LA ALBERCA DE TRUJILLO
Del léxico
árabe "Al birka" viene Alberca al lenguaje español. Significa
depósito de agua. Además de este significado tiene otros profanos y sagrados, como
hemos citado. El uso más importante que tuvo sin excluir otros usos como
abrevar, en pilas próximas a su acceso, a caballerías y reses vacunas, fue el
utilizar sus aguas mediante conducción subterránea, que va por el actual
Hospital, huerta de los Descalzos y el
Zonche (Pavo) a regar en otros
tiempos la alameda de la Plaza de la Encarnación, luego llamada del Mercadillo
y hoy de Ruiz de Mendoza y surtir los campos de San Lázaro y de los Prados o
Campos de S. Juan. Las dimensiones de la Alberca son: profundidad 12 metros, la
anchura del vaso es de 11,05 ms., y su
longitud 11,32 ms.
Está cavada en roca viva de la mitad hasta lo m s
profundo; y del medio a la superficie revestida de fábrica. Se alimenta de
aguas por dos manantiales que existen en el fondo al que se baja por una ancha y bien labrada escalera, que parte
desde el nivel, con su barandilla correspondiente toda de cantería. Entre
Poniente y Norte hay un relleno como de cinco varas que se corre también hacia
el Mediodía, por donde está la entrada.
A lo largo de la historia se
ha utilizado como baño público por sus aguas medicinales, excelentes para la
piel y los ojos (conjuntivitis. Tras unos análisis clínicos que hemos tenido la
oportunidad de realizar). También ha sido depósito de aguas árabe para su aprovechamiento en el regadío.
La tradición cita a tres
fuentes originales en el mismo lugar "con tres pilitas" que si
existieron tan solo queda de ellas la leyenda. A pesar de su nombre árabe que define perfectamente el uso para
baños y riego creemos que fueron los romanos quienes la cerraron canalizando el
agua excedente hacia el exterior. Hasta el siglo pasado el agua de La Alberca
llegaba extramuros al Campo San Juan sirviendo a los abrevaderos del ganado
trashumante y local en aquella encrucijada de Cañadas Reales que sigue siendo
Trujillo. Hoy en día está vertiendo agua continuamente por el caserío
antiguo hacia la huerta del Hospital.
La Alberca nunca se seca en
su balsa tradicionalmente se bañan los naturales en verano y en todo tiempo se
aprovechan sus aguas para curar infecciones oculares, después del baño la piel
queda muy suave siendo una magnifica terapia que aporta su energía al
equilibrio corporal y por ello es de primordial importancia cuidar su limpieza
con máxima rigidez.
La pieza de cantería que hay
tapando su entrada es un sarcófago antropomorfo altomedieval, resto de la vieja
necrópolis que rodeaba a la iglesia de San Andrés, titular patrono de Trujillo
y seguramente el templo original paleocristiano del que nos queda su torre
espadaña construida con restos romanos, corona un ara de esta poca y bien
pudiera haber sido un templo pagano pues hay otras l pidas romanas no
cristianas con cabecera lunar en su entorno. La torre tuvo entrada exterior
cuya puerta adintelada se ve a un lado elevada a poco de un metro sobre la
calle.
Al otro lado de La Alberca,
tras la torre circular, están los restos de una construcción visigoda, edificio
fortificado que seguramente fue el convento‑cuartel de los primeros caballeros
de Trujillo "Ordo Militum Turijulia", caballeros de La Torre Julia?
que después se unirían al Pereiro, origen de la Orden de Alcántara (entre 1185
que Alfonso VIII tomó la ciudad y 1196
cuando perdió en la batalla de Alarcos recuperándola el caudillo almohade Ben
Yucef, hasta la conquista definitiva de la ciudad el 25 de enero del año 1233).
Alrededor de La Alberca se
celebró uno de los primigenios mercados árabes de la zona antigua de Trujillo.
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