APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS SEPULCROS
MEDIEVALES DE PLASENCIA
Han desaparecido otros sepulcros medievales en Plasencia, como el que
realizó hacia el año 1460 el maestro Juan Solórzano para doña Sarra, madre del
obispo placentino don Juan de Carvajal (1450-1469)[1].
Podemos citar otros enterramientos como el de los Monroy en la iglesia de San
Nicolás y un sepulcro de mediados del siglo XII en la Catedral, ambos carecen
de bultos y de amplia decoración, limitándose los anónimos artistas a tallar en
la piedra berroqueña un frontal de arquerías.
1.- Sepulcro de don Nicolás Bermúdez.
En un vaciado de la pared del claustro de la Catedral placentina se
conserva el sepulcro del obispo don Nicolás Bermúdez. Con anterioridad estuvo
colocado en la capilla del Perdón de la Catedral Vieja[2]. Fue,
posteriormente, trasladado a la Capilla de San Pablo y, en 1975, al claustro de
la Catedral[3]. Sobre el
féretro está la estatua yacente del Prelado, muy deteriorada. El frente del
sepulcro está esculpido a base de arquería continua, con arcos apuntados
góticos y perforados con óculos, enriqueciendo así la composición.
Don Nicolás Bermúdez fue elevado al solio episcopal de Plasencia en el
año 1357. Figura su nombre en una Bula de Indulgencia de Inocencio VI. No
sabemos la fecha exacta de su fallecimiento, en 1355 muere el obispo don
Sancho, y en 1357 figura el nombre de don Nicolás Bermúdez en una Bula de
Indulgencia de Inocencio VI. En 1371, el obispo don Fr. Juan Guerra, sucesor de
don Nicolás, aparece confirmando un privilegio[4].
Se encontró en su interior un notable ejemplar de báculo gótico (43 cm)
de cobre, sin marcas, obra de principios del siglo XIV, que en la
actualidad se conserva en el Museo de la
Catedral de Plasencia. En el caso de haber correspondido al obispo don Nicolás,
pudiera haber pertenecido a un obispo precedente[5].
Esta catedral contó con otras esculturas funerarias, como la figura
yacente del célebre don Benito, con una armadura militar, que tanto se
distinguió en la conquista de Sevilla. Se encontraba en la capilla de la imagen
de Nuestra Señora Santa María la Blanca, en el claustro[6].
Han desaparecido otros sepulcros medievales en Plasencia, como el que realizó
hacia el año 1460 el maestro Juan Solórzano para doña Sarra, madre del obispo
placentino don Juan de Carvajal (1450-1469)[7]. Podemos citar
otros enterramientos como el de los Monroy en la iglesia de San Nicolás y un
sepulcro de mediados del siglo XII en la Catedral, ambos carecen de bultos y de
amplia decoración, limitándose los anónimos artistas a tallar en la piedra
berroqueña un frontal de arquerías.
2.- Sarcófago decorado con escenas religiosas
Se encuentra en el Claustro de la Catedral Vieja. Está realizado en
granito.
Medidas: 210 (long) x 50 (alt.) x 49 (anchura
a la altura de los hombros y 35 cm a los pies).
Es obra del último cuarto del siglo XIV.
Fue localizado en el verano de 1980 por don Manuel Clemente Iglesias, en
el curso de las obras de restauración de la Catedral. Estaba colocado dentro
del muro de la Catedral Vieja, a la altura de la primera arcada de la nava del
Evangelio[8]. Se ignora a
quién perteneció.
Es obra interesante por el detallado programa iconográfico que presenta
en tres de sus lados, ilustrados con escenas religiosas: En uno de sus lados,
aparecen talladas las escenas de la Anunciación, la Visitación, La Epifanía, La
Circuncisión, Lamentaciones de las hermanas de Lázaro, La Oración en el huerto,
La Flagelación, Camino del Calvario, La Crucifixión, Sepultura de Jesús y
Pentecostés. El otro lado mayor ha sido el que ha soportado mayores destroces
de sus imágenes. Podemos observar algunas representaciones extraídas del
Antiguo Testamento como la escena del Paraíso Terrenal, con Adán y Eva. Ambos
lados mayores están divididos en dos frisos con un cortejo funerario de
plañideras.
En el compartimento central del frente de la urna hay una representación
del Calvario o Crucifixión cobijada bajo un arco trilobulado, es la que mejor
se conserva. La figura del Crucificado se ajusta a las características de las
del último cuarto del siglo XIV: Anatomía distorsionada, buscando el efecto
patético del conjunto. La caja torácica visiblemente dilatada mostrando las
costillas muy destacadas a través de la piel y con el vientre muy hundido. Los
brazos se disponen por encima de la horizontal, flexionando el codo izquierdo,
respondiendo a la disposición en "Y". Las piernas fijadas al madero
por un solo clavo, lo que obliga a que adopten una posición forzada cruzando
una sobre otra. A ambos lados del Crucificado, las figuras de la Virgen y San
Juan son muy movidas y van vestidas con abundantes ropajes de complicados
pliegues. El ritmo de las figuras es casi de danza, patente en las líneas de
los pies, pliegues de vestiduras y posición de algunas manos, el artista ha
programado una composición conjunta en pequeños grupos, logrando un efecto de
repetición casi obsesiva de las figuras. Ese ritmo se rompe con la presencia de
los protagonistas de las es cenas: Cristo o la Virgen, que se imponen en la
mayoría de los casos por su tamaño jerárquicamente.
Casi todas las composiciones, en hilera, se reducen a las figuras
imprescindibles de los relatos religiosos y a una esquemática. Como es el caso
de La Epifanía, en la que se nos
ofrece María, entronizada, apoyando los pies en un "subpedum", con el Niño sentado sobre las rodillas y los
tres Magos ofreciendo sus presentes. Como novedad para el desarrollo
iconográfico del tema es de destacar la actitud genuflexa de uno de los Magos.
En estos relieves observamos la rudeza plástica de las figuras, que
acentúa su tosquedad, reduciendo los rasgos de los rostros a simples
incisiones, sin distintivos personales y sencillas vestimentas de plegado
recto, se observa una evolución en la concepción plástica de las mismas gracias
al volumen, decididamente resaltado del plano del fondo.
Bibliografía
Benavides
Checa, J: Prelados placentinos.
Plasencia, 1907 (red. 1999).
Fernández,
fray A: Historia
y Anales de la ciudad y obispado de Plasencia.
Cáceres (ed. 1627), reed. 1952.
López
Sánchez-Mora, M: Episcopologio. Los
obispos de Plasencia, sus biografías. Caja de Ahorros de Plasencia. Los
Santos de Maimona, 1986.
Sayans
Castaños, M: Sepulcro esculturado de
Santa María de Plasencia. Plasencia, 1984.
[1] Benavides, 1999, 48.
[2]Según Fernández,
1952, 125, en su época -principios del siglo XVII- se encontraba "en la pared de la capilla colateral de la
iglesia vieja, que llaman de Nuestra Señora del Perdón, un sepulcro bien
labrado, con letras que decían: "Don Nicolás, obispo de Plasencia, y un
escudo de armas con unas veneras en campo rojo".
[3]Vid. Benavides Checa:
"El monumento sepulcral único que
del siglo XIV se conserva, es el del Sr. Obispo don Nicolás Bermúdez, con
figura yacente del Prelado y hábitos pontificales, estuvo delante del altar de
Ntra. Sra. del Perdón; hoy está en la Capilla de San Pablo y la figura está
decapitada”. Benavides, 1907, 26.
[4]López Sánchez-Mora,
1986, 9 y 10.
[5]Probablemente,
perteneció al obispo don Domingo (1295-1326). López Sánchez-Mora, 1986, 9.
[6] Benavides, 1907, 60.
[7]Benavides, 1907, 48 y
49.
[8]Sayans, 1984.
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