ESTUDIO HISTORICO ARTISTICO DE LA
PILA BAUTISMAL DE HUERTAS DE ÁNIMAS
Huertas de Animas es una aldea de
Trujillo situada a dos kilómetros de dicha ciudad. Los únicos restos medievales
que quedan en la zona son tumbas antropomorfas fechables en el siglo VII d.C.
En 1466, en los prados de Santa Catalina los frailes dominicos construyeron un
convento. Estos frailes enseñaron a los campesinos a rezar el santo rosario, y
con gratitud de venerado recuerdo por los muertos. El amor de estos vecinos a
la Virgen del Rosa rio y su interés
por las almas del Purgatorio, fueron alto exponente de la fe católica de estos
devotos, prevaleciendo la piedad del sufragio y dando al arrabal el nombre de
Huertas de Animas[1]. Es indudable que
entre ellos había gran estimulo a la devoción de las Animas como agradecimiento
a quienes les proporcionaba trabajo y sustento. Por esto y por la razón antes
apuntada, al erigirse una ermita en el ruedo de las Huertas para servicio
espiritual de los colonos, se dedicó a las Animas Benditas del Purgatorio, tal
y como denota el cuadro de Animas del siglo XIX
colocado frente a la puerta de entrada de la iglesia. Ese cuadro
conmemora el suceso, pero lo curioso en el cuadro, es que la Virgen no tiene en
sus manos el escapulario como es propio en los cuadros de Ánimas, sino que
aparece en el purgatorio con su divino niño en los brazos y teniendo en las
manos el Santo Rosa rio, y este es
otro dato importantísimo para conocer bien la nota religiosa del pueblo.
La iglesia
de Santo Domingo, cuyas ruinas se ven junto al castillo, sirvió bastante tiempo
de parroquia a los huertanos, entre ellos estuvo muy arraigada la devoción del
rosario, y sin duda al erigir el altar de Ánimas para la ermita, quisieron reunir
las dos devociones en una, y poner a los difuntos bajo la protección de la
Virgen del
La iglesia parroquial de San José
es un edificio de comienzos del siglo XIX, construido en el solar de la
primitiva ermita que ya existía en Huertas[7],
que ha experimentado diversidad de reformas y adiciones, buena parte de las
cuales corresponden al siglo XX[8].
La fábrica es de mampostería,
parcialmente enlucida y blanqueada. Consta de una nave con transepto y cuatro
capillas adosadas al lado del Evangelio. Las cubiertas de la nave y brazos del
crucero son de cañón con lunetos, sustentada sobre arcos de medio punto que
arrancan de pequeñas pilastras prismáticas; el crucero se cierra con cúpulas
sobre pechinas, y las capillas laterales
y bautismal mediante bóvedas de medio cañón. En este espacio litúrgico se
encuentra la pila bautismal de taza semiesférica lisa de granito con fuste
semicilíndrico, aún conserva los enjarjes de hierro para colocar el tape o
cobertor. La rudeza o el deterioro de muchas de las pilas bautismales
estudiadas han dificultado la interpretación de sus decoraciones,
generalizándose la idea de la carencia de significaciones o del cripticismo de
las mismas. Curiosamente, en la pila de Huertas se le ha sido esculpido a
cincel un número, el 6. No existe una fecha completa que pueda datarnos esta
pila, por tanto, el número es independiente. Los números son la clave de las
leyes armónicas del cosmos, por lo tanto, símbolos de orden cósmico divino. El
número Seis es la suma de los tres primeros números: 1 + 2 + 3. Representa la
cualidad amorosa en la creación, la armonía y el equilibrio. Simbólicamente,
aparece como la estrella de seis puntas del sello de Salomón, o escudo de
David, constituido por la fusión armónica de dos triángulos, uno con el vértice
hacia arriba y el otro hacia abajo: lo masculino y lo femenino, el fuego y el
agua. Curiosamente, la pareja humana fue creada por Dios, según el Génesis, en el día seis. El Seis es la
vibración de Venus, amor y belleza; en música, la nota La, en geometría, el
hexágono. Es también la atracción y oposición del mundo humano versus el
divino, guiado por el amor, como en el antiguo emblema hermético: «como es
arriba es abajo». Esta pila bautismal procede de la iglesia extinta de la Vera
Cruz de Trujillo.
[1] Datos en 1443 de Huertas en el Archivo
Municipal de Trujillo, 2-9, folio
2.1-1-8-1.
[2] La Cofradía del Rosa rio
se erigiría el 14 de febrero de 1886, por el representante de los dominicos
Fray José María Larroca. Vid. CURIEL, E: Pueblo
de Huertas. 2004 Una carta que procedía de Roma nos daba respuesta a la
petición. En ella se nos indicaba una serie de obligaciones anuales,
relacionadas con la celebración de nuestra Virgen del Rosa rio:
"Todos los años debía celebrarse en la parroquia la fiesta del
santísimo Rosa rio y tendría que
hacerse el 1º domingo de octubre.. todo ello obedecía a lo mandado y
establecido por Gregorio XIII como conmemoración de la victoria alcanzada en
ese mismo día, contra los turcos, mediante las súplicas de los hermanos de esta
asociación y según piadosamente creemos, por el auxilio e intersección de la
misma Bienaventurada Virgen María".
[3] Se citan “un retablo mayor con seis cuadros pintados de pincel, dos laterales
con un cuadro de Nuestra Señora y otro de San Simón; otro en el cuerpo de la
iglesia con un cuadro de San Juan Bautista, otro con una imagen de Nuestra
Señora del Puerto; dos cuadros, uno de la Virgen y otro de San Francisco
Javier; otro retablo en capilla aparte dorado y pintado con un cuadro de
Nuestra Señora de la Antigua; varias lámparas de plata, custodia, cálices y
otro menaje de culto” Inventario citado por don Clodoaldo Naranjo. Vid.
NARANJO ALONSO, Trujillo y su tierra,
op. cit. TENA FERNANDEZ, J: Trujillo
histórico y monumental, op. cit., p. 544.
La iglesia de San Andrés quedó suprimida en 1842.
[4] Importó la obra 5.470 reales y se gastaron
190 arrobas de cal a 3 reales; 7.000 ladrillos a 14 reales; 184 cargas de agua
y cinco de pizarras: los jornales se pagaron a 10 reales; la escalera de piedra
de la subida, importó 210 reales, y el carpintero llevó por la baranda 400, y
el herrero 61, por la herramienta y la cruz de la pila del bautismo: no eran
malos precios para aquellos precios.
[5] Importante los datos que nos aporta don
Ambrosio Tejado. Papeles inéditos.
[6] «La Diputación Provincial de Cáceres
con fecha 9 del corriente, dice a este Ayuntamiento que con vista del
expediente formado a instancia de Don José Antonio Fernández y demás moradores
de Huertas de Animas, arrabal de esta Ciudad, sobre que se le declare comprendidos
en el Art. 310 de la Constitución y por consiguiente separado de ella a la que
actualmente pertenece, en cuyo expediente informó este Ayuntamiento lo que tuvo
por conveniente en sesión de 18 de julio último, decreto lo que sigue:
Establézcase ayuntamiento desde luego en el arrabal de Animas de la ciudad de
Trujillo; dese inteligencia de esta Resolución al Sr. Jefe Político para que la
lleve a efecto; y en cuanto al señalamiento del término y Propios con que
sostener las cargas municipales, informen los recurrentes».
[7] Ermita del arrabal de Huertas de Animas, página 831
y Cofradía de las Animas, página 606. En el Catastro del Márques de la
Ensenada 12-agosto-1753. También, hay referencias a la ermita
en el Interrogatorio de la Real Audiencia, página 827 18º.
Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido Trujillo (1791).
Tomo.3; Interrogatorio de la Real Audiencia, página 830 23º.
Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Trujillo (1791).
Tomo 2. Numerosas referencias a la ermita encontramos en los documentos
inéditos de don Ambrosio Tejado “Lo que hoy es iglesia parroquial, era por
el años 1.780 una pequeña ermita bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosa rio, de Huertas de Animas; así reza los papeles
de aquel tiempo, aunque después, al
constituirse en parroquia en 1.803, nos digan otros libros que quedó bajo la
advocación de San José, cuyo titulo había llevado hasta entonces. La ermita
estaba reducida al espacio hoy comprendido entre la capilla del Santísimo
Cristo y el sitio que ocupaba el púlpito: en ella oían misa los vecinos del
arrabal, cuyo número era bastante inferior a lo que hoy es; entonces no
existían los barrios de la iglesia, plaza, altozano, y lancha nueva; el barrio
de arriba era muy reducido, y el pueblo estaba formado por grupos pequeños de
casas, casi todas de humilde aspecto; grupos diseminados por todo el perímetro
actual siendo los más poblados los barrios santo y llano, obispo y lancha
vieja, calvario y vallehermoso, algo de plaza y regajo”, “Los bienes que poseía
eran propios de la devoción de animas, y figuran en los libros de cuentas: la
cerca del ladrillar, la de partijas, la machorrilla, la cerca larga, la de
talaván, la de la lancha, la del pajar (donde está el campo santo), corral de
la zamorana, de la encinilla, de la pedregosa o del Cristo, de vallehermoso,
corral y pajar de la marquesa de Santa Marta, casa de vallehermoso, del regajo
y del barrio de arriba. Todo los años, al contar desde el 15 de agosto,
nombraba el párroco de Santo Domingo un mayordomo de la ermita entre los
vecinos, que eran encargados de cobrar las rentas y recaudar lismonas y
donativos, y al propio tiempo de pagar los gastos de culto y reparaciones,
representando en cada año las cuentas para su aprobación y del cuidado de
limpieza y aseo de la ermita. a excepción de la festividad de la Asunción, el
15 de agosto que, era la principal, y a la que solía bajar el párroco y
sacristán de Santo Domingo, para la demás fiestas y domingos, así como los
muchos días que en ella se decía misa, venían los franciscanos descalzos del
convento derruido de la Magdalena. Se decía misa todos los días de precepto y
misa temprana en tiempo de cosecha; todavía en 1.816, siendo parroquia hacía 12
años, aparece un recibo del padre guardián de los descalzos, de 87 misas de
alba a 10 reales de lismona; cuyas misas de alba se pagaban entre los vecinos y
la fábrica de la iglesia; los domingos de cuaresma, por la tarde, había sermón
(que llamaban vespertinas), y al padre que venía a predicar le proporcionaba
una caballería mayor el camino, así como era costumbre dar todos los años dos
carros de leña al convento para el capellán que bajaba a decir misa. las
fiestas principales eran: la Asunción de la Virgen con vísperas y responsos.
Dos ofertorios, el de la Virgen en Agosto y del Niño, el día de la Cruz; dos
aguirnaldos, el de los casados el día de Reyes y el de los mozos en Navidad; es
decir, que ellos recaudaban los mozos o casados la lismona para esas devociones
y siempre figuraban en las cuentas del mayordomo; así por ejemplo, el año 1.796
se recaudó en el ofertorio de agosto 515 reales; en el Niño, 170; en los
aguirnaldos, 186; además, en los días festivos se subastaban a la puerta de la
ermita, junto a un álamo donde hoy es la escalera del atrio, las ofertas de los
fieles, corderos, novillos, etc. Para ayudar a misa estaba nombrado un
monaguillo, ya de edad, que era al mismo tiempo maestro de primeras letras,
pagado por la ermita, y esos fueron los primeros maestros que hubo en el
pueblo; además, le facilitaban casa para vivir, y así figura bastante años en
el cargo de cuentas, viviendo el sacristán y maestro de primeras letras en la
casa de la ermita del barrio de arriba”, … “La pequeña ermita de Nuestra Señora
del Rosa rio iba siendo insuficiente
para las necesidades del vecindario; poco a poco, los núcleos de viviendas
extendían su perímetro formando barrios más poblados; entonces se pensó en
prolongar la nave de la capilla sin variar la planta primitiva: así se hizo en
1792, en cuyo año empezó el alargo de la ermita según rezan los libros de
cuentas; la obra no se terminó hasta 1798, es decir, en este año se hizo el
portal norte, que es la puerta que hoy sirve de entrada, y con ello se dio por
terminada la obra; durante los seis años no se estuvo trabajando sin
interrupción, sino que se dejaba o empezaba según los fondos y lismonas que se
disponían, este alargo consistió desde la capilla de Cristo hasta la puerta de
atrás, o sea lo que hoy forma la parte baja de la iglesia, pero sin el coro
alto que se hizo años después; así quedo ya una iglesia de una sola nave y de
regulares dimensiones, como la han conocido muchos de los vecinos del pueblo
antes de la obra del crucero, con una pequeña sacristía de dependencia, cuya
puerta estaba en el sitio que hoy ocupa la entrada de la capilla del rosario.
El maestro que dirigió la obra fue Bartolomé Pérez, el carpintero, Pedro Robles y el herrero, Andrés Retamosa; importó
la obra 13.300 reales vellón según rezan las cuentas, y se pagó la teja a tres
pesetas el ciento”.
[8] Dos inscripciones en el costado norte
ilustran alguna de las reformas de presente siglo; en una de ellas, de 1906,
consta de reedificación y ampliación del templo; la otra, de 1928, se refiere a
la erección de una de las capillas laterales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario