LA ERMITA DE SAN LÁZARO DE TRUJILLO
Es un edificio de mampostería, al que se accede por los pies del
templo, con puerta de arco conopial sobre sencillas impostas, precedida de un
pórtico con arcos de medio punto rebajado, al que flanquean columnillas
ilustradas con bolas.
Sobre la clave del arco se
muestra un blasón con las armas de los patronos Paredes-Tapia, con yelmo
y lambrequines. La cubierta rematada en unaespadaña que fue construida por don
Agustín Lozano el 20 de abril del año 1884, para dos campanas
que fueron fundidas por don Francisco Carvajal, que tenía su taller en Medina
de las Torres.
Tras un pequeño pórtico
presenta nave única a la que se añade la cabecera ochavada, menos ancha. La
nave es de tres tramos, marcados por arcos diafragma ligeramente apuntados, que
arrancan a baja altura del muro; por la disposición de los arranques de
los muros, suponemos que en un principio estuvo cubierta de directamente
con techumbre de madera a dos aguas, pero hoy tiene bóveda de cañón con lunetos,
con dos tramos entre cada parte original, fruto de mejoras practicadas en el
siglo XVII.
La cabecera se inicia con un
arco triunfal de medio punto sobre pilastras ilustradas con bolas, de
tipo gótico; el ábside es ochavado, precedido por tramo recto, cubiertos éste
como la nave y aquél con bóveda de tres paños, fruto también de la reforma
indicada.
Carecen
de importancia los bienes muebles conservados en la ermita. En la
nave tiene una lámpara de hierro forjado, decorada con motivos geométricos y
vegetales, regalo de don Enrique Cortés a la ermita en el año 1945.
En el ábside hay un discreto
retablo con columnas de tipo clásico, realizado en el año 1927 para albergar la
imagen del Cristo de la Salud. El sagrario y el manifestador son obra
del año 1907. El transepto está cerrado por una verja de
hierro, y en 1927 se practicaron dos ventanas.
En estas obras de 1927, se
descubrieron en la bóveda del transepto unos frescos muy estimables que
hábilmente tratados, allí están para belleza de este santuario. Han sido
restaurados en sucesivas ocasiones por pintores y restauradores locales: los
maestros Tamayo y Juan A. de la Cruz, y más recientemente, en el año 1982 por
el taller de restauraciones artísticas de José Antonio Dejea.
La imagen del Cristo de la
Salud a lo largo de los años ha sido objeto de gran devoción hasta el punto de
ser sacada en rogativas ante las abundantes sequías, tal
y como se decidió el 1 de marzo del año 1770.
En los laterales del altar
mayor, se abren sendas hornacinas laterales para alojar otras dos imágenes,
populares, que representan a San Lázaro, talla
en madera policromada del siglo XVIII, y a Nuestra
Señora del Buen Fin, obra de vestir del siglo XVIII.
El Santo titular del templo,
que no se corresponde con Lázaro el de Betania, hermano de Marta y María,
resucitado por Cristo. El que aquí aparece representado es Lázaro,
relacionado con la enfermedad de la leprosería. Junto a él,
está el perro del rico Epulón que le lamía las heridas.
Los artistas en multitud de
obras siempre han confundido iconográficamente a Lázaro,
representándolo con un perro como si se tratase de su símbolo parlante, cuando
en realidad, la parábola de Jesús nos dice que el pobre Lázaro cogía las
migajas de pan que el rico Epulón echaba a su perro.
San Lázaro, que no tiene nada
que ver con el anteriormente citado y representado en Trujillo, es el de
Betania, hermano de Marta y María, resucitado por Cristo. Su atributo personal
es el bordón con doble cruz, propio de los primeros evangelizadores de una
región, y un féretro.
En la sacristía se conserva un
cuadro exvoto con la representación de Francisco del Rosal
cayéndose desde las murallas del castillo, por
intercesión del Cristo de la Salud no murió, y dedicó dicho presente.
En el lienzo aparece la leyenda: "Iº de enero de 1872. Caída de Fco del Rosal".
La palabra exvoto es un término
culto procedente del latín que designa el objeto ofrecido a Dios, la virgen a
los santos como resultado de una promesa por favor recibido. Es decir, una
promesa materializada en un objeto.
Para definirse como tal exvoto,
ha de tener varias notas diferenciadoras. Ante todo ha de ser público, como es
el caso de este lienzo de la ermita, pues da a conocer el favor recibido
haciendo constar las circunstancias y datos que permiten conocer la acción
benefactora de un ser sobrenatural.Las ofrendas se hacían para ser
expuestas en los altares o camarines de las imágenes benefactoras.
Es muy probable que este
lienzo, al no existir camarín del Cristo de la Salud, estuviera expuesto en una
de las paredes de la ermita, para que todos los devotos puedan reconocer las
actuaciones milagrosas. Este lienzo es -por tanto- un pregón perpetuo de una
determinada imagen y sus poderes sobrenaturales.
Las pinturas votivas de
carácter popular conservadas en los santuarios actuales -no hay que descartar
que en la ermita de San Lázaro hubiesen existido otros exvotos, de hecho en
algún otro templo trujillano existen lienzos votivos-, proceden fundamentalmente de los
siglos XVIII y XIX, siendo numéricamente más importantes en
este último siglo. Se observa una reducción radical a partir del segundo tercio
de la presente centuria .
De las otras formas de exvotos
apenas quedan muestras, dado que la acumulación y el envejecimiento se resuelva
con la periódica destrucción de los mismos.
La
importancia de los exvotos en Trujillo como fuentes de conocimientopara la
historia cultural de las sociedades, es especialmente valiosa en el área
ideológica de las creencias y valores; aunque son una
fuente en algunos casos única, para el conocimiento de la cultura
material, es decir, aquellas creaciones humanas de las que se sirven la
sociedad como objetos tangibles.
En la
ermita de San Lázaro se han conservado representaciones de miembros humanos
realizadas con cera, como peticiones de salud al Santísimo Cristo.
En Extremadura existen otros
templos en los que se repite este sentir del devoto tal es el caso de la
iglesia Ntra Sra de la Antigua en Valverde de Burguillos; en Santibañez
el Bajo en la ermita del Cristo de la Paz; la iglesia de la Virgen de Carrión
de Alburquerque; la de la Soterraña en Barcarrota; Ntra. Sra. del Ara en fuente
del Arco; Ntra. Sra. de Piedraescrita en Campanario o la ermita del
Santísimo Cristo de la Reja en Segura del León.
En 1949, el Ayuntamiento
realizó las obras de la explanada de un amplio paseo desde la carretera de
Badajoz hasta el acceso al atrio de la ermita, embelleciendo los espacios
laterales con jardines que, en los últimos años, se han convertido en un
pequeño parquecillo, que sirve de descanso a los devotos que diariamente
visitan esta ermita.
APORTACIONES
INÉDITAS SOBRE LA IMAGEN DEL CRISTO DE LA SALUD
Con la advocación de Cristo de
la Salud preside el altar mayor de la ermita de San Lázaro, la
imagen del Crucificado que más culto recibe por parte de todos los trujillanos,
a la que hemos rogado desde finales del siglo XVI por nuestra salud, rogativas
por epidemias e incluso, en tiempos de pertinaz sequía, que azotaba los campos
amenazando las cosechas, que son básicas en una zona eminentemente agrícola-ganadera.
La
novena que aún se reza la escribió don Francisco Reglado en el siglo XIX (falleció
el 14 de junio de 1880). Ya existía por entonces una Cofradía encargada del
culto del Cristo de la Salud.
En la sacristía se conserva un
cuadro exvoto que representa al trujillano Francisco del Rosal cuando se caía
desde las murallas del castillo de la ciudad, y que por intercesión del Cristo
de la Salud le salvó su vida, dedicándole por el citado exvoto.
En las fiestas del mes de mayo
en honor del Cristo de la Salud, se realiza una subasta de bienes que se entregan
al Cristo, práctica que aún se conserva, y que se remonta al siglo XIX. En
el año 1880 se realizaron las obras del trono para la escultura del Cristo, los
nichos para la Virgen del Buen Fin y San Lázaro.
La
imagen del Cristo de la Salud es ligera, novohispana, de papelón y caña de
maíz, fechable en la década de los años 70/80 del siglo XVI. Es
obra de molde, aunque condicionada por ciertos aditamentos que se le añaden en
su ejecución, tiene muchos de los elementos principales definitorios de estos
moldes.
Tratamiento anatómico,
especialmente en el torso y disposición del arco de las costillas,
tratamiento de la cabeza, morfología del rostro, diseño de la
barba, manera de discurrir el cabello en el lateral izquierdo, y hasta los
dos bucles que desgajados del otro lado se trenzan caprichosamente y discurren
por el pecho.
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