Mayoral
Dorado, Fernando Feliciano
Valencia
de Alcántara (Cáceres), 14.IV.1930 – Valencia de Alcántara, 14.VI.2022.
Escultor.
En 1947
asistió en Salamanca a la Escuela de Artes y Oficios, ciudad cultural y
universitaria en la que centraría su residencia quince años después, no sin
antes finalizar sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San
Fernando en Madrid y residir algunos años en París. En 1957 viajó a Italia
pensionado por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Trabajó con el arquitecto Pier
Luigi Nervi. Consiguió en 1965 la Cátedra de Dibujo de enseñanza media,
ejerciendo su labor en Salamanca en el instituto nacional Torres Villarroel.
En 1953
obtuvo su primer premio de escultura otorgado por el Casino de Salamanca, un
año después lo volvió a conseguir, esta vez como pintor (tuvo varios premios en
su trayectoria artística); premio por el monumento a San Juan de la Cruz (Salamanca,
1992); premio al boceto presentado en Trujillo para el Monumento al
Mestizaje, con la efigie de Francisca Pizarro Yupanqui (1992).
En sus
obras resalta la plástica neofigurativa hacia la que ha dirigido sus pasos. Su
escultura está cargada de sugerencias expresivas y simbólicas y se encuadra
dentro de la tendencia del “espacialismo vital” de los estilos figurativos
contemporáneos, según la cual el dinamismo de la figura, expresado en gestos de
gran fuerza, genera su propio espacio vital.
Ha
realizado numerosas exposiciones, entre las que se pueden citar la de Galería
La Araigne de Le Pouldu (Francia, 1965-1966); en 1971, en la Primera Bienal de
Pontevedra; en 1973, en el Salón de Otoño de Sevilla y un año después en el
Salón de Primavera de la ciudad hispalense. En la década de 1980 presentó sus
obras en varias exposiciones (Bienal de Valdepeñas; en la Galería Winker de
Salamanca; exposición itinerante de la Diputación de Salamanca; de la Caja de
Ahorros de Pontevedra y Vigo; en la Galería Artis de Salamanca).
Utilizó
en sus obras distintos materiales, como el hierro, el bronce, la piedra y el
poliéster. En 1956 ejecutó su primera gran obra de envergadura, una escultura
de hierro para el Ayuntamiento de Salamanca titulada El alma de la ciudad,
que actualmente está en los jardines de los comedores universitarios. Fue autor
del mural en piedra para el instituto de enseñanza media Fray Luis de León en
Salamanca (1962), también en esta ciudad cultural realizó la decoración de la
Escuela de Estudios Empresariales (1963) y un medallón de Lord Wellington en
la Plaza Mayor de Salamanca (1980). Realizó monumentos públicos, como el busto
del cronista oficial de Trujillo, sacerdote y fundador de congregaciones
religiosas Juan Tena Fernández (1972), en el paseo del Campillo; el
monumento de realización naturalista al médico Ignacio Lorenzo Laguardia en
Torrecillas de la Tiesa; al doctor Joaquín Jiménez Sánchez, en Madroñera
(1964); o retratos a políticos como el de Fraga Iribarne, para su
domicilio en Villalba (Lugo, 1968). Hizo obras religiosas como una Santa
Teresa para el Carmen de Boulogne de París (1967) o una Virgen en
madera policromada para la iglesia de la Encarnación de Valencia de Alcántara.
También en madera policromada esculpió el paso de Semana Santa de la Santa
Cena, para la cofradía de la Vera Cruz de Zamora (1990), previo premio en
el Concurso Nacional.
Es una
de las obras de las que más orgulloso se sentía el autor. En 1987 se celebró en
Zamora el Primer Congreso Nacional de cofradías de Semana Santa en el que se
alcanzó un compromiso entre Ayuntamiento y Diputación para financiar a partes
iguales un grupo escultórico. En 1988 la Junta Pro Semana Santa convocó un
concurso nacional para la realización de una nueva Santa Cena que
sustituyera a la realizada en 1943 por Ricardo Segundo. El fallo del jurado
(mayo de 1989) dejaba desierto el concurso y adjudicaba un segundo premio a la
maqueta presentada por Mayoral. El mismo año se acordó el encargo directo al
escultor después de importantes mejoras presentadas a la maqueta primitiva. La
escena representada, la Última Cena, está organizada en torno a una mesa
que servirá de eje, presidida por la imagen de Jesús de pie. Los apóstoles
aparecen en actitudes dialogantes entre sí o contemplando a Cristo, sin que
existan repeticiones en la composición, sino que todas y cada una de las formas
consiguen una expresión individualizada sin detrimento del conjunto, que
permiten su valoración independiente, logrando un buen ritmo compositivo. Hay,
siguiendo la tradición de la imaginería castellana, un barroquismo del gesto,
del plegado de los ropajes, exigido por la perspectiva de conjunto en la que se
va a contemplar la obra, concebida para la procesión. La mesa procesional es
diseño del propio escultor. Desfiló por primera vez el 28 de marzo de 1991 en
la tarde del Jueves Santo en la cofradía de la Vera Cruz.
Ese
mismo año ejecutó en poliéster su original versión expresionista de San
Pedro de Alcántara para la exposición San Pedro de Alcántara y su tiempo
(Cáceres, 1990). En 1993, el presidente de la Junta de Castilla y León
inauguraba el medallón de Alberto de Churriguera, ejecutado por Mayoral,
en la Plaza Mayor de Salamanca. Un año después realizaba la escultura de María
Auxiliadora en piedra, para la fachada de su santuario salmantino. Desde
entonces, sus miras artísticas y encargos han ido de la mano de la imaginería
semanantera; realizó un Calvario para el retablo mayor de la parroquia
de San Juan Evangelista de Santiago de Compostela (1996) o el Crucificado de
madera para la cofradía de las Siete Palabras de Zamora, aunque también recibió
encargos públicos como el monumento en bronce de la Beata sor Eusebia
Palomino para Cantalpino (Salamanca, 1998) o la estatua en bronce de Alberto
de Churriguera (Ayuntamiento de Salamanca, 1998). Entre sus últimas obras,
hay que destacar el grupo escultórico de Las comadres (Ayuntamiento de
Salamanca para la plaza de San Justo, 1999); la ejecución de La conversión
del centurión (Zamora, 2000); el Monumento a Gonzalo Torrente Ballester (Salamanca,
2000) o el busto en bronce de Segundo Cid (Galicia, 2000).
Sin
duda alguna, Fernando Mayoral fue el artista extremeño que, fuera de su región,
más encargos recibió y ello es un claro ejemplo de su aclamada fama como
excelente realizador de esculturas que deben perdurar para el deleite de todos
los amantes del arte y de la historia.
Obras
de ~: El alma de la ciudad, jardines de los comedores universitarios,
Salamanca, 1956; Mural del instituto de enseñanza media Fray Luis de León,
Salamanca, 1962; Decoración de la Escuela de Estudios Empresariales,
Salamanca, 1963; Monumento a Joaquín Jiménez Sánchez, Madroñera
(Cáceres), 1964; Retrato de Fraga Iribarne, 1968; Santa Teresa,
Carmen de Boulogne, París, 1967; Medallón de Lord Wellington, Plaza
Mayor, Salamanca, 1980; Paso de Semana Santa de la Santa Cena, Zamora,
1990; San Pedro de Alcántara (poliéster), Cáceres, 1990; Monumento a
San Juan de la Cruz, Salamanca, 1992; Calvario para retablo mayor de la
parroquia de San Juan Evangelista, Santiago de Compostela, 1996; Monumento
a la beata sor Eusebia Palomino, Cantalpino (Salamanca), 1998; Estatua
de Alberto de Churriguera, Salamanca, 1998; Grupo Las comadres, plaza
de San Justo, Salamanca, 1999; La conversión del centurión, Zamora,
2000; Monumento a Gonzalo Torrente Ballester, Salamanca, 2000; Busto
de Germán Sánchez Ruipérez, 2001; Monumento a Alberto Churriguera, 2005;
Monumento a Vicente del Bosque, 2017; Cristo de la Humildad,
2017.
Bibl.:
F. J. Pizarro Gómez y M. Terrón Reynolds, Catálogo de los fondos pictóricos
y escultóricos de la Diputación Provincial de Cáceres, Cáceres, Institución
Cultural El Brocense, 1989, pág. 298; VV. AA., Plástica extremeña,
Salamanca, Caja Badajoz, 1990; J. A. Ramos Rubio, “Los escultores de la
provincia cacereña en el siglo XX. Trayectoria artística”, en Alcántara (Seminario
de Estudios Cacereños, Institución Cultural El Brocense-Diputación Provincial
de Cáceres), 50 (mayo-agosto de 2000), págs. 45-73.
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