viernes, 3 de enero de 2025

 

CRUCES DE TÉRMINO Y CRUCEROS DE ESCURIAL

 

Es un municipio de la provincia de Cáceres que se localiza entre los 39° 10’ de latitud norte y los 5° 52’ de longitud oeste, pertenece a la comarca funcional de Don Benito-Villanueva de la Serena, con una extensión del término municipal de 101 km² y está situado a 314 m de altitud, presentando un relieve de formas llanas, en las zonas que se adentra en los terrenos de vega, mientras que por el contrario, en dirección norte se encuentran los cerros de La Cabeza y la Sierra de San Cristóbal.

Los restos más antiguos localizados en el término de Escurial corresponden a la época romana, concretamente se ha localizado una necrópolis en la dehesa de los Palacios[1], así como interesantes lápidas romanas.

Se pobló una vez que aconteció la reconquista definitiva de Trujillo y su tierra en el año 1233. En el siglo XIV tenemos los primeros datos documentales sobre Escurial, donde se menciona la edificación de la parroquia de Miajadas, en una carta abierta entregada al cura rector de Escurial –ya existía-, sellada y rubricada por el Obispo de Plasencia don Sancho, en el año 1348[2].

En el año 1593 se deslindó el término de Trujillo por este sitio y aparece Miajadas (lugar de Medellín) con sólo su egido por límite de Escurial. En el año 1627 el rey Felipe III mandó vender siete lugares de Trujillo para atender a los enormes gastos que las guerras le ocasionaban cupo en suerte la de Escurial. El pueblo no quiso que se hiciese su venta a ningún particular sino que reunidos los principales de su vecindario y el pequeño concejo que le administraba, nombraron a don Bartolomé Borrallo, para que gestionara la venta del pueblo, consiguiéndolo y quedando la villa libre con jurisdicción propia civil y criminal, por 16.000 maravedíes por vecino y 6400 ducados por legua de término, adquiriendo dos leguas o sea todo cuanto Trujillo le tenía señalado para su jurisdicción[3].

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde el año 1834 quedó integrado en el Partido Judicial de Trujillo.

 

I.- Crucero (barrio de Portugal)

Se alza sobre tres gradas cuadrangulares a la entrada del camino de Robledillo, presenta fuste cúbico con rebaje en los extremos superiores sobre el que se apoya la columna cilíndrica de piedra, lisa, rematada en collarino sobre el que descansa un capitel escalonado que se remata con una plataforma cuadrangular de esquinas rebajadas y sobre el que se alza la cruz ligeramente ancorada y de sección romboidal, con un círculo central donde se inscribe una pequeña cruz tallada. Es obra del siglo XVII, según reza en una inscripción de la basa: “ES DE JUAN RUBIO, AÑO DE 1611”.

 

II.- Crucero de Mingo Bernardo

 

En la entrada al municipio, en el camino Real o carretera vieja, se levanta este interesantísimo y artístico crucero sobre tres gradas cuadrangulares rematadas en una base de piedra trabajada en todos sus laterales en la que reza en un lateral “ANO DE” y en el otro lateral “1768”. Sobre la base se levanta una columna cilíndrica, lisa, sin decoración que remata en un collarino y capitel de vaso liso. Es obra de 1768 según reza en la base del crucero. Conformando todo el conjunto una agraciada estampa.

 

III.- Cruz de los Arenales

Junto a la carretera, en la entrada por el camino del Campo, nos encontramos con esta interesante cruz que ni el asfalto ha podido con ella, permaneciendo orgullosa en su sitio. Es una cruz de término elevada sobre dos gradas cuadradas, con base y fuste cilíndrico, liso, de piedra muy cubierto por los líquenes, al igual que ocurre con las otras cruces estudiadas de este municipio y que ha cubierto todo el varal y el capitel, lo que le confiere un aspecto aún más antiguo y rústico. Remata en collarino muy corto y en capitel de sección circular de vaso liso y en una cruz moderna de forja. Obra de los años finales del siglo XVIII.

 

IV.- Cruz de Corralejas

Esta cruz se encuentra a la entrada de la población, en el camino a Guadalupe, probablemente habrá servido a muchos viajeros para hacer un alto en el camino. Presenta las características tipológicas semejantes a los cruceros estudiados con anterioridad (crucero de Bernardo y el del barrio de Portugal). Se alza sobre tres gradas cuadrangulares, base de cantería sobre la que se alza una esbelta columna o fuste cilíndrico, liso de piedra que remata en un capitel de vaso liso sobre el que descansa una cruz de sección cuadrada cubierta de líquenes. Esta cruz se la conocía como la cruz de Diego Lozano, data del año 1695[4].

 

V.- Crucero del Retamal

 

Se alza a poca distancia de la población en el camino del Prado, a la entrada por el camino de Villar de Rena. Es magnífico crucero que se levanta sobre cuatro gradas cuadrangulares y base cúbica bien trabajada en todos sus lados, columna lisa pero con una pequeña acanaladura incisiva que imprime al fuste un cierto atractivo artístico en la solidez de la piedra, rematando en un capitel y pequeña cruz  sobre la que absurdamente se ha colocado otra de forja moderna. Es obra del siglo XVIII. Es una lástima que todas las cruces además de sufrir el “mal de la piedra” están cubiertas de líquenes. Todas ellas, de indudable interés y merecedoras de una especial atención para su mantenimiento y conservación.

 

VI.- Cruz del Siglo

En plena población de Escurial, a la entrada del camino a Miajadas, se alza este crucero sobre dos gruesas gradas cuadrangulares de cantería fechado en el año 1643, tal y como reza en una inscripción en su base cúbica.  Mayoritariamente las cruces o cruceros se levantaron en las bifurcaciones de caminos, en espacios públicos de reunión, en humilladeros, en fachadas de casas o lugares particulares para señalar la muerte violenta de alguna persona, en carneros abiertos durante las epidemias, etc,. Por sus características pudieron variar unos de otros, aunque generalmente se trataba de sencillas construcciones de piedra que se coronaban por una cruz del mismo material o de forja.

En el vasto término del municipio y diseminadas por el mismo existieron gran cantidad de cruces cuya memoria se ha preservado  en el nomenclátor agrario del pueblo, ya que, con el paso del tiempo, estos hitos acabaron dando nombre a los parajes en los que se levantaron.

 

VII.- Crucero (Pozo Hondo)

 

Este crucero recibe el nombre de Pozo Hondo por encontrarse cerca de un pozo. Son varios los pozos existentes en este municipio o pequeñas reservas de agua subterráneas bien repartidas por el terreno granítico escurialego. Junto a este crucero y pozo está la Laguna del Pato, una de las áreas más atractivas de la población desde donde podemos disfrutar de la cercana Sierra de Montánchez. La Cruz del Pozo Hondo se levanta sobre dos gradas cuadrangulares y una artística base de piedra tallada. Fuste monolítico, liso de piedra y capitel con collarino de vaso liso sobre el que se apoya la cruz. Probablemente sea obra de hacia 1630. El musgo ha cubierto toda la cruz, capitel y la parte superior del varal, lo que le confiere un aspecto aún más antiguo y rústico.

 

 

VIII.- Crucero (Pozo Viejo)

 

En pleno casco urbano, a la entrada del camino de Abertura, se levanta esta cruz sobre tres gradas circulares. Sobre un pedestal formado por un tosco cilindro continuado con una trabajada base espléndidamente tallada se alza un fuste o columna cilíndrica, al igual que el capitel que se iza después del collarino. Elegante y singular conjunto rematado por una cruz de proclamación florenzada. Es obra del siglo XVII.

 

IX.- Crucero de Abud

La llamada Cruz del Santo o también conocida anteriormente como cruz de Abud. Se encuentra en el camino que va desde la autovía de Extremadura hasta el santuario de El Salvador, camino a Santa Ana. Espectaculares la plataforma de tres toscas gradas circulares y el pedestal con extraños símbolos labrados en una contundente piedra formada por dos piezas de cantería cuadrangulares y una base circular decorada con puntas de diamante talladas en la piedra y donde reza la fecha de ejecución en una inscripción: “1756”. En esta base de cantería se apoya la columna o varal de piedra que remata en un capitel de vaso liso sobre el que se apoya la cruz de sección cuadrada. Por sus características tipologías es obra de finales del siglo XVII.

Por testimonios orales tenemos conocimiento de una cruz que existió en el Cerro de la Horca y se la conocía como cruz de los Padres Misioneros. A ella acudían en procesión los escolares, partiendo desde la ermita de los Mártires, que se encuentran el cementerio municipal, para seguir por el camino en dirección al cerro mencionado. En la pared de uno de los cuartos de este camino se conserva una piedra con un hueco en la parte superior donde iría ubicada una cruz de hierro, es el único resto que nos queda de esta cruz que fue destruida durante la Guerra Civil Española[5].

 

 





















[1] ROSO DE LUNA, M: “Nueva inscripción romana de Escurial”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo I, XIV, 1914, p. 242; VIU, Extremadura, inscripciones y monumentos, op. cit., p. 97.

[2] “Don Sancho I, en el año 1348, consta que era Obispo de Plasencia, porque el día o de abril de la era de 1386, que corresponde a él, hizo cierto estatuto y ordenación, que hoy subsiste y va en el inventario, para que el cura del Escorial (Escurial), lugar de este obispado, se encargase también de la parochial nuevamente instituida en el nuevo lugar de Meajadas inmediato, como lo había estado antes de la expresada erección”. SÁNCHEZ LORO, D: Historias placentinas inéditas. 3 tomos. Institución Cultural “El Brocense”. Cáceres, 1982-85, págs.. 64 y 202. Cit. CERRILLO MELLADO, G: Escurial, el legado de mi tierra. Asamblea de Extremadura. Badajoz, 2010, pp. 78 y 79.

[3] NARANJO ALONSO, C: Trujillo y su tierra. Historia, monumentos e hijos ilustres. Tip. Sobrino de B. Peña, Trujillo, 1923, p. 27. Véase nuestro trabajo RAMOS RUBIO, J. A y DE SAN MACARIO SÁNCHEZ, O: Deleitosa, arte e historia. Cáceres, 2014.

[4] Según documento existente en el Archivo Histórico Provincial. Cit. CERRILLO MELLADO, op. cit., p. 70.

[5] Vid. CERRILLO MELLADO, op. cit., p. 75.

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