Iglesia
parroquial de Santa Catalina de Alcollarín
Encontramos datos documentales sobre la
población en el año 1485, concretamente cuando los Reyes Católicos recurren en
varias ocasiones a Trujillo y su comarca para enviar personal a la lucha contra
los árabes[1].
En tiempos de la reina doña Juana se concedió
el señorío de Alcollarín a don Cristóbal Pizarro[2]. Este y su mujer doña Beatriz de Carvajal
fundaron el mayorazgo de esta familia el 27 junio de 1516 y el 25 noviembre de
1528[3],
era un mayorazgo agnaticio, sólo podían suceder en él sus descendientes
legítimos de varón en varón, quedando excluidas las mujeres. Su descendiente
primogénito, don Álvaro José Pizarro de Carvajal y Manrique, fue desde 1632
Conde de Torrejón, cuyo derecho de villa le venía por línea femenina[4].
Tuvo una hija, que fue la sucesora de la Casa de Torrejón, pasando finalmente a
un primo suyo. No obstante, a finales del siglo XVIII, a pesar de haberse
extinguido la descendencia de don Álvaro José Pizarro, ambas casas volvieron a
reunirse con doña Teresa de Godoy Pizarro de Carvajal, 13ª señora de
Alcollarin, X condesa de Torrejón y Grande de España[5].
En el centro de la población se alza la
iglesia parroquial de Santa Catalina. Es un edificio de mampostería irregular
en los muros y el sillar en la torre, contrafuertes, vanos y portadas. Ha
sufrido muchas reformas, pero conserva alguno de sus rasgos primitivos, como la
portada ojival, la torre y los arcos apuntados que dividen los distintos tramos
de la nave, además de su ábside semicilíndrico cubierto con bóveda de cuarto de
esfera. Todos estos elementos son característicos de los últimos años del siglo
XV, coincidiendo con el reinado de los Reyes Católicos. Los añadidos modernos
se centran en la cubierta, así como la incorporación de dos naves laterales y
otros cuerpos adosados. En una de las columnas se conserva una pintura al
fresco con la representación de san Antonio Abad, gran guía espiritual de los
monasterios de Egipto. Viste hábito talar oscuro con una tau griega, con manto o cogulla y capuchón del mismo color, propio
de los monjes antonianos, que le consideran por fundador. Lleva bastón y un
libro abierto, así como un cerdito, atributos personales.
[1]Francisco
de Hinojosa en su obra Extremadura en el
siglo XV nos indica que desde Córdoba, los Reyes Católicos piden a la
ciudad de Trujillo su comarca, el 26 mayo de 1485, 250 peones que fueron
repartidos entre los pueblos de su jurisdicción entre los que se encontraban
Alcollarín (MUÑOZ DE SAN PEDRO, 1964). Véase BRAVO, 2008, p. 18.
[2]Los vecinos del lugar litigaban con su primer señor don
Cristóbal Pizarro. NARANJO ALONSO, C: Trujillo,
sus hijos y monumentos, Madrid. 1983,
p. 183.
[3]MAYORALGO–GÓMEZ, “Los Condes de Torrejón”, Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica
y Genealogía, volumen V, Madrid, 1998-99, pp. 185-268.
[4]MAYORALGO, 2006, p. 119.
[5]MAYORALGO–GÓMEZ, 1998-1999; y MAYORALGO LODO, J. M:
“Señoríos nobiliarios en la tierra de Trujillo”, Actas del Congreso La tierra de Trujillo en el renacimiento (1500 -1600), Badajoz, 2006, p. 120.
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