ERMITA DE LA PERENGUANA (RINCÓN DE BALLESTEROS)
A 39 kilómetros de Cáceres viven 210 vecinos que
pertenecen a Cáceres, pues Rincón de Ballesteros es una pedanía más de Cáceres,
situada en un paraje serrano singular y rodeada de bosques de alcornoques. Es
un poblado de colonización como tantos otros se crearon a raíz de la política
agraria de Franco de 1939. Rodeado de un paraje encuadrado dentro de la zona
ZEPA, por lo cual se llevó a cabo en el año 2010 un proyecto de mejora de
sendas y enclaves representativos en la población de Rincón de Ballesteros, término
municipal de Cáceres (destacando el acondicionamiento social de la ermita de la
Virgen de Perenguana) por poder afectar al lugar Natura 2000 LIC y ZEPA Sierra
de San Pedro, según Resolución de 10 de agosto de 2010, de la Secretaría de Estado de Cambio
Climático, sobre la evaluación de impacto ambiental del proyecto Mejora de
sendas y enclaves representativos en la población de Rincón de Ballesteros,
término municipal de Cáceres. Entre las actuaciones acordadas estaba
la restauración de la ermita de la Virgen de Perenguana y su entorno,
acondicionamiento del camino de acceso existente mediante la colocación de un
pavimento de hormigón, actuaciones de mejora en la senda peatonal de escalones,
creación de una zona de restricción de vehículos para estacionamiento de
caravanas y colocación de cartelería y mobiliario.
Esta ermita se encuentra en un monte cercano llamado “La
Perenguana” que fue construida en los años cincuenta del siglo XX. La ermita es
moderna, construida en ladrillo y con verjas de hierro como puerta, además el
acceso a lo alto de la montaña, a 300 metros de altura, es mediante un camino
de piedras y 205 escaleras. En su interior alberga una imagen de granito de una
Virgen con Niño en brazos de procedencia, fecha y autor desconocidos, aunque
bautizada como Virgen de la Perenguana. Es una ermita abierta para que la
imagen de la Virgen sea venerada por todos los fieles que pasan por los
aledaños.
Consiguiendo así cumplir los mandatos de la Iglesia considerando a la Madre
de Dios como tipo de la Iglesia, orden de la fe, de la caridad y de la perfecta
unión con Cristo. Porque en el misterio de la Iglesia que con razón también es
llamada madre y virgen, la Bienaventurada Virgen María la precedió, mostrando
en forma eminente y singular el modelo de la virgen y de la madre, pues
creyendo y obedeciendo engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre, y esto
sin conocer varón, cubierta con la sombra del Espíritu Santo, como una nueva
Eva, practicando una fe, no adulterada por duda alguna, no a la antigua
serpiente, sino al mensaje de Dios. Dio a luz al Hijo a quien Dios constituyó
como primogénito entre muchos hermanos[1], a saber, los fieles a
cuya generación y educación coopera con amor materno»[2].
Este formulario “contempla las
múltiples relaciones que vinculan a la Iglesia con la Santísima Virgen” como
Madre, de modo que los “textos eucológicos consideran especialmente cuatro
momentos de la historia de salvación”
Para celebrar este misterio de maternidad e imitar las
“virtudes” de la Virgen Madre, la Iglesia compone tres formularios que
desarrollan precisamente el tema de María como Imagen y Madre[3]. Este formulario “contempla las múltiples
relaciones que vinculan a la Iglesia con la Santísima Virgen” como Madre, de
modo que los “textos eucológicos consideran especialmente cuatro momentos de la
historia de salvación”[4]: la Encarnación del Verbo,
pues la Virgen María al recibir la Palabra con limpio corazón, mereció
concebirla en su seno virginal, y al dar a luz a su Hijo, preparó el nacimiento
de la Iglesia; la Pasión de Cristo, porque María está cerca del misterio, lo
contempla, sobre todo cuando Cristo está clavado en la cruz y proclamó como
Madre nuestra a Santa María Virgen, Madre suya; el Espíritu Santo, el día de
Pentecostés la Santísima Virgen se reúne con la comunidad apostólica para orar;
por esta razón, al unir sus oraciones a las de los discípulos, se convirtió en
el modelo de la Iglesia suplicante; y, por último, María, desde su Asunción a
los cielos, acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, y protege sus
pasos hacia la patria celeste, hasta la venida de su Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario