INVENTARIO DE LOS EPITAFIOS DE LOS OBISPOS DE
PLASENCIA A TRAVES DE LA DOCUMENTACION
El
hecho de no presentar todos los epitafios de los Obispos placentinos que han
regido la Sede hasta el siglo XX se debe a varios motivos, a voluntad propia
fueron trasladados a otro lugar o por falta de inscripciones al ser enterrados
en la propia catedral. Por ejemplo, delante del altar de las Reliquias en la
catedral yacen las cenizas de diez prelados cuyos nombres dio a conocer
Benavides Checa[1], podemos citar al Dr. Fr. José Jiménez Samaniego, don Juan Villacé,
Fr. Plácido Bayles, don Francisco Bustamante, don José Rodríguez y don Pedro
Gómez. Los demás prelados que rigieron la sede placentina en el primer siglo de
la dominación borbónica en España murieron ocupando ya otras sedes, o habiendo
fallecido en Plasencia, fueron trasladados sus cadáveres a distintas iglesias
extradiocesanas.
DIEGO
BADAN, O. F. M (1424-1426)
Hunc Maiorica genuit, quem Summus ad astra
perduxit .
Hunc religio docuit, quem aptum virum produxit.
Badam hic vulgo Didacus vocatus
Est, gratum donum, de hac stirpe natus.
Gradibus ternis praefuit excelsus.
Gratia Christi moribus praeventus.
Puer undemnis mundana contemsit,
Minorum vestes minimus acceptit.
Professus, Tauri studuit artes.
Audivit, legitque per varias partes.
Doctrinae sacrae est factus Magíster,
Provinciam rexit electus Minister.
Successit Pastor eclesiae trinae
Carthaginis, Pace atque Placentinae.
Sex vixit undemnis annorum aetates.
Iesus illi merces sit, fons pietatis.
Carthaginis praesul hic est sepultus.
Post han mundi vitam morte defunctus.
Bis septingentos Domini post annos
“Sex et viginti” adduntur numero.
Die hac et mense migravit praedictus;
Quiescat in pace, sitque benedictus. Amen.
Vivens sic scribit, de sua certus morte.
Incertus de hora gaudet mortis mora.
Empus si addatur, Summo dirigente,
Versus mutabitur, vivo congaudente.
El
epitafio de Fr. Diego Badán, que con algunas variantes, copian también Fr.
Alonso Fernández y Solano de Figueroa, estaba en Mayorga, en la capilla mayor
del convento de San Francisco, fundación del prelado[2].
Era franciscano. Fue Provincial de su Orden y en
1410 ocupó la sede de Badajoz; en 1417 en Cartagena y en 1422 fue nombrado por
Martín V[3], para regir la
de Plasencia. A sus tres sedes alude el epitafio.
GONZALO
DE SANTA MARIA (1428-1448)
Hic
quiescit hábeas reverendi Patris Domini Gundisalvi,
Episcopi
Seguntini, serenissimi Principis domini nostri Ioannis
Huius
nominis secundi Regis Cassellae et Legionis.
Hic
venerandus Pontifex fuit filius, ex legitimo
Matrimonio
natus, Reverendi Pontificis Domini Pauli.
Cuius
corpus in sepulcro alterius parientis tumulatum
Existit,
et post multa pia opera, liberatus de corpore
Mortis
huius, profectu est ad Omnipotentem Deum
Decima
séptima mensis decembris anno Domini
Millesimo
quadrigentesimo quadragesimo octavo,
Aetatis
suae sexagésimo nono. Clementia
Divina
illum in gloria sua collocare dignetur. Amen.
Debemos
este epitafio a Enrique Flórez[4], se encontraba en el antiguo convento dominicano de Burgos,
convertido en cuartel desde la Desamortización de 1986. El escudo de este
prelado se encuentra en las claves de la bóveda del claustro de la catedral de
Plasencia (flor de lis). Estuvo enterrado en la catedral vieja placentina, en
un sepulcro de mármol. Según Fr. Alonso Fernández, fue trasladado a San Pablo
de Burgos, patria del obispo[5].
JUAN
DE CARVAJAL, Cardenal (1450-1475)
1)
Ioanni Carvaiali, genere ibero, Pont.
Portuensi,
S.R.E. Cardinali. Patrum splendori,
Virtutum
decori, de religione atque omni
Republica
benemérito, qui vixit annis LXX
Bessario,
Cardinalis Nicaenus
Collegae
pientissimo.
2)
Pontificum splendor iacet hic, sacrique senatus,
Namque
animo Petrus, pectore Caesar erat.
Hunc
genuit Baetis, rapuit sed Roma, tenetque;
Corpora
velat humus, spiritus astra colit.
Imputat
hunc Baetis Latio, cui fama perennis
Victus
honor meritis, contempta et munera vitae,
Dum
meliore sui vivere parte cupit.
Aetherei
qui magna fuit tutela senatus,
Ioannes
iacet hic Carvajal gentis iberae,
Ángelus
in titulo princeps et episcopus almi
Portus,
cuius habet meritis iam spiritus astra[6].
Don
Juan de Carvajal nació
en Trujillo en el año 1399. Fueron sus padres don Juan Tamayo, corregidor de
Trujillo y doña Sara de Carvajal de Plasencia. Fue uno de los más señalados
miembros del episcopado y del Sacro Colegio de Cardenales, en pontificados de
Martino V y Eugenio IV . Sus estudios en Salamanca y Roma le
dieron aquella solidez que necesitó para remontarse a aquellas alturas
de los grandes hombres de su siglo.
Ocupó los cargos de consejero de Roma, luego nombrado cardenal diácono
de Sant Angelo, Cardenal diácono de Sant
Angelo, luego cardenal presbítero de Santa Cruz, Sabino y Portuende, dentro de
cuyo honor fue nombrado obispo de Plasencia. Su intervención en los asuntos
religiosos y diplomáticos de su tiempo fue de gran provecho para la Iglesia,
pues combatió la herejía, disolvió el conciliábulo de Basilea, libró del
peligro turco a Hungría, fue legado multitud de veces y sólo opuso que fuera
nombrado Papa su gran humildad. Fue obispo de Plasencia desde 1450 hasta 1469.
De este período son las obras que le acreditaron de “eterna memoria” en su
patria, pues trazó y construyó calzadas, levantó los planos de la futura
catedral, mandó realizar joyas artísticas de insuperable mérito, como la gran
custodia y Andas de Plasencia, edificó el famoso puente del “Cardenal” sobre el
río Tajo, y otros dos menores sobre el río Almonte[7], ordenó su sede con entereza,
prudencia y gran ánimo, hasta hacerlas de las más notables del reino. Murió en
el año 1469[8]. En la iglesia
romana de San Marcelo al Corso, estuvieron estos dos epitafios en dos lápidas
sepulcrales, la primera en la pared y la otra en el suelo[9]. La primera estaba coronada con el escudo del Cardenal; la segunda,
se retiró y se colocó en el corredor trasero del templo (ya perdida)[10]. Fueron encargadas por el Cardenal Besarion[11], amigo íntimo de Carvajal
“dimidiium animae suae”[12].
GÓMEZ
DE SOLÍS Y TOLEDO (1508-1521)
“Aquí
yace don Gómez de Solís y Toledo, obispo de Plasencia, juntamente con doña
Francisca de Toledo, condesa de Pasarón, su madre”[13].
El
sepulcro de este obispo se encuentra en el coro del monasterio de Yuste[14]. Era natural de Cáceres, hijo de hijo de don Gutierre Solís y doña
Francisca Alvarez de Toledo, que poseían el Condado de Coria y pariente del
duque de Alba[15]. En sus tiempos pasó a ser propiedad del obispo el pueblo de
Jaraicejo por permuta con el Cabildo de la mitad del mismo. En 1521 se marchó a
Coria deseando contribuir a la pacificación de aquella ciudad por las revueltas
de las Comunidades y allí murió de muerte natural.
BERNARDINO
DE CARVAJAL, Cardenal (1521-1523)
1)Bernardino
Carvaiali, natione hispano patria Placentino,
Episcopo
Hostiensi, cardinali Sanctae Crucis, ob egregias virtutes, doctrinamque
in
sacris littteris singularem, ab Alexandro VI
Pontifice
Maximo, in numerum Patrum ascito, pluribus
legationibus
pro republica christiana
functo,
integer sapienterque, prospera fortuna
moderate,
adversa constanter uso, per
omnem
vitam pie ac religiose vixit annos
LXVII,
menses III, dies VIII. Obiit XVII
Kalendas
ianuarii. Anno Domini M.D.XXIIII.
2)Hic
Bernardinus Carvaial, S.R.E. Cardinalis
episcopus
Hostiensis, requiescit, donec ad
aeternam
resurgat vitam.
Ambos
sepulcros están en Roma, los trascribió Ughello. El primero se encontraba
empotrado en la pared y el segundo sobre el pavimento. En la actualidad se
conservan en la iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma, aunque no en su
lugar originario[16].
Extremeño. Sobrino del otro Obispo-Cardenal, Don
Juan de Carvajal. Era el hijo del Señor de
Torrejón el Rubio, Don Francisco López de Carvajal y de Doña Aldonza de Sande. Estudió en
Salamanca licenciándose
en la Facultad muy joven en
Teología, donde desempeñó el rectorado. Fue
Obispo de Astorga, Badajoz, Cartagena y Siguenza. En Roma, fue Embajador de los Reyes Católicos y en Malinas, como Legado de
Julio II, administró el Sacramento de la
Confirmación al futuro Carlos V, cuando
ese tenía nueve años. El Cabildo de Plasencia le nombró en 1508 Dignidad de Tesorero en la Catedral. Aumentó
el número de Canónigos y clero de su
Catedral placentina que tenía rentas bastantes para ello. Pronunció en
1492 el discurso a los Cardenales a la muerte de Inocencio VIII, o sea en la apertura del Cónclave que eligió a Alejandro
VI, y en la elección que siguió a la
muerte de éste tuvo bastantes votos.
En 1511 presidió el Concilio cismático de Pisa que
intentaba derrocar al Papa Julio II. Aunque fue despojado del Capelo
cardenalicio, de nuevo se le concedería varios años después. Murió en 1523[17].
GUTIERRE
DE CARVAJAL (1524-1559)
AQUÍ
YACE LA BUENA MEMORIA DEL ILUSTRISIMO
Y
REVERENDISIMO SEÑOR DON GUTIERRE DE CARVAJAL
OBISPO
QUE FUE DE PLASENCIA. HIJO SEGUNDO DE LOS SEÑORES EL LICENCIADO FRANCISCO DE
VARGAS DEL CONSEJO D ELOS REYES CATÓLICOS Y REINA DOÑA JUANA Y DE DOÑA INES DE
CARVAJAL SUS PADRES REEDIFICO Y DOTO ESTA DICHA CAPILLA A HONRA Y GLORIA DE
DIOS CON UN CAPELLAN MAYOR Y DOCE CAPELLANES. PASO DESTA VIDA A LA ETERNA EL
AÑO DEL SEÑO 1559.
Se
encuentra en la capilla del obispo en Madrid. Esta es la inscripción que está
sobre el monumento funerario de este prelado.
Correas,
a quien copia literalmente fray Alonso Fernández, fue nombrado por este obispo
visitador del obispado, nos dice que falleció el 27 de abril de 1559 en la
villa de Jaraicejo, de donde le llevaron a la capilla suntuosa que fundó en
Madrid, de donde era natural, y que aún hoy día conserva el nombre de capilla
del obispo. Allí está su sepulcro y los de sus padres, el Lic. Francisco de
Vargas, que perteneció al Consejo de los Reyes Católicos y la Reina doña Juana.
Los padres están en el presbiterio, uno a cada lado con las estatuas orantes
puestas sobre una sencilla hornacina. El prelado colocado en el muro de la
Epístola en una capilla ornamentada con una exuberante decoración, muestra al
prelado de rodillas sobre un altar en el arcosolio. A la derecha del mismo está
su capellán y dos acólitos, éstos portando el báculo y la mitra. Al fondo, en
bajorrelieve, Cristo en el huerto de los olivos en oración.
Nació
en 1500 en Madrid, era hijo de don Francisco de Vargas y de doña Inés de
Carvajal, hermana del cardenal Bernardino López de Carvajal que había regido la
Diócesis placentina. Llegó a ser nombrado cuando aún no contaba los veinte
años. Llegó a presidir el cismático Concilio de Pisa. En 1534 organizó un
importante Sínodo en Jaraicejo cuyas Constituciones han sido reeditadas[18]. Asistió al segundo período del Concilio de Trento donde tuvo varias
intervenciones relevantes. Murió en 1559 en Jaraicejo.
PEDRO
PONCE DE LEON (1560-1573)
1)AQUÍ
YAZE EL ILUSTRISIMO SEÑOR DON PEDRO PONCE DE LEON
OBISPO
QUE FUE DESTA SANTA IGLESIA E INQUISIDOR GENERAL
FALLECIO
EN LA VILLA DE XARAICEJO A XVII DE ENERO DE MILL Y QUINIENTOS Y LXXIII AÑOS[19].
2)
DOMINUM PETRUM PONTIUM A LEONE SANCTAE HUIUS PLACENTINAE PRAESVLEM PIENTISSIMUM
ET MERITISSIMUM OMNI VIRTATE GENERIS OBILITA PRAECLARUM INQUISITOREM
GENERALEM
SANCTA FUNCTUM VITA POST
INSTITUTA
SIBI ANNIVERSARIA ET CAPELLANIA ET EPISCOPATUS
PAUPERES
TESTAMENTO HAEREDES RELICTOS ET VIRGINES ORPHANAS IN PERPETUUM HONESTÍSIMA
DOTE
IUVATAS HAEC BREVIS CAPIT URNA
VIXIT
ANNOS 63, OBIIT D.IIANVARII M.D.LXXIII.
Se encuentra en la Catedral de Plasencia en el presbiterio, al lado
del Evangelio, cubierto por el dosel del trono pontifical, encuadrado en arco
de medio punto entre dos pilastras de orden compuesto y entablamento en cuyo
friso está grabado el primero de los epitafios y en el centro del mismo el
escudo del prelado. Monumento sepulcral del obispo, atribuido a Pompeio Leoni
por algunos, otros al artista granadino Mateo Sánchez de Villaviciosa (que
probablemente realizó la obra arquitectónica), aunque la obra escultórica va
más en consonancia con las características estilísticas de Francisco Giralte.
Se encuentra el obispo de rodillas en un reclinatorio orando con las manos
juntas y revestido de casulla, obra en mármol italiano. El segundo de los
epitafios está en el basamento[20].
Nació en el año 1510 en Córdoba, hijo
del Marqués de Priego y doña María Ponce de León. Fue educado por su tío que
era canónigo en la Catedral cordobesa. Estudió Derecho en Salamanca y ganó una
canonjía en Córdoba. Fue nombrado obispo de Ciudad Rodrigo, asistió al Concilio
de Trento. En 1560 fue elegido obispo de Plasencia y miembro del Consejo
Superior de la Inquisición, poseyó una de las más importantes colecciones de
manuscritos italianos[21]. Murió en Jaraicejo en 1574.
FRANCISCO
TELLO DE SANDOVAL (1578-1580)
Nació
en Sevilla. Fue nombrado obispo de Plasencia en 1578 donde ejerció su
ministerio hasta su muerte en 1580. Fue enterrado en la Catedral de Plasencia y
después, de acuerdo con sus deseos, fue trasladado a Burgo de Osma, en la
capilla mayor de la catedral se encuentra el monumento sepulcral de este
prelado.
“Aquí
yace el R. Señor don Francisco Tello, obispo de Osma y Plasencia. Falleció en
ocho de julio de MDLXXX años. Su traslación fue en once de mayo de MDLXXXII”[22].
SANCHO
DÁVILA Y TOLEDO (1622-1625)
(ESCUDO FAMILIAR)
EL YLLMO Y
RMO SR. DON SANCHO DAVILA
Y TOLEDO
OBISPO DE PLASENCIA MURIO
A 6 DE
DIZIEMBRE DE 1625 I SE MANDO DEPOSITAR
EN LA
PARROCHIA DE LA VILLA DE ZARAIZEJO DE DONDE
FUE
TRASLADADO A ESTA CAPILLA
Está en
la capilla de la Inmaculada, en la Catedral de Avila, en la pared lateral de la
Epístola, se conservan muy mal legibles los párrafos.
Nació en Avila en 1546, hijo del noble
caballero don Sáncho Dávila y Carrillo de Mendoza y de doña Juana Enríquez de
Toledo. Por parte de su madre emparentaba con la casa de Alba y con los Zúñiga,
Casa Ducal de Plasencia[23].
Estudió en Salamanca, siendo Rector de la Facultad de dicha ciudad, sucediendo
a Fr. Luis de León en la Cátedra de Sagrada Escritura. Obtuvo las canongías de
Avila y Coria, llegando a ser Deán de la Catedral de Coria. En 1591 fue
consagrado obispo de Cartagena[24],
pasando con el tiempo al de Jaén y al de Siguenza. En 1622 fue elegido obispo
de Plasencia.
CRISTÓBAL DE LOBERA (1630-1632)
EN ESTE SEPULCRO ESTA EL ILUSTRISIMO SEÑOR DON
CRISTOBAL DE LOBERA
NATURAL DE ESTA CIUDAD DE PLASENCIA
MAESTRESCUELA EN ESTA SANTA IGLESIA CATEDRAL ABAD DE AMPUDIA Y DE LERMA E
OBISPO QUE FUE DE BADAJOZ I DE OSMA Y PAMPLONA. ELECTO ARZOBISPO DE SANTIAGO Y
OBISPO DESTA CIUDAD. MURIO EN PLASENCIA A BENTE JUNIO DEL ANO DE MIL Y
SEISCIENTOS Y 32 ANOS Y FUE TRASLADADO EN 27 DE GULIO DE 1637 ANOS DESDE LA
SANTA IGLESIA DE PLASENCIA.
Esta es la inscripción que hay sobre el
sepulcro del obispo en el presbiterio de la ermita de Santa Teresa de
Plasencia, fundación del citado prelado. Aparece citada por Solano de Figueroa
entre 1930-1935 en su obra[25],
después de que fuera profanada por los franceses en la guerra de la
Independencia.
Tal y como se recoge en el epitafio, nació en
Plasencia. Fue bastantes años Maestrescuela de la Catedral y luego obispo de
Badajoz, de Osma, de Pamplona y de Córdoba[26].
Al morir estaba designado para el Arzobispado de Santiago de Compostela. Estuvo
enterrado en la Catedral hasta 1637 en que, terminada la ermita de Santa Teresa
fue allí depositado. En la iglesia de Santo Domingo (San Vicente) debajo del
púlpito hay una hornacina con una imagen de Santa Teresa y debajo la
inscripción: “Don Cristóbal de Lobera,
Obispo de Córdoba, hizo hacer esta capillita a la Santa Theresa y las tres
laudes de abaxo a sus padres..Se hizo año 1625”.
PLÁCIDO PACHECO DE HARO, O. S. B. (8 de
noviembre de 1633- 5 de octubre de 1639)
(Cruz)
ILLUSTRISSIMUS
ET REVERENDISSIMUS. DOMINUS FRATER
Placidus a Pacheco, Maiorum imaginibus
ilustris, virtutibus et moribus ilustrior.
Qui velut alter Placidus sacrae Benedicti
invictae militiae nomen dedit in ea. Clarissimus divini
Verbi pro animarum salute concionator, et velut
tentatus et probatus in multis, a suis omnium
Plausu, generalis minister inauguratur; Sibi
subditos placide et ad meliora direxit.
A Philippo Quarto, Hiap. Rege potentissimo, ad gaditanum
primum, deinde al placentinum
episcopatum evectus, gregem sibi a Patre
nominum, non sine numine, creditam exemplo
egregie et doctrina instruixit, multa in omnium
occulis, maiora in occulto patravit. Amabat enim benefacere et nesta octobris
sancto Placido et aliis triginta monachis benedictinis martyrio nobilitata
et sacrata, aetatis suae 92. Sacellum hoc
vivens Deo et sancto vicentio Martiti dicavit, et fratgilitatis memor in
sepulturam, ubi esque ad novissimam tubam in pace secura quiescit.
Este epitafio lo copió el
historiador de la orden padre Argaiz en su Soledad Laureada[27]. Murió este prelado visitando su diócesis en
la villa de Pasarón de la Vera, el día 5 de octubre de 1639. Aquel mismo día su
cadáver fue trasladado a Plasencia, y depositado en la sacristía del convento
dominicano de San Vicente, hasta que se terminó el sepulcro encargado por él en
el convento de su orden en Salamanca[28].
Fue fraile benedictino y obispo de Cádiz. Un dato curioso es la autorización
que hizo este prelado a Francisca de Oviedo y Palacios a exponer a la
contemplación del pueblo en la iglesia de San Martín de Plasencia, la imagen
del Cristo de Serradilla, sin sospechar que sería tal el entusiasmo del pueblo
que a lo largo de los años ha crecido mucho la devoción a la Stma. Imagen que
tuvo que ser llevada a Serradilla.
BARTOLOMÉ DE OCAMPO Y MATA
(1699-1703)
AQUÍ YACE EL YLUISTRISSIMO
SEÑOR DON BARTOLOMÉ DE OCAMPO I MATA
VELARDE INQUISIDOR DE LA SV
OREMA OBISPO DE SEGOVIA
I DE PLASENCIA FALLECIO A XXI DE
SEPTIEMBRE ANO DE MDIII.
Se encuentra esta inscripción en el sepulcro
del obispo en la iglesia del convento de la Salud de las monjas jerónimas de
Garrovillas, población de la que era natural el prelado[29].
FR. FRANCISCO LASO DE LA VEGA Y CORDOBA (4 de
agosto de 1721- 14 de Julio de 1728)
D. O. M. S
Aquí yace nuestro amado hermano el Sr. D. Fr.
Francisco Laso de la Vega y Córdoba, hijo ilustre de la Religión Guzmana, de
quien esta casa se gloría ser madre: obispo de Ceuta y de Plasencia, el cual
dando cuanto tenía a los templos y menesterosos, quedó pobre; y finalmente
quiso posar en este lugar a la vista de la imagen de la Virgen nuestra Señora,
cuyo altar había erigido, mandando que en cualquier parte donde le cogiese la
muerte, fuesen trasladados sus huesos a esta casa y sitio, por lo que esta
pobre comunidad, agradecida al hijo que la enriqueció, aún no queriendo él, le
consagró este monumento, así que la gloria, la fama y el honor unidos, llevara
su memoria hasta los cielos quedando en la tierra mas que sombra y polvo. Murió
el día 14 del mes de julio del año del Señor de 1738[30].
Tomó los hábitos
dominicos en el Convento de San Pablo de Sevilla, en los últimos meses del año
1715 fue nombrado Prior del Convento de Guadix, cuando ascendió al obispado de
Ceuta. A él se debe la reconstrucción del
Palacio Episcopal[31].
Vivió en Ceuta al tiempo que se habían producido una serie de acontecimientos
importantes. Hacía 21 años que
el Muley Ismail había cercado la plaza, provocando el aumento de la guarnición
y la remodelación de las fortificaciones del Frente de Tierra. El asedio fue
levantado únicamente tras su muerte. Durante el cerco tiene lugar en España la
Guerra de Sucesión, acontecimiento que redujo la atención sobre Ceuta. La
pérdida de Gibraltar hizo que la población se quedara sin su más cercano puesto
de socorro, produciéndose una refundación de Algeciras, con lo cual no sólo se
lograba dar solución al problema surgido tras la expulsión de los habitantes del
Peñón, sino también promocionar un nuevo punto de apoyo a la guarnición del
otro lado del Estrecho[32].
Tras su pontificado en Ceuta (1716-1721)[33], fue nombrado Obispo de Plasencia el 4 de agosto de 1721, teniendo una
particular predilección por la ciudad extremeña de Trujillo, donde volcó su caridad y su
atención episcopal y allí
otorgó su testamento en julio de 1738[34], poco
antes de morir el 14 de julio de 1738. Su
partida de defunción se encuentra en el Archivo Parroquial de San Martín de
Trujillo[35]
y dice así literalmente: “En catorze
de jullio de mill setecientos y treinta y ocho murió en esta ziudad el
Illmo. Señor don Fray Francisco Laso de la Vega y Cordoba, obispo de
Plasencia”. En la capital de la Diócesis ordenó constituciones y ordenanzas
por las que se había de regir el
Hospital del Abad de Santander don Nuño Pérez de Monroy, pero aún estas
ordenanzas están promulgadas en Trujillo en las casas de su habitación mientras
andaba de visita pastoral el 24 de junio de 1726. Ofrezco el epitafio del prelado
del Convento de San Pablo de Sevilla, que no es su epitafio en sí sino la
versión castellana del mismo: “D.O.M.S.
Aquí yace nuestro amado hermano el Sr. D. Fr. Francisco Laso de la
Vega y Córdoba, hijo ilustre de la religión Guzmana, de quien esta casa se
gloría ser madre. Obispo de Ceuta y de Plasencia, el cual dando cuanto tenía a
los templos y menesterosos, quedó pobre; y finalmente quiso posar en este lugar
a la vista de la imagen de la Virgen nuestra Señora, suyo altar había erigido,
mandando que en cualquier parte donde le cogiese la muerte, fuesen trasladados
sus huesos a esta casa y sitio. Por lo que esta pobre comunidad, agradecida al
hijo que la enriqueció, aún no queriendo él, le consagro este monumento; así
que la gloria, la fama y el honor unidos, llevara su memoria hasta los cielos
quedando en la tierra mas que sombra y polvo. Murió el día 14 del mes de julio
del año del Señor de 1738”.
Fue un
verdadero mecenas, muy preocupado por la cultura de su tiempo y por la
conservación del patrimonio. Al arrabal de Trujillo, que se llamaba Papalvas,
consiguió que se le cambiara el nombre por el que hoy lleva de Belén, por
su devoción a la Stma. Virgen de
dicha advocación. Contribuyó para que se terminara la pequeña
iglesia parroquial que el pueblo estaba levantando.
A él se debe la construcción de la Ermita de Santa Ana en Trujillo. A la vera de la Cañada Real de Sevilla, y en pleno berrocal trujillano se yerguen impertérritos, desafiantes al tiempo, los maltratados muros de la ermita de Santa Ana, edificada en 1732 por el obispo de Plasencia D. Fray Francisco Laso de la Vega y Córdoba[36]. Por tanto, fue levantada y dotada por voluntad y a expensas del Obispo de Plasencia, Don Fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba en 1731. El documento que lo asevera está en el Libro Capitular del año 1731, que dice literalmente: Al margen: Licencia para la fábrica de la Ermita de Santa Ana: “El Señor D. Antonio de Orellana Tapia dio cuenta a esta ciudad de que el Ilmo. Sr. Don Fray Francisco Lasso de la Vega y Córdoba, Obispo de Plasencia, del Consejo de S.M. desea hacer la fábrica de una Ermita a devoción de Señora Santa Ana en el berrocal de esta Ciudad, inmediata de Humilladero, oído por esta Ciudad, y por lo que desea complacer a su Ilma. dio comisión amplia al dicho Sr. Don Antonio para que reconozca el sitio y señale el terreno necesario para dicha fábrica de la Ermita, Sacristía y Oficinas para el Santero, como para algún corral para más extensión y beneficio de él, y que con copia de este acuerdo y señalamiento que hiciera dicho Señor se tenga por bastante título para lo referido”[37].
En
el Protocolo de Pedro de Rodas Serrano, fechado el 3 agosto 1732, consta la
dotación que tan meritísimo Obispo Placentino hizo a favor de esta Ermita con
las palabras siguientes: "Por cuanto a sus expensas se ha fabricado
cerca del Humilladero de esta Ciudad la Capilla e Iglesia de Señora Santa Ana
de que con todo lo a ella anexo y perteneciente, tiene hecha su Ilma. donación
a la ilustre y esclarecida Congregación de Sacerdotes y Ordenados in sacristía
que ha fundado y de que su Ilma. es actual Prior y porque desea el mayor
esplendor, aumento y conservación de
ella por lo que cede en el mayor culto de Señora Santa Ana. honra y gloria de
Dios Nuestro Señor ha tratado con su prior y demás oficiales de dicha venerable
Consagrable dotar dicha Capilla de dos mil ducados de vellón que su Ilma, ha de
entregar de pronto para que se conviertan en comprar ciertas fanegadas de
tierras de pan de llevar que están en término de lugar de Don Benito ,
jurisdicción de la villa de Medellín, de este obispado que quedaron por muerte
de D. Juan y Don Francisco García Cabezas y se hayan casadas veinte y un mil
ochocientos y tantos reales, las cuales se han mandado vender judicialmente ,
para fenecer la obra de la iglesia parroquial de dicho lugar... que en cada año
se compren seis arrobas de aceite para la lámpara de la ermita a no ser que de
limosnas se supiera este servicio, descontándose de los bienes fundacionales lo
que con los donativos se consigan . Manda que anualmente se compre una arroba
de cera. Ordena que de renta se tome perpetuamente cada año 120 reales vellón
para las limosnas de 3 misas cantadas , las que se habían de decir los días de San José, Santa Ana y el
domingo festividad del Santísimo Rosario , las tres se celebraría con diáconos
y subdiáconos y cantaría un sochantre. Asistirían l2 sacerdotes hermanos, a
cada uno de los 12 se les daría de limosnas dos reales , cinco al que diga la
misa y tres al diácono y subdiácono , tres al sochantre y uno a cada acólito”[38].
Cubiertos estos gastos, los sobrantes de la renta se aplicaría a la fábrica de la iglesia. De fina y airosa traza neoclásica es la ermita de Santa Ana. Su planta es de cruz latina con gallarda rotonda y bovedaje sobre un arco toral sobre talladas pilastras incrustadas en los muros de mampostería que recorre el recio encaje de una imposta de piedra berroqueña. En el lienzo central del Altar se conserva una hornacina. A los lados del presbiterio están dos recoletos compartimentos que debieron servir para guardar ornamentos y para menesteres de culto. Algunos trozos del piso parecen indicar que aquel fue en su totalidad una cerámica local, recia y bien trabajada. Una graciosa espadaña de tres piezas de finos granito se alzaba en la fachada que mira al Campo de San Juan. Su campana fue trasladada a Santa María la Mayor. El pueblo la llamaba la Santa Ana. Sobre el dintel de su típica portada bajo las insignias episcopales está el Escudo de Armas del Obispo Laso de la Vega.
Terminadas las obras el prelado Laso de
la Vega se ocupó de otros asuntos. Es un acta del Consejo que fielmente copiado dice; "Licencia
a su Ilma. Para fabricar una casa junto
a la Ermita de Señora Santa Ana : Que
por cuanto esta ciudad se haya noticiosa de que el Ilmo. y Reverendíssimo Señor
don Fray Francisco Lasso de la Vega o
Cordoba. obispo de Plasencia del Consejo
de S.M, en continuación de su fervoroso celo y devoción a Señora Santa Ana cuya
Ermita y Capilla ha hecho fabricar su Ilma. a sus expresas en el berrocal de
esta Ciudad , inmediata al Humilladero , desea fabricar también cerca de dicha
Capilla una casa más para extensión de los vecinos y personas que concurren
visitar la Santa Imagen y tener sus novenas y cumplimientos de promesas . Y
porque el ánimo de esta Ciudad y todos sus vecinos desde cede en beneficio de
esta Ciudad y todos sus vecinos , desde luego concede licencia y facultad
amplia y sin ninguna limitación a su Ilma para que mande hacer y fabricar la
dicha casa con todas las oficinas, corral y cercado de terreno, y en la
conformidad que dicho Ilmo. Sr. tuviere por conveniente y fuere su voluntad
mediante no ser de perjuicio alguno y por la grande extensión de dicho
berrocal. Y acordó se saque testimonio de este acuerdo y en nombre de esta
Ciudad le pase el presente escribano de su Ayuntamiento a manos de su Ilma. Y
con él sirva de título y pertenencia a dicha casa y de todo lo a ella anejo y
que su Ilma. Mande edificar como va expresado. Licenciado Don Bernardo de
Losada. Ante nos Pedro de Rodas”[39].
En un Libro
de Cuentas de Fábrica (1772-1817 ) custodiado en el Archivo parroquial de Santa
María la Mayor, y al folio 21 aparece inscrito su “Imbemtario de Alajas y
ornamentos”, realizado para la Santa Visita de 1772, el cual destaco para
mayor acrecentamiento de nuestro conocimiento de esta querida ermita[40]. Todavía, en los sólidos muros de la Ermita (que casi destruyeron los franceses) puede contemplarse el escudo de este Prelado pregonando su mecenazgo. Frente a la misma construyó el Obispo
citado un Pósito como granero para necesidades de los
pobres en años de escasa cosecha.
También, a sus expensas se terminó la iglesia de la Encarnación, perfeccionándola y aumentándola, y asimismo había fundado una dotación para reparos de la citada iglesia, decencia y aseo de los ornamentos de la sacristía. Además, según consta en el testamento, se construyeron a su costa la obra de los tres lienzos del claustro, sacristía y librería, los que ya se hallaban en buen estado. Podemos destacar de la primitiva fábrica los muros maestros que hay en la fachada principal de sillería, reforzados a tramos por enormes contrafuertes, la torre es rectangular corrida de balaustrada ciega. La puerta de la sacristía y la que da acceso al patio son amplias y de buena factura. Pero la que merece mejor atención es la de la calle que es un hermoso arco de medio punto con dovelas radiadas. Sobre un doble friso lleva las siguientes inscripciones latinas: “A dominio factum est istud-salvum fac populum tuum, domine et benedic hereditati tuae”. Que en castellano quiere decir: “Esto lo ha hecho el Señor. Señor salva a tu pueblo y bendice tu heredad”. Los motivos religiosos que simbolizan la Anunciación y Encarnación del Verbo Divino, se representan en altos relieves en los laterales de la puerta, por la Stma. Virgen y el Arcángel San Gabriel y en el centro por el jarrón de azucenas todos esculpidos en altos relieves en granito. En el paramento se abren tres ventanas rectangulares, coronada la central con un ligero frontón triangular, los vértices de su tímpano se adornan con flameros. Más arriba está un escudo y sobre los bastiones que enmarca la fachada se alzan acroteras de tipo herreriano.
En el año de 1738, quiso recibir
tierra en este templo el obispo de Plasencia don fray Francisco Lasso de la
Vega, en un sepulcro que a sus expensas se construyo junto a las gradas del
altar, y sus restos fueron trasladados varios años después al convento de San Pablo de Sevilla,
donde había tomado los hábitos[41]. El edificio ha sido utilizado para varios
usos: colegio preparatorio militar (1888) y luego sede de instituciones
docentes, en la actualidad Colegio de “María Paz Orellana”[42].
Podemos destacar entre los blasones que aún existen en el edificio. En
los lienzos del claustro, uno de la ciudad de Trujillo (señal de su mecenazgo)
y otro de los dominicos[43],
orden a la que perteneció Fr. Laso de la Vega
En la cúpula, en la zona inferior que linda con el presbiterio, un
blasón policromado con las armas de don fray Francisco Laso de la Vega y
Córdoba, obispo de Plasencia desde 1721 a 1738. Trae un campo partido 1º
VEGA-en frange, 1º y 4º de sinople banda de gules perfilada de oro, 2º y 3º, de
oro, AVE MARIA, de sable, 2º LASO -cuartelado en cruz- y 1º y 4º, escacado de
plata y de sable; 2º y 3º de oro, tres bandas de gules, al timbre capelo y
borlas[44].
Un convento que a lo largo de su historia a gozado de privilegios eclesiásticos
y reales[45].
Al
tiempo de realizar las obras en la Encarnación había hecho donación del mejor
de sus coches que era el grande forrado de terciopelo verde, con su
guarnición de seda blanca, y el tiro de
seis mulas con sus arreos correspondientes, afirmaba y ratificaba esta donación
con la condición de que todo fuera vendido por sus testamentarios y su importe
librado mensual o semanalmente a los obreros. Que estas obras fueron de
ampliación de la primera fábrica, pues el monasterio de la Encarnación contaba
en 1732, doscientos cuarenta y tres años de existencia[46].
En su Testamento[47], el Escribano testifica haber visto en
una pieza baja de las casas de la habitación del Ilm° Sr.
Obispo de Plasencia, el cadáver del mismo vestido
con el hábito de Religioso Dominico al que algunos frailes de su Orden estaban empezando a
ponerle las vestiduras pontificales. Declara
en el testamento el Obispo ser Dominico, proceder del Convento de San Pablo de Sevilla y haber sido Obispo de Ceuta y luego de Plasencia. Manda que si muere en Plasencia
sea enterrado en el convento de San Vicente (de
la Orden de los dominicos). Si la muerte ocurriera en Trujillo (como así fue en
14 de julio de 1738) manda que revestido de ornamentos
pontificales sea expuesto su cadáver en la
habitación de su casa[48] sobre un tablado de poca
altura donde se celebrarán el mayor número posible de misas. Que se le entierre en el Convento de la Encarnación de
Dominicos de Trujillo en la sepultura que a este
fin y a sus expensas tenía fabricada en dicha Iglesia a los pies de la gradas del Altar Mayor
cubriéndola con la lápida que también tenía allí preparada. Dispone todo lo
relativo a sufragios. Si falleciere en otro pueblo dentro o fuera del
Obispado, si solamente a tres leguas de Trujillo se traslade su cuerpo y se
le sepulte en el Convento dicho de Dominicos y si la distancia era mayor
se le enterrara en la iglesia parroquial del pueblo del fallecimiento. Que en todo caso, y pasado el tiempo oportuno, se le traslade al
convento de San Pablo de Sevilla, donde recibió el hábito de Dominico.
Entre otros legados deja
al Dominico que le asistió en Sevilla, en Ceuta y en Plasencia los hábitos y la ropa interior de religioso, una casa completa, 300 ducados y el costo del viaje a Sevilla si a ella quiere volver además de la fundación que
tenía hecha a su favor sobre la parte de
dehesa de Pozuelo de Herederos según escritura
otorgada en Trujillo en Septiembre
de 1730. Deja a medias a las Catedrales de Plasencia y
Ceuta, todas las alhajas de su Pontificado: pectorales, anillos, mitras, báculos, fuentes, salvillas, aguamaniles,
vinajeras, vasos sagrados, palmatorias, punteros, albas, roquetes, corporales, ornamentos de todos los colores, libros pontificales, toallas,
crismeras, capas, manteletas y mucetas. Lega mil ducados al Colegio de la Concepción de Trujillo de niñas huérfanas para que construyan
una iglesia en lugar del pequeño oratorio de que disponen. Dice que a sus expensas
se terminó la citada iglesia de los Dominicos
de Trujillo, fundando además una dotación para los reparos
de dicha iglesia, decencia y aseo de los
ornamentos de la sacristía. Dice que a sus expensas se empezó y continuó la obra de los
tres lienzos del Claustro, Sacristía y
Librería (biblioteca), los que ya se hallaban
en buen estado y porque el tiempo de
realizarse estas obras había hecho
donación del mejor de sus coches
que era el grande, forrado de
terciopelo verde, con su guarnición
de seda blanca y el tiro de seis mulas
con sus guarniciones
correspondientes, afirmaba y ratificaba esta donación con la condición de que todo fuera vendido por sus
testamentarios y su importe librado mensual o semanalmente a los
obreros que realizaban la terminación de las obras dichas. Deja dos mil ducados para que se repartan entre
los pobres de su diócesis, con preferencia según la necesidad de los mismos. A todas las parroquias del Obispado lega mil ducados a
prorrateo y con preferencia de las más pobres. A una huérfana de padre y madre a quien se movió
a caridad socorriéndola al ver su
desamparo a poco de llegar al Obispado de Plasencia, llamada Josefa María hija
de honrada familia de Badajoz, educada
que fue en el Convento de Jerónimas
de Trujillo y (cuando testa) novicia en
el de Santa Clara de Jaraicejo, la deja la dote como había hecho con otras cuatro jóvenes pobres que fueron profesas en aquella villa. Deja todos los libros que tenía en sus palacios de Plasencia y Trujillo por igual a los Conventos de Dominicos de
Sevilla y Guadix. También tiene la
siguiente curiosa disposición: «A la viuda más pobre
y necesitada del pueblo en que falleciere, le deja la cama íntegra de su uso cotidiano”. Manda que se vendan, a excepción del coche
grande que ya le ha legado, todos los que tenía en Trujillo y en
Plasencia con sus mulas, caballos, sillas y demás arreos. Las vidrieras y
esteras del Palacio placentino manda que se den por mitad a las Capuchinas
de Santa Ana (en la calle de los Quesos) y a los Padres Descalzos del
Colegio de San Miguel.
No olvida consignar el
estado en que encontró el Palacio episcopal de
Plasencia y la manera cómo lo reparó. Y
ésta interesante cláusula: «Declaro qué a mis
expensas he fabricado los retablos. Y su
talla que hice poner y sentar en la Ermita de Nuestra
Señora del Puerto sita extra muros de la ciudad de Plasencia y el de la Capilla de Ntra. Señora de la Salud en la puerta que llaman
de Trujillo de ella. Y habiendo sido
mi ánimo y deseo dejar completas estas obras que principié, dorando dichos
retablos, lo que h-as-ta ahora no he podido practicar por haberme llevado la
aplicación a otras obras que estaban
pidiendo sus fábricas y conclusión, quiero y es mi voluntad que se doren a costa de los bienes y efectos que quedaren a mi fallecimiento,
aplicándose mis testamentarios con el mayor
celo y eficacia a que se doren en la mayor
conveniencia que sea dable»[49].
En su época (1721-1725)
se edificó la actual ermita de la Salud de Plasencia sobre el solar de otra
anterior. Sobre el arco que forma la
muralla, al final de la calle Trujillo se levanta esta significativa y popular
ermita[50].
En cada una de las puertas de la ciudad se colocaron
Imágenes de la Virgen labradas en piedra. Con el tiempo,
ésta de la Puerta de Trujillo, se convierte en pequeño templo, con parecido
significado al de los Humilladeros serranos. Tuvo siempre carácter itinerante para ser contemplada al pasar sin
necesidad de detenerse. A esto obedece la gran portada que
mira a la ciudad y la ventana que se orienta hacia el río. Por debajo de esta
puerta pasaban las huestes placentinas para tomar
parte en las batallas de la Reconquista u organizar las razzias, famosas y frecuentes represalias de aquellos tiempos iniciales de la
existencia placentina. A tan longeva
dependencia obedece la forma de celebrarse la más arcaica de nuestras novenas
religiosas. Los asistentes deben subir por una de las
escaleras, de pie rezar las minúsculas plegarias, repetidas rítmicamente, y bajar por la escalera contraria. Las oraciones ahora
utilizadas fueron compuestas por un devoto,
que ofreció la novena al obispo Fray Francisco Laso de la Vega. También en algunos momentos, la sacristía de los faroles sirvió para
asilo de peregrinos cuando habían desaparecido los hospitales o bien recalificado su dedicación. Con ésta medida los
forasteros llegados de la lejanía y pobres tenían
asegurado un hospedaje fijo aunque humilde. Se llegaba incluso a
proporcionarles comida. El santuario es pequeño,
de traza clásica, con pilastras toscanas, cuatro arcos y
pechinas que sustentan la hermosa cúpula que
cubre todo el recinto. La decoración es barroca, muy recargada, dorada y transmite una sensación de riqueza que se completa con el retablo de la misma forma y estilo. Inicialmente existió otra capilla, acomodada a las dimensiones estrictas del cubo y las puertas de la muralla. El 5 de abril de 1721 comenzaron las nuevas obras que quedaron
terminadas en 1723. El obispo D. Francisco Laso de la Vega, el 2 de abril de 1.725, bendijo la capilla y celebró
la primera misa.
PLACIDO BAYLES Y PADILLA, O.
S. A (1743-1747)
A XP OO
MEMORIAE ET QUIETI
BAYLES
Y PADILLA
ANTIKARIENSIS
EX ORDINE EREMITANO
VIRI
DOCTRINA MORUM ABSTINENTIA INSIGNIS
EGENORUM ALTORIS
QUI
PRIMUM
OSCENSIBUS DEIN PLACENTINIS PONTIFEX DATUS
ALTARI
S. HUIUS EADIS RELIQUIIS ADSERVANDIS
MUNIFICE
ERECTO ORANTOQUE
DE
ECLESSIA PLACENTINA OPTIME MERITUS
HEIC
CONDITUS EST.
DECESSIT
TURGELLO XI KAL FEBRUARIAS
AN.
M. DCC. XLVIII.
AVE
SENEX PIENTISSIME ET VALE IN PACE.
IOSEPHUS
BENAVIDES Y CHECA ANTIKARIENSIS
ANTISTES
URBANUS
H.
ECLLESI PLACENTINAE CANONICUS CANTOR
PIETATIS
CAUSA
M.
P.
Este
prelado falleció en Trujillo[51]. El traslado desde la iglesia de San Martín de Trujillo a Plasencia
se verificó en el pontificado de don José Ignacio Rodríguez Cornejo en 1751, su
cuerpo fue enterrado en el altar de las reliquias de la catedral placentina,
donde está su escudo. El Chantre Benavides Checa publicó este epitafio[52]
que no llegó a ponerse en la tumba del obispo, desconocemos las causas, quizá
porque se le negó la autorización para ello.
FRANCISCO ANTONIO DE
LORENZANA, CARDENAL (1765-1766)
D.O.M.
Franciscus
Antonius de Lorenzana,
S.R.E.
Presbyter Cardinalis
Supremun
diem obiit die XVII aprilis
Anno
Domini 1804. Vixit annos LXXXI
Menses
VII.
Debo este epitafio a
Tormo[53].
Fue sepultado en la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén. Allí permaneció
enterrado hasta septiembre de 1956 en que sus restos fueron trasladados a la
cripta de los arzobispos de México. Este prelado ocupó la sede placentina
solamente dos años (desde el 16 de julio de 1765 hasta el 14 de abril de 1766),
fue trasladado a la sede arzobispal de México en la Nueva España. Nació en León
en 1722, consiguió a los 28 años de edad la Canonjía Doctoral de Sigüenza[54].
En 1753 fue nombrado Canónigo en Toledo y Vicario General. En 1765 fue elegido
obispo de Plasencia.
JOSÉ
GONZÁLEZ LASO SANTOS DE SAN PEDRO (1766-1803)
(ESCUDO)
D.O.M.
CINERIBUS MEMORIAQUE
ILLMO. D.D. JOSEPHI GONZALEZ LASO
HIJUS ECCLESIAE DOCTORALIS
DECANI ET EPISCOPI
IN AGRICOLIS FOVENDIS ORPHANIS
PUELLIS MARITANDIS
BIBLIOTHECIS NOSOCOMIIS
PINTIBUS VIIS PUBLICIS
ET AUGENDIS ET STRUENDIS MUNIFICENTISSIMI
JUSTITIAE ET DISCIPLINAE
CULTORIS AC VINDICIS
SCRIPTIS EXIMII
CONSILIORUM VIRI
MORIBUS VITA INTEGERRIMI
DEQUE SUA PLACENTINA ECCLESIA OPTIME MERITI
CAPITULUM HOC MOERODIS AC GRATITUDINIS MONUMENTUM DICAVIT.
IPSO OBITUS ANNO MDCCIII AETATIS SUAE LXXVI
PONTIFICATUS XXXVIII.
Inscripción existente en la catedral de Plasencia, en la capilla de la Asunción[55]. Hay un detalle en el epitafio y es que se lo dedicó el propio cabildo, no fueron sus familiares ni amigos. Fue uno de los pontificados más largos que ha conocido la diócesis placentina. Fue canónigo y deán de la Catedral placentina, fue Lorenzana quien influyó para que le sucediera en el cargo de obispo este vallisoletano. Realizó grandes obras de restauración en el Palacio Episcopal, reparó el camino al Santuario del Puerto, construyó el paseo de Ronda. El Ayuntamiento de la ciudad perpetuó su memoria con un sencillo monumento en la calle Trujillo, con la siguiente inscripción: “El Illmo. Sr. D. José González Laso Santos de San Pedro, Obispo de Plasencia, verdadero padre de los pobres, entre otras muchas grandes obras de puentes y caminos, hizo construir a sus expensas este paseo, y el M.N. y M.L. Ayuntamiento, en testimonio de su gratitud le consagra ésta memoria. Año 1799”. Falleció en Plasencia en enero de 1803.
ANTONIO CARRILLO MAYORAL
(1815-1825)
(ESCUDO)
D. O. M.
IACET HIC VIR SANGUINE NOBIL.
VIRTUTIBUS PRAEDITUS
DIGNITATE VENERABILIS
I.D.D. ANTÓN. CARRILLO MAYORAL
IN
MAIORI STI. ILDEPHONSI COMPLUTENSIS
COLEGIO
SODALIS OLIM
POSTMODUM
ANTIQUIENS. ECCAE. DOCTORAL
ET
PRIMICERIUS ET DECANUS
AD
HANC PLACENTINAM
SEDEM
EPISCOPAIEM
PROMOTUS
DE
ALTARI ET THRONO HISPANORUM
OPTIME
MERITUS
AERUMNIS
TANDEM AC LABORIBUS FRACTUS
ANNI
MDCCCXXV
EATATIS
SUAE LXXX CIRCITER
PONTIFICATUS
SUI XI
PLACEAT
DEOHOC SUORUM FAMILIARUM
GRATITUDINIS
MONUMENTUM
ANNUENTE
CAPITULO
Laude sepulcral existente en la capilla de las reliquias de la catedral de Plasencia. Don Antonio Carrillo fue alumno en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares, Doctoral de Antequera y Chantre y Deán de la Catedral de Calahorra. Fue nombrado obispo de Plasencia a sus sesenta años[56].
CIPRIANO SÁNCHEZ VARELA (1826-1848)
(Cruz y escudo)
AQUÍ YACEN LOS RESTOS
DEL ILLMO SEÑOR
DON CIPRIANO VARELA
DIGNÍSIMO OBISPO QUE FUE
DE PLASENCIA,
DEL CONSEJO DE SU MAJESTAD
Y SEÑOR DE LA VILLA DE JARAICEJO.
FALLECIO EN CADIZ
EL 1 DE MARZO DE 1848.
A LOS 71 AÑOS Y MEDIO
DE EDAD
Y 22 DE HABER GOBERNADO
LA DIÓCESIS.
SU CADÁVER EMBALSAMADO
FUE TRASLADADO A ESTA SANTA IGLESIA
CATEDRAL EN 5 DE MAYO DEL MISMO AÑO.
RUEGEN A DIOS POR SU ETERNO DESCANSO.
Laude funeraria de la capilla de las reliquias en la catedral de Plasencia. Nació en El Escorial en 1776, su padre era maestro de cañerías y fontanerías del Real Monasterio. Estudió en el Colegio de San Lorenzo y después finalizó sus estudios en el Colegio de San Bernardino de Toledo. En 1803 asciende al presbiteriado y es nombrado Coadjutor y párroco de Valdecaballeros.
GREGORIO LOPEZ DE ZARAGOZA
(1864-1869)
D.O.M
HEIC CIÑERES IACENT AETERNUM VITA DONANDI
OPTIMI PRAESULIS PLACENTINI
GREGORII LOPEZ DE ZARAGOZA
QUI
VIVENS AC MORIENS
OMNIBUS VIRTUTIBUS INSIGNIS
DEO ET HOMINIBUS CARUS
OBIIT IN OPPIDO SERRADILLA
V. NONAS MAI. AN. MDCCCLXIX.
AE. R.
IN. P.
Laude sepulcral colocada en la capilla de la Asunción de la Catedral de Plasencia. Este prelado sevillano reformó los Estatutos Capitulares. Fue el autor de la edificación del Seminario junto a la Catedral. Murió el 3 de mayo de 1869 en Serradilla. Su cadáver se trasladó a Plasencia y, conforme a sus deseos se le enterró en la Capilla de la Asunción de la catedral placentina.
PEDRO CASAS Y SOUTO (1876-1906)
D. U. T.
EL DOCTOR
DON PEDRO CASAS Y SOUTO
NATURAL DE SOBRADOS (ORENSE)
OBISPO DE ESTA DIÓCESIS
FALLECIO SANTAMENTE EN SU
CASA PALACIO A LAS 8 Y 10 MINUTOS
DE LA NOCHE DEL 25 DE JULIO DE 1906,
CONTANDO 79 AÑOS 9 MESES Y 11 DIAS DE EDAD.
Y DESPUÉS DE 30 AÑOS Y 5 MESES DE UN
PONTIFICADO EN QUE CON EL EJEMPLO
Y LA PALABRA FUE MODELO DE PASTORES
PADRE D ELOS POBRES Y MARTILLO
DEL LIBERALISMO SIENDO POR
ELLO ADMIRADO DE PROPIOS
Y EXTRAÑOS Y TEMIDO DE LOS
QUE ANDAN EN LAS TINIEBLAS Y EN
LA SOMBRA DE LA MUERTE SE SIENTAN.
DESDE EL CIELO VELA POR SU AMADA
GREY PLACENTINA Y POR EL TRIUNFO
DE LA FE CATOLICA
R.I.P
Inscripción colocada sobre el sepulcro del prelado, en la capilla de la Asunción de la Catedral placentina[57]. Nació en el pueblo gallego de Sobrados (Orense), se doctoró en 1826 en Sagrada Teología en Toledo, fue nombrado a los 32 años Catedrático de Dogma en el Seminario de Orense. En 1875 fue nombrado obispo de Plasencia. Consagró la Diócesis al Sagrado Corazón de Jesús (1886) y fundó el Colegio de Huérfanos de la Constancia. Durante su mandato episcopal se reunió en Plasencia la Conferencia Episcopal de la provincia eclesiástica, en lugar de hacerlo en Toledo, por la grave enfermedad que le aquejaba al prelado. Murió el 25 de julio de 1906.
FRANCISCO JARRIN MORO (1907-1912)
(escudo)
EL ILTMO SR. DR.
D. FRANCISCO JARRIN Y MORO
OBISPO DE LA DIÓCESIS
FALLECIO EN SANTA PASTORAL VISITA
EN EL PUEBLO DE IBAHERNANDO
EL DIA 3 DE NOVIEMBRE DE 1912
R.I.P
PASO POR EL MUNDO HACIENDO EL BIEN
(cruz)
Lápida de la capilla de la Asunción de la Catedral de Plasencia, colocada en su sepultura junto a la de su predecesor Casas y Souto. Procedía de tierras salmantinas, ejerció como Catedrático en la Universidad de Salamanca para ocupar la vacante placentina. Durante su episcopado se inauguró como institución benéfica la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, logrando terminar con la usura que constituía un problema social en aquellos años.
MANUEL DE TORRES Y TORRES (1913-1914)
(ESCUDO)
HIC
IACENT EXUVIAE
ILLMI. AC. REVDMI. D. DRIS.
EMMANUELIS DE TORRES ET TORRES
CORDUBENSIS
HIJUS DIOECESEOS VIGILANTISSIMI PRAESULIS
OBIIT IN OPPIDO VULGO ALBA DE TORMES
DUM
SANCTAE THERESIAE CORPUS INVISURUS
PEREGRINARETUR
IV IDUSS JULII ANNI DOMINI
MCMXIV
AETATIS SUAE SEXAGESIMO QUINTO
PONTIFICATUS VERO MENSE SÉPTIMO
CONSUMMATUS IN BREVI EXPLEVIT TEMPORA MULTA
R.I.P.A.
Lápida funeraria existente en la capilla de las reliquias de la Catedral placentina.
[1] BENAVIDES CHECA, J: El Fuero de Plasencia, Roma, 1896, p. 215.
[2] SOLANO DE FIGUEROA, J:
Historia Eclesiástica de la Ciudad y Obispado de Badajoz, I parte, tomo IV,
Badajoz, 1935, p. 143. ALONSO FERNÁNDEZ: Historia
y Anales de la ciudad y obispado de Plasencia. 3 Tomos, Cáceres, 1952, p. 93.
[3] DIAZ CASSOU, P: Serie de los obispos de Cartagena, Madrid, 1895.
[4] FLOREZ, E: España Sagrada,
tomo XXVII, págs. 541-542. España Sagrada. Vol II.
Editorial Revista Agustiniana. Madrid, 2001.
[5] ALONSO FERNÁNDEZ, op. cit,
p. 95.
[6] UGHELLO, F: Italia Sacra.
Roma, 1674, Tomo I, columna 170.
[7] BENAVIDES CHECA, J: Prelados Placentinos, notas para su biografía
y para la Santa Iglesia Catedral de Plasencia. Plasencia, 1907, pp. 14 y 36.
[8] Véase GOMEZ CANEDO, L.: Don Juan de Carvajal, un español al servicio de la
Santa Sede. Instituto Jerónimo Zurita, Premio Menéndez Pelayo (Madrid, 1947).
NARANJO ALONSO, C: Trujillo, sus hijos y monumentos, Trujillo, 1983, pág. 308, 3ª
edic.
[9] ALONSO FERNÁNDEZ, copió
ambas lápidas, op. cit, p. 106, pero en la segunda de las lápidas se limitó a
los cuatro primeros versos, cambiando en el tercero el sustantivo BAETIS por
XERETUM. Ughello, que vio la lápida, escribió BAETIS, y me atengo a su versión.
UGHELLO, op. cit., tomo I,
columna 170.
[10] Allí la vio Elías Tormo en 1943. TORMO, E: Monumentos de españoles en Roma y de portugueses e hispanoamericanos. Madrid, 1943.
[11] El cardenal Besarion, de
origen griego (Constantinopla), elevado al rango de cardenal, trabajó en
Florencia para dar a conocer el espíritu de la filosofía platónica, que
reemplazará a la de Aristóteles, en auge durante la Edad Media. Fueron Marsilio
Ficino y los humanistas platónicos de Florencia, los que, continuando la
tradición de Besarion y otros griegos exiliados de Bizancio, formaron el
espíritu del Renacimiento.
[12] TORMO, E: Monumentos de españoles en Roma y de portugueses e hispanoamericanos. 2º ed. Madrid, 1943.
[13] MARIA DE ALBORAYA, D. G.: Historia del Monasterio de Yuste, Madrid, 1906, p. 73.
[14] RAMOS RUBIO, J. A.: Yuste Imperial (Cuadernos Populares), Editora Regional de la Junta de Extremadura, Mérida, 1993.
[15] Véase Fr. Alonso Fernández, op. cit., p.
168.
[16] UGHELLO, op. cit., tomo I, col. 95-96.
[17] LOPEZ SÁNCHEZ-MORA, M: Episcopologio. Los obispos de Plasencia, sus biografías. Badajoz, 1986. pp. 27 y 28.
[18] GARCIA Y GARCIA, A: Synodicon Hispanum. B.A.C. Madrid, 1990.
[19] AMBROSIO MORALES: Plasencia y sus Antigüedades. Madrid, Manuscrito de la Biblioteca Nacional, núm. 1223. Citado también por SENDIN BLÁZQUEZ, J: Las catedrales de Plasencia, Cáceres, 2003, p.155.
[20] La transcripción de la segunda inscripción se encuentra en el Catálogo de la Provincia de Cáceres, tomo II, pág. 297, de Mélida, trae confusa la fecha del fallecimiento del obispo, pues Mélida indica el 1 de enero de 1573, cuando en realidad fue el 17. MELIDA, J. R.: Catálogo monumental de España. Catálogo Monumental de la provincia de Cáceres y Badajoz. 2 tomos. Láminas. Madrid, 1914-1916. Tomo II, p. 297.
[21] ANDRES MARTINEZ, G: Carta de Pedro Ponce de León, obispo de Plasencia, a Felipe II sobre las reliquias y librerías de su obispado y sus actividades literarias. Badajoz, Diputación Provincial, 1967.
[22] ALONSO FERNÁNDEZ, op. cit., p. 257. CORREAS, J.: Anales del obispado
de Plasencia, manuscrito del Fondo Paredes en la Biblioteca Provincial de
Cáceres.
[23] LOPEZ SANCHEZ-MORA, op. Cit., p. 47.
[24] DIAZ CASSOU, P: Serie de los obispos de Cartagena, Madrid, 1895.
[25] SOLANO DE FIGUEROA, op. Cit., Segunda Parte, tomo III, p. 50.
[26] NUÑEZ MARQUÉS, V: Guía de la catedral de Burgo de Osma y breve historia del obispado. Burgo de Osma, 1949.
[27] ARGAIZ, G: Soledad Laureada. Tomo VII, Madrid, 1756.
[28] BENAVIDES CHECA, J: Provisores de Plasencia, manuscrito existente en la biblioteca del Seminario Diocesano, núm. 170.
[29] BENAVIDES CHECHA, en su obra citada El Fuero de Plasencia (pág. 213), se equivoca al considerarle natural de la diócesis placentina, pues Garrovillas pertenece al obispado de Coria-Cáceres. Lo que sí es cierto es que falleció en Casas de Millán –diócesis de Plasencia- el sábado 22 de septiembre de 1703.
[30] Ofrecemos la versión castellana del epitafio latino (desaparecido) del prelado, hecha por el analista sevillano Zúñiga y recogida por Morgado. ALONSO MORGADO, J: Prelados Sevillanos. Sevilla, 1904, p. 630
[31] Obras de reconstrucción del Palacio Episcopal, 1717. Archivo Catedralicio de Ceuta. Plaza de Africa.
[32] Terminado el gran cerco, se transforma la ciudad.
Primero por necesidades de índole militar; luego por la epidemia de peste que
la asoló en 1743-44 y que tuvo efectos urbanísticos demoledores, a causa de la
creencia de que el fuego purificaba los edificios en que habían sido albergadas
las víctimas.
[33] Xiques, J: “Episcopologio de Ceuta”. Boletín de la Real Academia de la Historia, Madrid, XVIII (1891).
[34] Protocolo de Pedro Rodas Serrano, año 1738. Número 242. Folios 62 r- 95 vº. Lo había otorgado el 15 de agosto de 1732, la primera memoria consta de 12 de junio de 1733 y la segunda memoria de 22 de diciembre de 1735. El definitivo con las cláusulas incluidas consta de julio de 1738. Archivo Municipal de Trujillo.
[35] Se encuentra en el Libro I de Difuntos de la iglesia parroquial de San Martín de Trujillo, fol. 199 vº. Firmado por el párroco don Gil Guerrero.
[36] Tena Fernández, J: Trujillo histórico y monumental, Alicante, 1967, pp. 555.
[37] Libro Capitular de diciembre del año 1731.Archivo Municipal de Trujillo.
[38] Protocolo de Pedro de Rodas Serrano, fechado el 3 agosto 1732. Archivo Municipal de Trujillo.
[39] 5 de abril de 1734, Acta del Concejo. Archivo Municipal de Trujillo.
[40] Libro de Cuentas de la Fábrica de la Ermita de Santa Ana ( 1772-1817 ) custodiado en el archivo parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo.
[41] Alonso Morgado, J: Prelados sevillanos, Sevilla, 1904, p. 630.
[42] Ramos Rubio, J.
A.: “La atención a la educación en Trujillo entre los
siglos XV al XIX”- Actas del II Encuentro sobre la Educación en Extremadura.
Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología. Junta de Extremadura.
Mérida, 2000, pp.79-92. “La Educación en Trujillo”. Revista CAMPO ABIERTO.
Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura, núm. 19, 2001,
pp.123-141.
[43] Entre los dominicos más
importantes que se dieron cita en el Convento, podemos citar.
Entre
los primeros está Fray Felipe de Meneses, natural de Trujillo, de la rancia
nobleza de su apellido. Fue Catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares
y Prior de los Conventos de Toledo y Segovia, Definidor General de la Orden
Provincial. Escribió dos libros, uno titulado "Luz del alma" y otro
"De los Santos Sacramentos". Fue Diputado por Felipe II para reformar la Orden la Merced en Galicia,
en cuyo Ministerio santamente murió, siendo enterrado en el Convento de Santa
Marta.
Fray Diego de Chaves, como el anterior,
fue natural de Trujillo y de una de las más linajudas familias. En la Historia
de España su personalidad tiene alto relieve. Ingresó en la Orden hacia el
1525. Estudió en Salamanca y Sevilla. Sustituyó en la Cátedra de Prima a Fray
Pedro de Soto cuando marchó al Concilio de Trento. Fue confesor del Príncipe
Don Carlos y de la Reina Isabel de la Paz. Muertos éstos se retiró al Convento
que su Orden tenía en la Vera de Plasencia, de donde le sacó Felipe II para que
fuera su confesor. Murió en el Convento de Santo Domingo el Real, de Madrid, en junio del 1592.
Fray Pedro Xaque. Procedía de la
Provincia religiosa de Andalucía y se
distinguió en la defensa del pleito que el Convento trujillano sostuvo con el
Obispo de Plasencia, Don Gutierre de Vargas Carvajal, sobre una Capellanía con
cargo a la dehesa de la Torre de Gonzalo Díaz, que fundó el Bachiller Sahagún
de Díaz, hijo de Diego González de Trujillo, y cuyo patronato cedió al Convento
de la Encarnación Gonzalo Pizarro, hijo de Sancho Pizarro. La fundación consta
en el testamento que el Bachiller Sahagún otorgó en Alba de Tormes en
1451, mandando se dijesen dos misas cada día, una en Santa María la
Mayor y otra en San Martín. este pleito es de lo más curioso y a veces comico
que he leído. Desde entonces a la mencionada dehesa que hoy es de los herederos
de Doña Margarita de Iturralde, se la conoce con el nombre de "Las
Capellanías", con las incidencias de este famoso litigio.
En Roma, donde Fray Pedro Xaque actuó como
defensor de los intereses de su Orden, fue éste tan estimado por Clemente VII,
que lo nombró Obispo de Talesio en Italia. Andando el tiempo volvió a España y
asistió en el Arzobispo de Toledo a la cura de almas en Illescas, donde murió y
fue enterrado.
Fray Vicente Valverde. Merece especial mención este Religioso Dominico del Convento de la Encarnación, Porque fue el superior de los otros cinco que con él acompañaron a Francisco Pizarro en 1530 al la conquista y civilización del Perú y de las tierras suramericanas. Conocida es su actuación religiosa rodeada de leyendas que no nos hemos de entretener ahora en someter a la crítica, en la conquista de Cajamarca y en la prisión y muerte del Inca Ataualpa. Fue el primer Obispo de Cuzco. Murió en el ejercicio de su ministerio, náufrago en las aguas oceánicas. Su memoria siempre gloriosa tiene quilates de altísimos méritos ante Dios, ante España y ante los pueblos peruanos donde abrió el surco de la regeneración cristiana, sembrando la semilla de la fe en millares de infieles. TENA FERNÁNDEZ, op. cit.
Parece ser que procedía del linaje de Hernán Ruiz de Valverde, Conquistadores de Trujillo en 1232.
[44] CORDERO ALVARADO, P: Guía monumental y heráldica de Trujillo. Cáceres, Ed. María Maestre, 1996
[45] Inocencio VIII indulgencia a cuantos
favoreciesen las limosnas la construcción del edificio. Paulo III concedió a
este Convento Dominico, salir solo sin cruz parroquial con la Procesión del
Santísimo Sacramento en la Dominica Infraoctava del Corpus Cristi por las
calles y Plazas de la Ciudad.
Isabel la Católica concedió
a dicho Monasterio poder nombrar seis exclusados en ciudad, villa o lugar donde
a los dominicos mejor les pareciese fueren libres y exentos de pagar moneda
forera ni otro pecho su fecha 9
septiembre 1484, confirmado por la misma Reina en Córdoba 22 del mismo mes y
año. Siguió confirmado este privilegio por
Carlos V en Burgos, 1O diciembre 1527 y por Felipe II en Madrid, 9 Marzo 1561.
[46] En el año 1466, la Orden de Santo Domingo fundó un Convento bajo la advocación de Santa Catalina de Siena en el berrocal trujillano, al sitio de la actual huerta de Papanaranjas. Los dominicos habitaron este convento durante 23 años. En 1489 y accediendo a ruegos del Concejo, que deseaba facilitar a los trujillanos los bienes de ciencia y virtudes en que los dominicos eran notables maestros y preciados ejemplares, se trasladaron éstos a un alcacer, terreno de pan llevar, extramuros de la ciudad, donde habían levantado nuevo monasterio. El Concejo les había donado este solar. Este convento se llamó de la Encarnación y de él tomó su nombre el lugar de su emplazamiento. Su traslado desde Santa Catalina fue autorizado por bula de Clemente VIII dada en 1489. TENA FERNÁNDEZ, J: Trujillo, histórico y monumental, Alicante, 1967, pp. 119-120.
[47] Protocolo de Pedro Rodas Serrano, año 1738. Número 242. Folios 62 r- 95 vº. Lo había otorgado el 15 de agosto de 1732, la primera memoria consta de 12 de junio de 1733 y la segunda memoria de 22 de diciembre de 1735. El definitivo con las cláusulas incluidas consta de julio de 1738. Archivo Municipal de Trujillo.
[48] Su casa se encontraba en la actual calle del Dr. de la Parra. Donde aún se contempla un magnífico balcón de esquina y una portada flanqueada por dos columnas que dan acceso a un hermoso claustro herreriano.
[49] Testamento, op. cit.
[50] LOPEZ SÁNCHEZ MORA, M: Episcopologio. Los obispos de Plasencia, sus biografías. Caja de Ahorros de Plasencia. Los Santos de Maimona, 1986
[51] “En la ziudad de Truxillo en veinte y quatro dias del mes de henero año de mill setecientos y quarenta y siete fue depositado en el altar mayor de esta iglesia parroquial el cuerpo del Illmo y Rmo. Sr. D. Plazido Vailes y Padilla, obispo que fue deste Obispado y antes lo fue del de Guesca. Rezibio los santos sacramentos otorgo testamento en virtud de la vula pontificia en la ziudad de Plasenzia en los dos de febrero del año pasado ante Juan de Olibas, escribano del rey nuestro Señor y vecino della, deposito fue otorgado ante Pedro de Figueroa escribano del numero desta ziudad por mi según y en la conformidad que en el consta. Y para que noste lo firmo, Joseph Jerónimo de Ollauri”. Libro de Difuntos. Archivo parroquial de la iglesia de San Martín de Trujillo, número II, fol. 52 vº.
[52] BENAVIDES CHECA, J: El Fuero de Plasencia, op. cit., p. 216.
[53] TORMO, E: Monumentos de españoles en Roma y de portugueses e hispanoamericanos. Tomo I. Madrid, 1943, p. 54.
[54] Gregorio Marañón le tributó numerosos elogios. MARAÑON, G: Elogio y nostalgia de Toledo. Madrid, 1960.
[55] Está traducida al castellano por SENDIN BLÁZQUEZ, op. cit., p. 159. Donde consta la dedicatoria del sepulcro por parte del Cabildo en recuerdo del prelado y las obras benéficas y artísticas que realizó como la erección y fomento de bibliotecas, hospitales, fuentes y vías públicas en Plasencia.
[56] LOPEZ SÁNCHEZ MORA, op. cit., p. 74.
[57] PORTABALES NOGUEIRA, I: Vida y pontificado del Ilmo. Sr. D. Pedro Casas y Souto, Lugo, 1911, p. 271.
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