TRUJILLO CAPITAL DE LA
HISPANIDAD
La Hispanidad une a treinta países de todos los continentes con un
idioma y un legado histórico, cultural y religioso comunes.
Pocas naciones a lo largo de la historia de la humanidad han alcanzado logros
lejanamente comparables a los nuestros. Únicamente el Imperio Británico, con su
extensión territorial y mercantil, podría servir en algún aspecto de parangón.
Con una diferencia insalvable: su expansión tuvo lugar en un mundo previamente
descubierto por los españoles. Es precisamente el Descubrimiento el hito único
que propicia la Hispanidad y Trujillo, en muchos aspectos, su capital.
Cuando Juan II fallece el 20 enero de 1479, Isabel y Fernando se
encuentran, y con ellos la corte, alojados en la ciudad. Al llegar la noticia,
los monarcas deciden que los funerales por el Rey de Aragón se celebren en
Santa María la Mayor. Así, Fernando hereda el trono de Aragón en Trujillo. Este
hecho provoca la firma del famoso Tanto monta, mediante el cual las coronas de
Castilla y de Aragón quedan por primera vez unidas por los Reyes Católicos.
Este hecho supone ni más ni menos que la rúbrica de España. Aquel día de
inicios de 1479 la España actual y la consecuente Hispanidad nacieron de manera
oficial y para siempre en Trujillo.
Aquel día de inicios de 1479 la España
actual y la consecuente Hispanidad nacieron de manera oficial y para siempre en
Trujillo.
El 29 de diciembre de ese mismo año, Isabel y Fernando firman en la
ciudad el Primer Documento de Cancillería, donde aparecen por primera vez
unidos los reinos de Castilla y Aragón, figurando ya como Reyes de España. Este
hecho, unido al anterior Tanto monta, permite considerar a Trujillo la primera
capital de la España moderna y, por tanto, de la Hispanidad.
No sólo los acontecimientos políticos respaldan esta consideración. Más
allá de palacios, cortes y tratados, la Conquista fue un hecho práctico, de
hombres que cruzaron el mundo en busca de lo desconocido. Ningún otro lugar
aportó tantos protagonistas a la empresa como Trujillo, que de vuelta
experimentó una evolución sin precedentes de su patrimonio cultural y material.
La Plaza Mayor, epicentro de esa herencia, es la mejor Plaza de la Hispanidad
que se puede imaginar.
Poco hay de opinión en todo lo anterior. Se podrá discutir qué nación ha
sido más importante en la historia, y en poco influirá el debate más allá del
terreno del orgullo. Pero será inútil dudar del papel central de Trujillo en la
preponderancia histórica, y en no pocos aspectos actual, de España, el español,
nuestra cultura y la religión católica en el mundo.
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