almogeriti mei singulis annis usque in finem immutabiliter percipiendos".  Bullarium Ord. Mili. de Alcántara, op. cit., p.  13.

[43]Para un mayor conocimiento de Alfonso IX, véase GONZALEZ, J.: "Repoblación de la Extremadura leonesa". Hispania, III (1943). Alfonso IX, madrid, 1944, 2 vols.

[44]"Priso el rey de Marruecos a Montanchez, é Sancta Cruz, é Truxillo, é Placencia, é vinieron por Talavera, é cortaron el olivar, é olmos, é Santa Olalla, é Escalona, é lidiaron Maqueda, é non la prisieron, é vinieron cercar Toledo, é cortaron las viñas é los árboles, é duraron y X dias en el mes de junio, era MCCXXXIV". Anales Toledanos, en FLOREZ, R.P.: España Sagrada 23, pp. 382.

[45]Trad. HUICI MIRANDA: Noticias de los reyes del Mogreb e historia de la ciudad de Fez por Aben Abi Zara. Anales del Instituto General y Técnico de Valencia, 1918, p. 254.

[46]"Estando el rey don Alfonso e el infant don Ferrando con todo su regno en la sierra de Sant Vicent, fue el infant don Ferrando en fosado con otdas las gientes á Truxiello, é á Montanches, é tornos´d´aquel fonsado à su padre en el mes dagosto, era MCCIL". Anales Toledanos, en FLOREZ, op. cit., 23, p. 385. Acerca de Alfonso VIII, véase GONZALEZ, J.: El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII. Madrid, 1960, 3 vols.

[47]"Item obligo me et successores meos, quod si Deus aliquo tempore nobis dederis castrum de Turgiello, vel Sancta Cruz, aut de Montanchez, aut de Medelin, quot domus ipsum vobis et Ordini vestro iure hareditario". Bullarium Ord. Mil. S. Jacobi, p. 149.

[48]MANRIQUE, A.: Annales Cistercienses, t. 4. Lyon, 1649, p. 567.

[49]Vid. GUTTON, F.: San Julián del Pereiro. Rev. Citeaux, 12 (1961), pp. 321-329.

[50]Para el estudio de las Ordenes Militares pueden consultarse ALVAREZ DE ARAUJO Y CUELLAR, A.: Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, Madrid, 1891. LOMAX, D.W.: Las órdenes militares en la Península Ibérica durante la Edad Media. Salamanca, 1976. MOTA AREVALO, H.: "Las órdenes militares en Extremadura". Rev. de Estudios Extremadura, 1969, pp. 423-446. RADES Y ANDRADA, F. de: Crónica de las tres órdenes de Santiago, Calatrava y Alcántara. Barcelona, 1980.

[51]"Los freyres de las Ordenes é el Obispo de Plasencia prisieron á Turgiello dia de conversion Sancti Pauli en Janero, era MCCLXX". Encontramos las formas Turgiello y Truxillo, entre los años 1196 y 1232. II Anales Toledanos, en FLOREZ, op. cit., 23, pp. 409.

[52]PINO GARCIA, J.L. del : "Génesis de las ciudades realengas de la Extremadura Medieval". Comunicación al Coloquio Sobre la ciudad Hispánica durante los siglos XIII al XVI. La Rábida-Sevilla, 1981.

[53]Primera Crónica General de Alfonso el Sabio, cap. 1003. Ed. Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1906, p. 682.

[54]MARIANA: op. cit. Madrid, 1744,p. 46. A MARIANA estaba reservado escribir la Historia de España. No es un mero investigador minucioso y concienzudo, sino un gran lector de toda clase de libros de los cuales recogen cuanto cree útil para fomentar las síntesis a que aspira. La historia artística le preocupa mucho más que la puramente informativa, y, como es, ante todo un humanista y un pensador, pone su ideal en parecerse a Tito Livio o a Tácito, y escribe, primero, su historia en latín, para darle caracteres de universalidad, y sólo después la traduce él mismo al castellano, dejando en su estilo giro o arcaísmos voluntarios que denotan su procedencia de la asidua lectura de las viejas crónicas castellanas. Así resulta más anticuado en su lenguaje que un Hurtado de Mendoza.

 

[55]LLABRES, G.: "El fuero de Trujillo". Rev. de Extremadura, 1901, pp. 489-497.

[56]ALONSO DE PALENCIA: Crónica del rey Enrique IV. Trad. A. de Paz y Meliá. Madrid, 1904-1908, década I, lib. V, cap. III. DIEGO ENRIQUEZ DEL CASTILLO: Crónica del rey Enrique IV. Madrid, 1878, Bibl. Aut. Esp. tomo LXX, cap. CXXXV.

[57]Damos a conocer una obra inédita de NARANJO ALONSO, Clodoaldo.: Armas y linajes de Trujillo, cap. IX, Manuscrito.

[58]TETZEL: Viajes por España. Trad. A. M. Fabié: Libros de antaño. Madrid, 1889, tomo VIII, p. 164.

[59]DIEGO DE HINOJOSA: Genealogía de los Hinojosa, Ms. compuesto en 1548 y recopilado en 1553 por Alonso de Hinojosa y Torres. En el Archivo del Conde de Canilleros, Cáceres, sección Asuntos de Trujillo, leg. 22, núm. 4. Ha sido editado en Crónicas Trujillanas del siglo XVI. Cáceres, 1952.

[60]Memorial de Ulloa. Madrid, MDCLXXV, fol. 100.

[61]MARQUES DE TORRES CABRERA: "El clavero de Alcántara", en Romances de Extremadura. Madrid, 1924, p. 46.

[62]DIEGO DE HINOJOSA: Genealogía de los Hinojosa, op. cit., fol. 20. El trabajo más documentado sobre el linaje de Hinojosa en Trujillo, es el de Federico Acedo: Linajes de Trujillo (1919). Ms en la biblioteca del hijo del autor. En NARANJO ALONSO, C.: Trujillo, sus hijos y sus monumentos. Ed. de 1983, nos ofrece un estudio de los linajes trujillanos. También existen referencias sobre este linaje en MATIAS GIL: Las siete centurias de la ciudad de Alfonso VIII. Plasencia, 1877 (reed. Plasencia, 1930).

[63]Según Enríquez del Castillo, Cronista del rey Enrique. Memorias de Enrique IV, II, p. 705.

 

[64]Marañón, G.: Ensayo biológico sobre el rey Enrique IV. Madrid, 1953, p. 22.

[65]Diego de Valera: Crónicas de los RR. Católicos. Madrid, 1949, p. 103.

[66]Sarasola, M.: Isabel la Católica y el destino de Juana. Valladolid, 1955.

[67]Torres Fontes: "Villena en el reinado de los Reyes Católicos". Hispania, 13, 1953, p. 37 y ss.

[68]Hillgarth, J.: Los Reyes Catolicos. México, 1978, p. 21. Torres Fontes: Datos sobre los Católicos monarcas de España. Hispania, 13 (1953), p. 58.

[69]Rui de Pina: Chronica d`El Rei D. Alfonso V. T. II. Lisboa, 1902, cap. 173, p. 77.

[70]Vid. Memoria de Licenciatura inédita. Ramos Rubio, J.A.: Estudio Histórico- Artístico sobre la parroquia de Santa María de Trujillo. Cáceres, 1989.

[71]

Shiels, W.E.: El papado y la Corona. Chicago, 1961.

[72]Luis de Chaves fue el hombre más destacado en Trujillo en los años finales del siglo XV y tuvo una gran importancia en la constante presencia de los Reyes en Trujillo. Archivo General de Simancas, legajo 53 y R.G.S. II núm. 1498, fol. 70.

[73]PALENCIA, A.: Crónica del rey Enrique IV. Toimo IV, Madrid, 1908, p. 145.

[74]Trujillo histórico y monumental. Alicante, 1967. Vid. ESCOBAR PRIETO, E.: "Los Reyes Católicos en Trujillo". Rev. de Extremadura, VI (1904), pp. 483-499.

 

[75]RAMOS RUBIO, J.A: "La judería de Trujillo y la sinagoga. Estudio histórico y artístico". Congreso Internacional El Reino Taifa de Badajoz. Badajoz-Trujillo-Coimbra, 1996.

[76]SALO W. BARON: A social and religious history of the jews. Tomo I, p. 212.

[77]Su interés en separar cristianos y judíos e impedir el proselitismo de estos últimos demuestra las convivencias entre ambas poblaciones.

[78] Sobre los desplazamientos es interesante ver la obra de ROSTOVTZEFF, M.: Historia social y económica del Imperio Romano, I. Madrid, 1967, p. 308; y CARO BAROJA, J: Los judíos en la España Moderna y Contemporánea. Ed. Istmo, Madrid, 1972.

[79]GARCIA IGLESIAS, L.: Los judíos en la España Antigua. Madrid, 1978, p. 65.

[80]CARLOS CARRETE: "El repartimiento de Huete de 1290". En SEF XXXVI (1976), p. 128.  Entre los siglos V y Vll había establecida en Turgalium una de las colonias de comerciantes orientales y judíos más importante de la península Ibérica, la cual estaba íntimamente relacionada con el comercio exterior, y como el resto de las comunidades judías de España, sufriría los restricciones y ambiente antijudío decretado y creado por los códigos de los Reyes visigodos (sobre todo por el código de Sisebuto decretado el año 612 y el de Ervigio en el año 681) así como por los Concilios de los obispos españoles, como el de Toledo del año 633 y el del año 638. Por la situación en que se encontraban los judíos durante el tiempo del reinado visigodo, nos hace suponer que esta comunidad acogiera con alegría e incluso contribuyera a la conquista por las tropas agarenas en todo el territorio Hispánico.

 

[81]BAER, F.: Die Juden im christlichen Spanien. Urkunden und Regesten, II: Kastilien/Inquisitionasakten. Berlín, 1936, p. 170.

[82]PERO LOPEZ DE AYALA: Crónicas de los Reyes de Castilla Don Pedro, Don Enrique II, Don Juan I y Don Enrique III. Enmiendas del Secretario Jerónimo Zurita y las correcciones y notas añadidas por Eugenio de Llaguno Amirola, tomo I, Madrid, 1779, cap. XV, p. 195. Crónica de Don Pedro I, año 1360. cap. VII (B.A.E., LXVI, p. 503.

[83] Está clara la existencia de recaudadores judíos trujillanos al servicio de Samuel Halevi. BEINART, H.: Trujillo, a jewish community in Extremadura on the eve of the expulsion from Spain. Jerusalem, 1980, p. 2.

[84]Edita Beinart, op. cit., p. 3, un colofón de un manuscrito que se conserva en Munich en el que Abraham Yosef Haluzo nos refiere que el 3 de febrero de 1360 terminó de copiar en Trujillo las Tasafot al tratado de Hullí (esta fecha corresponde a la noche después de la conclusión de el Sabbath, en el décimo cuarto día de Shevat en el año 120).

[85]Véase. Legajo 1-1-8-1. Archivo Municipal de Trujillo.

[86]Legajo, 1-1-7-1. Archivo Municipal de Trujillo.

[87]Existen varias ordenanzas municipales sobre judíos y moros recogidas entre los años 1402-1489. A.M.T. 1-1-7-1. 37 folios; leg. 217, 41 fols; 120 y 122, fols. 113.

[88]A.M.T. 1-1-7-1.

[89]A.M.T. 1-1-7-1, leg. 217, 41 fols

[90]Publicados en su mayoría por BEINART, op. cit.

[91]KAMEN, H.: La Inquisición Española. Ed. Crítica. Barcelona, 1980 (2ª ed.), p. 34.

[92]A.M.T. 1.1.11.1. fol. 235.

[93]Yo, el rey. Yo, la reyna. Yo, Alvarez de Toledo, secretario, etc. Don Alvaro, Joanes, doctor Antonius, doctor Felipus, doctor Françiscus, Liçencatus Petrus. Legajo 1-1-7-1. Archivo Municipal de Trujillo.

[94]Crónica de Bernáldez en su capítulo CX: "...muy ricas casas y heredamientos por pocos dineros, y andaban rogando con ellas y no había quién se las comprase, e daban una casa por un asno, e una viña por un poco de paño o lienzo, porque no podían sacar oro ni plata; empero es verdad que sacaron infinito oro e plata escondidamente, y en especial muchos cruzados  o ducados abollados con los dientes, que los tragaban e sacaban en los vientres o en los pasos donde habían de ser buscados , o en los puertos de la tierra e de la mar, y en especial las mujeres tragaban más, a persona le acontecía tragar treinta ducados de una vez".

[95]Ibidem.

[96]Ibidem, docs. núms. 76, 80, 81, 86 y 96.

[97]La iglesia de San Martín, situada en un ángulo de la Plaza Mayor, era entonces, en efecto, muy pequeña, no tan amplia y hermosa como hoy la podemos contemplar. En 1526 era todavía una iglesia muy pequeña en relación con la numerosa concurrencia de fieles, por lo que el Ayuntamiento, en unión con el clero y la feligresía, emprendió las obras de ampliación que duraron muchos años. TENA FERNANDEZ, J.: Trujillo histórico y monumental. Alicante, 1967, pp. 297 ss.

 

[98]A.M.T. 1-1-4-12.

[99]No fue propiedad del Concejo ni sobre él ejerció patronato; además, los moradores de esta casa, si su gallardía y fina arquitectura revelan destacada condición social no podemos afirmar que fueran de noble linaje, pues en ella hubieran puesto los blasones de su ascendencia como era uso en aquellos tiempos. En opinión del prof. Lacave, lo que tenemos aquí es la fachada del monasterio de Santa Isabel, que las monjas harían levantar a comienzos del siglo XVI. Siendo así, tendríamos, como ya he dicho, que la sinagoga y sus dependencias ocuparían toda la manzana que antes he mencionado, es decir, la que transcurre entre la calle de las Tiendas y la de Hernando Pizarro. LACAVE, J.L.: "Los judíos de Extremadura antes del siglo XV". Actas de las Jornadas de Estudios Sefardíes. Cáceres. Unex, 1981, pp. 6 y 7.