miércoles, 25 de octubre de 2017

LAS CAPILLAS DE LA IGLESIA DE SANTA MARIA DE TRUJILLO


El espacio interior del templo se articula en tres naves, la central más ancha y alta que las laterales, se cubren con bóvedas de crucería con terceletes, utilizándose combados en la nave central, en la capilla bautismal y en la de los Vargas. El sotocoro se cubre con bóveda estrellada. Los arcos de las naves descansan sobre sólidos pilares cruciformes.
Un sencillo arco apuntado triunfal permite el paso a la cabecera ,cuyo ábside poligonal se cubre con una bóveda de crucería de tres paños. Situado en la zona posterior al ábside, adosado al testero, se encuentra el camarín de la Virgen, construido en el siglo XVIII. De planta cuadrada, obra de mampostería , no guarda relación con el severo y elegante estilo gótico del resto del edificio. En el suelo del camarín hay una leyenda en la que se lee: SI TE TRAHE LA DEVOCION/ PORQUE EN AQUESTE CONFIN/ NI SE HALLA IGUAL CAMARIN/ NI OTRA IMAGEN DE ASUNCION/ MERECE QUE TU ATENCION/ EN EL SUELO PAUSA HAGA/ PUES PORQUE TE SATISFAGA/ AUNQUE LA ENVIDIA TE OFENDA/ ESTE SOLADO ES OFRENDA/ QUE DIO EL MARQUES DE SOFRAGA.
El 28 de mayo de 1626, a don Fernando Girón de Salcedo, le fue concedido el título de Marqués de Sofraga. La casa de su familia se encuentra en la plazuela de San Miguel en Trujillo. El linaje de don Fernando Girón de Salcedo, tiene su origen en los Barrantes, enlazados con los Bejaranos. Este fue el primero que recibió tal título. No obstante, la construcción del camarín corrió a cargo de don Joaquín Gregorio Bejarano y Girón, que murió en Madrid el 1 de agosto de 1741, su cadáver se trasladó a Trujillo, de donde era natural, está enterrado como es natural en la capilla de Santa Apolonia, en Santa María la Mayor; fue caballero de la Orden de Alcántara y familiar del Santo Oficio.
La sacristía de Santa María está situada en el muro de la Epístola, de planta rectangular. Es difícil fechar la sacristía al carecer de documentos anteriores al año 1543. Lo que sí sabemos es que en esa fecha ya estaba construida. Podemos datar la sacristía a principios del siglo XVI. En 1515, se pide ayuda económica al ayuntamiento para continuar las obras de la iglesia de Santa María, hasta entonces se habían construido cinco de las doce capillas que estaban presupuestadas, todas ellas en la cabecera. La sacristía, continúa a la capilla de los Barrantes, ya estaba construida en esta fecha. La capilla de los Barrantes, sita entre el presbiterio y la sacristía, habría sido la primitiva sacristía del templo tardorrománico. En la sacristía se conservan los restos de la sillería coral del siglo XVI, así como un lavatorio de granito del siglo XVIII con hornacina avenerada y pila gallonada.
Desde la sacristía se accede a la cripta de Santa María. La cripta fue construida antes que la sacristía, como es natural, para soportar el peso de la misma, ya que la calle presenta un pronunciado desnivel y había que colocar a la sacristía al mismo nivel que el resto del templo. La cripta se cubre con bóveda de crucería de nervios muy robustos, y en la unión de sus nervios un escudo con un jarrón y azucenas( símbolo mariano), recordemos que el templo fue consagrado a la Virgen María en el Misterio de su Asunción. No estaría mal que se llevase a cabo una minuciosa investigación en el interior de los muros de la cripta , es muy probable que nos encontráramos con grandes sorpresas. No todos los bienes muebles fueron expoliados por las tropas francesas, los trujillanos de entonces como los de ahora, amantes por conservar las obras eclesiásticas de valor o como recuerdo de generaciones a generaciones, es difícil creer que abandonaran Trujillo sin antes no haber escondido estos bienes que les pertenecían.

En el presbiterio domina el estilo gótico coexistiendo con formas tardorrománicas, sobre todo en los elementos decorativos. La construcción gótica se hace a merced de la aportación económica de los ciudadanos. Los recursos económicos se obtienen del municipio y en la Diócesis. La amplitud de una construcción está relacionada con la economía de los ciudadanos, ya que normalmente, el interior del templo se vende para enterramientos. En muchas ocasiones, veremos suntuosas capillas en lugares donde existe una fuerte nobleza. Así, la construcción está garantizada pues el sistema constructivo gótico permite levantar el templo por sectores. Para llevar a cabo el estudio de las capillas que tiene la iglesia de Santa María, podemos comenzar por la cabecera, ya que las obras de un templo comienzan por este sector extendiéndose hacia los pies. La zona más antigua y a la vez más privilegiada del templo es la capilla mayor. De menor altura que las naves, se cubre con una bóveda radial de nervios de corte recto. Entre 1543 y 1550, se acordó ampliar la capilla mayor, pero después no se llevó a cabo. Por entonces, estaban trabajando en Santa María, en el tercer cuerpo de capillas, los arquitectos Pedro de Hermosa, y los hermanos Francisco y Martín Vizcaíno. Al lado de la Epístola, a partir del altar mayor, está la capilla de los Altamiranos. Allí están sus armas que son diez roeles, las mismas armas que la de los Orellanas. Fue mandada construir en el año 1526 por don Hernando Alonso Altamirano, sobre la capilla de Santa Catalina, que fundó don Matheos, nieto del conquistador de Trujillo, Fernán Ruiz, que facilitó la entrada de las tropas cristianas en 1232. Fue la primera capilla indulgenciada en Santa María. En ella hubo un cuadro del Descendimiento que es el que se encuentra en la puerta del camarín, hoy día está colocado en la capilla un cuadro de la Anunciación, que antes estaba en la capilla del Canónigo Gonzalo Blázquez. En el crucero, está la capilla de los Loaisas, llamada en otros tiempos de Santa Ana. En ella se venera al Cristo del Perdón, de gran devoción en Trujillo. La capilla de los Loaisas fue fundada por don Alonso de Loaisa y su mujer doña María de Ayala, el año 1574. Se dotó a esta capilla con diez mil maravedís para ornamentos y treinta mil maravedís para su capellán. El escudo de los Loaisas, luce en el tímpano del frontón. Para su construcción , se cegó brutalmente una de las vidrieras de tracería gótica que permitían la entrada de luz a la iglesia. Encima de esta capilla se construyó una tribuna, que tiene su acceso por la sacristía. El día 15 de diciembre de 1573, el deán y el cabildo de Plasencia acceden a "que si la capilla mayor se alarga más de como ahora está, y se abriese la pared de la capilla de Santa Ana, que el dicho Alonso de Loaisa y sus sucesores pueden cerrar la rotura que se hiciese en la pared de la capilla con una reja y poner el altar dentro de la capilla de Santa Ana en el lienzo de la iglesia de Santa María". En el Protocolo de Carmona, en 1574, se dice "que don Alonso de Loaisa recurre al Cabildo de Plasencia por defunción del obispo don Pedro Ponce de León, para que se le conceda la capilla de Santa Ana, cuya posesión la discutían varios caballeros y la misma Iglesia". En Junio de 1574, se firmó ante el escribano Pedro de Carmona, la escritura de traspaso de la capilla de Santa Ana, en favor de don Alonso de Loaisa y su mujer doña María de Ayala.

Seguidas a la capilla de los Loaisas, a lo largo del muro de Mediodía, destacan el sepulcros del canonigo Gonzalo Blázquez, con inscripción que fecha la capilla en 1481; el de los Calderones, mandado construir por don Pedro Calderón Altamirano; el sepulcro de los Torres, fundado por don Gonzalo de Torres y Carvajal y el de Diego García de Paredes. Estos sepulcros, exceptuando el primero de los citados, de fines del siglo XV, corresponden al siglo XVI, ejecutados por Francisco y Martín Vizcaíno, año 1545. Cuatro son de arco apuntado, uno escarzano y otro carpanel; de escasa decoración y carentes de bultos funerarios. Sobresale el enterramiento de Diego García de Paredes, activo militar en el ejército de Carlos V, conocido por el sobrenombre de "Sansón extremeño", prototipo del valor, de la fuerza y de la gloria militar. Nació en Trujillo en 1466, hijo del capitán Sancho de Paredes y de doña Juana de Torres. Destacado soldado en las campañas de Granada y ,sobre todo, en Nápoles, al servicio del papa Alejandro Vi y después del Gran Capitán, don Gonzalo de Córdoba. Murió en Bolonia de una caída de caballo. Su hijo mayor legítimo, Sancho de Paredes, ordenó que los restos mortales de su padre se trasladasen al sepulcro de su familia en Santa María la Mayor de Trujillo, aquí reposan desde el año 1545, quince años después de su fallecimiento. Esta figura heroica se ha prestado en varias ocasiones a la exageración y fantasía, lo que no necesita para ser admirado como personaje de renombre universal. En su sepulcro de Santa María tiene un largo epitafio en latín, grabado en letras capitales, cuya traducción es la siguiente : "A Diego García de Paredes, noble español, coronel de los ejércitos del emperador Carlos V, el cual desde su primera edad se ejercitó siempre honesto en la milicia y en los campamentos con gran reputación e integridad; no se reconoció segundo en fortaleza, grandeza de ánimo ni en hechos gloriosos; venció muchas veces a sus enemigos en singular batalla y jamás él lo fue de ninguno, no encontró igual y vivió siempre del mismo tenor como esforzado y excelente capitán. Murió este varón, religiosísimo y cristianísimo, al volver lleno de gloria de la guerra contra los turcos en Bolonia, el día 13 de las kalendas de febrero, a los sesenta y cuatro años de edad. Esteban Gabriel ,Cardenal Baronio, puso este laude piadosamente dedicado al meritísimo amigo el año 1533, y sus huesos los extrajo el Padre Ramírez de Mesa, de orden del señor Sancho de Paredes, hijo del dicho Diego García, en día 3 de las kalendas de octubre, y los colocó fielmente en este lugar en 1545".
Tuvo Diego García de Paredes dos hijos, uno legítimo (Sancho) de su mujer doña María de Sotomayor, y otro bastardo, que llevó los mismos apellidos y nombre del padre. Este hijo del "Sansón extremeño", murió en Venezuela, fundó la ciudad de Trujillo en Venezuela. Cuando vino a nuestra ciudad, colocó sobre el sepulcro de su progenitor las banderas que acreditaban su valor como excelente capitán, ahogando la rebelión de Lope de Aguirre. Fueron destruidas por las tropas napoleónicas en la invasión de 1809. En un solemne acto celebrado el 18 de julio de 1956, se llevó a cabo la apertura del sepulcro de Diego García de Paredes. Dicha apertura había sido solicitada por el Rvdo Nectario María,representante oficial de Venezuela en España para preparar las fiestas del IV Centenario de la fundación del Trujillo venezolano, para comprobar si en dicho sepulcro estaban las banderas que fueron traídas por el hijo del "Sansón extremeño" para colocarlas en la tumba de su padre. Asistieron a este acto muchas personalidades entre las que podemos citar al Conde de Canilleros, descendiente directo de Diego García de Paredes; los condes de Quintanilla, el Marqués de Griñón y el Marqués de la Encomienda,emparentados con el linaje Paredes; don José Manuel González- Valcárcel, arquitecto; varios representantes de la ciudad de Trujillo en Venezuela; los doctores don Luis Nuño Beato y don Gervasio Velo y Nieto; además de varios representantes de la prensa, sacerdotes y particulares. En el sepulcro se encontraron en desorden restos humanos, un trozo de almohada, un trozo de vestido femenino blanco, la suela de un zapato de mujer que parece pertenecer al corte francés del siglo XVIII, una hebilla metálica y trozos de cuerda aún flexibles. Se encontraron algunos huesos largos y otros planos de gran dimensión y mayor antigüedad que el resto de cosas halladas, considerando que los restos humanos podían haber pertenecido a un hombre de gran talla y fortaleza, serían los restos de García de Paredes. Entre los huesos encontrados había una particularidad común a las personas allí enterradas: la carencia absoluta de molares en la mandíbula inferior, no por haberse caído, sino por no haber existido nunca, quizás es una particularidad hereditaria. En Trujillo hay una familia descendiente de los Paredes que presenta las mismas características.
Al lado del Evangelio, tenemos la capilla de los Cervantes. Fue el lugar donde se conservó en arca de plata el Santísimo Sacramento, cuando se trasladó al tabernáculo en las fiestas del Corpus del año 1586, este altarcito fue comprado para enterramiento de don Hernando de Cervantes y su esposa doña Leonor de Gaete, hermana del Cardenal Cervantes de Gaete, costó doscientos mil maravedís. En su parte posterior campean las armas de este linaje. En esta capilla hubo una pintura de Santa Apolonia. Sigue a esta capilla la de los Pizarros, llamada de San Juan, porque había un lienzo de este santo. Fue su fundador el señor don Juan Pizarro y su esposa doña Juan a de Hinojosa, a principios del siglo XVI. Fue ampliada su dotación por el arcipreste de Trujillo don Juan Pizarro, en 1584. En esta capilla están enterrados don Juan Pizarro; don Francisco Pizarro de Hinojosa, señor de Torrecillas; don Gabriel Pizarro, nieto, inquisidor de Granada y progenitor de los marqueses de San Juan que son Pizarro- Aragón. Era una familia muy numerosa, contó el enterramiento con diez hijos del matrimonio citado.

Siguiendo el muro del Evangelio, nos encontramos con el sepulcro de Juan de Orellana. Sirve de divisoria al arranque de la escalera de la torre tardorrománica. Bajo un arco gótico de finas archivoltas y columnillas está el arca sepulcral de forma tumbada, lisa ,de granito, como todo el monumento, sobre tres leones en alto relieve. En el fondo de la arcada está esculpido un motivo heráldico consistente en un león rampante, y grabada la inscripción: "AQUI YASE SEPULTADO EL NOBLE CAVALLERO IVAN DE ORELLANA SEÑOR DE ORELLANA DE LA SIERRA EL QVAL MANDO HASER ESTE ENTERRAMIENTO I ALTAR . ACABOSE EL AÑO DE MILL I QVINIENTOS I VEINTE I DOS AÑOS". Seguidamente, nos encontramos con un sepulcro de pared con decoración de tracería gótica en el frente sobre leones recostados; en la tapa aparecen los blasones e inscripción :"Sepultura de Sancho de Bonilleja y de su mujer Isabel Alvarez de Torres".
La capilla más suntuosa es la de los Vargas, sus medidas son 7 por 5, 87 ms. En ella hay tres hornacinas que debieron contener tres bultos sepulcrales. La capilla se cubre con bóveda de crucería con combados, donde aparecen cinco de los diez escudos que tiene la dicha capilla. En el muro de cierre de la capilla está la siguiente inscripción: "CAPILLA DEL NOBLE LINAJE DE LOS VARGAS/ EN QUE YASE EL ESFORÇADO CAVALLERO IVAN/ DE VARGAS Q LA MANDO HASER I CO EL LOS MAIORALGOS SVS ANTECESORES. MURIO AÑO DE MDXVII. ACABOSE ESTA OBRA EN EL MDXXII AÑOS". Don Juan de Vargas es descendiente del caballero Iván o Juan de Vargas, al que sirviera San Isidro en Madrid , la rama más directa de esta familia llegó a Trujillo y está enterrada en esta capilla de Santa María la Mayor. En el Libro de Cuentas de 1626, se lee literalmente: "La capilla de los Vargas está muy indezente, no se dice misa en ella. Mando se ponga un retablo en la dicha capilla y en el altar un ara, manteles y lo demás necesario para el ornato adecuado de la dicha capilla y que se limpie con la deçencia que se deve". En la actualidad no se conservan bienes muebles en dicha capilla. Hasta hace unos años, estuvo cegada esta capilla. Gracias a los esfuerzos que se han llevado a cabo en los últimos años en Trujillo por la conservación y restauración de edificios y objetos artísticos,hemos podido recuperar este magnífico panteón. La capilla de los Vargas presenta en su frente, un enterramiento plateresco, en granito, entre columnas toscanas. Dos ángeles tenantes sostienen el escudo de armas familiar y , en la zona superior,los bustos de los difuntos,que enmarcan la siguiente inscripción: "MANDO HASER ESTE ENTERRAMIENTO EL MUI NOBLE CAVALLERO LUIS DE CARVAJAL I DOÑA COSTANÇA DE HINOJOSA SV MVJER. MURIO A XXV DE DISIEMBRE DE MDI AÑOS".
Tenemos por tanto en Santa María diversidad de sepulturas en arcosolio , hornacinas y capillas -panteón, algunas con bellas muestras escultóricas y ornamentales góticas y renacentistas. El suelo del templo está completamente cubierto de lápidas funerarias , con los correspondientes blasones familiares, entre los que podemos citar a los Vargas, Carvajal, Pizarro, Cervantes, Barrantes, Bejarano, Orellana, Altamirano, etcétera.

Bien encaminadas iban las palabras de don Juan Tena cuando dijo de la iglesia de Santa María que era "relicario venerado de las glorias de Trujillo, ánfora sagrada de añejas y exquisitas tradiciones y osario de linajes legendarios". Muchas de las lápidas aún son legibles, el resto de las personas que están enterradas en Santa María las podemos conocer gracias a los Libros de Difuntos y a los testamentos. Desde el presbiterio hacia los pies, podemos nombrar los siguientes enterramientos, de personajes más destacados en la historia de la ciudad: don Iván de Orellana de la Sierra, doña Constanza de Hinojosa, de Carvajal (1495), don Hernando de Vargas e Isabel de Vargas, don Francisco de Bonilleja y doña Mencía Alvarez de Ocampo, don Juan Pizarro y doña Juana de Hinojosa,don Luis de Chaves y doña Francisca de Chaves, don Matias Flores y doña Francisca de Chaves Calderón , su hijo don Gonzalo Flores Calderón Chaves y Altamirano y, la esposa de éste, doña Vicenta de Mendoza Ribera y Quintanilla; don Pedro de Loaisa; doña Francisca de Paredes, mujer de don Diego Alonso de Tapia( 1618); doña Sancha Alfonso, mujer de don Gonzalo Martínez; don Sancho de Carvajal y doña Onés Calderón; don Cristobal de Chaves Villarroel y doña Petronila de Chaves; don Juan Pizarro y doña Juana de Hinojosa; don Alvaro Pizarro y doña María Alvarez de Contreras; don Mateo Herrera; don Diego Alonso de Tapia; don Pedro Alonso de Gironda y doña María de Aguilar; don Francisco de Bonilleja y doña Mencía Alvarez de Ocampo( 1532); don Garci Pizarro; don Gonzalo Torres Hinojosa y doña María de Figueroa( 1641); don Gonzalo de las Cabezas y el licenciado Cabezas de Meneses; doña Juana González "la Coraxa", mujer de Juan Grado; don Juan Grado; doña Francisca de Chaves y su hijo don Luis de Chaves, don Hernando de Vargas y su hija Isabel; don Juan de Vargas; doña Mauricia Solano;don Francisco de Molina y su mujer doña Francisca Solano,etcétera.
Papel destacado tendrán en la Diócesis de Plasencia los planes constructivos del obispo don Gutierre de Vargas y Carvajal.Bajo su pontificado(1524-1559) se llevará a cabo un gran programa constructivo en nuestra región, que será continuado por su sucesor don Pedro Ponce de León, alzándose las mejores iglesias de la Diócesis placentina, aparte de las obras de la Catedral: Guareña, Jaraicejo, Santiago de Don Benito, Cuacos, Mirabel, Monroy, y en Trujillo, Santa María la Mayor y San Martín. Don Gutierre de Vargas y Carvajal fue un destacado teólogo. Según documentos de la época, nació en Madrid en el año 1504. Estudió Teología en Toledo y después ejerció varios cargos eclesiásticos importantes. Falleció en Jaraicejo, señorío de los obispos placentinos, el 27 de abril de 1559. Su cuerpo reposa en la iglesia de San Andrés, de Madrid. La capilla bautismal y el magnífico coro alto de Santa María de Trujillo se construyen a expensas de este prelado. Incluso algún autor que otro apunta que es muy probable que el mismo obispo hubiese realizado los planos. Lo cierto es que entre 1545 y 1553 el obispo encarga al arquitecto de su mayor confianza, el trujillano Sancho de Cabrera, la construcción del coro y la nueva torre de Santa María la Mayor, junto a Sancho de Cabrera, los maestros Bote y Vizcaíno. El obispo Gutierre de Vargas y Carvajal contaba para sus obras en Trujillo con un plantel importante de excelentes canteros. El citado prelado encargará prácticamente todas las obras que realiza en Extremadura a Sancho de Cabrera, la muerte del obispo sería un duro golpe para el maestro, en la década de los sesenta Sancho de Cabrera intervine en obras mínimas, por comisión del ayuntamiento.
En 1515 sabemos que que se hallaban construidas cinco de las doce capillas del templo de Santa María.Entre 1543 y 1545, Pedro de Hermosa y los hermanos Francisco y Martín Vizcaíno habían construido los dos tramos del templo y el tercer cuerpo de capillas. A Sancho de Cabrera se debe el coro y la torre. Las armas del obispo Gutierre de Vargas y Carvajal se encuentran en el coro y en la capilla bautismal, aunque este último espacio constructivo no aparezca detallado en los libros de fábrica de la parroquia, hemos de considerar que se ejecuta a expensas del citado prelado y es obra de Sancho de Cabrera como el coro y el último de los cuatro tramos que componen las naves. No sabemos dónde pudo haber estado el primitivo baptisterio, lo normal es que estuviese a un lado de la portada de los pies. El actual, sito en el muro del Evangelio, junto a la portada de los pies, se cubre con bóveda de crucería con combados.

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