EL TURISMO RURAL EN TRUJILLO: UNA APUESTA MEDIOAMBIENTAL Y
DE CALIDAD
El turismo rural se está consolidando en España, como demuestra la EOTR (Encuesta Oficial sobre Turismo Rural, ver sección 'información/estadísticas'). Según los datos existentes hasta julio de 2002, existían 6.265 alojamientos en todo el país que daban trabajo a unas 10.350 personas. Esto, respecto al año anterior, supone un incremento interanual del 15,87% en el número de alojamientos.
No obstante, antes de abrir un
negocio de turismo rural, cabe plantearse una serie de cuestiones. En primer
lugar está la fuerte inversión en la rehabilitación (o/y adquisición) de la
estancia. Y en segundo lugar, la alta estacionalidad, que provoca que la
ocupación no sea constante, sino que se concentre, sobre todo, en periodos
vacacionales cortos (Semana Santa, Navidad...) y puentes.
Además hay que tener en cuenta que
no cualquier vivienda rural servirá. Junto a los requisitos exigidos por la
normativa propia de cada Comunidad Autónoma, a los que nos referiremos más
adelante, están las condiciones del entorno donde se sitúa. La cercanía de
parques naturales, estaciones invernales, zonas de costa y lugares de interés
cultural, o la facilidad para la práctica de actividades de turismo activo
complementarias a la estancia, pueden ayudar a conseguir una ocupación más
constante durante el año y son decisivas para la rentabilidad del alojamiento.
También será importante para mejorar
dicha rentabilidad, ofrecer un alojamiento de calidad y realizar una adecuada
promoción. Esta pasa por la adhesión a asociaciones y centrales de reservas de
la zona que faciliten la difusión de las casas que agrupan (incluyendo la
representación en ferias del sector), y la presencia en guías especializadas.
No hay que olvidar el "boca a boca", importante en una buena
promoción, y en el que influirá grandemente la apuesta por la calidad antes
mencionada.
La rentabilidad al año se sitúa,
según varios expertos, entre un 8% y un 10% de la inversión, siendo posible
recuperarla en unos 10 años. Alrededor de unas 90 pernoctaciones al año por
cama podría considerarse un rendimiento bueno. Estas condiciones hacen que la opinión
generalizada sea entender este negocio más como un complemento a otra
actividad, como unos "ingresos extra", que como una actividad de
dedicación exclusiva.
Hay que mencionar también la
importancia de integrar el proyecto en la comunidad que lo va a acoger. Según
ciertos expertos, sería muy recomendable vincularlo a intereses propios de la
localidad donde se instale y que la población local se vea beneficiada, pues de
lo contrario generará un rechazo que no ayudará al negocio.
Los trámites. Cada Comunidad
Autónoma establece unos requisitos y exigencias. Estos van desde darse de alta
como empresa turística en la Consejería de Turismo competente, a la
presentación de avales y proyectos, pasando por el cumplimiento de las
condiciones que se exijan al alojamiento y que son certificadas por un
inspector. Para informarse, es recomendable acudir a la delegación provincial
de la Consejería de Turismo de la Comunidad correspondiente (ver sección
'información/legislación' para direcciones en Internet), donde también nos
informarán de las ayudas existentes. Entre los requisitos más comunes que se
exijen a los alojamientos (si bien son muy heterogéneos y pueden variar
bastante de una a otra Comunidad) están:
- Arquitectura tradicional y antigüedad mínima.
- Para alquiler completo, capacidad máxima de 12 a 15
plazas, y, en muchas comunidades, mínima de 4.
- Disponer de agua potable corriente y electricidad, así
cómo de calefacción en todas las estancias.
- Superficie mínima de unos 12 m2 para habitaciones
dobles y entre 6 y 9 para sencillas.
- Se fijan límites de camas supletorias según superficie y
una altura mínima de techos (incluídas buhardillas).
- Al menos un cuarto de baño completo con agua caliente y
fría por cada 4 ó 6 plazas.
- Ventilación directa al exterior en las habitaciones.
- Certificación de la adecuada eliminación de aguas
residuales y recogida de basuras.
- Existencia de teléfono, extintor y botiquín.
- Mobiliario suficiente y en buen estado de uso y
conservación y cocina completa.
- Se suele exigir servicio de desayuno y limpieza.
- Libro registro de entradas y salidas de huéspedes, y
entrega de justificante de pago a los mismos.
-
En determinadas comunidades se exige que el propietario esté
empadronado en el municipio donde se encuentra el alojamiento.
Tanto
Comunidades, como Comarcas y Ayuntamientos ofrecen ayudas para financiar los
proyectos de turismo rural, por ser estos una buena forma de revitalizar zonas
de otro modo deprimidas, contribuir a recuperar el patrimonio histórico y
favorecer la creación de servicios en esas áreas. Estas subvenciones proceden,
en buena parte, de fondos comunitarios, como por ejemplo los programas PRODER y
LEADER Plus, que facilitan entre el 20 y el 60% de la inversión. Para
obtenerlas, y de cara a evitar la picaresca existente, se establecen estrictos
requisitos que hacen que, en algunos casos, sean difíciles de conseguir. Junto
a la abundante documentación a presentar, se puede exigir, por ejemplo, una
antigüedad mínima en funcionamiento de 2 años para el pago de la subvención, o
el compromiso de mantener la actividad durante un periodo de 5 a 10 años.
Por
último, no podemos dejar de mencionar uno de los grandes problemas del turismo
rural en España, que es la falta de control sobre los alojamientos. Esto
provoca la existencia de establecimientos ilegales que no reúnen las
condiciones exigibles y empeoran la imagen de este tipo de turismo. Es ésta una
razón más para la adhesión a asociaciones especializadas en la zona y que,
junto a la actividad de las Comunidades Autónomas (mediante placas distintivas
y otras certificaciones), contribuyen a garantizar la calidad de los
alojamientos.
El crecimiento de la
actividad turística que ha experimentado Trujillo resulta importante, tal como
se deduce del constante aumento del número de plazas, tanto en establecimientos
hoteleros como extrahoteleros. Ello denota que la demanda prosigue una
tendencia similar, según demuestran las encuestas realizadas en la Oficina de
Turismo y por el INE y que dan como resultado las Tablas de Movimiento de
Viajeros en Establecimientos Hoteleros.
Extremadura está registrando un incremento
importante en el volumen de turistas y de pernoctaciones a que éstos dan lugar,
pese a tratarse de un espacio interior, con mucha competencia en las
Comunidades Autónomas vecinas. Ello es buen indicativo de que el turismo de
este territorio puede convertirse en un destino de interés, sobre todo en las
zonas rurales, que verían incrementar su renta de forma significativa. No obstante,
es necesario reconocer que este crecimiento debe ser regulado por la propia
Administración Autonómica, aspecto éste que se ha conseguido, en parte, con la
promulgación del Decreto 120/1998 de 6 de octubre.
Contamos con una naturaleza menos degradada que el resto del país,
aunque no es especialmente deslumbrante en sus formas, como lo podría ser el
norte del país, pero representa el ecosistema mediterráneo en su esencia,
destacando como ejemplo principal el Parque Natural de Monfragüe. Quizás habría
que decir que la falta de figuras de protección de mayor calado a la hora de
atraer al turismo de naturaleza sea una de las grandes deficiencias de una
posible oferta en esta variedad turística. Además, merced a sus características
topográficas, su climatología peculiar, se puede hablar de un mosaico
paisajístico muy diferente en el territorio, donde cobra especial relevancia
para su aprovechamiento turístico Trujillo y su comarca. Junto a todo ello,
debemos señalar que el turismo que llega a nuestra región en la actualidad no
es tan acusadamente "de paso" como lo era hace unos años. Sin
embargo, Extremadura en general y, en concreto, algunos conjuntos históricos, o
algunos espacios protegidos y de gran belleza natural, comienzan ya a ser el
reclamo turístico. Empieza a darse a conocer como destino turístico de calidad,
con una variedad importante en el conjunto de la oferta. No obstante, tal y
como ocurre en el resto de los espacios interiores seguimos siendo enormemente
deficitarios en visitantes, con unas grandes dosis de estacionalidad en la
visita
El turista que actualmente pasa por nuestra región, comienza a ser
variado en cuanto a su poder adquisitivo, no escoge nuestra región como destino
principal de sus vacaciones (al menos no las estivales), debido a que no se ha
conseguido mantenerlos ocupados todo su tiempo de ocio con una serie de
alternativas complementarias
Si nos centramos básicamente en el análisis del turismo que se da
en los espacios rurales, nos
percataremos de la existencia de notables recursos turísticos, fundamentados en
los paisajes de interés natural y el patrimonio histórico y cultural. Pese a
ello, no se ha desarrollado la actividad turística como cabría esperar, en
función de los recursos, por lo que creemos necesario establecer un análisis
previo de la situación, que dé paso a una posterior planificación de la
actividad (destacan espacios naturales protegidos como los parques naturales de
Monfragüe y Cornalvo, las reservas de caza, además de sus zonas de montaña, sus
grandes superficies embalsadas y enormes espacios adehesados. De esto podemos
deducir el gran potencial que adquiere el turismo rural, en cualquiera de sus
variedades, existiendo además una importante gama climática que, en líneas
generales, se identifica con inviernos relativamente suaves y veranos secos y
calurosos, excepción hecha de los espacios de montaña).
¿Qué entendemos por Turismo
Rural?
El
concepto de turismo rural presenta una amplia variedad de definiciones en
función del autor y del contexto. No existe una definición aceptada, se admite
que el turismo rural es el que se practica, pero lo que diferencia claramente
el turismo rural de otras formas de turismo que pueden darse en el mismo medio
es que tanto la cultura como la naturaleza, y la relación que se establece
entre ambas, son componentes clave de la experiencia turística. La Comisión de
las Comunidades Europeas define el turismo rural como “aquella actividad
turística realizada en el medio rural, compuesta por una oferta integrada de
ocio, dirigida a una demanda motivada por el contacto con el entorno autóctono
y que tenga una interrelación con la sociedad local”.
Por lo tanto, el turismo rural,
con la comunidad local como protagonista, integra territorio (montañas, lagos,
ríos, escenario natural forestal), patrimonio (arquitectura, arqueología,
industria), tareas y costumbres propios de la vida rural (artesanía, gastronomía, agroturismo, música
tradicional) y actividades de ocio (montar a caballo, bicicleta, caminar, pesca
y caza).
El turismo rural es
una actividad anterior al turismo convencional. De hecho el turismo en la "campiña" o el turismo aprovechando la casa del pueblo han sido
frecuentes en Europa. En nuestro
país podemos considerar que el turismo rural
tal y como hoy en día lo entendemos aparece allá por los años ochenta. Cataluña fue, en 1983, la primera comunidad en legislar sobre el tema. En sus
orígenes, el turismo rural se potenció
como una renta complementaria a la
de las actividades agrícolas. Ésta es, en definitiva, la idea del agroturismo, que implica que el agricultor mantenga la explotación y complemente sus
ingresos con el alquiler de algunas
habitaciones de la casa para alojar a
turistas. Esta figura inicial ya se promovió en España en los años sesenta y setenta bajo la denominación de "vacaciones en casas de labranza",
que podemos considerar como la figura
precursora del "moderno"
turismo rural.
En los años
ochenta, con la crisis de la agricultura, un incipiente agotamiento del modelo de sol y playa, el inicio de nuevas formas de turismo, como el turismo de
interior o los turismos culturales, y una cierta pérdida de las raíces rurales
de buena parte de los habitantes de las grandes ciudades españolas, se produce la eclosión del turismo rural. Si bien en los inicios se trataba de una renta complementaria, en la actualidad podemos afirmar que ya es una estrategia de desarrollo local, una forma de recuperar
patrimonio, una iniciativa más para frenar el despoblamiento y el
consecuente abandono de la zonas
rurales con problemas de accesibilidad,
una forma de recuperar tradiciones (culturales, gastronómicas,
religiosas, etc.) y, en definitiva, una forma de potenciar la redistribución de los
beneficios que genera el mercado
turístico. Las ayudas de la UE, con los
programas LEADER, LEADER+ y PRODER, han permitido desarrollar un buen número de iniciativas de turismo rural en el ámbito estatal.
La etapa en que se
encuentra actualmente el turismo rural viene marcada por una clara consolidación del producto, que se ha extendido por todo el Estado, conocido y apreciado
por los consumidores, promocionado con fuerza en muchas comunidades autónomas, que no pretende competir con otros productos sino ser un complemento y que cada vez apuesta más por la calidad como
elemento distintivo. Se trata de un producto consumido fundamentalmente por el turista nacional (en 2007
representaban el 90,5 de los
turistas rurales y el 82,7% de las pernoctaciones) y la escasa presencia de
turistas extranjeros (9,5% del total
de turistas y el 17,3% de las pernoctaciones)
(INE, 2005).
EL MARCO LEGISLATIVO DEL TURISMO RURAL
La normativa sobre
turismo rural en España ha determinado definitivamente tanto la forma en que lo
entendemos como su propio desarrollo.
La legislación referida a este sector turístico, a escala española y catalana,
se ha centrado fundamentalmente en el
alojamiento, regulando sus características principales. A pesar de que éste es
el objeto del presente estudio,
destacamos la falta de integración en estas regulaciones de aspectos
relacionados con otras actividades
que se dan en el medio rural y que complementan el alojamiento, ofreciendo así
una visión sesgada del turismo
rural.
En el contexto
español, la legislación en materia de turismo, y por extensión de turismo
rural, corresponde a las diferentes
comunidades autónomas. La falta de coordinación entre éstas ha provocado que
cada una haya legislado de forma
diferente sobre las tipologías de alojamiento existentes en su territorio. Una
de las consecuencias ha sido la
aparición de una cuarentena de denominaciones diferentes para los ETR (masia, pazos,
casa de labranza, casa rural, etc.) en el
conjunto de las diecisiete comunidades autónomas. Este hecho, que por una parte
pone de manifiesto la gran diversidad existente en el territorio español, por
otra complica en exceso la comercialización del producto. A pesar del gran
número de denominaciones, los ETR pueden ser agrupados según cuatro criterios principales:
- Existencia o no de agroturismo.
- Ubicación de la casa (dentro o fuera de núcleos de
población). - El hecho de alquilar la casa entera o por
habitaciones.
- La calidad de los establecimientos (este último es
quizás el criterio menos extendido).
Una clasificación
"virtual"' de las actuales denominaciones según estos criterios, u
otros similares, permitiría mitigar parte de
la falta de planificación inicial en el ámbito estatal, así como facilitar la
elección por parte de los usuarios. En este sentido, del análisis de los
procesos legislativos de las diferentes comunidades se extraen dos conclusiones principales:
- La necesidad de una coordinación normativa a nivel
nacional.
-
La importancia
de establecer unas directrices comunes para todo el Estado. Obviamente, sin
perder el carácter diferenciador e
identitario de cada uno de los tipos de turismo rural presentes en el ámbito
nacional.
LAS CASAS DE TURISMO RURAL
Trujillo, los llanos
y los berrocales, bajo esta denominación se extiende una vasta superficie de
más de 3000 kms cuadrados, que ocupa la mayor parte de la comarca de Trujillo,
bajo la unidad de una monótona, aunque siempre cambiante, penillanura ala que
se adosan las vegas cacereñas. Llanos y berrocales, acepción que define
marcados contrastes en su litología, para hacer referencia a los frecuentes
afloramientos de rocas graníticas, que se yerguen por su mayor dureza sobre las
amplias superficies de pizarras grisáceas del precámbrico, un origen que se
remonta a los inicios de la Era Primaria, precisamente la dura roca granítica
es utilizada para la construcción de la arquitectura popular de la zona,
destacando los cortijos en amplias explotaciones ganaderas extensivas y las
casas de piedra de las distintas poblaciones como Trujillo, Aldea del Obispo,
Madroñera o Pago de San Clemente, donde se han creado la mayoría de las casas
rurales de la zona destinadas a Hotel Rural. La generalidad viene expresada por
casas blancas y encaladas, con paredes de mampostería hasta altura de bóveda;
si tiene dos plantas, la superior, de doblados o sobrados, se construye en
adobe o tapial de barro, enriquecido sólo a veces de cal y pequeñas piedras o
ladrillos machacados; ladrillo macizo para las arcadas, bóvedas, vanos y
cualquier estructura curvilínea; granito en jambas, dinteles, huecos que dan al
exterior o a corrales, balconadas y ángulos del edificio cubiertas de trabazón
de madera o cañizo generalmente a dos aguas y con teja vana árabe, para
albergar debajo chacineros, trojes y almacenes de cereal. Las aguas de lluvia
de los tejados adyacentes a los corrales son conducidas por canalones, canales
y tubos a grandes pozos o aljibes que se sitúan en los patios y corrales y que
se destinan tanto para consumo doméstico como para los animales que se alojaban
en los fondos de los corrales en sus cuadras, cochineras o gallineros.
SUBVENCIONES E INVERSIONES EN LOS ETR (Establecimientos de Turismo Rural)
La UE, a partir de la reforma de los
fondos estructurales de 1998 y, especialmente, de la reforma de la PAC de 1992,
ha apostado claramente por iniciativas de desarrollo local de carácter endógeno
y multisectorial. La reforma de la PAC (Política Agraria Comunitaria) de 2003 reafirmó esta tendencia. En este marco, algunas iniciativas de
turismo rural se han beneficiado de las ayudas presentes en los
sucesivos programas LEADER, programas que tienen
por objetivo promover las acciones fomentadas y
ejecutadas por grupos locales, llamados GAL (Grupos de Acción Local), que tengan una importante participación de la propia
comunidad. Estos GAL están formados por entidades representativas
de diferentes ámbitos socioeconómicos del territorio, integrando sector público
y privado. Con una metodología y objetivos parecidos y
financiados también por la UE, los programas comarcales PRODER también han ayudado a desarrollar algunas iniciativas turísticas en el
medio rural trujillano. Ambas ayudas han sido gestionadas por la
Junta de Extremadura (Consejería de Turismo). La concesión de ayudas a las empresas turísticas están
especificadas en el artículo 3 del DTO. 36/07 y a balnearios de Extremadura en
materia de fomento de calidad para elevar el nivel de las infraestructuras
turísticas de nuestra región, y para la prestación de servicios turísticos con
mayor valor añadido. Según el documento, podrán ser beneficiarios las personas
físicas o jurídicas, comunidades de bienes o cualquier otro tipo de unidad
económica o patrimonio separado que, aún careciendo de personalidad jurídica,
puedan llevar a cabo las actuaciones que motivan la concesión de la subvención,
sean titulares o propietarios, explotadores directos o no, de balnearios y de
las siguientes empresas turísticas en todos sus grupos y categorías:
establecimientos hoteleros, apartamentos turísticos, alojamientos rurales,
campamentos públicos de turismo, agencias de viajes, empresas de actividades
complementarias y, establecimientos de restauración del grupo II del Decreto
69/2002, de 28 de mayo, por el que se establecen normas sobre la ordenación y
clasificación de las empresas de Restauración de la Comunidad Autónoma de
Extremadura.
Durante los años
2001 y 2007 se han aprobado numerosas casas rurales en Trujillo y su comarca:
“El Tenado” en Aldea del Obispo, y próxima a esta localidad “Las Canteras”; “El
Cosil” en Torrecillas de la Tiesa; “El Recuerdo”, “Santa Teresa”, “Los Alamos”,
“Viña las Torres” en Pago de San Clemente; Hotel Rural “Patricio” en Trujillo;
“Santa Marta” y “Los Almendros” en Herguijuela; Hotel rural “Soterraña” y “El
Bailaero” en Madroñera; “Los Torrejones” en Trujillo; “Hotel Rural las Huertas”
en Huertas de Animas y “El Conde” en Santa Cruz de la Sierra.
PERFIL DE LOS USUARIOS DE ETR
Los grupos de
turistas que más predominan en los ETR son las familias con niños, tras las que
encontramos parejas de jóvenes y grupos de amigos que buscan tranquilidad. Del
total de encuestados en la Oficina de Turismo, los usuarios de ETR suelen tener
entre 30-40 años (44 % del total de encuestados). Podemos afirmar que los
menores de 20 años y los mayores de 50 años no son usuarios significativos del
turismo rural. Este último grupo se ha de tener en cuenta a la hora de crear
iniciativas para desestacionalizar la ocupación dadas sus características
sociolaborales. Debemos destacar, respecto a la situación laboral, que un 87 %
de los mismos son asalariados, autónomos o funcionarios, mientras que los
estudiantes y jubilados representan una proporción muy pequeña (alrededor del
5%). La procedencia de los turistas rurales de Trujillo son viajeros del Norte
de España, Cataluña y Comunidad de Madrid (éstos representan al 68 % del
total), los turistas extranjeros constituyen actualmente un 8% de la demanda,
con diferencia, los viajeros en su mayoría proceden de los países de la Comunidad Europea (franceses, belgas y
alemanes), la posibilidad de llegar a España en vehículo privado es una gran
ventaja. Los aspectos que más valoran los usuarios de los ETR es el contacto
directo con la naturaleza y el paisaje, la tranquilidad del lugar; la relación
calidad-precio; el trato y la relación que se establece con los propietarios;
los atractivos turísticos; el contacto directo con la vida rural; actividades
complementarias que se ofrecen a la casa-establecimiento; las características
arquitectónicas de la casa-establecimiento; práctica de deportes, etc.. Podemos
afirmar que los precios en general son bastante asequibles, permitiendo el acceso
a un amplio sector de la población. La oferta se basa más en viviendas rurales
que en edificios de alto valor patrimonial. Una de las características que más
valoran los usuarios es la relación calidad-precio, a pesar de que su poder
adquisitivo suele ser medio o medio alto. La mayoría de establecimientos no
diferencian entre temporada alta, media o baja ya que los fines de semana de
casi todo el año se pueden considerar como temporada alta.
CANALES DE PROMOCION Y COMERCIALIZACIÓN
El turismo rural presenta unos canales de comercialización
caracterizados por un bajo nivel de intervención de las agencias mayoristas y
minoristas. La pequeña dimensión de las empresas de turismo rural, su
dispersión en el territorio y el bajo nivel de conocimientos específicos sobre
gestión turística que generalmente presentan sus promotores, dificultan la
viabilidad de aspectos cruciales para un desarrollo satisfactorio del negocio
como son la comercialización, la promoción y el acceso a la información. La
falta de una imagen de producto unitario a nivel nacional tampoco facilita
estos aspectos. Estos son algunos de los aspectos de la creación de
asociaciones de turismo rural como la existente en la zona de Trujillo. Hay que
destacar que en los últimos meses han aumentado los canales de promoción
gracias a la publicación de folletos y guías de promoción y la creación de
portales en internet, el turismo rural ha estado presente en diferentes ferias
gracias a la gestión de la Oficina de Turismo de Trujillo. Si analizamos las
formas en que los usuarios han obtenido información sobre los ETR que visitan
vemos que el “boca a oreja” tiene gran importancia. Se trata de una de las
formas de promoción más valoradas por los propietarios, ya que es el resultado
de un trabajo bien hecho y de unos clientes contentos que transmiten su
satisfacción a sus conocidos. En cuanto a la comercialización, falta todavía
una central de reservas que facilite el proceso a los usuarios, que han de
contactar con cada una de las casas para conocer su disponibilidad. La
contratación de plazas a través de touroperadores es un hecho minoritario y
sólo bajo determinadas circunstancias. Muchos touroperadores cobran comisiones
antes de aportar clientes o éstas son excesivas para un negocio como el turismo
rural. Los propietarios no están de acuerdo con el hecho de tener que reservar
plazas en épocas de gran demanda, ya cubiertas sin mediadores, que
despersonalizan el trato con el cliente, básico para muchos propietarios.
LOS ETR Y SU ENTORNO NATURAL Y SOCIAL
Tanto la naturaleza
como la cultura se pueden considerar uno de los principales recursos en los que
se fundamenta el éxito de los
ETR. Por lo tanto, sus gestores deben tener cierto interés en cuidar y mantener
el patrimonio natural, cultural y
paisajístico de las zonas rurales donde se encuentran. Los ETR impactan, tanto
positiva como negativamente, sobre su entorno desde tres vertientes: la casa,
su gestión y la actividad turística asociada al comportamiento de sus clientes. En el caso del
agroturismo, podríamos añadir la explotación agraria o ganadera.
Uno de los hechos
más destacables de los ETR es que la edificación en la que se encuentran ha de
ser de planta antigua, lo que
suele comportar un uso eficiente del suelo y además realiza una contribución decisiva
en el mantenimiento del patrimonio
arquitectónico-cultural y del paisaje. En cierta medida, la contribución del
agroturismo al mantenimiento de
la actividad agraria también permite la conservación del paisaje
tradicional, un efecto contrario al de
las segundas residencias de nueva planta que han ido apareciendo con fuerza en
el medio rural catalán y que suponen, a
pesar de no ser consideradas como una forma de turismo estrictamente, una
competencia a los ETR. El
alojamiento colectivo tiene un impacto económico muy superior a la segunda residencia. Una plaza de hotel crea
seis veces más puestos de trabajo que una plaza de segunda residencia y genera un gasto turístico diez veces
superior. A su vez, una cama hotelera consume cinco veces menos suelo que una
plaza de segunda residencia. El modelo basado en estas viviendas resulta insostenible porque se basa en el consumo de bienes
limitados. A medida que los municipios consumen más suelo y paisaje, disminuye el atractivo turístico de la
zona. Por lo tanto, la segunda residencia entra en conflicto con el turismo
rural. Por otra parte, el aumento de precios que provoca la demanda foránea
excluye del mercado a los autóctonos de
rentas más bajas, como pueden ser los jóvenes, con lo que se ve afectada su permanencia.
A diferencia de los objetivos de los ETR, también se provoca el abandono de
las explotaciones agrarias, que pueden ser vendidas como suelo urbanizable a un
precio elevado.
Existe una clara
dicotomía entre el desarrollo turístico y la protección ambiental que pone de
manifiesto la necesidad de un
replanteamiento del modelo de desarrollo territorial catalán, potenciando el
alojamiento colectivo, como pueden ser los ETR, en detrimento de los grandes
resortes turísticos y las segundas residencias.
Por otra parte,
estamos en una sociedad en la que lo ecológico constituye un marco de
referencia, donde la naturaleza se ha convertido en un bien de consumo, se ha
mercantilizado, de tal forma que las modalidades turísticas que la engloban están en expansión. De acuerdo con estas premisas, el
turismo rural es capaz de ofrecer la identidad
del territorio y presentar una oferta contextualizada en un paisaje. Por esta
razón, se convierte en una forma turística
que no sólo supone una forma de dinamización de las economías rurales, sino
también de revalorización del paisaje rural por parte de la población
urbana (principal cliente) y rural.
Como es natural, la
percepción que los propietarios tienen del entorno de su establecimiento
depende de cada zona. En términos
generales, tienden a diferenciar entre el entorno inmediato a la casa y el
medio natural o rural que les rodea. Los
propietarios se sienten con capacidad y tienen voluntad de mejorar el primero,
que forma parte de su propiedad.
En cambio, no suelen contribuir en las
actuaciones o procesos que tienen lugar en el territorio que les rodea ya que dependen en gran parte de la política
municipal, de la que a menudo no se sienten partícipes.
En cuanto a las impresiones sobre la evolución del medio rural, una de
las observaciones más reiteradas por parte de
[os propietarios ha sido la pérdida progresiva de campos, el abandono de la
actividad agraria y el despoblamiento.
Estos hechos provocan un fuerte incremento de la masa forestal con el
consiguiente riesgo de incendios, a
la vez que contribuyen a crear un paisaje cada vez más homogéneo, lo que
implica una gran pérdida de hábitats.
En definitiva, corremos el peligro de perder el característico paisaje en
mosaico de espacios agrarios, rurales y forestales, propio del mundo
mediterráneo y atractivo para el turista rural. Hemos de decir que, a pesar de
la potencial contribución del agroturismo al
mantenimiento de la actividad agraria, hemos de ser conscientes de la necesidad
de políticas rurales realistas que tengan en cuenta este hecho. Si, como
sociedad, decidimos que queremos
mantener estos valores hemos de apostar decididamente, aportando recursos, por
el mantenimiento de las actividades
primarias en el campo trujillano. También
hay una gran preocupación por la presión urbanística y el impacto de ciertas
infraestructuras de comunicación.
Los propietarios de
ETR están sensibilizados por el cuidado del entorno natural y por la integración paisajística de su establecimiento.
Disponer de un ambiente tranquilo es un gran atractivo para los turistas, como también lo es poder estar en una
casa con un espacio natural alrededor, lo que contrasta con su residencia habitual.
En el caso de
existir actividad agraria, se observa que la mayor parte de los propietarios
dicen adecuarse a las actividades
tradicionales de la región, hecho que contribuye a la sostenibilidad ambiental
de la explotación y que permite elaborar
productos de calidad, una vía de diversificación cada vez más presente. Un número creciente de ETR ha incorporado a su oferta
productos autóctonos de calidad. No obstante, también hubiese sido interesante saber hasta qué punto se tienen en
cuenta criterios ambientales en el conjunto de las compras, ya no sólo en
alimentos sino también en productos como, por ejemplo, de limpieza.
Centrándonos ya en los propios establecimientos, un
gran número de hechos contribuyen a disminuir los impactos ambientales
inherentes a la actividad, contribuyendo al desarrollo turístico sostenible,
algunas de las casas rurales han aplicado medidas
de ahorro energético y de agua, el reciclaje y el aislamiento adicional. Un
11,7% de los propietarios han instalado ya sistemas de captación de energía
solar, ya sea fotovoltaica, para producir energía eléctrica, o térmica,
para calentar agua caliente sanitaria.
EJEMPLOS DE PROMOCIÓN Y
ESTRATEGIA:
CASA
RURAL “EL TENADO”
Casa
rural a las puertas del Parque Natural de Monfrague, muy cerca de Trujillo, El
Tenado ofrece alojamiento en un entorno rural. Cercano a Guadalupe, Cáceres y
Mérida. Casa rural con encanto, seis habitaciones, ruiseñor, abubilla, perdiz,
golondrina, grulla y cigüeña. Monfrague, Parque Natural mas importante de
Extremadura, espacio protegido donde habitan águilas imperiales, buitres
leonados, cigüeñas negras. El Tenado, casa rural en la Aldea del Obispo
provincia de Cáceres- Extremadura, turismo ornitológico, birdwatching. Casa
rural con vocación de servicio y hospitalidad para un alojamiento de lujo en el
medio rural, con espacios comunes muy cuidados y ambientes confortables. Extremadura es el
destino de la naturaleza para un nuevo encuentro con el medio ambiente y el
disfrute de la observación de los seres vivos salvajes en su medio. Entre
Trujillo y el Parque Natural de monfragüe se encuentra un pequeño pueblo
llamado Aldea del Obispo donde nuestra Casa Rural tiene las puertas abiertas al
viajero.
Turismo natural y respetuoso con el medio en una casa típica acomodada y
restaurada en estilo rústico confortable y cálido. La casa dispone de una
nutrida biblioteca temática ornitológica a disposición del cliente. Cerca de
Trujillo El Tenado es una buena opción de alojamiento para conocer
Extremadura desde un enclave estratégico.
CASA RURAL “LAS CANTERAS”
Exterior: jardín, muebles de jardín,
piscina, terraza.
Idiomas: español, inglés.
Interior: baño en habitación,
calefacción, chimenea, colección de juegos, comedor, sala de convenciones, sala
de estar, televisión.
Para minusválidos: habitación adaptada para
minusválidos.
Servicios: bicicleta disponible, documentación
sobre la zona, paseos con guía, restaurante (público), se sirven cenas, se
sirven comidas, se sirven desayunos, venta de productos locales.
Situación: aislada, señalización del
acceso. T.V. con vía satélite. El porche tiene unas vistas impresionantes a
Trujillo. Comida casera con productos naturaleza de la zona.
HOTEL
RURAL “SANTA MARTA”
El conjunto de la Finca Santa Marta está compuesto por dos
antigüos cortijos rehabilitados rodeados de campos de olivos, viñas y huertos,
donde hasta hace 15 años se producía aceite de oliva de suprema calidad y el
tan apreciado vino 'Pitarra'. Desde los jardines de la Finca es posible
observar el impresionante paisaje y la maravillosa flora y fauna del lugar!
El patio rodeado de naranjos, jazmines y rosales sirve de entrada
a la capilla del siglo pasado donde ocasionalmente se celebraban misas. En la
actualidad, sus arcos abovedados sirven de cobijo a las golondrinas, donde
suelen colocar sus nidos. Sobre la capilla, la torre del campanario alberga un
impresionante nido donde las cigüeñas alimentan a sus pequeñas crías siendo
posible oir su peculiar sonido desde el jardín colindante.
Arriba, uno de los salones de la Finca a través del cual se puede
acceder a la bodega donde aún se conservan en perfecto estado 14 tinajas de
barro originales. También permanecen en los techos abovedados los ganchos
utilizados en el siglo pasado para curar jamones durante 18 meses a temperatura
constante. El comedor (arriba) se encuentra integrado en la antigüa
"almazara", que aún conserva la prensa original donde hace tiempo se
obtenía aceite de oliva mediante la ayuda del ganado. La estancia proporciona
un ambiente rústico único y el máximo confort para disfrutar de nuestros
abundantes desayunos y exquisitas cenas acompañadas de vinos y licores locales.
La Finca
también cuenta con una gran piscina situada en un amplio jardín rodeado de
colinas y con vistas a los campos de olivos y huertos de cerezos y almendros.
VIÑA “LAS TORRES”
Situado
en el corazón de la cacereña Sierra de los Lagares, a tan sólo 10 km. de
Trujillo, el Hotel Rural Viña las Torres sorprende por lo inesperado.
Una casa
señorial cuyo interior ha sido completamente reformado para dotarlo de un
ambiente cálido y confortable. Porque nuestra máxima preocupación es hacer que
nuestros huéspedes se sientan como en casa y saboreen cada minuto de su tiempo.
Para gozar de una escapada sin obligaciones, en un entorno
donde la única exigencia sea disfrutar del silencio o los olvidados sonidos de
la naturaleza, de un estimulante paseo, una relajante sauna o, simplemente, del
placer de hacer... absolutamente nada.
Ideal
para conocer el arte, la naturaleza y la gastronomía que Extremadura pone a
disposición del viajero. El emplazamiento del Hotel Rural Viña las Torres, lo convierte
en el perfecto cuartel general para planificar visitas a Trujillo,
Cáceres, Mérida o Guadalupe, ciudades llenas de historia, o adentrarse en el
corazón del Parque Nacional de Monfragüe, naturaleza en estado puro.
LA CALIDAD EN EL TURISMO RURAL
Uno de los aspectos del
turismo rural que más importancia está cobrando en
los últimos años es la calidad, como elemento
distintivo y principio de caracterización de los niveles del producto. Las características propias de los ETR y su
origen los hacen especiales en tanto que no pueden ser valorados con los mismos patrones que el resto de alojamientos colectivos, más profesionalizados y
de más envergadura. A pesar de esto,
es necesaria la adopción de sistemas
de calidad que permitan su clasificación y aporten al turista la
información suficiente para facilitar su elección.
Asimismo, la adopción de algún sello de calidad implica una voluntad de mejora y el aprendizaje de nuevas
formas de gestión más eficientes.
Más que en cualquier otro sector, la autenticidad de
la oferta es un aspecto a tener en cuenta.
Este concepto, no obstante, resulta
muy controvertido ya que la autenticidad del mundo rural de hace algunas décadas, idealizada desde la época de los escritores románticos, no se
corresponde con la realidad del
mundo rural actual, mucho más parecido al mundo urbano. Por otra parte,
intentar conservar esta autenticidad, buscada
por los turistas, puede llevar a su recreación, convirtiendo de esta
forma el entorno rural en un parque temático
por la artificialización del producto.
No obstante, éste es un parámetro difícilmente evaluable en los sistemas de calidad.
Una de las primeras preguntas
que nos tendríamos que hacer es: ¿Qué entendemos
por calidad? Como podemos intuir, la respuesta es compleja en tanto que cada
propietario y cada usuario la entenderán de
una forma diferente y priorizarán unos
criterios sobre otros. Se puede valorar como
calidad el hecho de proporcionar un trato cercano
y agradable al cliente (a la vez que profesional), un espacio donde éste se
sienta confortable, servir unas comidas de calidad elaboradas con productos de
la zona o un elevado nivel de equipamientos.
Otros aspectos a valorar podrían ser: el conocimiento de los
propietarios del entorno y de los atractivos
del lugar, el cuidado que éstos
tienen del medio ambiente (de hecho, creemos que los criterios de
calidad ambiental tendrían que tener un importante
papel en los sistemas de calidad turística), una correcta señalización y acceso a la casa, un paisaje rural bien conservado, la formación profesional de los
encargados de la actividad, que
repercute en el resto de puntos, o la
existencia de facilidades para realizar y agilizar la reserva a través de
diversos medios. Pequeños detalles marcan
la diferencia: encender la calefacción antes de que lleguen los clientes, ofrecer una botella de vino en la
despedida o charlar con ellos mientras se toma un café.
La consecución de
los sistemas y distintivos de calidad se basa en el cumplimiento de una serie
de requerimientos mínimos. A grandes rasgos, los criterios incluyen: las
instalaciones, la recepción y la estancia, el mantenimiento, la seguridad, los
servicios, la comercialización y, los criterios relacionados con el impacto
ambiental de los establecimientos. Los procesos de certificación pueden
dividirse en autoevaluación, auditoría, certificación y mantenimiento. Es un
largo proceso en el que los propietarios han de adquirir y aplicar gran
cantidad de conocimientos para poder superar la auditoria satisfactoriamente.
Existen varios sistemas de calidad a los que pueden optar los ETR, de adopción
voluntaria: ISO 9001; Q DE CALIDAD TURÍSTICA PARA ETR.
ISO 9001: A
pesar de su importancia internacional, las normas de calidad ISO 9001 no han
sido adoptadas con efectividad en Extremadura.
Se trata de normas destinadas, en principio, a establecimientos más
profesionalizados, de más envergadura, debido a que el
coste del proceso de certificación es demasiado elevado para establecimientos
de reducido tamaño. No obstante, resulta interesante
que las asociaciones y federaciones de TR puedan obtener este distintivo. En España, AENOR (Asociación Española de Normalización y
Certificación) es la encargada de supervisar el
proceso.
Q de Calidad Turística para
ETR: A mediados de los años noventa, el sector
turístico español decidió llevar a cabo un cambio estratégico basado en la mejora de la calidad, como factor competitivo y diferenciador en
los mercados nacionales e internacionales. Esta
apuesta por la calidad se consolidó con el programa estratégico de la
Secretaría General de Turismo conocido
como "Plan Integral de Calidad del Turismo Español" (PICTE), aprobado
en 1999 y vigente durante el periodo 2000-2006.
Desde 1996, y gracias al apoyo de la administración turística del estado se ha
desarrollado el macroproyecto "Sistema de Calidad Turística
Española", que permitió, en 1999 y a través del "Plan de Calidad
Turística Española", la creación del sello, o
sistema de gestión, Q de Calidad. Este distintivo es aplicable a diversos
subsectores turísticos: hoteles y apartamentos turísticos, agencias de viajes,
restaurantes, campings, ETR y estaciones de esquí.
El organismo encargado de la gestión y certificación del sello es el Instituto
para la Calidad Turística Española (ICTE), entidad
de carácter intersectorial con naturaleza jurídica propia y formada por
asociaciones empresariales turísticas.
El sello destinado a los ETR fue
diseñado por la Asociación para la Calidad del Turismo Rural (ACTR),
constituida por diferentes asociaciones territoriales de propietarios" y
miembro fundador del ICTE. La norma se creó a lo largo del año 1999 y en 2000 se unieron al proyecto alrededor de 900 ETR de todo el Estado. El sello contempla dos modalidades básicas: casa por habitaciones (MA y CP en el caso catalán) y casa completa (ARI). El proceso de certificación puede durar hasta dos años. Su concesión implica un
esfuerzo de mejora continuado que se evalúa a partir
de auditorías anuales.
Eco-etiquetas ESCOLABEL: Es una iniciativa de la Unión Europea, introducida en 1992 y válida
en todos los estados miembros, limitada en principio a los productos y ampliada
posteriormente a los servicios. En relación a los servicios turísticos de los
ETR tenemos la llamada European Ecolabel for Tourism Accomodation.
Distintivo que pretende limitar el consumo energético y de agua y la producción
de residuos; favorecer el uso de fuentes de energía renovables y productos
ecológicos y promover la comunicación y la educación sobre temas ambientales.
Se basa en un sistema de puntos que se dividen en criterios de obligado
cumplimiento y criterios optativos que permiten aumentar la puntuación del
establecimiento para conseguir el mínimo requerido para la obtención de la
certificación.
Sistemas de Gestión Ambiental
(SGA): Herramientas de gestión de adopción
voluntaria que tienen la voluntad de proteger el medio ambiente a la vez que
comportan una mejora continua. Estos sistemas dan mucha importancia a temas
relacionados con la legislación, la comunicación externa y la ampliación de los
trabajadores.
CONCLUSIONES
Tras la realización de este estudio se ha puesto de relieve que
buena parte de la tierra de Trujillo puede desarrollar la actividad turística
en el medio rural, implantar los alojamientos necesarios, etc. Sin embargo,
cuando se recurre a un análisis más profundo, se detecta que algunas áreas que
potencialmente pueden desarrollar esta actividad poseen algunas limitaciones
fruto de su ubicación en espacios que disponen ya de este tipo de
equipamientos, de su situación en áreas con un grado de protección ambiental
considerable o, simplemente de la condición poco emprendedora de los
residentes, en muchos casos población muy envejecida.
En nuestro país, el turismo
rural es todavía una actividad joven que presenta un fuerte crecimiento. Es
responsabilidad de la administración y del resto de
actores implicados velar para evitar problemas que se puedan generar en el territorio como incendios. En estos momentos, en comparación con otros destinos emergentes, España ya no es un destino
turístico económico y ha de apostar por un
turismo de calidad menos masificado. El turismo rural presenta un amplio
potencial en relación al patrimonio, la
gastronomía y los nuevos valores de ocio de las sociedades actuales. En
Extremadura, el espacio rural no está todavía
artificializado, es un espacio vivo y activo. La recuperación de los valores
rurales y de las raíces locales son activos
que se han de potenciar. A su vez, las sociedades rurales han cambiado, son
conscientes de su patrimonio y de los efectos positivos que
puede comportar la diversificación de las rentas en el medio rural, los jóvenes
calificados son ahora más capaces de emprender nuevas
actividades en sus lugares de residencia y se resisten a abandonar sus pueblos. Todo esto favorece el creciente interés por las
actividades en el medio rural. Tampoco podemos olvidar
que, cada vez más, nuestra sociedad se está concienciando de la necesidad de
proteger el medio ambiente y de los efectos
positivos que está protección puede tener para el conjunto de la sociedad. No
obstante, entendemos el turismo rural como una forma complementaria y no
alternativa al resto de opciones, muchas de las cuales
se encuentran inmersas en procesos de mejora de su gestión que contribuyen a
hacerlas más sostenibles.
La revalorización del medio
rural ha comportado nuevos usos para este espacio, que ya no es sólo productivo
sino que cada vez más se orienta al uso recreativo
y de ocio. El turismo rural, que surgió como una renta complementaria a la agricultura y con [a idea de ayudar a
[os agricultores, está tomando un papel protagonista,
por su buena acogida y por ser una alternativa más a los diferentes productos
turísticos. De la actividad de los establecimientos de turismo rural también
se benefician otras empresas y comercios de la zona que ofrecen productos complementarios, repartiendo de esta forma los
beneficios del turismo. No obstante, algunos problemas
inherentes al sector se han de resolver para garantizar su buena salud.
Uno de los objetivos principales del presente estudio ha sido
identificar aquellos puntos sobre los que hay que incidir para mejorar
la situación del turismo rural, proporcionando de esta forma una herramienta útil tanto para
futuros procesos de planificación como para la introducción de mejoras en la
gestión de los establecimientos por parte de los propietarios. En este
sentido, y a modo de resumen de la diagnosis, hemos creído conveniente disponer de
las principales conclusiones del estudio.
Debilidades:
- La falta de
planificación por parte de la administración extremeña y la falta de
coordinación entre las administraciones de las diferentes autonomías. La
unificación de criterios beneficiaría a la
difusión del sector. Un ejemplo de
esto es la amplia variedad de denominaciones y tipologías presentes a nivel estatal (más de cuarenta), lo que imposibilita una coordinada comercialización
nacional e internacional.
- Implicación
desigual de las administraciones locales. Dependiendo de la voluntad política del consistorio y de los recursos disponibles, el turismo rural se considerará una
estrategia de desarrollo y se tomarán o
no medidas de fomento que pueden implicar
diversos sectores económicos de los municipios.
- La ausencia de un
sistema de clasificación de los establecimientos por niveles de calidad que pudiese ser utilizado por los usuarios como herramienta de
selección y que incitase a los
propietarios a una mejora constante.
- El constante
incremento de la proporción de ARI (más del 80% de ETR abiertos en los últimos
años), la tipología de turismo rural que
podríamos considerar como "menos pura" ya que, por sus características, podría ser considerada como una tipología especial de
apartamentos turísticos.
- Las
pocas adaptaciones destinadas a personas con discapacidades.
- La
falta de formación específica de una parte importante de los gestores de los ETR (60%), hecho que condiciona tanto las iniciativas que éstos puedan tomar como la gestión del
establecimiento.
- La
falta de estandarización del sistema de gestión de las reservas. No se dispone
todavía de una central de reservas que facilite el proceso. Los sistemas
actuales, basados casi en exclusiva en contactar directamente establecimiento por establecimiento, son poco adaptables
al mercado internacional, sobre todo
teniendo en cuenta el bajo
conocimiento de idiomas de los propietarios.
- La estacionalidad de la
ocupación y el alto grado de dependencia de
los turistas catalanes. A pesar de que no podemos
hablar de una tendencia, la demanda extranjera disminuyó durante el último año en un 16%.
-A pesar de que los ETR
constituyen una actividad eminentemente familiar,
los escasos puestos de trabajo que crea de forma directa
suelen ser precarios y marcadamente estacionales.
- EL
hecho de tratarse de un turismo difuso en el que los turistas se mueven por extensas áreas, siendo difícil controlar tanto sus necesidades como los impactos que generan. Los
usuarios presentan una elevada movilidad y utilizan el coche en
un 96,5% de los casos.
- Faltan
todavía estudios profundos sobre los impactos sociales que la oferta de ETR puede provocar en pequeñas poblaciones rurales.
Amenazas:
- En
ausencia de una política coordinada entre las diferentes Comunidades Autónomas,
la competencia del resto de regiones.
La falta de ayudas para la
implantación de ETR en aquellas zonas en las
que todavía no se ha empezado a desarrollar
el sector y donde podría constituir una iniciativa interesante para
dinamizar la economía.
- La entrada en el sector de
propietarios sin vocación, que ven en el turismo rural una oportunidad de
negocio más y que priman la rentabilidad económica, desvirtuando uno de los
grandes atractivos del sector: el capital humano.
- El aprovechamiento del éxito
de los ETR, y de [as actividades asociadas, de determinadas zonas para fomentar
procesos urbanísticos y especulativos que conducen a la construcción de
segundas residencias.
- La posibilidad de abandono de
explotaciones agrarias y ganaderas en favor de actividades propias del sector
servicios que, en muchos casos, aportan más beneficios y requieren menos
esfuerzos. Este abandono repercute sobre la gestión del medio y sobre el
paisaje (contribuyendo a la pérdida del tradicional mosaico mediterráneo).
- Si el turismo rural
evoluciona para convertirse en la principal actividad económica de estas
unidades familiares, tendremos una excesiva dependencia del turismo.
Fortalezas:
- La autenticidad del producto
y el entusiasmo de los propietarios.
- Los gestores de los ETR son
personas que forman parte de la comunidad local. No son necesarias grandes
inversiones para poner en marcha estos establecimientos, permitiendo el
financiamiento a partir de capital endógeno, lo que permite que los beneficios
permanezcan también en la comunidad.
- Se trata de una actividad que
contribuye al desarrollo local en zonas que tradicionalmente se han considerado
"atrasadas" ya que, por sus características, son las que menos se
beneficiaron de los procesos de industrialización (hecho que ahora se
convierte en una ventaja).
- La contribución de la
actividad a la diversificación de rentas y las simbiosis que se establecen con
otros empresarios de la zona, dedicados a los servicios de restauración, a la
venta de productos artesanos o a las actividades complementarias.
- Se trata de un instrumento
que puede ayudar a mitigar la emigración de las zonas rurales y, en algunos
casos, a recuperar población.
- Los ETR han proporcionado a
las mujeres rurales la oportunidad de iniciar una actividad remunerada y socialmente
reconocida, hecho que contribuye a la consecución de la equidad de género.
- La actividad permite el
contacto del mundo urbano con el mundo rural, haciendo partícipe al primero de
los problemas del segundo, en muchos casos completamente desconocidos. Este
contacto fomenta la revalorización del patrimonio rural, tanto social como
cultural, arquitectónico y natural.
- Los ETR son viviendas rurales
tradicionales (construidas con anterioridad a 1950). Por lo tanto, la actividad
turística tiene un papel importante en la rehabilitación y conservación de
éstas.
El impacto ambiental de los ETR
en sí mismo puede ser considerado globalmente como bajo. Las técnicas constructivas
de las viviendas rurales dieron lugar a edificios sostenibles integrados en el
territorio.
-A diferencia de otros
productos turísticos presentes en el medio rural, como el esquí, el modelo de
desarrollo basado en los ETR no implica procesos urbanísticos, como los que dan
lugar a grandes resortes turísticos.
- La limitación del número
máximo de plazas a quince contribuye a evitar que el número de turistas supere
la capacidad de carga social y ambiental de los pequeños núcleos donde se
encuentran.
La buena relación
calidad-precio así como la amplia variedad de ETR existentes permite llegar a
usuarios con diferentes intereses y capacidad económica.
- La
existencia de una demanda definida y en ascenso, que valora la naturaleza y
practica formas de turismo poco impactantes que se suelen
agrupar bajo la denominación de turismo verde. Se trata, además, de turistas
fieles a la modalidad turística.
- La existencia de
una oferta consolidada ya en algunas zonas, que en la actualidad apuestan por
la calidad y la diversificación.
- La capacidad
asociativa de los propietarios que ha conducido a la creación de redes que
potencian el sector e intervienen en
las decisiones de la administración.
Oportunidades:
- La existencia
de antecedentes en Europa, lo que permite aprovechar y adaptar los más
convenientes.
- La buena imagen de la que disfruta el sector en
los medios de comunicación y en [a sociedad en general.
La existencia de un paisaje
rural variado y atractivo, que incluye tanto áreas de montaña como zonas
litorales. - La tendencia
creciente de la demanda hacia un turismo a la carta, acompañada de la expansión
generalizada de la difusión y
comercialización de la oferta turística por Internet, a
la que el turismo rural se adapta muy bien.
- El aumento de la concienciación ambiental de la
población europea y la potencial contribución del sector a la conservación del medio ambiente. Entro otros
aspectos, el TR puede contribuir de forma importante a la educación de
los turistas para que adopten actitudes más sostenibles.
RECOMENDACIONES
A partir del estudio hemos
creído conveniente proporcionar una serie de recomendaciones encaminadas a la mejora del sector. El objetivo prioritario para garantizar una
correcta evolución del turismo rural es su planificación.
Ésta tendría que potenciar las fortalezas, aprovechar las oportunidades,
corregir las debilidades e introducir medidas para combatir las amenazas.
Desde nuestro punto de vista,
la planificación debe llevarse a cabo desde diferentes vertientes
interrelacionadas entre sí. En todo momento, los
procesos de planificación han de contar con un debate en el que estén representadas las voces de todos los actores implicados en el sector, ya sea
directa o indirectamente.
El fomento de la calidad, sobre
todo en aquellas áreas donde la oferta ya
presenta un volumen importante. En este sentido,
alabamos la iniciativa de la Consejería de Turismo (Dirección General de
Turismo de la Junta de Extremadura) que prevé ayudas a las casas que quieran
obtenerlo. No obstante, creemos que este tipo de
distintivos han de poder ser homologables a nivel europeo, para permitir su
valoración tanto por turistas nacionales como extranjeros.
En segundo lugar, hemos de
tener en cuenta que los ETR forman parte de la oferta del conjunto de productos
turísticos extremeños y que, como tales, es
necesaria su inclusión en la planificación global de sector, privada todavía del correspondiente plan sectorial. La apuesta manifiesta hacia un
turismo sostenible y de calidad ha de contar
necesariamente con la contribución de los ETR, que han de tener un papel
importante en la proyección de la marca
"Extremeña" de promoción turística. Es necesaria la adopción de
iniciativas encaminadas a aumentar la ocupación
y disminuir la estacionalidad del sector. Éstas pasan por la ampliación del
turismo rural más allá del alojamiento. Se tiene que
buscar la diversificación de la oferta, la creación de productos integrados y
la mejora de la comercializaron de todos estos productos
para atraer a sectores de la demanda que todavía no se han interesado.
La dirección que tome el turismo
extremeño tendrá inevitables consecuencias sobre el territorio y sus habitantes.
Los expertos están de acuerdo en rechazar los
modelos basados en el crecimiento urbanístico, como los que dan lugar a segundas residencias, tanto por sus efectos negativos sobre el medio
ambiente como por los efectos sobre la comunidad
local, más perjudicada que beneficiada. La planificación territorial del medio
rural ha de tener en cuenta estos elementos. Existen
iniciativas interesantes como la creación de cooperativas de producción de productos de calidad que, a la vez que permiten la
viabilidad de las explotaciones, abastecen las cocinas
de ETR y restaurantes y son vendidos a los turistas por comercios locales.
Esto nos lleva a la
planificación del sector a escala local. No podemos olvidar que el turismo
rural surgió como una estrategia de diversificación
en la explotación, encaminada a fomentar el desarrollo endógeno de las zonas
rurales atrasadas. Por lo tanto, es necesario que
la planificación local contemple el sector y su relación con el resto de sectores económicos y con la comunidad, que ha de poder decidir en
todo momento el modelo de desarrollo que quiere y qué impactos está dispuesta a
aceptar. En este sentido, nos parece muy interesante la aparición de procesos
de participación participativos, como pueden ser las Agendas Locales 21, que permiten
una reflexión compartida sobre los costes y beneficios de las diferentes
iniciativas de desarrollo posibles.
La definición de la estrategia a
adoptar en cada zona concreta requiere la elaboración de estudios de diagnosis adicional. Se necesitan estudios territoriales, que ayuden a definir
las zonas de mayor potencial turístico (con la elaboración,
por ejemplo, de inventarios turísticos) y las más valiosas o frágiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario