martes, 26 de diciembre de 2017

ARQUITECTURA MILITAR EN LA DEHESA DE LA TORRECILLA DE LAGARTERA (TIERRAS DE CÁCERES)


Sobre un elevado emplazamiento rocoso, dominando el río Salor, en la tierra cacereña, se levanta el castillo de la Torrecilla de Lagartera, a medio camino entre las localidades cercanas de Valdesalor y Torreorgaz.  Forma parte de la Lista Roja de bienes patrimoniales en peligro de la asociación Hispania Nostra.
La dehesa, de 1785 ha, se encuentra cercana a Valdesalor, entidad local menor de la ciudad de Cáceres creada por el Instituto Nacional de Colonización en el año 1963.
Este baluarte defensivo se menciona desde el siglo XIV para defender en la Baja Edad Media el territorio. Era propiedad de Inés Fernández de la Cámara y Sotomayor en el año 1399 según reza en el Memorial de Ulloa. La dehesa pasó a manos de los Aldana en el siglo XVI, concretamente a la propiedad de Fernando de Aldana y su esposa Leonor de Saavedra, que fundaron el mayorazgo de Lagartera, perteneciendo la torre y finca, al apellido mencionado hasta que pasase a ser posterior propiedad de los Andrada, así como de los Cáceres, Señores de Espadero, de quienes derivará a los Marqueses de Castel-Moncayo, y de éstos a los Duques de Fernán Núñez, en quienes recae tal herencia en la actualidad. Estamos ante un castillo medieval caracterizado por su esbelta torre, que recibió diversos añadidos en el XV-XVI, hasta que la familia decide abandonarlo y trasladarse a la llamada Casa de Lagartera, que no presenta elementos defensivos, aparentemente.
La torre tiene planta cuadrangular, destacan varios pisos en su interior. El más bajo, está cubierto por tres paños de bóveda de ladrillo sobre arcos rebajados de cantería. Hay un segundo piso y la zona almenada, con aspilleras y matacanes. En esta dehesa existió una importante explotación agropecuaria, de la misma manera que acontecía en otros muchos cotos, fincas y dehesas que las familias nobles asentadas en la urbe cacereña desde la reconquista cristiana definitiva de la comarca, se repartían al sur de la localidad. Una vez la torre bajo titularidad de los Aldana, ampliarán éstos el conjunto durante los siglos XV y XVI con distintas dependencias que circundarían la atalaya defensiva, que resultaría  prácticamente destruida durante la Guerra de la Independencia del año 1809.
Tras el cese de las hostilidades entre los linajes cacereños a partir del reinado de los Reyes Católicos, se levantará en las proximidades del castillo de la Torrecilla de Lagartera, al Norte de la falda de la colina donde éste se asienta y zona mucho más llana, la conocida como Casa de Lagartera, que en el siglo XVIII en el Catastro de Ensenada registra casa de campo de dos pisos, patio, caballeriza, tinado; fue ampliada con los siglos para acoger a la familia posesoria y a numerosos trabajadores y jornaleros que trabajaban en la dehesa, casa, tinados, cuadras, pajares, laneras, y otras dependencias, que llegarán a formar una auténtica aldea, al igual que ocurriera con la vecina Zamarrillas. Mencionadas en el Libro de Yerbas de Villegas a comienzos del siglo XX. Incluso contó con escuela y capilla.
El investigador  cacereño Benito Boxoyo, en sus "Noticias Históricas de la Villa de Cáceres", publicadas en 1794, menciona algunas ermitas como San Lorenzo y la ubica en la dehesa de Lagartera.  En esa fecha era propiedad de la Señora marquesa de Villatorcas ubicada en los campos de Salor y nos explica que "tiene buena habitación, huerta, fuente y charca". No quedan restos de la citada ermita. Hemos de tener en cuenta que este lugar fue ocupado desde el proceso de romanización, habiéndose encontrado en superficie numerosas tégulas, restos de cerámica, así como un lagareto y una interesante edificación ovalada, que es una construcción orientalizante en donde fue localizado el cimaterio que se encuentra depositado  en el Museo Provincial de Cáceres. Junto a ello un contrapeso oleario reconvertido en pila de abrevar.



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