La orfebrería de
la iglesia de Santa María de Trujillo
José Antonio Ramos Rubio /
Vicente Méndez Hernán
Situada en la plazuela de su mismo
nombre, en pleno corazón de la ciudad medieval, se alza la que acaso fuera
sustituta de la primitiva mezquita alhama de la Torgiela islámica, la
parroquial de Santa María la Mayor, cuya construcción debió iniciarse después
de que la ciudad fuera definitivamente reconquistada en 1232.1
Será a lo largo del siglo XIII cuando se prolonguen las obras
acometidas en el conjunto, luego alterado en su fisonomía interna ante la
intervención que en la misma se procedió a hacer durante el siglo XVI, sobre
todo la parte correspondiente a las naves y al coro, junto a las más
importantes capillas funerarias y la torre nueva, ubicada a los pies del
templo, unida al muro norte.
Elementos tardorrománicos, de la primera
mitad del siglo XIII, tenemos en la cabecera del templo así como en los restos
de la torre, de cuatro cuerpos que en la actualidad están muy reconstruidos,
situada junto al muro norte; hay que destacar en la misma los airosos
ventanales con los que está dotada, con arcos de medio punto que apoyan en
columnas pareadas en los dos pisos superiores. En la actualidad, esta torre se
encuentra profundamente modificada a consecuencia de las restauraciones en ella
operadas, a pesar de lo cual su morfología no se distancia demasiado de su
primitiva configuración, que hoy conocemos por grabados y antiguas fotografías.
Junto a los restos tardorrománicos de la cabecera convive una cubierta de
sencilla bóveda de seis nervios radiales, de clara filiación protogótica.2
Los muros del conjunto de la fábrica
debieron levantarse hacia finales del siglo XIII e inicios del XIV, período
cronológico al que corresponden también las góticas portadas, de la centuria
del trescientos. La posterior intervención que durante la centuria quinientista
se acometió en estas edificaciones bajomedievales fue la responsable de un
resultado en el que se combinaron elementos estructurales y decorativos de
finales del gótico con la renacentista fase española del plateresco que, por
añadidura, entra en competencia estilística con la sobriedad que se hace presa
del exterior del templo.3 De
esta forma, se logró la construcción de un edificio organizado en su interior
en tres naves con cuatro tramos cada una, siendo el buque central más ancho y
elevado que los laterales.
Multitud de capillas funerarias y
enterramientos se distribuyen por el interior de esta parroquia,4 de
la que sin embargo nos interesa destacar especialmente la auténtica joya que
cobija la capilla mayor: el espectacular conjunto pictórico del retablo que
llevó a cabo, en su mayor parte, Fernando Gallego, calificado por la crítica
histórica como el mejor intérprete del estilo hispanoflamenco en Castilla. Y es
que, efectivamente, «la importancia artística de todo lo que se conserva en
Santa María palidece si se la compara con la del retablo mayor, joya magnífica,
para la cual el bello templo es adecuado estuche».5
La platería de la iglesia
Importante debió ser el tesoro que logró reunir esta parroquia con el paso de los siglos. Así se desprende de los asientos consignados en los Libros de Cuentas de Fábrica, y de los importantes artífices que para ella trabajaron desde el siglo XVI hasta finales de la centuria de 1700, destacando entre ellos, muy especialmente, el importante taller del platero placentino Luis Navarrete, a cuyo hijo, también llamado Luis y platero como su padre, hemos documentado en el último tercio del siglo XVI. Sin embargo, ninguna de las piezas estudiadas en el catálogo de artífices ha perdurado en nuestros días. Todo ello debió fenecer durante la ocupación francesa, nefasto período para nuestro patrimonio al que se unió otro de similares consecuencias: el proceso de la desamortización.6
Importante debió ser el tesoro que logró reunir esta parroquia con el paso de los siglos. Así se desprende de los asientos consignados en los Libros de Cuentas de Fábrica, y de los importantes artífices que para ella trabajaron desde el siglo XVI hasta finales de la centuria de 1700, destacando entre ellos, muy especialmente, el importante taller del platero placentino Luis Navarrete, a cuyo hijo, también llamado Luis y platero como su padre, hemos documentado en el último tercio del siglo XVI. Sin embargo, ninguna de las piezas estudiadas en el catálogo de artífices ha perdurado en nuestros días. Todo ello debió fenecer durante la ocupación francesa, nefasto período para nuestro patrimonio al que se unió otro de similares consecuencias: el proceso de la desamortización.6
En la actualidad, las piezas que se conservan en la iglesia
forman parte del ajuar que don José María Pérez de Herrasti donó en 2004. De
entre ellas cabe resaltar el incensario del siglo XVII, los candeleros
ejecutados en Córdoba por Antonio Ruiz de León, ‘el Viejo’, y la serie de
piezas realizadas entre los siglos XIX y XX, donde cabe estudiar la evolución
del estilo a base de recreaciones del pasado.
De la importante nómina de artífices con la que cerramos el
trabajo, cabe resaltar la importancia que tuvo la ciudad de Trujillo en materia
de platería, equiparable a centros tan importantes como las ciudades de Cáceres
o Plasencia.
CATÁLOGO DE PIEZAS
Arqueta eucarística
Material: plata en su color
Dimensiones: 31 x 22 cm.
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Material: plata en su color
Dimensiones: 31 x 22 cm.
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Arqueta. Foto: Cedida
Arqueta eucarística es el nombre con el que se conocen estos
objetos destinados a contener todo lo referente a la Consagración del pan y el
vino. En nuestro caso, es muy probable que la pieza fuera adquirida con la
intención de sustituir a otra anterior. Asienta sobre dos patas fundidas en
forma de garras que abrazan cuatro bolas. Según es frecuente en la platería del
siglo XX, la decoración se ejecuta a base de elementos vegetales, tallos, hojas
y flores, dispuestos sobre el cuerpo y tapa de la obra. Flanquean el cierre
central dos ángeles.
Atril
Material: plata en su color
Dimensiones: 45 x 27 cm
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Material: plata en su color
Dimensiones: 45 x 27 cm
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Atril. Foto: Cedida
Atril constituido por una ficha chapa de plata, en la que se
disponen como ornato toda una serie de motivos vegetales, tallos y cogollos,
que rodean al motivo iconográfico central, el Cordero Místico. La fabricación
de estas piezas durante el siglo pasado es la responsable del carácter
reiterativo que presentan los elementos que constituyen el ornato, poco
jugosos.
Pareja de candeleros
Material: plata en su color
Dimensiones: 70 cm. de altura
Estado de conservación: bueno
Marcas: cordobesas, ‘.A./RUIZ’, Antonio Ruiz de León ‘el Viejo’
Cronología: década de 1770-1783 o 1786
Material: plata en su color
Dimensiones: 70 cm. de altura
Estado de conservación: bueno
Marcas: cordobesas, ‘.A./RUIZ’, Antonio Ruiz de León ‘el Viejo’
Cronología: década de 1770-1783 o 1786
Pareja de candeleros cuyas marcas nos permiten fecharlos en la
segunda mitad del siglo XVIII. Asientan sobre peana moldurada y bastante
elevada. El tambor sobre el que principia el astil deriva del utilizado en el
siglo XVII; sirve de asiento al nudo, en forma de pera invertida, decorado con
una moldura superior que rompe el molde purista, a partir de al cual se
adelgaza el vástago hasta la copa. La arandela del remate es bastante plana. Se
añaden elementos torneados como exorno en la parte final de la pieza.
En lo que respecta a las marcas, existe hoy día cierta
confusión y no menos controversia con las obras que aparecen troqueladas con
los punzones de este orive, pues sabemos que también su hijo Antonio Ruiz de
León emplea las mismas improntas que su predecesor, lo que hace difícil
establecer qué piezas corresponden a uno dentro de un período cronológico afín.
Antonio Ruiz de León ‘el Viejo’ fue aprobado en el examen de
maestría el 1 de julio de 1759. En 1783 y 1785 llegó a detentar el cargo de
veedor de la corporación cordobesa de plateros, y se sabe que realizó obras
para San Pedro y Montemayor, en Córdoba, entre 1772 y 1773.
En un principio, como ha comprobado Cruz
Valdovinos,7 este
orive empezó a marcar sus piezas con el punzón ‘ANTON/IO.RVIS.’ Según Valdovinos,
nuestro platero debió dejar de utilizar esta marca antes de 1768, opinando que,
por su rareza, tan solo fue empleada en 1759, 1760 y acaso algún año más. De
cualquier forma, ya en 1767, o quizás algunos años antes, fue sustituida por el
punzón ‘.A./RUIZ’, que sería empleado hasta 1783 o 1786. Desde 1787 emplea una
nueva marca, ‘A/RVIZ’, tal y como se comprueba en una mancerina guardada en el
Museo Arqueológico Nacional, aunque bien es cierto que esta impronta puede
hacer también referencia a su hijo Antonio Ruiz de León, cuyo punzón coincide
con el de su padre dentro de unos paralelos cronológicos muy afines. Desde el
27 de enero de 1785, fecha en la que fue aprobado Antonio Ruiz de León hijo,
ambas marcas conviven en los talleres de dichos orives. Antonio Ruiz de León
‘el Viejo’ empleó este troquel hasta 1800, pudiéndose alargar esta fecha hasta
1804, dado que la cronológica de 1800 se utilizó hasta 1804, inclusive.
Pareja de candeleros
Material: plata en su color
Dimensiones: 67 cm. de altura
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: mediados del siglo XVIII
Material: plata en su color
Dimensiones: 67 cm. de altura
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: mediados del siglo XVIII
Candeleros. Foto: Cedida
La pieza es muy parecida a la descrita en el apartado
anterior. Las molduras con las que ha sido ejecutada permiten advertir el
cuidado en su decoración, propia del siglo XVIII. En la misma parroquia se
conserva otra pieza similar a esta pareja, aunque algo inferior en el tamaño
(65 cm.).
Corona de plata del Niño
Jesús
Material: plata en su color
Dimensiones: 11 x 8 cm.
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Material: plata en su color
Dimensiones: 11 x 8 cm.
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Corona del Niño Jesús. Foto: Cedida
La obra está concebida en forma de amplia diadema, decorada en
la zona inferior con elementos vegetales, de la que parten ralos destellantes
terminados en estrellas de cinco puntas. Además de esta corona la iglesia de
Santa María conserva una más, destinada asimismo a la testa del Infante por
antonomasia.
Incensario
Material: plata en su color
Dimensiones: 29 x 8 (diámetro del pie) cm.
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: primera mitad del siglo XVII
Material: plata en su color
Dimensiones: 29 x 8 (diámetro del pie) cm.
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: primera mitad del siglo XVII
Incensario. Foto: Cedida
Incensario de estilo purista, decorado con elementos vegetales
muy tenues, con poco realce, realizados a partir de la fina labor que
proporciona el buril. En algunas partes de la pieza, como es el caso del cuerpo
de humo, estos elementos delineados enmarcan superficies caladas. En la
evolución de la platería española, nos encontramos en un período estilístico
donde la sobriedad es manifiesta.
Incensario
Material: plata en su color
Dimensiones: 31 x 9 (diámetro del pie) cm.
Estado de conservación:
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Material: plata en su color
Dimensiones: 31 x 9 (diámetro del pie) cm.
Estado de conservación:
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Incensario. Foto: Cedida
Según es característico en la platería del siglo XX, los
motivos decorativos del pasado se retoman para el exorno de una pieza que dista
mucho del carácter artesanal con el que estaba fabricada la obra precedente. No
obstante, se trata de un incensario de interés por las molduraciones que tiene
en su estructura general, y la forma con la que se ha concebido el cuerpo de
humo, formado a base de cuatro grandes ces que terminan por darle una
estructura piramidal.
Lámpara
Material: plata en su color
Dimensiones: sin posibilidad de acceso
Estado de conservación: bueno
Marcas: no hemos podido comprobar su existencia
Cronología: siglo XX
Material: plata en su color
Dimensiones: sin posibilidad de acceso
Estado de conservación: bueno
Marcas: no hemos podido comprobar su existencia
Cronología: siglo XX
Lámpara. Foto: Cedida
Situada en la capilla de los Loaisa, se trata de una pequeña
lámpara ejecutada en el siglo pasado. Su estructura es bastante peculiar, ya
que el plato inferior que suele llevar esta tipología ha sido sustituido por un
elemento bulboso. Sencillas cadenas realizadas a la fundición unen esta primera
parte con el copete superior, en forma de pequeña cupulilla peraltada y
coronada con una argolla funcional. El exorno se reduce a motivos geométricos e
iconográficos, como son las testas de querubes de las que parten las precitadas
cadenas.
Lavatorios
En la iglesia de Santa María se conservan un total de tres lavatorios de manos, de plata en su color, muy interesantes por la exclusividad de esta tipología, muy poco frecuente. El primero de ellos parece corresponder al siglo XIX, y lleva una imagen de María como representación iconográfica. El segundo y el tercero ya son del siglo XX; uno está decorado con un crucificado, bastante sobrio, y el otro con una pareja de águilas imperiales, en clara alusión simbólica a Cristo, y dos jarras con gallones. Desde luego, este último conjunto llama la atención por el número de piezas que lo componen.
En la iglesia de Santa María se conservan un total de tres lavatorios de manos, de plata en su color, muy interesantes por la exclusividad de esta tipología, muy poco frecuente. El primero de ellos parece corresponder al siglo XIX, y lleva una imagen de María como representación iconográfica. El segundo y el tercero ya son del siglo XX; uno está decorado con un crucificado, bastante sobrio, y el otro con una pareja de águilas imperiales, en clara alusión simbólica a Cristo, y dos jarras con gallones. Desde luego, este último conjunto llama la atención por el número de piezas que lo componen.
Lavatorio con imagen mariana. Foto:
CedidaLavatorio con Crucificado. Foto: CedidaLavatorio con pareja de águilas imperiales.
Foto: CedidaJarra complemento de los lavatorios.
Foto: Cedida
Virgen con Niño
Material: plata en su color
Dimensiones: 21 cm. de altura
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Material: plata en su color
Dimensiones: 21 cm. de altura
Estado de conservación: bueno
Marcas: no tiene
Cronología: siglo XX
Virgen con Niño. Foto: Cedida
Aunque es evidente el modelo iconográfico medieval de esta
imagen, donde la Virgen hace la función de Tronum Dei, la forma de la peana y
los elementos decorativos remiten a una cronología mucho más próxima, ya no
responden a ningún estilo en concreto, y sí al sincretismo propio del siglo XX.
CATÁLOGO DE ARTÍFICES
Manuel de Arroyo
Aparece documentado en las cuentas de la iglesia trujillana correspondientes al período comprendido entre 1738 y 1740. A su favor figura un descargo de 103 reales y 16 maravedís por las reparaciones que acometió en los candeleros, según la carta de pago que rubricó el 13 de abril de 1740.8
Aparece documentado en las cuentas de la iglesia trujillana correspondientes al período comprendido entre 1738 y 1740. A su favor figura un descargo de 103 reales y 16 maravedís por las reparaciones que acometió en los candeleros, según la carta de pago que rubricó el 13 de abril de 1740.8
Es posible que fuera padre de los
plateros José y Juan Antonio Arroyo, si bien es cierto que, en virtud de las
fechas en las que continúa documentado en las cuentas de la iglesia de Santa
María, bien podría haber formado parte de un taller familiar más amplio: figura
documentado entre 1788-1789 y 1792-1793, realizando diversas tareas de
reparación de piezas.9
José Arroyo de Ayala
Desconocemos la vinculación que puedo tener con el platero Manuel de Arroyo, de quien es probable que fuera hijo o hermano. Está documentado entre 1763 y 1765 a tenor de los 428 maravedís que recibió de la iglesia de Santa María «por la compostura del hisopo y las vinajeras de plata».10
Desconocemos la vinculación que puedo tener con el platero Manuel de Arroyo, de quien es probable que fuera hijo o hermano. Está documentado entre 1763 y 1765 a tenor de los 428 maravedís que recibió de la iglesia de Santa María «por la compostura del hisopo y las vinajeras de plata».10
Junto al platero Juan Antonio Arroyo
aparece documentado entre 1766 y 1768, percibiendo 2.516 maravedís por las
diferentes obras acometidas en el tesoro de platería de la iglesia. Desde
luego, ambos plateros, tal vez hermanos, sustituyeron con el tiempo al también
orive Antonio Gómez Marroquín, quien se había encargado durante varios años de
efectuar diferentes trabajos para esta iglesia trujillana.11
Con tal cometido José Arroyo aparece
documentado, como vecino de Trujillo, en el bienio 1768-1769, tras recibir 36
reales por diferentes obras que había cometido para la iglesia.12 De
igual forma sucede en los períodos de 1769-1770; 1770-1771, donde tenemos
documentados a su favor un montante total de 220 reales por componer unas
vinajeras; 1771-1773;13 1776-1777,
bienio en el que recibe 39 reales por «obras precisas para el adorno de la
iglesia»; y 1777-1783.14
Alejo de Bellisa
Figura en las cuentas correspondientes al período comprendido entre 1566 y 1568, en virtud de los 14 ducados que importó el «purificador de plata y oro» que fue necesario contratar para la iglesia.15
Figura en las cuentas correspondientes al período comprendido entre 1566 y 1568, en virtud de los 14 ducados que importó el «purificador de plata y oro» que fue necesario contratar para la iglesia.15
Agustín Casas
Su actividad para la iglesia trujillana de Santa María comienza en el bienio de 1793-1794, en que fueron contratados sus servicios para realizar un arca de plata en la que colocar el Santísimo Sacramento; por su hechura recibió un total de 450 reales.16 Y entre 1695 y 1697 se encargó de realizar diferentes reparaciones en el sagrario de la parroquia, percibiendo por ello 148 reales.17
Su actividad para la iglesia trujillana de Santa María comienza en el bienio de 1793-1794, en que fueron contratados sus servicios para realizar un arca de plata en la que colocar el Santísimo Sacramento; por su hechura recibió un total de 450 reales.16 Y entre 1695 y 1697 se encargó de realizar diferentes reparaciones en el sagrario de la parroquia, percibiendo por ello 148 reales.17
Lorenzo de Castro
Figura documentado por vez primera en la parroquia trujillana de Santa María entre 1631 y 1632, a tenor del siguiente descargo:
Figura documentado por vez primera en la parroquia trujillana de Santa María entre 1631 y 1632, a tenor del siguiente descargo:
§
«Yten se le pasan en quenta
diez mill y setecientos y quarenta maravedís que se pagaron a Lorenzo de
Castro, platero, del cetro que hizo y adereçó de las dema[nda]s, y de la cruz y
yncensario. Ay carta de pago».
§
«Yten se le pasan en quenta
quinientos y quarenta y siete reales que pagó a Lorenzo de Castro, platero,
para en quenta de la cruz de plata que está haciendo. Ay carta de pago».18
Juan Calderón
En 1664 el platero Juan Calderón se encargó de realizar, a cambio de 66 reales, «echuras de tres pares de binajeras que hizo para dicha yglesia».19
En 1664 el platero Juan Calderón se encargó de realizar, a cambio de 66 reales, «echuras de tres pares de binajeras que hizo para dicha yglesia».19
Antonio Gómez Marroquín
A este platero, vecino de la ciudad de Trujillo, lo hemos encontrado citado en las cuentas que el mayordomo de la iglesia realizó ofreció en 1738, relativas al período 1734-1738: en su favor figura un descargo de 125 reales por los diversos trabajos de reparación que acometió, durante esos cuatro años, en las piezas de platería de la iglesia.20
A este platero, vecino de la ciudad de Trujillo, lo hemos encontrado citado en las cuentas que el mayordomo de la iglesia realizó ofreció en 1738, relativas al período 1734-1738: en su favor figura un descargo de 125 reales por los diversos trabajos de reparación que acometió, durante esos cuatro años, en las piezas de platería de la iglesia.20
Según las cartas de pago que otorgó
durante los meses de junio y julio de 1740, sabemos que se encargó de ejecutar,
entre 1738 y 1740, «vnos broches grandes plata para [la] capa de coro», a
cambio de 73 reales y 16 maravedís.21 Asimismo,
según otra carta de pago rubricada el 28 de julio de 1741, consta que recibió
de la iglesia de Santa María 83 reales por «el aderezo de los zetros y hisopo
de plata que dicha yglesia tiene».22 Y
por las dos «bujías que hizo» durante el bienio 1741-1742, se le abonaron 202
reales y 17 maravedís.23
Al decir de las cuentas, debió ser un
platero bastante reclamado en la ciudad, ya que de nuevo figura en los asientos
de la parroquia ejecutando diferentes composturas en el tesoro de platería
entre los años 1742 y 1744, percibiendo la notable cantidad de 4.012 maravedís.24 Y
asimismo, durante los períodos comprendidos entre 1744-1746, donde están
documentados 38 reales a su favor; 1747-1748, con 816 maravedís; 1748-1749,
bienio en el que se documentan a su favor un total de 751 reales y 16
maravedís; 1752-1755, fechas en las que percibe la importante cifra de 5.314
maravedís; 1755, año en el que se le abonan 46 reales;25 y
1757-1759, con un montante de 90 reales.26 En
su labor, como platero asiduo de la parroquia, sería sustituido por José
Arroyo.
Diego de Heredia
En las cuentas que se tomaron al mayordomo de Santa María entre 1580 y 1581, este platero, avecindado en la ciudad de Plasencia, recibió «tres myll y quatrocientos y ochos maravedís en parte de pago de la custodia que hace para la yglesia», por mandato de Visita.27
En las cuentas que se tomaron al mayordomo de Santa María entre 1580 y 1581, este platero, avecindado en la ciudad de Plasencia, recibió «tres myll y quatrocientos y ochos maravedís en parte de pago de la custodia que hace para la yglesia», por mandato de Visita.27
En virtud de los asientos que constan en
el Libro de Fábrica entre los años 1581 y 1583, sabemos que este platero era
vecino de la ciudad de Plasencia; y su presencia en estas fechas en Trujillo
respondió a la nueva custodia y cruz que la iglesia de Santa María le había
encomendado. El montante total de los descargos consignados asciende a la nada
despreciable cantidad de 2.176 reales, 16 maravedís y 31 marcos de plata (6.900
gramos) para la hechura de las piezas.28
Nufro Hernández
Entre 1559 y 1560 acomete diversos trabajos para la iglesia: aderezó la cruz y restauró una de las piezas que había perdido, y se encargó de reparar los incensarios y uno de los cálices de plata; por todo ello percibió 15 reales.29 Y entre 1560 y 1566 estuvo encargado de realizar diversas tareas, muy interesantes por la relación que algunas de ellas permiten establecer entre las artes aplicadas: consta una partida de dos reales y medio por los «botones de plata para la capa de brocado»; reparó la cruz procesional, un trabajo que en parte le fue abonado, además de lo percibido en dinero (15 reales), por medio de la entrega de la «plata quebrada» de la iglesia (6 reales), un procedimiento bastante frecuente en el momento; y realizó una nueva cruz pequeña, trabajo por el que percibió, por mandato del Señor Visitador, la cifra de 1.632 maravedís.30
Entre 1559 y 1560 acomete diversos trabajos para la iglesia: aderezó la cruz y restauró una de las piezas que había perdido, y se encargó de reparar los incensarios y uno de los cálices de plata; por todo ello percibió 15 reales.29 Y entre 1560 y 1566 estuvo encargado de realizar diversas tareas, muy interesantes por la relación que algunas de ellas permiten establecer entre las artes aplicadas: consta una partida de dos reales y medio por los «botones de plata para la capa de brocado»; reparó la cruz procesional, un trabajo que en parte le fue abonado, además de lo percibido en dinero (15 reales), por medio de la entrega de la «plata quebrada» de la iglesia (6 reales), un procedimiento bastante frecuente en el momento; y realizó una nueva cruz pequeña, trabajo por el que percibió, por mandato del Señor Visitador, la cifra de 1.632 maravedís.30
Nufro Hernández debió ser un platero de
bastante confianza para la iglesia de Santa María, ya que en 1566 se le volvió
a contratar para efectuar algunos reparos en las piezas de plata; el trabajo,
según consta por carta de pago fechada el 26 de junio de ese año, se estipuló
en 50 reales. En el bienio de 1570-1571 recibió otros 14 reales por las
reparaciones efectuadas en la cruz y en el incensario; en 1571 volvió a
encargarse de esta pieza a cambio de 15 reales; y, de nuevo, entre 1573 y 1578
fue reclamado en la parroquia para efectuar diversos reparos (las cruces grande
y pequeña, tres incensarios, etc.).31 Sus
intervenciones en la iglesia de Santa María no terminaron entonces, ya que de
nuevo aparece documentado entre 1578 y 1580, en virtud de los 16 reales que
recibió por «los adobios (sic) que hizo en unas vinajeras y en unos
yncensarios».32
A tenor de los diversos trabajos que
acomete para la iglesia entre 1581 y 1583, sabemos que Nufro Hernández era un
platero avecindado en la ciudad de Trujillo. En el período mencionado percibió
la cantidad de tres ducados y tres reales «porque adobó la cruz de oro y puso
en ella la plata que fue menester», y por el «adereço de los yncensarios de la
iglesia».33
Martín de Macaya
Entre 1680 y 1681, el platero Martín de Macaya figura en las cuentas de la iglesia a tenor del siguiente descargo: «Yten se le pasan en quenta mil quatroçientos y quinçe reales que pagó a Martín Macaya, platero vecino desta çiudad, los mil y çinquenta reales por la hechura de quatro çetros de plata que se hiçieron de los biejos que tenía la yglesia, y treçientos y sesenta y cinco reales que ynportó la plata que lleuaron demás. Constó de reçiuo que se rubricó y bale».34
Entre 1680 y 1681, el platero Martín de Macaya figura en las cuentas de la iglesia a tenor del siguiente descargo: «Yten se le pasan en quenta mil quatroçientos y quinçe reales que pagó a Martín Macaya, platero vecino desta çiudad, los mil y çinquenta reales por la hechura de quatro çetros de plata que se hiçieron de los biejos que tenía la yglesia, y treçientos y sesenta y cinco reales que ynportó la plata que lleuaron demás. Constó de reçiuo que se rubricó y bale».34
Hernán Rodríguez Machado
Este platero, avecindado en la ciudad de Trujillo, aparece documentado en las cuentas que el mayordomo de la iglesia tomó en el bienio 1583-1584, a tenor de los 10 reales que percibió «del adobio que hizo en dos cálices y plata que puso, que avía muchos días que no se dezía mysa con ellos».35 Similar fue la labor que acometió entre 1584 y 1586, período en el que recibe 1.088 maravedís «de dos vezes que a aderesçado la cruz de las procesiones y la corono de Nra. Señora y otros adobios y plata que puso en ellos según contrató».36
Este platero, avecindado en la ciudad de Trujillo, aparece documentado en las cuentas que el mayordomo de la iglesia tomó en el bienio 1583-1584, a tenor de los 10 reales que percibió «del adobio que hizo en dos cálices y plata que puso, que avía muchos días que no se dezía mysa con ellos».35 Similar fue la labor que acometió entre 1584 y 1586, período en el que recibe 1.088 maravedís «de dos vezes que a aderesçado la cruz de las procesiones y la corono de Nra. Señora y otros adobios y plata que puso en ellos según contrató».36
Luis Navarrete, el Mozo
El hijo del importante platero placentino Luis Navarrete aparece citado en las cuentas de la parroquia a tenor de diversos trabajos que había contratado: entre 1580 y 1581 está documentado un pago a su favor de 15.385 maravedís por las crismeras, cuatro cetros y otras piezas de plata que se encontraba ejecutando para la iglesia.37
El hijo del importante platero placentino Luis Navarrete aparece citado en las cuentas de la parroquia a tenor de diversos trabajos que había contratado: entre 1580 y 1581 está documentado un pago a su favor de 15.385 maravedís por las crismeras, cuatro cetros y otras piezas de plata que se encontraba ejecutando para la iglesia.37
Importante fue sin duda la hechura de los
precitados cetros, que no han llegado hasta nuestros días, para de ellos se
hiciera mención en las cuentas que el mayordomo tuvo que rendir ante los
canónigos de Plasencia el 3 de septiembre de 1581.38 Los
pagos por esta obra continúan en las cuentas correspondientes al período
1581-1583, en el que percibió un total de 100 ducados, 900 reales y 7 marcos de
plata (1.610 gramos), lo que desde luego permite hacernos una idea de la pieza
que le había sido encomendada:
§
«Más cien ducados que dia a
Navarrete, platero vezino de Plasenzia, para parte de pago de los çetros questá
haziendo. Tengo carta de pago en mi legajo».
§
«Di a Luis Navarrete,
platero, por los çetros questá haziendo quatroçientos reales y siete marcos de
plata. Tengo carta de pago en mi legajo».
§
«Di a Luis Navarrete, platero
vezino de Plasenzia, trezientos reales para en parte de pago de los çetros.
Tengo carta de pago en mi legajo».
§
«Más di a Navarrete, platero
vezino de Plasenzia, duzientos reales para los cetros de plata questá haziendo.
Tengo carta de pago en mi legajo».39
Aún en las cuentas tomadas durante el
bienio de 1583 y 1584, se le abonan por la misma razón la cuantía de 200
reales.40 A
esta cantidad hay que sumar la cuantía global de 138.762 maravedís, consignada
en el Libro de las Cuentas tomadas entre 1583 y 1626.41 El
montante total ascendió a la importante cifra de 571 ducados, 8 maravedís y
1,610 kg. de plata.
Tampoco ha llegado hasta nuestros días la
cruz de plata sobredorada que estipuló con esa misma parroquia el 7 de
noviembre de 1585. Con ello, la comunidad parroquial daba cumplimiento a los
mandatos de Visita. Para efectuar los primeros pagos de la obra, el mayordomo
dejó constancia de haber entregado al platero diez piezas de plata que pesaron
diez marcos, dos onzas y dos ochavas, además de una escritura de deuda que
tenía contra Andrés Martín y Juan de la Peña, ambos vecinos de Plasencia, por
valor de 51.660 maravedís. La escritura de fianzas pasó ante el escribano Juan
Díaz, firmada el 28 de enero de 1587. Y parece ser que la iglesia reclamó la
obra por escritura de 7 de junio de 1589, y de nuevo el 9 de mayo de 1590.42
La cruz se terminó de abonar durante el
período 1591-1594, según los descargos que se pasaron en cuenta durante estos
años al mayordomo: «Yten pagué a Luis Navarrete el Viejo, platero de Plasenzia,
por una parte onze myle y seiscientos y sesenta maravedís, y por otra,
seiscientos y sesenta y un maravedís, que se le restaban deviendo de la cruz
que hizo para la dicha yglesia, con lo qual se le acabó de pagar los 103.546
maravedís que montó en la plata y hechura la dicha cruz, porque pesó veynte y
tres marcos y dos onças y contando a seis ducados de hechura de cada marco
conforme al contrato montó lo dicho, y con esto queda acabado con el dicho
Navarrete. Y se entregó la cruz a Juan Calero y Miguel Carrasco, sacristanes, y
tuvo por bien Navarrete que se dorase donde el mayordomo quisiese…».43
A la cantidad expresada en la partida se sumaron las costas
que tuvo el pleito que hubo que interponer contra los titulares de la deuda que
la parroquia traspasó en favor del platero. En 1592 el platero Cristóbal de
Olivares terminó la obra procediendo a su dorado.
Cristóbal de Olivares
El 14 de junio de 1592, Cristóbal de Olivares, platero vecino de la ciudad de Trujillo, otorgó carta de pago por valor de 4.300 reales y medio, y en virtud de a hechura y oro que puso cuando doró la cruz parroquial que había contratado en 1585 el platero placentino Luis Navarrete,44 de lo que damos noticia en el apartado dedicado a este artista.
El 14 de junio de 1592, Cristóbal de Olivares, platero vecino de la ciudad de Trujillo, otorgó carta de pago por valor de 4.300 reales y medio, y en virtud de a hechura y oro que puso cuando doró la cruz parroquial que había contratado en 1585 el platero placentino Luis Navarrete,44 de lo que damos noticia en el apartado dedicado a este artista.
Álvaro Ramírez
A este platero lo hemos documentado trabajando para la iglesia trujillana entre 1644 y 1647:
A este platero lo hemos documentado trabajando para la iglesia trujillana entre 1644 y 1647:
§
«Ytem doçe reales que pagó a
Álvaro Ramírez, plaetero, del adereço de vn cáliz y ostiario de dicha yglesia.
Mostró carta de pago».
§
«Yten veinte y ocho reales
que pagó al dicho Álvaro Ramírez, platero, de los adereços que hiço en una
lánpara y en los yncensarios de plata de dicha yglesia. Mostró carta de pago».45
Asimismo, entre 1648 y 1650 se encargó de
aderezar un candelero de plata a cambio de cuatro reales.46
Francisco Rosado
Conocemos el nombre de este orive a través del asiento de 30 reales anotados a su favor en las cuentas efectuadas entre 1700 y 1702, que recibió por aderezar la custodia y el incensario.47 De nuevo figura documentado en el bienio de 1703-1705, en que se encarga de aderezar una pareja de vinajeras y la cruz de la manga parroquial. Y una vez más entre 1712 y 1714, período en el que recibió «duzientos y quarenta reales que ymportaron las hechuras de doze vinajeras de plata que se hizieron nuevas para el servicio de la yglesia».48
Conocemos el nombre de este orive a través del asiento de 30 reales anotados a su favor en las cuentas efectuadas entre 1700 y 1702, que recibió por aderezar la custodia y el incensario.47 De nuevo figura documentado en el bienio de 1703-1705, en que se encarga de aderezar una pareja de vinajeras y la cruz de la manga parroquial. Y una vez más entre 1712 y 1714, período en el que recibió «duzientos y quarenta reales que ymportaron las hechuras de doze vinajeras de plata que se hizieron nuevas para el servicio de la yglesia».48
Sebastián Sánchez de la Cruz
Figura documentado por vez primera en las cuentas que el mayordomo de la iglesia trujillana realizó en 1698, dando fe de los 75 reales que le habían sido abonados por la hechura de un copón y dos patenas.49
Figura documentado por vez primera en las cuentas que el mayordomo de la iglesia trujillana realizó en 1698, dando fe de los 75 reales que le habían sido abonados por la hechura de un copón y dos patenas.49
Agustín de Soto
Como vecino de la ciudad de Trujillo figura documentado en las cuentas de la parroquia correspondientes al período de 1730-1734, percibiendo739 reales y veinte maravedís por haber realizado «diferentes hechuras de plata y composizión»: los cetros que había hecho a finales del siglo XVI el platero placentino Luis Navarrete, el Joven, para los que hizo de nuevo los remates en forma de cabezas de santos; también reparó la campana de la iglesia, las vinajeras, las arañas; y realizó varios broches de plata.50
Como vecino de la ciudad de Trujillo figura documentado en las cuentas de la parroquia correspondientes al período de 1730-1734, percibiendo739 reales y veinte maravedís por haber realizado «diferentes hechuras de plata y composizión»: los cetros que había hecho a finales del siglo XVI el platero placentino Luis Navarrete, el Joven, para los que hizo de nuevo los remates en forma de cabezas de santos; también reparó la campana de la iglesia, las vinajeras, las arañas; y realizó varios broches de plata.50
También aparece documentado en el bienio
1762-1763, con 364 maravedís que le fueron satisfechos por «la compostura de
unas vinajeras y unas campanillas de plata».51
Juan de Soto
Es posible que fuera padre del también orive Agustín de Soto. Lo tenemos por primera vez documentado entre 1724 y 1727, percibiendo 2.125 maravedís por la compostura de diversas piezas de platería52.
Es posible que fuera padre del también orive Agustín de Soto. Lo tenemos por primera vez documentado entre 1724 y 1727, percibiendo 2.125 maravedís por la compostura de diversas piezas de platería52.
Alonso Váez
Conocemos el nombre del orive Alonso Váez a partir del asiento existente en los Libros de Cuentas de Fábrica del siglo XVI, donde consta una partida de dos reales y medio que recibió en el período 1560-1566, por las crismeras que hizo y el aderezo que acometió sobre una de las cruces.53
Conocemos el nombre del orive Alonso Váez a partir del asiento existente en los Libros de Cuentas de Fábrica del siglo XVI, donde consta una partida de dos reales y medio que recibió en el período 1560-1566, por las crismeras que hizo y el aderezo que acometió sobre una de las cruces.53
Juan Varela
Está documentado entre 1640 y 1642, en virtud del descargo siguiente: «Yten da por descargo ziento y doze reales que pagó a Joan Varela, platero, del aderezo de unas bidrieras y una cruz de plata y unas binajeras de plata de dicha ylgesia. Parezió por carta de pago de veinte y zinco de otubre de mil y seiscientos y cuartanta, que mostró».54
Está documentado entre 1640 y 1642, en virtud del descargo siguiente: «Yten da por descargo ziento y doze reales que pagó a Joan Varela, platero, del aderezo de unas bidrieras y una cruz de plata y unas binajeras de plata de dicha ylgesia. Parezió por carta de pago de veinte y zinco de otubre de mil y seiscientos y cuartanta, que mostró».54
Juan Vázquez
A este platero lo hemos documentado en los asientos correspondientes al período comprendido entre 1586 y 1591. Según una carta de pago fechada en agosto de 1588, Juan Vázquez recibió doce reales de la plata que había puesto para reparar las cadenas de los incensarios, dentro del proceso de limpieza que se encargó de acometer sobre los mismos.55
A este platero lo hemos documentado en los asientos correspondientes al período comprendido entre 1586 y 1591. Según una carta de pago fechada en agosto de 1588, Juan Vázquez recibió doce reales de la plata que había puesto para reparar las cadenas de los incensarios, dentro del proceso de limpieza que se encargó de acometer sobre los mismos.55
Dentro de las precitadas cuentas, constan
otras cuatro cartas de pago, fechadas el 28 de abril, 6 y 17 de junio de 1589,
y en 1590, relativas a los 51 reales que percibió por aderezar los candeleros,
la cruz y el incensario de la iglesia y limpiar otras piezas56.
Entre 1591 y 1594, Juan Vázquez volvió a
realizar diversos trabajos de reparos en la plata de la iglesia: el incensario,
la cruz de plata, etc.57
1 Clodoaldo Naranjo
Alonso, ‘Solar de conquistadores. Trujillo, sus hijos y monumentos’
(Serradilla, 1929), pp. 89 y ss.; Carmen Fernández-Daza Alvear, ‘La ciudad de
Trujillo y su tierra en la baja Edad Media’ (Badajoz, Junta de Extremadura,
1993), pp. 96 y ss.
2 J. Tena Fernández,
‘Trujillo Histórico y Monumental’ (Alicante, 1967. Trujillo, 1988), pp. 423 y
ss.
3 Las reformas acometidas
en la parroquial de Santa María la Mayor, de Trujillo, son susceptibles de ser
comparadas con las que el arquitecto Pedro de Ybarra llevó a cabo en la
centuria de 1500 en la cacereña Concatedral de Santa María. Vid., al respecto,
Francisco M. Sánchez Lomba, ‘Iglesia caurienses del milquinientos’ (Salamanca,
1994), pp. 128-138.
4 Uno de los estudios más
recientes sobre este importante templo fue acometido por José Antonio Ramos
Rubio, ‘Estudio histórico artístico de la iglesia parroquial de Santa María la
Mayor de Trujillo’ (Cáceres, 1990, edición del autor), pp. 13-30. Vid., etiam,
José Ramón Mélida Alinari, ‘Catálogo Monumental de España. Provincia de Cáceres
(1914-1916)’ (Madrid, 1924), T.º II, pp. 353 ss.; Carmelo Solís Rodríguez, ‘El
arquitecto trujillano Sancho de Cabrera (1500?-1575)’, en ‘V Congreso de
Estudios Extremeños. Pórtico al bimilenario de Mérida. Ponencia IV. Arte’
(Badajoz, 1976), pp. 144 s.; J. Fernández López, ‘Santa María la Mayor’, en
‘Extremadura’, de la colección ‘La España Gótica’ (Madrid, 1995), pp. 256-270
passim, donde se nos ofrece una interesantísima bibliografía para profundizar
en toda una serie de aspectos que, por la propia naturaleza del presente
trabajo, hemos considerado oportuno omitir. En este sentido también hay que
destacar el brillante compendio bibliográfico que los integrantes del actual
Dpto. de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura nos ofrecen en el
libro Monumentos Artísticos de Extremadura (Mérida, 1995, 2ª edición revisada y
aumentada), pp. 593-596, etc. Sobre los maestros de la iglesia vid. el trabajo
del Chantre don José Benavides Checa, ‘Prelados Placentinos. Notas para sus
biografías y para la Historia documental de la Santa Iglesia Catedral y Ciudad
de Plasencia’ (Plasencia, 1907), pp. 127 s.
5 F. Layna Serrano, ‘La
iglesia de Santa María de Trujillo’, en ‘Boletín de la Sociedad Española de
Excursiones’ (Madrid, 1943), p. 252.
6 Sobre este aspecto es
muy interesante el trabajo, entre otros que tiene, del profesor Francisco J.
Pizarro Gómez, ‘Abandono y ruina de la arquitectura trujillana durante el siglo
XIX’, en ‘Norba. Revista de Arte, Geografía e Historia’, Tº. II (Cáceres,
1981), pp. 53-66.
7 Cruz Valdovinos, ‘Museo
Arqueológico Nacional. Catálogo de la platería’ (Madrid, 1983), p. 168, nota
70.
14 A.P. de Santa María,
L.C.F. y V. , de 1773 a 1793, foliado, fols. 59 vt.º, 78, 108, 122 vt.º y 152.
18 A.P. de Santa María de
Trujillo, L.C.F. y V. de (1619) 1629 a 1692, foliado en parte, fol. 29 vt.º.
34 A.P. de Santa María de
Trujillo, L.C.F. y V. de (1619) 1629 a 1692, foliado en parte, foliación
perdida en esta parte del libro.
41 A.P. de Santa María,
Trujillo, L.C.F. y V. de 1583 a 1626, foliado, fols. 14 vt.º, 15 vt.º, 16 y 24.
43 Ibídem, fol. 103. Vid.,
etiam, Méndez Hernán, V., ‘El platero placentino Luis Navarrete. Aportaciones
documentales sobre su trayectoria biográfica y artística’, en Estudios de
Platería. San Eloy 2004, Murcia, 2004, pp. 308 s.
45 A.P. de Santa María de
Trujillo, L.C.F. y V. de (1619) 1629 a 1692, foliado en parte, fols. 109
vt.º-110.
54 A.P. de Santa María de
Trujillo, L.C.F. y V. de (1619) 1629 a 1692, foliado en parte, fol. 74 vt.º.
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