jueves, 30 de junio de 2022

 

Cruceros y Cruces de Término de Trujillo

 

El sustantivo “cruz” es definido por la Real Academia Española como “cruce de dos caminos” [1]; en el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico[2], consta que se trata de una derivación semiculta del latín /CRÛCEM/, de /CRUX, -CIS/ con el significado de “cruz, horca, picota”.  Sebastián de Covarrubias, por su parte,  ofrece para “encrucijada” la definición de “…dos caminos encontrados que hacen cruz[3].

 

A pesar de no quedar referida en los diccionarios, la acepción de “cruz” como elemento

de deslinde territorial se puede rastrear ya en los siglos XI y XII[4]. La cruz, en ocasiones, era una forma de amojonar… Otras veces es la guía del Vía Crucis o el hito de bienvenida a un lugar; pero muy frecuentemente hace referencia a una encrucijada de caminos”; documentando que, en determinados casos, ésta se cristianizó o santificó, adoptando la forma de “santa cruz”, atestiguando desde el siglo XI ya la existencia de este topónimo[5].

Es importante el entorno en que están construidos. En ocasiones están en solitario, otras formando parte de un Vía Crucis como el que existió en la calle Cruces. El crucero es un monumento religioso constituido por una cruz generalmente de piedra sobre un pilar, situado en un lugar público, principalmente siguen correspondiendo con los límites de los términos municipales como ocurre con la cruz existente en el camino a Belén o Huertas de la Magdalena.  Por otra parte, cuando las mismas quedan en el interior de los términos municipales, corresponden a hitos religiosos cercanos a ermitas.

 

Ya existió en la época romana una preocupación por señalar los límites con mojones inscritos o epígrafes. Piedras de límite que estaban bajo la protección de Iuppiter Terminus[6] y su alteración o desplazamiento suponía para el responsable la condena a muerte. Una estrecha relación entre el límite y la religión, lo que los agrimensores llaman termini o pali sacrificales, y que consignan la costumbre, en algunos lugares, de realizar sacrificios a Júpiter antes de instalar un cipo[7].  Incluso, las cruces ya eran usadas por los romanos al inicio de las calzadas. Las distancias entre ciudades estaban marcadas por los miliarios, elementos posteriormente cristianizados, por lo que esta red viaria se convierte en un importante medio de difusión de los cruceros, tanto por la conversión de antiguos miliarios como por la posibilidad de comunicación entre distintos puntos de la geografía. Más tarde, a partir de la Edad Media estas marcas de los camino se situaban en las entradas de los pueblos como símbolo de fe cristiana, y de reconquista a los musulmanes, avisando a los foráneos que entraban en una población leal a la cristiandad.  En la segunda mitad del siglo XVI, y sobre todo, en el siglo XVII, se da prioridad a la creación o reparación de nuevos caminos situando en las entradas de los municipios cruces de término. En España, se contaba con una red viaria tradicional, legada por los hispanorromanos y algunos nuevos caminos medievales, que si bien eran deficientes. Por estas razones, los caminos nuevos fueron escasos casi todos ellos, y surgieron por las necesidades políticas o económicas. Es preciso mencionar la frecuente presencia de los mojones en el campo trujillano. Es una señal de piedra para delimitar propiedades o territorios y las distancias; es, por tanto, una señal permanente que se pone para fijar los linderos de heredades, términos y fronteras. Solamente pondremos algunos ejemplos de los mojones que existieron en el berrocal de Trujillo. Para poner un claro ejemplo de la presencia de mojones en los antiguos caminos, tendremos en cuenta la Carta plomada del rey don Alfonso confirmando el amojonamiento realizado entre los términos de Trujillo, Toledo y Talavera por el Alcalde del rey y Martín Muñoz de Medellín ante los representantes de Trujillo y Toledo, según traslado en 20 de mayo de 1405: “E como va en su derecho al mojon que esta en la Nava alcornocosa, çerca del puerto de Cañamero. E como va en su derecho al puerto de Cañamero, en medio de la carrera e del puerto de Cañamero como va en su derecho al mojon beça de la brama. E como va en su derecho a la cabeça de la brama al monton de los robres que están en somo de la cabeça sobredicha, …”[8]. También, la Visita que se hizo al Berrocal de Trujillo y su término por el señor corregidor, don Diego de Guzmán y Velasco, don Blas de Alarcón Pacheco y don Diego Calderón Arias, regidores comisarios, y por el apeador don Tomás de Bonilla. Testimonio de don Francisco González Soldado. Archivo Municipal de Trujillo. En Trujillo a 10 de enero del año 1657.

“En la ciudad de Trujillo, a diez de enero año de mil y seiscientos y cincuenta y siete. Los señores don Diego de Guzmán y Velasco, caballero de la orden de Santiago, corregidor (....) En el dicho día, mes y año dichos se llegó al acirate de la mojonera del Berrocal que llega al camino que de dicha ciudad va a la villa de la Madroñera y tomando mano izquierda a dar al Palacio de don Juan de Chaves Sotomayor, caballero de la orden de Alcántara y desde el dicho camino hasta dicho Palacio se reconocieron cuatro mojones que se aclararon poniéndoles piedras y cavando los alrededor con un majado que para dicho objeto se llevaba. Pasado dicho Palacio se reconoció un mojón en una fuente que está cerca del, el cual se aclaró con tierra y piedras y consiguientemente siguiendo el acirate que deslinda dicho Berrocal hasta la huerta del Palacio de don Álvaro de Hinojosa se reconocieron y aclararon treinta y dos mojones, los nueve empeñas que tenían por señal diferentes cruces y los veinte y tres de tierra y piedras que se recovaron cavando las alrededor. En la esquina de la cerca del Palacio dicho de don Álvaro de Hinojosa, por la parte de abajo, lindé el camino que cerca de ella pasa se reconoció un mojón de piedra grande con una señal de cruz el cual se aclaró y consiguientemente siguiendo el acirate se reconocieron cuatro mojones de piedra con señales de erres hasta el Palacio del señor don Pedro de Orellana los cuales se aclararon y cavaron alrededor (.....)”. Perteneciente al patrimonio de Trujillo destacamos la existencia del Humilladero, próximo a la ermita de Santa Ana, en el antiguo camino de Santa Cruz, que según Antonio Ponz: “Camino de Santa Cruz desde Truxillo se llega á corta distancia al Humilladero, es un templecito redondo sobre tres gradas con ocho columnas, y cúpula encima, que parece muy bien, y se hizo, según un letrero, en 1596. En medio hay un Crucifixo sobre una columna de orden corintio[9].

 

I.- Cruz de San Lázaro

En Trujillo aún se conserva la calle de las Cruces, nombre que recibía por la existencia de un Calvario del que tenemos noticias documentales y que se alzaba y se extendía por la citada calle y terminaba en la Cruz casualmente se encuentra junto a la ermita de San Lázaro: “Por el diputado don Manuel Díaz se hizo presente el despotismo que andaba en el Vía Crucis o Calvario con motivo de ir a aquel sitio a tirar la barra, de forma que iban arruinando las cruces, por lo que el señor Corregidor mandó se publicase un bando con multa para que no se volviese a tirar a la barra de jugar en dicho sitio, comisionándose por el Ayuntamiento a dos diputados para que lo celen, y que precedido reconocimiento se compongan las  Cruces que lo necesiten a costa del fondo de Propios”[10]. Es importante destacar que la calle paralela a la de las Cruces recibió el nombre del Mayor Dolor, porque se realizaban en los días de la Semana Santa actos religiosos de flagelantes el Viernes Santo, ante la imagen del Crucificado el procesionaba desde la iglesia de la Vera Cruz hasta la Encarnación, próxima a la calle del Mayor Dolor. Este Calvario era un lugar de oración y penitencia. Las cruces estaban talladas en piedra. Hoy solamente queda la cruz existente en el Paseo de San Lázaro y, lugar conocido otras épocas como  Campo de San Juan, y que se ejecutó en el año 1774 según un Acuerdo del Ayuntamiento: “Se hizo presente por el señor don José de Orozco haberse obligado los maestros que están componiendo las calles de esta ciudad a poner una efigie de Nuestro Redentor Crucificado en la Cruz que se halla en el Campo de San Juan[11]. Consiste en una cruz elevada sobre triple graderío circular. Aún se conserva el ábaco de una columna poligonal prismática, en mal estado de conservación se encuentra la imagen de Cristo yacente en los brazos de su Madre o V Angustia, del que resta tan solo la figura del yacente en la cruz de brazos cilíndricos, sobre un hermoso capitel de hojas de acanto y volutas.



II.- Cruz de los Ángeles

En el antiguo camino que conducía al arrabal de Belén se encontraba la Cruz de los Ángeles, nombre que recibió la calle. Tenemos datos documentales de la existencia de esta Cruz en la segunda mitad del siglo XVI, concretamente el 6 octubre del año 1564, pues a la reparación de la calzada o empedrado donde se levantaba, se refiere un Acuerdo municipal de aquella fecha[12]. Actualmente no existe la Cruz.

III.- Cruz de la Pólvora

Tampoco existe esta Cruz, de la cual tenemos noticias documentales por un Acuerdo del Concejo con fecha 30 mayo del año 1575. En que se mandaron liberar a Pedro González 3.000 maravedíes a  cuenta para la Cruz que se hace en el camino de Plasencia a la Pólvora. Volvemos a encontrar datos documentales en el año 1592, concretamente en un pleito, una ejecutoria a favor de la ciudad de Trujillo contra Juan Fernández Estirado, que debía a la misma 61.120 maravedíes por escritura y recaudos. Mandando dar a esta ciudad la posesión de un asiento, casa, cerca y horno en las huertas de Valfermoso, a la Cruz de la Pólvora[13]. En el año 1819 aún existía esta Cruz, pues en una sesión municipal de este año se vio un memorial de don Felipe Fernández obligándose a componer el camino Real desde el Arco del Mercadillo hasta donde lo dejó la Real Hacienda con tal que se le concedía ese licencia para murar un pedazo de terreno al sitio de la Cruz de la Pólvora, por encima de la Caridad, lindando con la Huerta del Malnombre, camino de Madroñera[14].

IV.- Cruz Dorada

Se encuentra actualmente en el barrio de la Piedad. Debe su nombre a una inscripción que con letras unciales en altorrelieve especifica que estuvo dorada: “Inhoc signo vinces” (Bajo esta enseña vencerás). Tiene columna salomónica y un bello capitel de volutas y hojas de acanto; y remata en una Cruz de hierro que fue colocada por la Escuela Taller en los años 90 del siglo XX, en sustitución de otra cruz que había sido colocada tras la terminación de la Guerra Civil (1939), ya que la primitiva cruz había desaparecido.

 



V.- Cruz (Dehesa de los Caballos)

Frente a la fachada de la Dehesa de los Caballos, en la antigua carretera de Madrid, se alza una cruz sobre un capitel toscano, tiene un varal de piedra o columna cilíndrica asentada sobre graderío circular escalonado, cubierta de líquenes. En el año 1637 el Concejo ordenó a don Pedro Enríquez que aderezase la Cruz que está junto a la Dehesa de los Caballos[15]. Consiste en una cruz de término elevada sobre un podio con seis escalinatas, tiene columna granítica de base circular sobre basamento cuadrangular y remata en un capitel toscano y una cruz lisa, sin motivos decorativos ni representaciones figurativas.



VI.- Cruz del Humilladero

Diferentes elementos han sido colocados o retirados en distintos momentos, produciéndose los diferentes cambios en la imagen de la Ciudad. En el cerro de Santa Ana, nombre que recibe por su ermita construida en el siglo XVIII  a expensas y por voluntad del Obispo de Plasencia don fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba[16], existió la cruz del Humilladero de San Lázaro, que se encontraba entre el Pósito[17] y la Ermita de Santa Ana, era el camino de Sevilla. El 15 de diciembre del año 1589 le estaba construyendo el cantero Francisco Martín, según recogemos en un documento del Archivo Municipal, la obra finalizó en octubre de 1592, ocupándose ya de su ornamentación: “Que se dore la Cruz del Humilladero, e cometiose a Don Francisco de Sotomayor faga dorar la Cruz que se tiene de poner encima del Humilladero de los Mártires”. Se trasladó a la Plaza a finales del siglo XIX como templete de la música, luego se sustituyó por una farola y ésta, a su vez, por una fuente o pilar en el año 1900. Las piedras del Humilladero fueron parte del solar en que se edificó el Colegio Preparatorio Militar, a excepción de los fustes de dos columnas que se colocaron en una portada interior de la casa que construyó en la calle del Pavo don Antonio Bonilla, y que es hoy día propiedad de doña Elisa Navarro[18].

También, existieron otras cruces callejeras en Trujillo, tal es el caso de la Cruz del Estudio. Estaba próxima a las casas del Estudio, en la calle que recibió el mismo nombre, propiedad del Ayuntamiento. Ya no se conserva. Como tampoco se conserva la denominada Cruz de Juan Pizarro de la que se tienen referencias del 17 octubre del año 1817, por un Acuerdo municipal: “Gregorio Benitet y Pablo Martínez, de esta vecindad, en sus memoriales de este día, solicitan licencia para murar primero un poco de terreno en la cerca derrotada del forero del lado de allá de la Cruz de Juan Pizarro, camino adelante el viejo de la Sierra, linda con cerca del Angel y el segundo al sitio más acá del criadero contiguo a una cerca llamada de la Corralada, de cabida de un celemín y el otro de dos fanegas[19].

 



[1] Real Academia Española: Diccionario de la Lengua Castellana,  Imp. Hernando y Compañía, Madrid,  1899, p. 285

[2] COROMINES, J y PASCUAL, J. A: Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Gredos, Madrid, 1980.

[3] COVARRUBIAS OROZCO, S. de: Tesoro de la lengua castellana o española. Madrid, 1674,  f. 171v.

[4] MENÉNDEZ PIDAL, R: La España del Cid. Plutarco, Madrid, 1929; MOLERO GARCÍA, J. M: “Deslindes y amojonamientos: aportaciones desde la arqueología territorial”. Actas del V Congreso de Arqueología Medieval Española. Valladolid,  2000, pp. 707-715.

[5] SANZ, 1997: 128 y ss;  Vid. RIPOLL VIVANCOS, P y  MONESCILLO DÍAZ, A:  “Cruces y mojones, cuando la cruz delimitaba territorios en el Alto Guadalquivir”.  II Jornadas Histórico-Culturales “Augusta Gemella Tuccitana”.  La Orden de Calatrava en el Alto Guadalquivir. Jamilena (Jaén), 29 de noviembre 2009.

[6] Antigua divinidad romana bajo cuya protección estaban las piedras termini que marcaban las líneas fronterizas y los lindes de las tierras de propiedad pública o privada. Dios protector de los límites y fronteras.

[7] Vid. ARIÑO GIL, E; GURT I ESPARRAGUERA, J. M y PALET MARTINEZ, J: El pasado presente arqueología de los paisajes en la Hispania Romana. Ediciones Universidad de Salamanca. Salamanca, 2004, p. 23.

[8] Archivo Municipal de Trujillo, leg. 1.1. número 32, fols. 121r-121vº.

[9] PONZ, A: Viage de España en que se da noticia de las cosas más apreciables, y dignas de saberse, que hay en ella. Tomo VIII, 2ª ed. Madrid, 1784 (Viajar por Extremadura, Biblioteca Popular Extremeña. Salamanca, 1983, pp. 177-178).

[10] Acta del Concejo con fecha 4 abril del año 1800. Archivo Municipal de Trujillo. Cit. TENA FERNÁNDEZ, J.: Trujillo, histórico y monumental. Graficas Alicante, 1967, pp. 130 y 131.

[11] Acuerdo del Ayuntamiento con fecha 15 julio del año 1774. Archivo Municipal de Trujillo.

[12] TENA FERNÁNDEZ, op. cit., p. 132.

[13] Despachada en Granada, a 21 diciembre del año 1592, refrendada de Luis de Meneses. Legajo 61, carpeta 17, 14 fols. Archivo Municipal de Trujillo.

[14] TENA FERNÁNDEZ, J: Trujillo, histórico y monumental, Alicante, 1967, 132.

[15] El 31 agosto del año 1637. Cit. TENA FERNÁNDEZ, op. cit., p. 133.

[16] Véase nuestro trabajo RAMOS RUBIO, J. A: “El obispo fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba”, Revista Comarca de Trujillo, agosto-septiembre de 2013, número 328, pp. 50-53.

[17] Ordenanzas y cuentas del Pósito del Ayuntamiento de Trujillo. En Trujillo a 14 de agosto. Ante el escribano Cristóbal Hidalgo del Campo. 18 folios. Año 1.556. 1-2-72-14. Ordenanzas del Pósito de Trujillo confirmadas por Felipe II en Madrid a 20 de septiembre y refrendada de Juan Gallo. 4 folios. Año 1.571. 1-2-72-15. Archivo Municipal de Trujillo.

[18] TENA FERNÁNDEZ, op. cit., p. 498.

[19] Acuerdo del Ayuntamiento con fecha 17 octubre 1817. Archivo Municipal de Trujillo.

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