CRONISTA DE TRUJILLO

 

LA PUERTA DEL SOL ESCENARIO DE ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS EN LA LITERATURA DE LA ÉPOCA (II)

 

Continuamos nuestro relato sobre los acontecimientos histórico-artísticos y a lo largo de historia se dieron cita en la famosa Puerta del Sol.  Una famosa fuente conocida como la “Mariblanca”, estuvo ubicada allí, hasta que se retiró y fue colocada en la plaza de las Descalzas y, actualmente se conserva en uno de los patios del Museo Arqueológico Nacional.

No obstante, no fue la primitiva fuente que hubo en la Puerta del Sol, dio otra barroca construida por Pedro Ribera. Arquitecto que ha entrado con toda justicia en la presidencia de que gozan los más renombrados. Esta fuente, es un importante ejemplar artístico barroco, con una imagen de Venus por remate. Durante algunos años estuvo destinada, como la de la plaza de Pontejos, a llenar las cubas de los aguadores que proveían a la capital de agua. Fue retirada en el siglo XIX por el entonces alcalde de la Villa el conde de Romanones, sin ningún sentido artístico, colocando su lugar una gran farola.

En el año 1950 la Puerta del Sol volvió a estar adornada con dos fuentes en el centro de la explanada.

Uno de los sucesos más curiosos que tuvieron lugar en la Puerta del Sol fue el suicidio frustrado de Melchor de Prado. Acontecimiento que está contado en la Vida de Lope de Vega de Joaquín de Entrambasaguas, y trae testimonio el celo de los regidores de la Villa, evitando en la Puerta del Sol tragedias reales que pedían la escena para ponerse de manifiesto.

Unos compañeros de Lope de Vega era el cómico Melchor del Prado, amante de una mujer de teatro, Isabel Bautista, que no eran fiel a su galán, puesto que hubo de traicionarle con un natural de Génova en la Corte tenía escenario de aventuras. Un enfrentamiento entre el genovés y Melchor de Prado, conviniendo encontrarse en un duelo, Melchor de Prado presintiendo lo peor, se adelantó a su destino e intentó suicidarse colgándose de un gancho en la Puerta del Sol, las autoridades llegaron a tiempo y le formaron proceso.

Unos acontecimientos más señalados en la historia de España que tuvieron lugar en la Puerta del Sol, descrito en los Comentarios del marqués de San Felipe, ocurrió el día 21 septiembre del año 1710 cuando entró en Madrid el Archiduque y toda la villa fue un cementerio a su paso. Al morir Carlos II sin sucesión, se disputan la corona de España seis pretendientes. Los dos principales fueron el nieto de Luis XIV, Duque de Anjou, que reinó y sostuvo su dinastía borbónica con el nombre de Felipe V, y el Archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I y de Margarita, hija de Felipe IV. Una guerra europea más que española, muy bien relatada en novelas históricas como Las guerras fratricidas de España, y un poco en el aire de los Episodios Nacionales de Galdós. Uno de los volúmenes publicados por Danvila se titula El Primer Carlos III. El 10 octubre del año 1706 entra Felipe V en Madrid entre los entusiasmos populares por la Puerta del Sol. No estante, una serie de acontecimientos aceleraron la huida de Felipe V de Madrid, el 7 de abril de 1709 convocó cortes de castellanos, aragoneses y valencianos en San Jerónimo. Y la Puerta del Sol es paso de representantes y procuradores y del mismo monarca hacia el lugar en que ha de ser jurado por príncipe heredero quien por el voto y renuncia de su padre Felipe de Anjou  reinó en España con el nombre de Luis I del 9 febrero al 31 agosto del año 1724.

El 21 de septiembre de 1710 entró en Madrid el Archiduque y la Puerta del Sol y y toda la villa fue un cementerio a su paso. El primer Carlos III vuelve a  la quinta de Canillejas que le aloja y marcha enseguida a los reinos Aragón, donde tuvo siempre sus partidarios. El 3 de diciembre de 1710, el pueblo de Madrid reunido en la Puerta del Sol recibe apoteósico a Felipe V, que llegó acompañado del Duque de Vendome.

Curiosamente, la hostilidad de Madrid y de los madrileños congregados en la Puerta del Sol en el recibimiento del Archiduque de Austria se repitió un siglo después, cuando entró en Madrid desde Chamartin de la Rosa el rey José I, hermano de Napoleón. A los gritos de los congregados en la Puerta del Sol que aclamaban a Felipe y rechazaban a Carlos, parece que se estaba vaticinando un buen sentido de certera política con la llegada de los franceses.  Hemos de leer y releer el libro el Dos de Mayo de Pérez de Guzmán y, también las Memorias de un curioso, de don Antonio Alcalá Galiano, para darnos cuenta al alcance que tuvo el levantamiento militar y popular en la Puerta del Sol el 2 de mayo de 1808, e incluso, disfrutar de obras memorables del pintor Francisco de Goya, en el Museo del Prado, como La Carga de los Mamelucos o Mamelucos y Populares de Madrid en el Puerta del Sol, era su verdadero título, reflejando el genio de la pintura universal el levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses. Las tropas francesas las dirigía el general Grouchy y los brigadieres Gullet y D´Aubry, con sus mamelucos y polacos y otras fuerzas de caballería de la guardia imperial, Madrid se sembró de cadáveres en una cruenta batalla como lo relata en su Historia de la Puerta del Sol Ramón Gómez de la Serna y Juan Pérez de Guzmán en su obra citada. Si hemos de destacar la muerte de dos niños, uno de 10 años, José del Cerro iba descalzo, y otro de 11, José García Cristóbal, junto a la Casa de Correos, esquina de la calle de Carretas. Sólo los militares Ruiz de Mendoza (que falleció de heridas de batalla en Trujillo), Luis Daoiz y Pedro Velarde hacen frente a las tropas francesas, al mando de 300 hombres, entre soldados y pueblo voluntario, al que entrega armas y dispones en balcones y terrazas cercanas. Hacen prisioneros a 80 soldados franceses. El ataque definitivo francés, protagonizado por las tropas de Westfalia, se hace desde tres lados. La muerte bajo bandera blanca de parlamentarios franceses provoca el ataque definitivo con cañones y el comienzo de los fusilamientos de los protagonistas y madrileños poseedores de cualquier objeto afilado. Daoiz y Velarde mueren durante el ataque.  Muchos madrileños fueron detenidos, acusados de haber participado en la jornada o de portar armas, siendo asesinados allí donde se encontraran. La tarde del 2 de mayo y el día 3 decenas de acusados fueron fusilados en el Paseo del Prado, la montaña de Príncipe Pío y Recoletos.

Sucesos en los que se desborda la pasión de un buen pueblo, de la villa de Madrid.