miércoles, 11 de octubre de 2017

TRUJILLO EN EL AÑO 1985

Comienza el año 1985, un año marcado en el panorama mundial por acontecimientos políticos y grandes catástrofes. España reabre la verja de Gibraltar que había estado cerrada durante dieciséis años.
Comienzan a comercializarse los primeros móviles en EEUU, aún tendríamos que esperar en España para poder distribuirlos. El 29 de mayo sufríamos ante los medios de comunicación la tragedia del estadio Heysel de Bruselas, durante la final de la Copa de Europa de fútbol: 41 personas murieron y 350 resultaron heridas ante la actitud salvaje de los hinchas británicos. Al mes siguiente, se produjo el secuestro aéreo del vuelo de la TWA de Atenas a Roma por la Yihad Islámica, asesinando a un pasajero. España firmó el tratado de adhesión a la Comunidad Económica Europea en el mes de junio y, en septiembre, un terremoto de intensidad 8,5 en la escala de Richter destruía la ciudad de México con un balance de 2000 muertos.
En estos días, donde contemplamos cómo el mundo se ve minado por crisis mayores, Trujillo logra preservar su identidad esencial, su vida, su cultura, cada vez más densas crecen, a veces incluso se desborda celebrando sus Carnavales, en estos primeros años de los ochenta participando un gran número de ciudadanos.
Pero, lo que realmente da sentido al ciudadano de a pie a lo largo del año es su tradición religiosa. Siempre creí en la respuesta generosa de los barrios y las calles, y prueba evidente de cuanto escribo la ofreció hace ya bastante tiempo la gente sencilla que a lo largo de los últimos veinte años han formado parte incesante en las procesiones de la Semana Santa trujillana.
Y hablando de calles, fue precisamente la del Paso la cuna de la nueva devoción, no por vieja, siempre actual, dedicada a Jesús Cautivo, pues los trujillanos de los ochenta no se contentaban con rendir culto a su imagen en el silencio, sino que abriendo caminos, en este Trujillo a estirones de los setenta, a la vera de las murallas, en la calle del Paso, se asentó esta nueva devoción, de gente trabajadora, sencilla, y con una especial predisposición hacia el cautiverio de Cristo.
De más antiguo le viene a la calle su aspiración cofrade y su espíritu corporativo, de ahí su nombre, con los altibajos consiguientes. No sólo se pretendía dar culto a la imagen de Jesús Cautivo. Sus cofrades fueron más ambiciosos, y entre sus proyectos estaba el sacar procesionalmente a Cristo por las calles de Trujillo para volver a la historia una procesión tradicional que había quedado sumida en el olvido, una utopía no lograda hasta entonces. Y fue su mecenas don Enrique Elías, el que canalizando como "pastor" las aspiraciones cofrades de sus vecinos y amigos, consiguió tal aspiración.
Por aquella época, el que suscribe, se encontraba organizando con otro grupo de amigos otra Cofradía, bajo la advocación de San Juan, el amado discípulo de Cristo, y propagando esta devoción entre sus hermanos cofrades, de ahí que un año más tarde, y en sucesivas ediciones, la salida del Cautivo y de San Juan se hicieran realidad unidos bajo una misma Cofradía, y por primera vez en la historia semanasantera de la ciudad, salimos con túnica de nazarenos, con el rostro cubierto, modalidad seguida posteriormente por el resto de las cofradías y hermandades que forman el cortejo de los desfiles procesionales en Trujillo.
Y todo Trujillo, en pleno, toda la calle del Paso sí que supieron arropar a aquella cofradía-barrio, que había tenido la valentía de dar una manifestación de amor y culto a la representación del  Cautivo y San Juan, en dos imágenes que estaban olvidadas del culto y de los desfiles procesionales.
Para el cristiano practicante, sencillo, sin alardes, sin erudiciones bíblicas, la imagen de Jesús Cautivo es el prototipo del Jesús que nos enseñaron en las escuelas y en las catequesis, un Cristo humano y divino al mismo tiempo, padre comprensivo, que se deja inmolar por nuestros pecados. Un Jesús, varón de dolores, de manos maniatadas, por el que el pueblo sencillo siente una devoción especial.
Y, desde entonces, el Jueves Santo en Trujillo, sale el Cautivo por nuestros pecados, sobre los hombros de sus jóvenes cofrades, como un mar que mecida por sus costaleros mitiga el dolor que presiente ya cercano.
En el verano de 1985, José Solís dejó su cargo de director de “Comarca de Trujillo”, (que en realidad, escribía y dirigía ángel Guerra) y Presidente de la Hermandad de la Virgen de la Victoria, siendo sustituido por don Manuel Mateos Leo.
En Huertas de Animas, se creaba una activa Gestora ante la falta de directiva en la Asociación de Vecinos. Se solicitó una sede al Ayuntamiento y se les concedió el piso de arriba de las Escuelas del Reloj. 
Se debaten con el Ayuntamiento temas de Parques y Jardines y la instalación de una Pista Polideportiva en los terrenos de la parroquia. Las negociaciones no llegaron a buen puerto. Se organiza una campaña al pueblo sobre la creación de la Asociación de Vecinos. Se hacen panfletos, se informa casa por casa. El  Gobierno Civil aprueba los Estatutos y la Diputación Provincial concede 70.000 pts.
Se organizan unas jornadas culturales (teatro, exposición de pintura, etc.). Se forma una Junta Directiva nombrando como Presidenta a doña Teresa Muñoz Pérez; Vicepresidenta, doña Ana Mª Sánchez Bravo; Secretaria, doña Antonia Miguel Melo; Tesorero, don J. Antonio Jiménez Moreno.
Se formaliza la Directiva (Libros de Acta, etc.) y se crean diversas secciones: Urbanismo, Cultura, Sanidad, Deporte, Consumo, Asuntos Sociales y Ocio. Dimite la Presidenta por razones personales (edad).
Comienza la Asociación una intensa actividad planteando al Ayuntamiento diversos temas: Consultorio Médico, limpieza de calles, construcción de viviendas en Huertas, Parque de la Plaza, parados del pueblo, carboneras, Polideportivo y piscina y Cuartel de la Guardia Civil.
Se organiza por primera vez la fiesta del Emigrante. Se acometen diversos problemas derivados del Instituto de Formación Profesional: autobús para los chicos, salida peligrosa a la Carretera de Madrid y también se consigue la gratuidad del autobús para los chicos de Huertas ya que los de Trujillo así lo reciben.
En los Festivales del año 1985, nuestra Reina de las Fiestas fue doña Carmen María Paredes Lucas y el Pregonero don Andrés Ruiz Tarazona. Presentó los festivales el joven periodista Ángel Guerra y contó con las actuaciones del Grupo Quilapayun de Chile; el Ballet Nacional de Cuba y el Teatro de Danza Español culminaban unas Fiestas Patronales con un apretado calendario repleto de actos religiosos y lúdicos.
ESCUELA TALLER
Y en octubre del siguiente año la Escuela-Taller de Trujillo, la segunda que se creaba en Extremadura, tras Plasencia (fundada en septiembre). A lo largo de los años, entre las obras que ejecutó la Escuela Taller en los diferentes módulos, hemos de destacar el ajardinamiento en la calle dedicada a don Manuel Pardo; organización de espacio lúdico y deportivo en las cercanías del estanque de San Lázaro; la rehabilitación y adecuación de la casa de Francisco Pizarro de Vargas para Museo didáctico de antropología e historia; la restauración de la iglesia de Santiago; obras en el Arco y Calle de Sillerías; zona ajardinada en la Plaza de la Vera Cruz; y una de las obras más señera de todas en las que ha intervenido la Escuela Taller, consistente en la recuperación y rehabilitación de la primitiva iglesia del Convento de San Francisco, una auténtica labor arqueológica con interesantes resultados.
MANUEL PARDO
La obra denominada de manera genérica “ajardinamiento”, se  llevó a cabo en la calle dedicada a don Manuel Pardo. Se encuentra ésta inserta en una zona de reciente expansión urbana de Trujillo, siguiendo el eje de comunicación Madrid-Badajoz y queda conformada como una amplia avenida, con circulación en ambos sentidos, separados por una mediana de extensión regular, arbolada y rústicamente ajardinada.
No debemos pasar por alto el hacer referencia a la denominación de la calle y su dedicatoria a don Manuel Pardo; en una localidad como la nuestra, en la que el callejero se encuentra plagado de referencia  a ilustres conquistadores, ciudadanos de pro, figuras de veneración religiosa, etc., es de destacar la significación institucional y popular alcanzada por este ingeniero hidráulico del siglo XIX. Entre sus haberes profesionales se encuentra la redacción, en el año 1876, del proyecto de traída de agua potable desde la Garganta de Santa Lucía, en la Sierra de las Villuercas, hasta Trujillo, sobre un recorrido de aproximadamente cuarenta y ocho kilómetros.
Esta obra se enmarca dentro del desarrollo urbanístico experimentado en esta localidad en la segunda mitad del siglo XIX y que conllevó el planteamiento y proyección de numerosas ideas y obras para dotar a la ciudad en desarrollo de una red de servicios e infraestructuras adecuadas a su ritmo de crecimiento; la "traída de aguas" comenzó a gestarse en 1864 y concluyó con el fin de ejecución de sus obras a principios del siglo XX. Los artífices  de este proyecto, considerado innovador desde el ámbito técnico, y en su ejecución como una conquista social por el servicio que aportaba a la ciudadanía, fueron la municipalía trujillana y el mencionado ingeniero don Manuel Pardo, para el que la memoria histórica de Trujillo ha hecho un hueco en su callejero.
La obra de ajardinamiento referida se encuentra entre las numerosas de este tipo que ha acometido la Escuela Taller desde su creación y que pueden ser agrupadas bajo el épigrafe de "Escena urbana".
En ella intervino la dotación del Taller de Jardinería de este Centro y se han materializado los objetivos planteados en principio: por un lado, los alumnos-trabajadores del citado taller han enriquecido su formación socio-profesional con la realización de un proyecto de ajardinamiento en la mediana de esa vía urbana, consistente  en la limpieza de las malas hierbas existentes, preparación del terreno, diseño de un nuevo modelo de jardín y su ejecución con la plantación de distintas  especies de plantas con flores y arbusto, y su posterior mantenimiento.
Por otro lado, se ha conseguido una adecuada valoración estética en una zona de amplia concurrencia vecinal y se ha logrado que sea el propio vecindario el que estime en todos sus términos la intervención practicada, cumpliéndose por tanto en un alto grado el objetivo primero y básico del proyecto: la revalorización de un entorno urbano y la asunción positiva del mismo por sus legítimos "disfrutadores": los vecinos.
SAN LÁZARO
En el estanque de San Lázaro e inmediaciones, se llevaron tareas de organización de espacios lúdico-recreativos.  Siguiendo una estrategia prefijada, en este proyecto se resumen tres obras ejecutadas por la Escuela Taller en torno al estanque de aguas pluviales denominado "San Lázaro", con el fin de adecuarlo como zona lúdico-festiva y de recreo para el ciudadano de Trujillo, escaso de espacios para el esparcimiento.
Su origen se remonta al siglo XVI y su primera utilidad fue la de lavadero público; posteriormente, ha pasado por ser abrevadero de ganados y criadero de tencas, hechos todos ellos reflejados en la abundante documentación referida a legislación de usos de este espacio contenida en los fondos del Archivo Municipal de Trujillo.
Asimismo, de su importancia nos da noticia también la construcción en sus orillas de una Casa de Guarda con huerto anejo y la defensa a ultranza que en todo momento empleó el Ayuntamiento trujillano para evitar los intentos de venta del estanque como bien desamortizado o como propios de la Mesta, por encontrarse en terrenos de la Cañada Real.
Actualmente está destinado a la práctica de la pesca de tenca, corriendo su gestión y mantenimiento, en este sentido, a una Sociedad de Pescadores local. Próxima al estanque y de la que toma su nombre, se encuentra la Ermita de San Lázaro, de estilo gótico y pequeño atrio de acceso en su parte frontal, que, según la documentación conservada es obra de finales del siglo XV.
Tomando en consideración estos antecedentes y valorándolos en su justa medida, se han ejecutado en dicho entorno tres proyectos, asumidos por la Escuela Taller, con el fin de adecentarlo y adecuarlo a zona de esparcimiento de los trujillanos.
El primero de ellos consistió en el diseño y ejecución de un Circuito Natural, con pista para la práctica  de ejercicios deportivos de mantenimiento a los largo de kilómetro y medio; intervinieron en esta obra los Talleres de Jardinería, Albañilería y Carpintería que desarrollaron los siguientes trabajos: desbroce y limpieza del espacio a ocupar con el circuito, diseño y planificación de la pista de ejercicios, ejecución de la misma con encintado de piedra en ambos laterales, colocación  de carteles explicativos del uso adecuado del recorrido, plantación de arboleda, instalación de sistema de drenaje y situación de bancos en madera para el descanso.
Con todo ello se superó un ciclo del plan formativo en que se encontraban insertos los alumnos-trabajadores de los citados Talleres en sus inicios, contribuyéndose además a la dotación para Trujillo de una infraestructura necesaria en cualquier sociedad moderna y que cada día más se constituye en demanda social: la creación de espacios en los que desarrollar vida comunitaria y emplear parte del tiempo libre del que disponen los ciudadanos.
En esta misma línea caminaban las dos obras restantes de este proyecto: la plantación de arboleda en torno al estanque de San Lázaro y la ejecución de un parque-merendero del mismo nombre en este espacio común.
Respecto a la primera obra consistió en la limpieza de las orillas del estanque y la plantación de abundante  arboleda que proporcionase, por un lado, belleza al lugar, y por otro, fresca sombra a los visitantes y pescadores en los meses más tórridos de nuestro verano. En estas labores intervino el Taller de jardinería de este centro.
El Parque-merendero nació de la misma filosofía social que las anteriores y se ocuparon de su ejecución los talleres de jardinería, carpintería y cantería; la idea consistía en la adecuación de un espacio para la comida campestre y el descanso consiguiente; dicho espacio se ha organizado en dos zonas: merendero de verano, con abundante sombra, y de invierno, como espacio abierto, amén de contar con dotación por un lado de infraestructura necesaria para la práctica gastronómica y por otro, para el descanso.
Los trabajos realizados han consistido en limpieza del entorno, diseño y ejecución de jardín, instalación de bancos y mesas, limpieza de una cruz de granito existente en el lugar e implantación de césped.
En resumen, partiendo de un espacio preexistente se ha actuado organizándolo para un nuevo y atractivo uso, y cumpliendo, además los objetivos referidos más arriba: formación socio-laboral de alumnos-trabajadores de esta Escuela y equipamiento social para el disfrute del tiempo libre, mantenimiento físico, comida campestre,  de los trujillanos.
CASA DE FRANCISCO PIZARRO
Bajo la denominación de Casa-Museo Pizarro, se encuentra uno de los proyectos de obras más interesantes de cuantos ha acometido la Escuela Taller en su historia, consistente en la rehabilitación y adecuación de la casa de Francisco Pizarro de Vargas para Museo didáctico de antropología e historia. La mencionada casa se encuentra enclavada en la Villa.
Se trata, de una noble mansión con portada de traza ojival lancetada, coronada por el escudo de los Pizarro, con pequeñas aspas en la bordura.
En este proyecto intervinieron de manera preponderante los Talleres de Albañilería y Cantería, llevándose a cabo tareas tendentes a consolidar la estructura de la casa y evitar su deterioro.
Hubo que reponer en su totalidad la techumbre, trazar arcos y bóvedas con ladrillo macizo tradicional, así como al asentamiento de piezas de granito en las escaleras de acceso a la segunda planta de la vivienda, vierteaguas de ventanas, etc., labores estas últimas realizadas por los canteros.
Finalmente, fue amueblada con mobiliario tradicional ejecutado siguiendo modelos y técnicas también tradicionales por el Taller de Ebanistería del Centro.
En todo momento, se utilizaron criterios de rehabilitación tendentes a no modificar ni la estructura espacial y arquitectónica original, ni el "aire" señorial que envuelve a la construcción, y en los casos en que ha habido que restituir o sustituir elementos se ha tenido en cuenta que las técnicas constructivas y los materiales respondiesen a modelos locales y de la vivienda intervenida.
Todo ello ha ido precedido de un estudio histórico-artístico que ha permitido un conocimiento profundo sobre materiales, técnicas constructivas, y utilización del espacio; y ha facilitado las tareas antes descritas, no sólo desde el punto de vista de la economía de ejecución sino también en cuanto al acabado de los trabajos. 
Desde el punto de vista formativo ha sido un proyecto muy provechoso para la capacitación profesional de los alumnos-trabajadores que han intervenido en la misma, así como para el fomento entre ellos de un mejor entendimiento de la importancia de conservar convenientemente el patrimonio artístico y monumental de Trujillo.
Sin duda, esta obra encierra un ambicioso proyecto cultural que a lo largo de los años, como hemos podido comprobar, a favorecido la revitalización del entorno de la Villa trujillana al canalizarse hacia ella una mayor afluencia turística, y ha constituido un buen "escaparate" para que el foráneo visitador aprecie la riqueza histórico-monumental de la misma.
IGLESIA DE SANTIAGO
Con la restauración de la iglesia de Santiago se vino a poner remedio al lamentable estado y amenaza de ruina en que se encontraba. Enclavada en la entrada principal de la Villa de Trujillo y en una de las vías de acceso al Castillo.
Se trata por tanto de una obra de consolidación y rehabilitación, que cumple a la perfección con la filosofía que guió la apertura de la Escuela Taller: poner en valor y conservar el patrimonio histórico-artístico de esta localidad.
La Iglesia de Santiago conserva claramente rasgos sencillos pero marcados que sitúan su origen en el románico, aunque un tanto desvaído por las modificaciones sufridas en épocas posteriores.
Este proyecto se inició con un estudio histórico-artístico que puso de relieve la riqueza patrimonial del edificio y permitió marcar las directrices básicas de la intervención; en ella trabajaron los Talleres de Albañilería, Cantería y Pintura de esta Escuela, realizándose las siguientes labores: ejecución de una nueva cubierta que impida el proceso de degeneración a que el agua de lluvia sometía a la iglesia, apertura y rehabilitación de vanos originales tapiados, consolidación e inicio de restitución en los esgrafiados en algunos de sus muros y limpieza general del interior de la edificación.
Estas obras han permitido evitar un deterioro definitivo en el monumento y han posibilitado el que, una vez concluido el proyecto, vuelva a ser visitado por turistas.
ARCO DE SILLERÍAS
En el proyecto de ejecución de obras en el Arco y calle de Sillerías, se pretendía intervenir en aquellos elementos y espacios urbanos, acotados y concretos, generalmente poco cuidados, no excesivamente valorados y que, en cambio, en su estado actual provocan un deterioro estético y urbanístico de conjunto, de escena; además, a través de estas intervenciones rápidas, no excesivamente costosas desde el punto de vista del material empleado, aunque si por la cantidad y calidad de la mano de obra utilizada, se conseguía un vínculo de unión muy positivo entre Escuela Taller y sociedad trujillana.
Esta obra fue realizada por el Taller de Cantería de la Escuela, y los trabajos que se ejecutaron fueron los siguientes: limpieza del granito del arco y bóveda, sustitución de elementos irrecuperables, junteado en cemento de sillares y solado con el mismo material de la calle.
Ha sido un proyecto muy enriquecedor desde el punto de vista formativo y también urbanístico: en el primero de los casos los alumnos han perfeccionado los conocimientos teórico y técnicos de intervención en  el patrimonio, y por lo que se refiere al segundo aspecto, se ha devuelto a la Plaza Mayor la belleza ocultada por el tiempo y su deterioro de un magnífico Arco y una de sus calles de acceso más representativas.
PLAZA DEL CEMENTERIO
El jardín de la Vera Cruz fue un proyecto ejecutado por la Escuela Taller en estos años, consistente en la configuración de una zona ajardinada en la plaza del mismo nombre, enclavada en la Villa de Trujillo y también conocida como Plaza del Cementerio, por encontrarse éste en su perímetro.
Toma su nombre de una parroquia preexistente, construida en el siglo XIII y extinguida en 1870, el Ayuntamiento terminó la construcción del Cementerio Católico, y dentro de su recinto quedó la iglesia, de la que aún se conserva algún arco y portada románicos, como corresponde al estilo imperante en el momento de su edificación.
La actuación llevada a cabo en la Plaza de la Vera Cruz o Cementerio consistió en el diseño y ejecución de un nuevo jardín, encintado en granito de la superficie prevista para ajardinar, preparación de tierra, siembra de plantas y flores, y posterior mantenimiento.
En esta obra intervinieron los talleres de Jardinería y Cantería, que realizaron los trabajos que les son propios, y los alumnos-trabajadores integrados en los mismos recibieron la formación que implica este tipo de actuaciones.
CONVENTUAL DE SAN FRANCISCO
Los trabajos realizados en la iglesia primitiva del Convento de San Francisco, consistieron en la recuperación y rehabilitación de la primitiva iglesia, actual sede de la Escuela Taller.
Este convento es el resultado de un largo proceso constructivo, que se inicia en la primera década del siglo XVI, a partir de la desamortización del edificio y posterior exclaustración de los frailes fue destinado para nuevos usos.
A lo largo de este dilatado periodo de tiempo lo que nos ha llegado es un edificio íntimamente ligado a ciudad de Trujillo, a su evolución y a las distintas mentalidades constructivas que a los largo del tiempo han ido actuando sobre él: Instituto de Segunda Enseñanza en época republicana; durante la guerra civil fue cuartel de tropa; también se le ha utilizado para cuadra de caballos sementales del Ejército y en los años cincuenta se instaló un Centro de Enseñanzas Media y Profesional.
Todos estos usos han generado variaciones arquitectónicas, añadidos, modificaciones espaciales, etcétera, en la primitiva estructura del edificio.
La Escuela Taller inició el proyecto de recuperación de los elementos originales ocultos por la distintas utilizaciones ya referidas del Convento.
Se consiguió la recuperación patrimonial en sentido estricto, la rehabilitación de ese espacio para su adecuación posterior como auditorio, sala de conferencias y exposiciones, infraestructuras cada vez más necesarias en Trujillo para una explotación racional de sus recursos patrimoniales, científicos y turísticos.
Este proyecto fue precedido de un completo estudio histórico-artístico, posteriormente ampliado con un sondeo arqueológico que ha permitido detectar elementos originales ocultos, niveles de suelo y usos.
En esta obra intervinieron los talleres de cantería y albañilería, que asumieron el vaciado de los distintos niveles de suelo, descubrimiento y rehabilitación de los elementos originales ocultos, restauración y restitución de la línea de imposta. 
Todo ello ha redundado en un mejor adiestramiento de los alumnos-trabajadores en técnicas de rehabilitación patrimonial y también en la dotación para Trujillo de un nuevo ámbito de uso múltiple, desde el punto de vista de cultura local.
Aunque no podemos olvidar otras obras realizadas por la Escuela Taller como la restauración de las pinturas que decoran el salón de actos del Ayuntamiento; el parque del castillo o el Templete de la música. Por ejemplo, el diseño y ejecución de un parque cercano al Castillo, se encuadra dentro de las obras acometidas por la Escuela Taller bajo la denominación de "escena urbana" y ornato público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario