TRUJILLO, CIUDAD DESDE LA EDAD MEDIA
Trujillo fue pueblo celtíbero; Villa del imperio
romano desde el años 206 antes de Cristo, hasta el 414 de la era cristiana en
que pasó a ser visigoda. Ocupada por los árabes, permaneció en su poder hasta
25 de enero de 1232, en que fuera reconquistada definitivamente por las tropas
de Don Fernando III de Castilla, cuyo Rey Santo le concedió Escudo de Armas: En
campo de plata, una imagen de Nuestra Señora, bajo la advocación de la Victoria
(en recuerdo de la gran victoria sobre los agarenos), con el Niño Jesús en
brazos, sobre la muralla almenada y acostada de dos torres, todo en gules y
mazonado de plata. El 27 de julio de 1256, en Segovia, Alfonso X el Sabio le
otorga Fuero. Sancho IV, le concede el título de Villa Realenga, en Medina, el
25 de abril 1302. Alfonso XI, el de alfolíes de la sal, en las Cortes de
Madrid. El rey Don Pedro I, por la gran seguridad de la fortaleza, guarda sus
tesoros en el Castillo de Trujillo, custodiado por su tesorero real, Samuel
Leví. Don Juan II de Castilla, valorando los grandes servicios prestados a la
Corona, le concede el título de Ciudad, por Real Cédula de 12 de abril de
1.430, en Astudillo. Su hijo Enrique IV, en premio a su lealtad, el privilegio
de Mercado franco los jueves de cada semana, favor que solo se concedía a muy
determinadas ciudades. Abolidos por los Reyes Católicos, Carlos I concedió
nuevo privilegio de Mercado Franco, en las Cortes de Toledo en 1522, pero
distinto al anterior y por distintos méritos, que aún se conserva vigente. En
el reinado de los Reyes Católicos, Trujillo era capital de la provincia de
Extremadura, como así lo dice E. Escobar Prieto, Académico C. de la Historia,
en su escrito "Los Reyes Católicos en Trujillo", cuando dice: "Las
honrosas distinciones otorgadas a Trujillo, Capital de Extremadura en aquel
entonces...". En 1479, la Reina Isabel fundó en Trujillo la Santa
Hermandad, para combatir el pillaje y el latrocinio, muy extendido en aquellos
tiempos. Trujillo fue una de las ciudades que dispuso de la fuerza conocida por
Los Pardos, creada en 1526 por el Cardenal Cisneros, para el respeto y defensa
interior de España. En 1790 Trujillo disponía del Partido judicial de mayor
extensión de la provincia de Extremadura, al que se hallaban adscritos 84
villas y aldeas, llegando su jurisdicción hasta Belalcázar e Hinojosa del
Duque, hoy de la provincia de Córdoba y por el norte incorporaba aldeas de
Toledo, quedando también incluidas poblaciones importantes, como son Guareña,
Medellín, Don Benito, Puebla de Alcocer, Herrera del Duque..., solamente
agregar que los demás Partidos Judiciales tenían: 61, 48, 45, 40, 37, 36, 20 y
18 villas y aldeas en sus demarcaciones. Hecho suficientemente elocuente para
demostrar la importancia de Trujillo dentro de la provincia de Extremadura, de
la que fue su Capital durante siglos.
La fuerza militar en la ciudad, ya en 1815, la
componía el Regimiento Provincial de Trujillo, que permanecería hasta 1873. La
Administración provincial de Correos fue creada en Trujillo, de la que
dependían subalternas, todas las estafetas, permaneciendo hasta 1857 en que se
la llevaron.
En 1888 se estableció en Trujillo uno de los
cuatro Colegios Preparatorios Militares, creados en España por el Ministerio de
la Guerra, que funcionó con gran aprovechamiento durante muchos años. El nivel
cultural y sanitario de la ciudad era tan elevado, que a finales del siglo XIX,
disfrutaba de agua corriente abundante, cuyos gobernantes habían conseguido con
grandes esfuerzos y sacrificios, con la canalización de las aguas de la
garganta de Santa Lucía, en las Villuercas, con un recorrido de unos cincuenta
kilómetros, el primer proyecto se había realizado en 1874, sin duda debió ser
una de las primeras obras de su categoría a nivel nacional. Por Decreto
2223/1962, del 5 de septiembre, "se declara Ciudad Monumental
Histórico-artística, el Conjunto Urbano de la
Ciudad de Trujillo". Por sus valores arquitectónicos, históricos y
culturales, en 1.975, mereció ser la aportación de España al año Europeo del
Patrimonio Arquitectónico de Europa. El 29 de diciembre de 1979, se reunía en
Trujillo la Junta Gestora para crear la Academia de Extremadura, recordando que
en esa fecha cinco siglos antes, se había firmado en la ciudad, por los Reyes
Católicos, el Primer Documento de Cancillería, en el que aparecían unidos por
primera vez Aragón y Castilla, como Reyes de España. El resultado de aquella
reunión fue el Real Decreto 1422/1980, de 6 de junio que creaba la Real
Academia de Extremadura de las Letras y de las Artes, con sede en Trujillo. Y
el 3 de diciembre de 1980, se inauguraba en Trujillo, con toda solemnidad, la
Real Academia de Extremadura, representando a los Monarcas, sus hermanos los
Duques de Badajoz.
DATOS HISTORICOS
IMPORTANTES
Se encontraba en Trujillo Enrique IV, cuando
recibió una carta de su hermana, la infanta doña Isabel, comunicándole su
matrimonio con el infante de Aragón don Fernando. Se ha escrito, que entre 1477
y 1479, los Reyes Católicos cruzaron sin cesar las tierras extremeñas,
especialmente las de Trujillo "como si la Reina Católica presintiera
los servicios que la había de prestar la Ciudad y los altos destinos reservados
por la providencia a sus hijos".
Fallecido Enrique IV, puede decirse que la lucha
entre doña Isabel y doña Juana la Beltraneja, por los derechos a la corona de
Castilla, transcurrió por tierras trujillanas, que fue teatro de la mayor parte
de los acontecimientos que determinaron los destinos históricos de España. Para
la mayor seguridad de doña Juana, se la había enviado para residir en el
castillo de Trujillo, que se le tenía como inexpugnable, en donde se habían
acordado sus desposorios con el Rey de Portugal, don Alfonso V. Conocido por
doña Isabel, trató de ganar la plaza para evitar el matrimonio anunciado, para
lo que mandó un nutrido ejército, dando lugar a la huida de doña Juana a
Plasencia, temerosos de que fuera hecha prisionera.
En agosto de 1.478, doña Isabel mandó otro
ejército más poderoso que enfrentara a los portugueses y castellanos,
partidarios de la Beltraneja, repartiéndole entre la ciudad, sus arrabales y
aldeas más próximas. Doña Isabel i don Fernando llegaron a la ciudad el 20 de
noviembre siguiente, hospedándose en el alcázar de Luis Chaves, ilustre y
poderoso personaje trujillano e incondicional y fiel servidor de los monarcas.
En enero de 1.479, los Reyes Católicos habían trasladado la Corte de Castilla a
Trujillo, estableciendo la capital del reino. En ese mes se produce el
fallecimiento del rey don Juan de Aragón, padre de don Fernando, celebrándose
solemnes funerales en la iglesia de Santa María la Mayor. Terminado el luto oficial,
los Reyes convocan a la Corte, al Clero y a la Nobleza, a un Consejo que
resultó de la mayor importancia y trascendencia, en el que se resolvieron
importantes problemas de Estado. En él fue designado, por disposición
testamentaria, a don Fernando para suceder a su padre a la corona de Aragón y
Sicilia. Mas como doña Isabel era reina de Castilla, León, Toledo, Valencia,
Mallorca, Sevilla, Cerdeña, Córdoba, Córcega, Murcia, Jaén, los Algarbes,
Algeciras y Gibraltar, y poseía ducados, marquesados y condados, aconsejaba la
unión de todos estos territorios bajo el cetro de Isabel y Fernando, lo que así
se acuerda, pues dijeron y escribieron "Tanto monta, monta tanto,
Isabel como Fernando". En este acuerdo se habían sentado las bases
para la Unidad de España, se había gestado la Hispanidad. De ahí que se haya
escrito que Trujillo fuera la primera Capital de España, y que se la conozca
como "Cuna de la Hispanidad".
En Trujillo se encontraba doña Isabel, donde
tenía su cuartel general, cuando recibió la noticia del triunfo de sus tropas
contra las de la Beltraneja y las portuguesas, en la batalla de La Albuera, el
24 de febrero de 1479. Su consecuencia fue la firma del documento que la
historia conoce como la Paz de Trujillo, el 30 de septiembre siguiente, que se
ponía término a la guerra de sucesión y acordaba la paz con Portugal (y Francia
su aliada), con renuncia por la Beltraneja a cualquier derecho a la corona de
Castilla.
La firma se llevó a cabo en el alcázar de Luis
Chaves, quien había perdido tres de sus hijos en estas luchas en favor de los
Católicos, siendo recompensado con grandes privilegios.
Otro importante hecho tuvo lugar en Trujillo,
para la unidad de España, el 29 de diciembre de 1.479 y en dicho alcázar de
Luis Chaves, cual fue la firma por los Reyes Católicos, del Primer Documento de
Cancillería, donde aparecen por primera vez unidos Castilla y Aragón, figurando
ya como Reyes de España. Las posteriores incorporaciones de Granada (1492) y
Navarra (1512), lo serían a la corona de España.
Don Antonio Vargas-Zúñiga, Académico de
Extremadura, refiriéndose a la unión de los reinos españoles, afirma que la
primera Capital de España fue Trujillo, pues es allí donde se encuentran los
Reyes Católicos cuando nace el reino de España, hechos que se produjeron en
1479, con los que termina la Edad Media.
La historia de Trujillo está tan vinculada a la
vida de los Reyes Católicos, que podían llenarse muchas páginas con hechos
relacionados con ellos. Tan importante fue esta vinculación, que el Conde de
Canilleros la define con esta significativa frase: "principio y fin de un
periodo histórico", para continuar diciendo: "En Trujillo comenzó
el reinado completo de los Reyes Católicos, al morir el Rey Juan de Aragón; en
Madrigalejo, Aldea de Trujillo, terminaba definitivamente la prolongación de
aquel reinado, con la muerte de Don Fernando en 23 de enero de 1.516. En
aquellas tierras se marcó el rumbo futura de la Patria dos veces: con la
unificación de las tierras españolas bajo el mando de los Soberanos, primero; ahora
con el testamento regio". Efectivamente, como ya se ha dicho, en
Trujillo, en enero de 1,479, por disposición testamentaria, se designa a Don
Fernando Rey de Aragón para suceder a su padre, y a pocos kilómetros, en 1,5 16
se produce su fallecimiento. La primera carta en que menciona a Don Fernando,
es la que escribe Doña Isabel a su hermano Enrique IV, dirigida a Trujillo,
comunicándole su matrimonio; la última carta del Rey Católico, el 13 de enero
de 1.516, fue dirigida al municipio de Trujillo y ambas se encuentran en el
Archivo de Trujillo. Su original fue encontrado por el archivero e historiador
en este escrito. A este insigne trujillano, le hemos tomado este interesante
contenido: "Los Reyes Católicos, Colón y Trujillo, son los pilares firmísimos
sobre los que se levanta la historia del Nuevo Mundo". Noticias de última
hora --pendientes de confirmar- nos dan a conocer que en el Archivo de Simancas
se ha encontrado un documento que acredita que el dinero que financia el primer
viaje de Colón a América, lo aporta la ciudad de Trujillo.
Se da la curiosa circunstancia, de que don
Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que tanta gloria aportaría a
España en guerras de Italia (y con él el trujillano Diego García de Paredes
(Sansón de Extremadura y Hércules de España), hizo sus primeras armas en
Extremadura, en la guerra contra Juana la Beltraneja y en favor de los Reyes
Católicos, mandando una tropa de 120 hombres de su hermano don Alonso Aguilar,
llamado a Trujillo por doña Isabel. Y, las cosas del destino, en Trujillo se
encontraba el Rey Católico cuando le llegó la noticia de su fallecimiento, y el
3 de enero de 1516, en esta ciudad, fechaba una carta de pésame a la duquesa de
Terranova por la muerte del Gran Capitán, justamente veinte días antes de que
él mismo entregara su vida a Dios, en tierras trujillanas.
Visto el contenido en este apartado, entendemos
tuvo Trujillo una especial y decisiva influencia en la historia hispana durante
el reinado de los Reyes Católicos, con una indiscutible proyección en la
historia de España con sus derivaciones y repercusiones en la historia
universal. Tan decisiva, que nos permitimos las siguientes preguntas: ¿Qué
curso hubiera seguido la historia hispana y la del mundo, sin el triunfo de los
Reyes Católicos a la corona de Castilla? ¿Se hubiera conseguido la Unidad
Nacional? ¿Qué habría sido del descubrimiento de América? ¿Hubiera sido obra
española? ¿En qué fecha y con qué resultados? finalmente, ¿aquellos más de 300
millones de seres compartirían hoy nuestra sangre, idioma y religión?
"Trujillo: Plaza Mayor de la
Hispanidad"
"Trujillo: Capital del Mundo Hispánico"
El concepto de lo hispánico, entendemos no se
produciría sino años más adelante y posteriormente a 1479, pero por hechos
"distintos" y "distantes" a los referidos, producidos tras
el descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1492, y a los que la historia
también tenía reservado un Especial y único protagonismo para con la ciudad de
Trujillo.
Políticamente se está desvirtuando y desmesurando
aquel importantísimo y glorioso hecho del Descubrimiento, que fue sino el
producto de las circunstancias que predominaban en aquella época, en la que la
guerra dominaba la vida nacional y europea, tras siete siglos de dominio árabe
sobre nuestra nación. E elemento guerrero era al que pertenecía gran parte de
la población, que hasta entonces había dedicado su actividad a combatir al
agareno hasta la total liberación de Granada, último reducto que permanecía en
España, aunque se mantenían guerras en Italia y Flandes. Terminada la campaña
granadina, era mucho el elemento militar el que quedaba libre de ocupación
habitual, lo que pudo ser el mayor motivo fuera el empleado para embarcar para
América, por si se encontraran tribus de las que tener que defenderse. Pero, además,
embarcó mucha población civil, de muchas variadas profesiones, con normas muy
rígidas de comportamiento, dictadas por los Reyes Católicos, con la misma
legislación que regía en España, a los que se agregaron muchos religiosos, que
en todo caso protegían a los nativos de cualquier desafuero. Pero la leyenda
negra sigue ensañándose contra aquel gran acontecimiento y se están juzgando,
con la actual legislación, hechos producidos hace ¡cinco siglos! Nos gustaría
conocer como juzgarían la actuación de los franceses en 1808, en que Trujillo
sufrió en sus carnes el vandalismo, el latrocinio y la mayor destrucción
conocida, ocasionando la dispersión de gran parte de su población, la que jamás
pudo volver a sus hogares a disfrutar de sus bienes, que habían sido arrasados
y destruidos por la horda francesa. Nos atreveríamos a asegurar que la
decadencia de Trujillo arranca en gran parte de 1a triste historia que
protagonizaron los franceses, época en que sin duda, esta ciudad ostentaba la
capital de la región. Esos mismos que tan a la ligera juzgan a los españoles en
América en 1492, ¿qué juicios emitirían de los franceses dos siglos después?
Para rebatir los argumentos de los detractores de
aquella gloriosa efemérides, nada mejor que recordar las palabras de un ilustre
peruano, don Raúl Porras Barrenechea, destacado y reconocido historiador,
Catedrático de la Universidad de San Marcos, en Lima, y uno de los más
prestigiosos Embajadores de su nación en España, quien, refiriéndose al
Descubrimiento, decía: "Descubrir, para el genio creador y misionero
de España, era civilizar y poblar".
Escritores antiguos, hablando de la conquista de
América, entre los que se encontraban de otras naciones europeas, decían que
los alemanes en sus colonias levantaban ante todo un castillo, los ingleses una
factoría, los franceses un salón de baile, y los españoles una iglesia, una
escuela y unos talleres.
La importancia del descubrimiento de América la
para la humanidad, unos la expresan con toda elocuencia y sencillez, López de
Gómara, cuando dice: "la mayor cosa de la creación del mundo, sacando
la encarnación y muerte del que lo creó, es el descubrimiento de las
Indias".
A quienes hicieron posible aquella gran gesta, se
les ha calificado de "dioses". Por la gran destacada actuación de los
trujillanos, se ha dicho que: "Trujillo es la ciudad donde nacían los
"dioses". Y lo entendemos, porque fue magna la obra que realizaron en
América, a base de sufrimientos, privaciones y sacrificios, propia de seres
superiores, que fueron "sobrehumanos", "sobrenaturales"...
"dioses! Alejandro Casona afirma: "El gesto de Pizarro en la Isla
del Gallo, al trazar una raya con su espada en el suelo, marcando que detrás de
ella estaban los abismos, los desiertos, las fieras, el hambre, las
penalidades, las privaciones, las flechas envenenadas; una raya que separaba lo
conocido con su vida cómoda y sus prebendas seguras, de lo desconocido, realizó
el gesto más sublime de toda la historia del mundo".
El gran comportamiento de los trujillanos en
América, nos da a conocer el historiador don Clodoaldo Naranjo, que confirma el
también historiador don Juan Tena Fernández, cuando dice: "Trujillo ha
puesto en América los dos mayores genios conquistadores. Los exploradores más
audaces y valerosos. Los obispos y religiosos de más celo. Las mujeres más
patriotas y virtuosas. Ciento capitanes de capacidad y valor a toda prueba.
Gobernantes y magistrados los más dignos. Los artistas más notables. Y los
colonos en número todavía no calculado".
Otros historiadores y escritores extremeños
también nos han dejado su testimonio escrito, del que nos valemos para
argumentar este documento. Don Pedro de Lorenzo, en su escrito "Trujillo,
Plaza Mayor 2, nos dice: "Una obra de Extremadura se llamaría de este
modo: Mérida, Romanidad; su hora universal, Trujillo: Hispanidad. Plaza Mayor
de la Hispanidad".... "Trujillense era el maestro -¿digo arquitecto?-
de la catedral de Méjico. En tres cuartos, trujillana, la sangre de Hernán
Cortés; Francisco de las Casas, yerno de Cortés y Capitán de la desventura,
sostiene con otros veinte trujillanos la retirada de la Noche Triste.
Trujillana la primera mujer casada europea, que pisa el Nuevo Mundo; trujillano
el primer cereal. El ejército de Cajamarca fue una pequeña cruzada de capitanes
de Trujillo. ... Trujillo, hora cero de la Hispanidad".
El Conde de Canilleros, en su trabajo "Solar
de Conquistadores", nos ha dejado escrito: "No hay en toda
Extremadura -que en este caso es decir que no hay en el mundo, porque la
conquista de América, fue monopolio extremeño- localidad alguna que pueda
adjudicarse con más derecho el título de Solar de Conquistadores... Además se
da el caso de que algunos importantísimos paladines, como Hernán Cortés, por
ejemplo, aunque no era de Trujillo, tenían sangre trujillana. Es verdaderamente
curioso, porque parece como si la providencia hubiera reservado de manera
específica a esta ciudad la primacía conquistadora, formando una raza
seleccionada para este fin... Sesenta y seis de los conquistadores trujillanos
tenían la misma sangre, procedente de un tronco común, la de Fernán Ruiz de
Altamirano, personaje casi fabuloso... Junto a los que hay que poner los que
faltan para superar los ciento, que fueron los que destacaron en muchos campos
diferentes... No hubo rincón de América al que no llegase lo trujillano, y
nacieron Trujillo sobre tierras vírgenes, a orillas de mares y bajo cielos de
trópicos. El nombre de la ciudad se impuso a puntos de islas, en Cuba y Santo
Domingo; a bahía en Chile, a pueblos y ciudades, en Canarias, en Honduras, El
Salvador, Venezuela, Colombia, Puerto Rico, Méjico, Perú... Rematando con los
paladines la formación del Imperio Español, estuvieron los frailes de Trujillo
y las mujeres trujillanas, tres de ellas con auténtico rango histórico. Se
llamaban Inés Muñoz, María Escobar e Isabel Rodríguez. La primera llevó el
olivo al Perú; la segunda el trigo... Cuando Trujillo se preparaba para esas
glorias que le dieron el título de Solar de Conquistadores, nació aquél, el 30
de marzo de 1468, Diego García de Paredes, Hércules y Sansón de España, cuyas
aventuras asombrosas culminó esa tónica de lo extraordinario, símbolo de lo
trujillano. Fue el representante magnífico de la ciudad en el Viejo Continente,
mientras que en el Nuevo sus paisanos, ganadores del título indiscutible,
echaban los firmes cimientos del Mundo Hispánico, de ese mundo que, en frase de
Rubén Darío, Aún reza a Jesucristo y aún habla en español".
Don Vicente González Hernández, Académico de la
Real Nobles y Bellas Artes de San Luis, en un bello trabajo titulado "La
Hispanidad de Trujillo en las Américas", dedicado a Francisco Pizarro,
termina diciendo: "En Trujillo y en aquellos lugares del Nuevo Mundo
llamados Trujillo; en el paisaje americano abierto al entendimiento entre Culturas
milenarias, los nombres de Francisco Pizarro y Hernán Cortés simbolizan ideales
de universalidad; representan todas aquellas virtudes y defectos, triunfos y
derrotas, proximidades y alejamientos que abrieron los caminos de la
Hispanidad, título que doy por merecido y ha de otorgarse con justicia a la
ciudad extremeña e hispana en la memoria de América: TRUJILLO.
La Real Academia de Extremadura de las Letras y
de las Artes, gestada en Trujillo el 29 de diciembre de 1.979 y fundada en la
misma ciudad el 3 de diciembre de 1.980, en el art. 4°. de sus Estatutos,
establece: "La sede de la Academia estará en Trujillo, ciudad que
resume el acervo de cuantos valores históricos y artísticos encierra la región
extremeña y aglutina su vocación hacia los pueblos de América, a los que la
Academia pulsando el hondo sentir de Extremadura, dedicará singular
atención". Creada la Academia, sus primeros Académicos declaraban
ante la prensa. Don Antonio Hernández Gil: "Esta Academia se propone ser
una nueva ruta de Extremadura hacia América". Don Xavier de Salas Bosch:
"Una extensión de la gran aventura americana de los extremeños". Don
Antonio Vargas-Zúñiga, su primer Presidente: "Intentar mantener todo
momento un íntima relación cultural con América". Y cuando se le preguntó
el porqué de la sede en Trujillo, fue rotundo afirmando: "Porque Trujillo
ha sido la primera Capital de España y la ciudad donde se realizó por primera
vez la unidad territorial de España, como actualmente está configurado", y
"Porque aquí se firmó la primera capitulación entre don Fernando y doña
Isabel, y sobre todo, cuando muere don Juan II de Aragón, aquí se firma el
primer documento de cancillería donde están unidos los reinos de Castilla,
León, Aragón, las dos Sicilias con el reino de Valencia y el condado de
Barcelona".
Francisco Pizarro, quien tuvo amores con la
princesa Inés Yupanqui Haylas, hija, nieta y hermana de emperadores Incas, con
la que tuvo dos hijos, creando la familia y la raza hispánica. A su muerte,
asesinado por los almagristas, le protegen su hermano Francisco Martín de
Alcántara y su fiel amigo y paisano Francisco de Chaves, que les preceden con
la entrega de sus vidas. Tres mujeres trujillanas: Inés Muñoz, María Escobar e
Inés Rodríguez, cumplen el triste deber de dar sepultura a los cadáveres. Sus
cenizas reposan en la Catedral de Lima (que dedicó a Santa María de la
Asunción, a la que rezaba en su juventud en la iglesia de Santa María la Mayor
de Trujillo), construida (como las de Méjico, Puebla y Cuzco) por el arquitecto
trujillano Francisco Becerra, y de la que fuera su primer Arzobispo, el también
trujillano Fray Jerónimo de Loaysa.
Su hija Francisca Pizarro Yupanqui, nacida en
Jauja, hija de princesa y nieta y sobrina de emperadores Incas, con sangres
mestiza, viene a Trujillo, donde contrae matrimonio con su tío Hernando
Pizarro, creando nuevo mestizaje con los hijos habidos. Y se hace trujillana
por hija esposa y madre de trujillanos y, a perpetuidad, porque sus cenizas
reposan con las de su esposo y tío Hernando, en la iglesia de San Francisco, de
Trujillo.
Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco, mezcla su
sangre trujillana en los hijos que tuvo con la princesa Inquill, o Flor
Olorosa, de la familia del Inca Manco Capac, con la que tuvo dos hijos, uno
llamado Francisquito y una hija llamada Inés, nacidos en Cuzco y que fueron
legitimados por el rey Carlos I. También vinieron a Trujillo, donde conocieron
la ciudad natal de su padre y a sus familiares.
Otro singular hecho le encontramos en la
participación trujillana en el descubrimiento y exploración del río Amazonas,
del que se ha dicho que fue un mal entendimiento entre dos paisanos, Gonzalo
Pizarro y Francisco de Orellana. Pero se da la circunstancia, de que entre los
escasos componentes de aquella difícil empresa, llena de peligros, hambre y
privaciones, figuraron varios trujillanos, entre los que encontramos junto a su
figura principal, Francisco de Orellana, a su paisano Fray Gaspar de Carvajal,
que llevó las tareas de cura de almas y de cronista de la extraordinaria
aventura, junto a los cuales están también Rodrigo de Arévalo (muerto en
aquella empresa descubridora), a Lorenzo Muñoz y a Diego Matamoros.
Pero cuando hubo que sustituir una de las naves,
a la nueva se la bautizó con el nombre de Victoria, tal vez en recuerdo de la
patrona de Trujillo, posiblemente a petición de tan abundante representación
trujillana. Esta obra descubridora, abría el camino a la exploración y
colonización de una zona cuya extensión es de cinco millones de kilómetros
cuadrados que dicen, equivalen a la mitad de os territorios de Europa.
Interminable se haría mencionar aquí y sus
méritos, a cuantos trujillanos pasaron a Indias con tareas de descubrir,
colonizar o evangelizar. No todos fueron con funciones conquistadoras, sino a
ejercer el sagrado ministerio del sacerdocio, a labrar la tierra con que
cosechar el trigo y el aceite para el sustento diario, que las trujillanas se
habían encargado de llevar. Pero es que entre millar y pico que tenemos
catalogado, se encuentran casadas y viudas con hijos pequeños, unas a reunirse
con sus maridos y las otras tal vez en busca de un supuesto bienestar, para los
que la travesía, en barcas de poca seguridad, quedaban expuestas a toda serie
de peligros y muchos no lograrían sus deseos de conocer tierras y parajes nuevos
y desconocidos. El más representativo de los trujillanos es Francisco Pizarro,
quien incorporó un nuevo Imperio a la corona de España, y del se han ocupado
ampliamente los historiadores, del que se han publicado más de 135 biografías.
Seguimos con sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro y Francisco Martín
de Alcántara, todos destacadísimos y con luz propia, con hechos relevantes
propios. Francisco de Orellana, descubridor y explorador del inmenso río
Amazonas y Fray Gaspar de Carvajal, su cronista de aquella epopeya. Fray
Jerónimo de Loaysa, dominico, primer Arzobispo mártir en América. Fray Diego de
Torres Altamirano, franciscano, Obispo de Cartagena de Indias, consagrado en el
Convento de la Concepción de Lima, donde era Abadesa una hermana suya. Fray
Juan de Trujillo, Jerónimo, a quien Felipe II le presentó para el obispado de
Guadalajara, en Méjico. Diego García de Paredes, hijo del Sansón y Hércules de
España, a quien Felipe II nombró Gobernador y Capitán General de la provincia
de Popayán y fundador del Trujillo de Venezuela. Francisco de las Casas,
destacado capitán con Hernán Cortés, al que encargó quemar las naves tras el
desembarco; también capitán de la flota de Garay y encargado de la armada que
se mandó a la Especiería a través del Estrecho de Magallanes.
Juan Chaves, fundador de Gracias a Dios, en
Honduras, en 1.536. Nuflo de Chaves, fundador de Nueva Asunción en 1559 y de
Santa Cruz de la Sierra, en 1.561, en Bolivia, que se llamó así por su parecido
a la villa de su nombre, muy próximo a su natal Trujillo. Hernando de Alarcón,
descubridor y explorador de la desembocadura del río Colorado, que bautizó con
el nombre de la Buena Gracia, describió la primera carta hidrográfica de la
costa californiana más exacta y que aún se conserva en un Museo. Alonso de
Hinojosa, General de la escuadra de Gonzalo Pizarro, compuesta de 22 buques.
Alonso de Sotomayor, que hizo la campaña de Chile bajo su mando con el grado de
Coronel, y su también hermano Luis de Sotomayor, Maestre de Campo de Alonso.
Alonso de Toro, que desempeñó cargos de la máxima confianza de sus paisanos los
Pizarro, siendo Maestre de Campo Gonzalo y Gobernador de Cuzco. Alonso de
Briceño, uno de los "Trece de la Fama", que le valieron grandes
honores y recompensas. Francisco de Chaves, fundador y Regidor de la Villa Real
de Chipa en 1528, pasando después al Perú fundando la ciudad de Guatemala.
Francisco de Carvajal, valeroso general en la campaña de Italia, enviado por
Carlos I a América, fue Maestre de Campo de su paisano Gonzalo Pizarro. Diego
de Sanabria, nombrado en 1.547 adelantado en el río de La Plata, y su hermano
Juan de Sanabria, que compartió con él sus descubrimientos. El Licenciado Diego
González Altamirano, Oidor en Lima en 1.551 y después Alcalde del Crimen de su
Audiencia. Francisco Altamirano Torres, Corregidor en la Paz, Bolivia. Fray
Diego de Altamirano, primo de Cortés, con el que partió al país de Anahuac.
Blas Altamirano Torres, Oidor de Quito y Fiscal Oidor de Lima. Juan de Olmos,
Gobernador de Puerto Viejo, ciudad del Perú. García Torres Carvajal, capital y
encomendero de Osorno. Fray Alonso de Trueno, dominico, que partió para América
con el Obispo de Chiapa, Bartolomé de las Casas, desarrollando tan gran labor
espiritual en la Isla de Santo Domingo, que hubo de quedarse a ruegos de los
naturales. El Licenciado Alonso de Tapia, que pasó como canónigo de la catedral
de Lima. Fray Juan de la Cruz, dominico, vicario, guardián y definidor varias
veces de la provincia de Méjico, fundador del Convento de la Piedad de Ahuehuetián,
donde vivió y murió con fama de santidad. Nuño Chaves Figueroa, Alcalde Mayor
de la Villa de Santa María de la Victoria de Tabasco, en Méjico. Juan Prieto de
Orellana, abogado, marchó como visitador de la Audiencia de Santa Fe de Bogotá,
en 1.582. Hernando Alonso Villarejo, nombrado Arcediano de la Catedral de
Cartagena de Indias. Gaspar Sánchez Sanjuán, que marchó al Perú siendo niño y
llegó a Canónigo de la Catedral de Lima. El Licenciado Mateo Sánchez, médico,
marchó a Santo Domingo, donde ejerció la medicina con gran ejemplaridad... Pero
antes de cerrar esta breve relación, queremos incluir cuatro mujeres
trujillanas, tres de ellas ya aludidas: Inés Muñoz, que llevó el olivo al Perú
y que llevó el trigo, e Isabel Rodríguez (acaso familiar de los Pizarro, pues
así se llamó su abuela materna), las tres, como las Tres Marías en el entierro
de Cristo, protagonizaron el triste deber del traslado de Pizarro a su
sepultura. Hemos de dejar para el final, a Sor María de Jesús
Paredes, fundadora de las Carmelitas Descalzas, a
la que se conoció como la "Azucena de Quito", que murió en olor de
santidad.
El eco de la destacada participación trujillana
en el Nuevo Mundo, ha motivado a historiadores y escritores para que le dediquen
sus mejores titulares e inspiradas frases, de las que hemos seleccionado las
siguientes:
"Trujillo, Casa Solariega de la
Hispanidad".
"Trujillo, Hogar Universal de la Hispanidad,
Ciudad Madre de la Américas y soberana Cuna de Conquistadores".
"Vientre erguido que gestó el Nuevo
Mundo"
"Plaza Mayor más que de Castilla, de la
Hispanidad la de Trujillo".
Trujillo ha sido señalado como: "Hogar,
vientre, alma, corazón, casa propia... de la Hispanidad"
"Trujillo tiene el orgullo de ser cuna de
múltiples conquistadores, colonizadores y evangelizadores, forjadores de
nuestro Imperio y alma de la Hispanidad".
"Madre y cuna, elección y ejemplo, grito y
estandarte, reloj y altar, para nacientes tierras"
Terminamos con el contenido de los dos tercetos
del soneto titulado "A la puerta de Santiago", de la obra
"Trujillo en Sonetos", del Padre Máximo González del Valle, que
tenemos editada:
Aquí nace el fecundo "Monta Tanto, o Tanto
Monta", y aquí un augusto encanto tiene color de mies y olor de entraña.
Aquí la Hispanidad. Aquí represan los siglos su inquietud. Aquí se besan la
sombra de Santiago y la de España.
TRUJILLO: CONJUNTO MONUMENTAL
Se ha indicado en el Prólogo, que investigadores
e historiadores que sitúan los orígenes de la ciudad, en el siglo IV antes de
Cristo, en razón a los vestigios encontrados. Son muy interesantes los estudios
realizados sobre las pinturas rupestres encontradas en las Cuevas del Pradillo
y sobre los hallazgos en las excavaciones efectuadas en la finca "Agua
Vieja". Posteriores civilizaciones también han dejado marcadas sus
huellas, como lo atestiguan los restos romanos, visigóticos, árabes... Como se
ha indicado, a comienzos del siglo XIII, el 25 de enero de 1232, Trujillo fue
recuperado para el cristianismo, siendo esta época la que más defina la
arquitectura que domine.
El paso de la historia, ha dejado uno de los
conjuntos históricos y monumentales más interesantes de Extremadura y de
España. Así lo atestigua su recinto amurallado, cuyos palacios conforman un
excepcional conjunto, en el que sobresalen los alcázares cuyos rasgos militares
aún persisten a pesar de los siglos y las reformas realizadas.
Consciente de sus responsabilidades, el gobierno
de la nación, inició una interesante campaña de restauraciones, por los años
1960, que a la vista quedan. La posterior Asociación de Amigos de Trujillo,
responsablemente, continuó aquella tarea con resultados satisfactorios, no
obstante sus reducidos medios económicos, recuperando de sus ruinas, verdaderas
joyas arquitectónicas. Pero aún queda mucho por recuperar con verdadero valor
monumental y sentimental, por haber sido cuna de trujillanos con talla
universal, que consiguieran gloria para su natal Trujillo, para Extremadura y
para España. Incomprensiblemente aún se conservan las ruinas del que se tiene
por solar de Diego García de Paredes, conocido por el Sansón de Extremadura y
Hércules de España, que asombró al mundo con sus prodigiosas fuerzas en las
guerras de Italia. Otro tanto ocurre al que se le tiene como palacio de la
familia Carvajal, a la que pertenece el Cardenal Juan de Carvajal, diplomático
al servicio del Vaticano durante 25 años, al que, según sus historiadores, su
gran humildad le privó lucir la Tiara Pontificia. El ruinoso palacio que fuera
de Juan Alfonso Altamirano (Juan Alfonso de la Cámara), primer Señor de
Orellana la Vieja, cuyos ruinosos cubos, dejan entrever su belleza monumental.
El de la familia Vargas, en las proximidades del Mirador de las Monjas, en cuya
hermosa y bella fachada resiste las inclemencias de los siglos los escudos de
su nobiliaria.
Y otros más que urge rescatar para rehabilitar en
su totalidad el conjunto intramuros, que formaba la antigua "Villa".
A pesar de los actuales abandonos, hemos de confesar que jamás disfrutamos de
nada tan hermoso y bello, quede ese conjunto monumental, en los años en que
dispuso de iluminación artística. A cierta distancia, no se podía apreciar si
ese bellísimo espectáculo descendía desde el cielo, o por el contrario era que
emergía entre luces maravillosas.
En el siglo XV, la ciudad hubo de buscar nuevas
zonas donde encontrar cobijo para el aumento de su población. Fueron naciendo
arrabales, que se situaban en torno a los muchos Conventos que circundaban la
ciudad. En las proximidades de uno de ellos, se tiene casi la certeza que
naciera el trujillano más universal, Francisco Pizarro. Todas las teorías se
encaminan a que en la actual calle Tintoreros, en su n° 20, llegara al mundo
nuestro personaje, junto al Convento de San Miguel, demostrado que dicha casa
fuera propiedad de Juan Casco, que se encontraba en la Huerta de Trujillo, pues
es sabido que los Conventos disponían de hermosas y feraces huertas, que el
trujillano labraba. Hay algún autor, afirma que Pizarro fundó su primera ciudad
llamándola San Miguel, en recuerdo de su arrabal trujillano. Buena ocasión para
acelerar estas investigaciones y en caso afirmativo tener un recuerdo colocando
una lápida en su fachada, que recuerde el lugar de su nacimiento. Casa humilde
y sencilla, como corresponde a las grandes figuras; Cristo nació en un pajar.
La importancia monumental de Trujillo, motivó que
fueran declarados de interés nacional los más representativos. Pero el Decreto
2223/1962, de 5 de septiembre, en su art. primero: "Declara ciudad
monumental histórico-artística el conjunto urbano de la ciudad de Trujillo",
reconociendo los valores monumentales a que nos venimos refiriendo. No tardaría
en llegarle el espaldarazo, cuando en 1975 merecía ser la aportación de España
al Año Arquitectónico de Europa, con cuyo motivo, la Asociación de Amigos de
Trujillo, organizó una interesantísima exposición en el Club Urbis, de Madrid,
que se tituló "Trujillo en el Año Internacional Arquitectónico". Se
ofreció el Club para organizarle porque Trujillo había sido seleccionado como
una de las ciudades modelos en España de lo que es y puede ser una ciudad
antigua. Su inauguración fue refrendada por las conferencias del Ilmo. Sr. D.
Miguel Alonso Báquer, Director General del Patrimonio Artístico, sobre "La
vitalización del patrimonio arquitectónico hispano", y otra por el Excmo. Sr.
D. Javier Carvajal, Doctor Arquitecto, con el tema "Trujillo, ciudad
histórica". Mientras tanto, en la exposición, plazas, calles, retablos de
iglesias y retablos fabulosos de sus fachadas solariegas, quedaban reflejadas
por obra y gracia de las fotografías del genial Romero, a la admiración de todo
Madrid. Y para que nada faltara, allí había un magnífico panel con los nombres
de Trujillo en la geografía mundial, que hasta 16 veces se repite, y los
blasones de los linajes trujillanos. Y es que, se decía:
"Trujillo Universaliza Extremadura".
Está claro, que si España selecciona a Trujillo para que la represente con
motivo del Año Europeo del Patrimonio Arquitectónico de Europa, es porque tiene
categoría y méritos más que suficientes para ocupar un lugar ante la UNESCO.
El programa de TVE, titulado "Las Cuentas
Claras", emitido el 31 de diciembre de 1.985, estuvo dedicado a la entrada
de España en el Mercado Común Europeo. Trató la apertura de España hacia
Europa, la que se incorporaba en su cultura. Con ese motivo, las cámaras
ofrecieron un esmeradísimo programa documental de las dos ciudades españolas
que habían sido seleccionadas como las más universales, Santiago de Compostela
y Trujillo. Aquella por su apertura hacia Europa, a la que tiene abiertos caminos
de peregrinaje hacia el sepulcro de nuestro Santo Patrón, el Apóstol Santiago.
A Trujillo, como genuino e indiscutible representante de España, por su
especial proyección hacia tierras americanas, por el camino que abrieron los
trujillanos, a través de tierras y océanos, y por el puente espiritual que
establecieron entre España y aquellas fraternas y queridas naciones hispanas.
Se las representaba con tantos paralelismos, que se las hacía coincidir como
hermanas gemelas. Las dos son interesantísimos Conjuntos Monumentales, cuyo
mensaje televisado debió llegar a todos los rincones patrios y a otros muchos
puntos del extranjero. Si Santiago había sido declarado Patrimonio de la
Humanidad, Trujillo había representado a España en el año Arquitectónico de Europa,
como modelo de lo que es y debe ser una ciudad histórica y monumental. Nos hace
pensar, que tanto en este como en el anterior caso, fueron mensajes lanzados
por las autoridades nacionales, reconociendo y recordando innegables e
indiscutibles valores, hasta ahora ignorados por quienes tienen
responsabilidades regionales, estimulándoles en funciones que no ejercen.
Resultado curioso, que en tanto a nivel nacional, repetidamente, se le
reconoce, se le ensalza, engrandece y valora a Trujillo, a nivel regional se le
ignora, menos cuando se quiere salir airoso en determinadas fechas. Confiemos
que los políticos extremeños, de una vez para siempre, se tomen con la debida
seriedad un tema tan serio, que sólo abundantes frutos pueden acarrear a
nuestra región.
Nadie ignora el gran papel que viene jugando
Trujillo en los últimos años, asumiendo con la mayor dignidad, su condición de
Centro Cultural Regional y su Plaza Mayor convertida en la Plaza Mayor de
Extremadura -funciones que siempre ha asumido- con motivo del Día de
Extremadura, acogiendo a esos 90.000 representantes de nuestra región que se
dieron cita el último año, para festejar los importantes actos. Pasados los
primeros años, que se hicieron coincidir con los religiosos en honor a la
Patrona, la Stma. Virgen de Guadalupe y en aquella villa, la Junta Regional se
convención de la necesidad de desligar unos de otros festejos. Haciéndolos
coincidir en Guadalupe, se creaban serios problemas de espacio, había que
buscar a los profanos un lugar más apropiado dentro del territorio regional, se
necesitaba una ciudad con unas características determinadas y con una Plaza
Mayor, la de mayor capacidad donde acoger en un mismo acto a miles de
extremeños. No hubo necesidad de un concurso, porque todas las miradas se encaminaron
hacia una misma dirección, porque en todas partes se sabía que la de Trujillo
ofrecía todas las características que se necesitaban. Es la de mayor cabida, la
más bella, la más monumental y envuelta en un Conjunto Monumental de primera
magnitud, que siempre ha asumido su condición de Capital de la Región, desde
que lo fuera durante siglos. Sus características aseguraban de antemano todos
los éxitos, como se ha demostrado en los años pasados. Se ha comportado como la
auténtica Capital Cultural, porque además de ser sede de su Real Academia, ha
acogido en años precedentes a todas las asociaciones culturales, reuniendo
durante varios años, a todas las bandas de música, orfeones, agrupaciones
corales, folklóricas y de cualquier otro tipo y todas las deportivas que se han
dado cita en esta misma fecha, hecho que no se ha producido en ningún otro acto
regional, en ningún otro punto de nuestra geografía. Y se ha rebasado lo
regional y nacional con intervención de espectáculos internacionales (aunque
sus protagonistas sean nacionales). Nada más que recordar a Montserrat Caballe,
José Carreras, Luis Cobos y su orquesta, The Royal Philarmonic Pops Orchestra
de Londres y Otras. Y es que, una vez más "Trujillo Universalizaba
Extremadura".
Aprovechando la referencia que hemos hecho de la
Plaza Mayor de Trujillo, completaremos su información, con unas citas sobre
ella que tenemos archivadas, en las que sus autores nos dejan de cuanto en ella
han creído ver, que reforzará los juicios que sobre la misma se han vertido en
el párrafo anterior.
Para una de las últimas Marquesas de la
Conquista: "La Plaza Mayor de Trujillo era la más bella".
Javier Martín Artajo: "La Plaza Mayor de
Trujillo es única del mundo por su anárquica belleza, circundada de palacios y
de casonas nobles, cuyas fachadas barrocas uno ha visto reproducidas muchas
veces en Méjico, Puebla, Tasco y otras antiguas ciudades del Nuevo Mundo".
Antonio Lucas Verdú: "Asombro de propios
y extraños. Oh, bella Plaza trujillana, exclamará Chico Pello, que la ve más
hermosa y bella que la Grande Place de Bruselas, orgullo también de españoles,
lujo de España, o la de Trafalgar Square y aún más hermosa que las Plazas
Mayores de Madrid y de Salamanca. Plaza, sin duda, precisaré, más en su apertura,
frente a la perfecta y geométrica Plaza Mayor de Salamanca, como la intuyó
Pemán, ser la Plaza Mayor del Imperio Español. ...Plaza Mayor trujillana, en
cuyo recinto se alzaron pendones a voz de pregoneros proclamando a los Reyes de
España, o se celebraban fiestas y torneos cuando los trujillanos ensanchaban
los mundos o realizaban la unidad geográfica. Plaza Mayor de la hispanidad,
Plaza de Trujillo".
Juan Pedro Zarranz y Pueyo, que fuera obispo de
Plasencia: "La Plaza Mayor de Trujillo es la ¡Plaza Mayor de
España!".
Felipe Sasone: "La Plaza Mayor de
Trujillo es la Plaza más española de España".
Francisco Acaso Gómez: "Prefería la de
Trujillo entre todas las Plazas de España, porque es la más bella, porque es la
obra del subconsciente por espontánea y madurada de un proceso de siglos, no
del genio de un sólo hombre, sino del genio de un pueblo. Y reveladora de las
más hondas raíces de España. Anchurosa Plaza, máxima representación de las
plazas españolas. En Trujillo y en su Plaza Mayor como símbolo, está España, la
España viva, la España auténtica y eterna".
José García Nieto: "¡Bien servida
fuiste, Ciudad de Trujillo, bien recordaba y amada de lejos, en distancias que
nadie había logrado!... Tú eres América... Porque de tu espléndida riqueza
monumental yo quiero escoger ese Palacio del Marqués de la Conquista. Y de ese
Palacio voy a quedarme con la fachada, ay de esa fachada con una esquina, y de
la esquina con ese maravilloso balcón. Porque ese balcón eres tú, Trujillo, esa
esquina, esa proa de una nave que abre la esperanza del mundo nuevo, ese
balcón, ese pecho abierto a la luz estelar de la futura Hispanidad".
Ángeles Villarte, de su escritorio
"Evocación de América en la Plaza Mayor de Trujillo": "La
Plaza deja maravillados a quienes la contemplan... Se la ha calificado de
monumento único en el mundo y no hay exageración".
Pedro de Lorenzo: "Plaza de caballeros,
en su ruedo el trujillano corre toros a la antigua usanza... Amplia, perfecta,
circunstanciada, se merece lo que es: Plaza Mayor, de las más acabadas de la
patria. ¡Plaza Mayor de la Hispanidad!".
Jean Cau, premio Goncourt: "Trujillo es una
maravilla. Una ciudad fijada en el tiempo, en la Historia. Da la impresión de
una ciudad petrificada, en el paisaje. Me pareció extraordinaria -no me importa
si es buena o mala la estatua "surrealista" de Pizarro. Su sombra se
dibuja gigantesca, por las noches, en el palacio que tiene enfrente. Es como
una nueva Pompeya. La gente visita Toledo como visita obligada. Debiera visitar
Trujillo".
Antonio Díaz Cañabate: "Hay que
imaginarse la Plaza Mayor de Trujillo en los buenos siglos, en los del
esplendor trujillano, el XVI y XVII... Plaza Mayor es, en efecto, la de
Trujillo, concebida con grandeza y riqueza trazada. Palacios la rodean. Un
templo la preside. Un amplio espacio la forma. La vista se extasía. El ánimo se
esparce. Las bellezas se amontonan... Remanso de glorias pasadas es hoy la
Plaza Mayor de Trujillo, que es para mí la Plaza Mayor de la España Imperial,
la Plaza de Carlos V".
En este interesante muestrario de opiniones,
expresadas con la mayor sencillez y sinceridad, creemos haber captado seguridad
y continuidad en sus afirmaciones por parte de sus autores, por espontáneas. Un
momento más, en el haber trujillano que en lo histórico, monumental y en lo
universal, digno de ser patrocinado por la UNESCO.
Como dejara escrito el Conde de Canilleros: "...mientras
en el Nuevo los trujillanos echaban los firmes cimientos del Mundo Hispánico,
en el Viejo Continente, los magníficos representantes de la ciudad mantenían
esa tónica de los extraordinarios, símbolo de lo trujillano". Y sin
hacer una meticulosa Selección, esos Trujillanos podían llamarse:
Diego García de Paredes.- Sansón de Extremadura y
Hércules de España, cuya fama llegó a todos los rincones del mundo. Destacó en
Nápoles y en Roma, en las guerras de Italia. Estuvo al servicio directo del
Papa Alejandro VI. Brazo derecho del Gran Capitán, cuya fuerza era tal, que se
contaba que él solo era capaz de detener un ejército de enemigos apostado en un
puente. Sus últimos años permaneció a las órdenes personales del Emperador
Carlos V. Alcanzó el grado de Coronel. Su biografía, contiene abundantes e
interesantes hazañas de nuestro personaje.
Juan de Carvajal.- Estudió en Salamanca y en
Roma. Cardenal de Santo Ángelo. Durante un cuarto de siglo fue el diplomático y
embajador más hábil del Vaticano, disfrutando de la confianza de los Papas
Martino V y Eugenio IV. Destacó por su piedad y sabiduría. Su gran humildad le
privó de la Tiara Pontificia.
Gaspar Cervantes de Gaete.- Fue Arzobispo de
Mesina, en Italia. Destacó como Canonista en el Concilio de Trento en 1563.
Arzobispo de Salerno hasta 1564. Nombrado Arzobispo de Tarragona en 1568, le
retuvo el Papa San Pío V, gran amigo suyo, para solucionar la famosa causa
inquisitorial del Cardenal Carranza, Arzobispo de Toledo. Ocupó el Arzobispado
de Tarragona en 1572. Se le atribuye la fundación de los llamados Seminarios
Tridentinos, primeros Seminarios de España.
Juan Alfonso Altamirano.- Estudió Leyes en
Sevilla, alcanzando altos puestos en Burgos y en Valladolid. Alfonso XI le
nombró su Secretario de Cámara, por lo que se le conoció como Juan Alfonso de
la Cámara. Valorando sus méritos, el Rey le concedió el Señorío de Orellana la
Vieja, apellido que adoptó desde entonces, aunque manteniendo el escudo de
armas: los diez roeles.
Juan de las Casas.- Capitán de corazas en la
guerra de Alemania y Portugal. En 1600 era Regidor de Trujillo. Murió siendo
Alcaide del Castillo de Alcalá la Real. Tenía el hábito de Calatrava.
García Cervantes de Gaete.- Licenciado en Derecho
por la Universidad de Salamanca. Fue Oidor en la Cancillería de Granada y
después del Consejo Real. Era sobrino del Cardenal Cervantes de Gaete.
Hernando de Becerra, "El Maestro".-
Profesor de la Universidad de Valladolid en la facultad de Filosofía. Era
hermano de Alonso Becerra, padre el arquitecto Francisco Becerra.
Diego García Bejarano.- Conocido por "El
Rico". Político distinguido. Intervino en las guerras sostenidas por
Enrique III. Cuando subió al trono Juan II, le nombró de su Consejo Real.
Diego Bejarano Cervantes Orellana.- Ingresó en
1646 en la Orden de San Juan de Jerusalén, con el cargo de Procurador en
Andalucía y después en Castilla. Secretario de Embajada en 1672, y en 1674
Recibidor o Tesorero General en Madrid y, en 1675, Gran Canciller. Confirmado
Recibidor en 1676 y Bailío del Santo Sepulcro en 1679. Permaneció casi 50 años
al servicio de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Fray Felipe Meneses.- Dominico. Estudió en
Salamanca. Profesó en el Convento de la Encarnación de Trujillo, componiendo
las sabias Reglas de la Cofradía de Caballeros del Hospital del Espíritu Santo.
Colegial en San Gregorio de Valladolid y catedrático de la Universidad de
Alcalá. Reformador de la Orden de la Merced. Escribió "Tratado de
Confesores", "Tratado de los Sacramentos", "Compendio de la
Doctrina Cristiana", y la obra ascética "Luz del Alma".
Fray Juan de Orellana.- Perteneció a la Orden de
Predicadores. Escribió sobre Dogma y Moral Ascética con gran elogio de sus contemporáneos.
Fue consultor del Supremo Tribunal de la Inquisición y del Consejo Real.
Fray Gaspar de Nelo.- Agustino. Muy versado en
sagrada Escritura, escribió "Comentarios de San Mateo y San Lucas",
"Comentarios sobre el Apocalipsis de San Juan", editadas en 1584.
Residió en Salamanca, donde fue Maestro de su Orden y Profesor de sagrada
Escritura en Valladolid.
Fray Diego de Borja.- Jesuita. Prefecto de
Estudios de América. Escribió "Epístolas sobre la vida y muerte del padre
Alfonso de Aragón".
Fernando Calderón y Chaves.- Perteneció a la
Orden de San Juan de Jerusalén, profesando en 1612 y fue nombrado Procurador de
la Enfermería en 1631 y Procurador del Granero en 1631.
Luis Francisco Calderón.- Distinguido militar, de
vida azarosa, pero hecha penitencia, escribió un libro "Opúsculo de
Oro", el camino de la perfección, que describe siguiendo a Santo Tomás.
Sus prologuistas y censores le califican de "príncipe de los
eruditos".
Álvaro Carvajal Pizarro.- Fue un gran militar.
Sus campañas en Francia y en Portugal le dieron renombre y prestigio entre los
generales del ejército.
Fray Diego de Chaves.- Nacido en 1.492. Dominico
en su natal Trujillo. Estudió en Salamanca y en Sevilla. Lector de Teología en
San Esteban de Salamanca. Sustituyó en la Cátedra de Prima a Fray Pedro de Soto
cuando marchó al Concilio de Trento. También sustituyó al gran Melchor Cano por
el mismo motivo -Concilio al que también fue a sentarse entra tantos sabios-,
teniendo como discípulo al que sería Gran Teólogo, Domingo Báñez. Nombrado por
Felipe II confesor de su esposa Isabel de Valois y del príncipe Carlos.
Posteriormente el mismo Rey le nombró su confesor, cargos del que jamás fue
relevado. Fue muy elogiado por los sabios de la época: Soto, Melchor Cano,
Santa Teresa de Jesús, Arias Montano... Su humilde condición no le permitió
aceptar de Toma, los obispados para los que fue propuesto Felipe II.
Gabriel de Chaves.- Jurista distinguido, nacido a
finales del siglo XVI. fue del hábito de la Orden de Calatrava, gozando en
Madrid gran renombre como abogado. Fue del Consejo Real de Hacienda y del de
Castilla.
Juan Chaves Mendoza.- Estudió en Alcalá de
Henares. Fue Juez y Corregidor de Sevilla y más tarde se le nombró en Madrid
Consejero Real de Castilla, y cuando murió desempeñaba la Presidencia del Real
Consejo y Cámara de dicho alto Cuerpo. Tuvo el hábito de Santiago.
Luis Chaves, el Viejo.- Gran caballero, nacido en
1400. En su Alcázar fue donde se hospedaron los Reyes Católicos cuando
trasladaron la Corte de Castilla a Trujillo, en sus luchas contra la
Beltraneja. En su palacio se celebró el Consejo en el que le nombró a don
Fernando como Rey de Aragón, a la muerte de su padre don Juan, y en el que se
tomó el acuerdo de la unión de todos los territorios para la Unidad Nacional,
con el "Tanto Monta...". También se firmó con Portugal la "Paz
de Trujillo", que afirmaba a los Reyes Católicos en la corona de Castilla,
y también se firmó el Primer documento de Cancillería, en diciembre de 1479, en
el que por primera vez aparecen unidos Castilla y Aragón, y ellos como Reyes de
España. Perdió tres de sus hijos defendiendo los derechos de doña Isabel.
Recibió grandes recompensas y honores, entre ellos el Señorío de Caudilla
(Toledo) y tomar juramento a los Reyes de Castilla. Fue un personaje que
disfrutó de la estima personal de los Reyes Católicos. Murió en 1492.
Alonso de Escobar.- Renombrado militar, nacido a
finales del siglo XVI. Caballero del hábito de Santiago. Alcanzó el empleo de
Teniente General del Ejército, en el que tuvo una actuación muy destacada. Gozó
de la Encomienda de la Orden.
Gonzalo Pizarro.- Fue el padre de Francisco,
Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro, grandes conquistadores en América. Se inició
en la guerra en Trujillo en tiempos de Enrique IV. Tomó parte muy activa en la
conquista de Granada, pero donde se distinguió fue en las campañas de Italia y
Flandes, con su paisano Diego García de Paredes. Enviado a Navarra para
contener a los franceses, falleció en Pamplona por las heridas recibidas en el
sitio de Amaya. Se le conoció por El Largo, por su estatura y El Romano por sus
campañas en Italia, habiéndose distinguido en el asalto a la Ciudad Eterna.
Alcanzó el grado de Coronel.
Alonso García de Vargas.- Fue Consejero del rey
don Juan II de Castilla, al que sirvió y al que le unió una gran amistad.
Obtuvo para Trujillo el Título de Ciudad, del rey citado en el Astudillo en
1430.
Fray García de Loaysa.- Arzobispo de Sevilla. Fue
General de los Dominicos y Presidente del Consejo de Indias. Fueron sus
hermanos Fray Jerónimo de Loaysa, Arzobispo de Lima y Fray Domingo de Mendoza,
que es el siguiente:
Fray Domingo de Mendoza.- Dominico. Era subprior
del Convento de San Esteban en Salamanca, cuando en 1510 fue comisionado para
llevar diez religiosos de su Orden a la isla de Santo Domingo.
Juan Vargas Carvajal.- Nacido en 1528. Perteneció
a la Orden de Alcántara. Vivió muchos años en la Corte de Felipe II, quien le
nombró gentil hombre de Casa y Boca. Acompañó al monarca desde Alemania y
España a la conquista de Portugal en 1580.
Fernando Pizarro de Orellana.- Colegial en
Cuenca. Catedrático de la Universidad de Salamanca. Obtuvo el grado académico
de Licenciado, ocupando el puesto de Oidor de la Real Audiencia de Sevilla y de
Granada. Pero donde sobresalió, fue como Fiscal del Supremo Consejo de Ordenes
Militares. Fue Comendador de Bétera. Contra las falsedades vertidas, reivindicó
la fama de sus paisanos en Indias, publicando una obra titulada "Varones
Ilustres del Nuevo Mundo" y otra titulada "Descubridores, conquistadores
y pacificadores".
Gutiérrez de Vargas Carvajal.- Teólogo
distinguido, nacido en 1504. Obispo de Plasencia en 1556. Se le conoció como el
Obispo-arquitecto, pues bajo su dirección se alzaron muchas iglesias en su
Diócesis. Era hermano de Francisco de Camargo, capitán de la armada de Cortés,
de la de Garay de la que marchó a la Especiería, por el Estrecho de Magallanes.
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